Unos hermosos orbes bicolor como los de Atsushi. Era su pequeña copia, a excepción de su tono un poco diferente de piel, muy similar a la del padre.
Finalmente y después de dos días en el hospital, llegaron a casa. Atsushi desayunaba comida ligera, mientras su novio se entretenía con el bebé.
— ¿Qué nombre le ponemos, Atsu?
Lo acunaba en sus brazos para mantenerlo tranquilo.
— Hmm... Me gusta Haru... No sé si te guste a...
— ¡Es perfecto! Haru. Me gusta mucho.
Interrumpió emocionado.
El ex director del Orfanato colocó un nuevo plato con comida sobre la mesa, el cual iba dirigido al novio de su hijo.
— Desayuna, joven. Gracias por pasar la noche al cuidado del bebé y de mi hijo.
Pidió tomar a Haru en brazos, para que su joven padre pudiera tomar su desayuno también.
— Haru-kun ¿Podrá convertirse en un tigre también? Sería lindo.
Comentó el orgulloso abuelo. Atsushi y su novio sonrieron por el comentario.
~~~
En un balcón...
— Atsushi... Quizás no estemos casados, pero aunque sea así, debemos estar juntos el mayor tiempo posible y cuidar de Haru. Será un reto muy difícil, y siendo de la Port Mafia yo... No, me esforzaré por estar siempre bien. Lo prometo.
A Atsushi no le gustaban las palabras que parecían una despedida. Aunque no dijera un "adiós", sólo con una promesa se ponía nervioso.
— ¿P-Por qué me dices esas cosas? ¿Crees que puedes morir en una misión? D-Deberías abandonar la Port Mafia...
Agachaba la cabeza, derramando lágrimas. El mayor lo abrazó enseguida, acariciando su cabeza y cabellera.
— No. Ya verás que no sucederá nada. Mi habilidad es muy horrible contra los enemigos.
Casi no tuvo pistas este cap...