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—Solo me interesa sacar vivos a esos idiotas, si lo logramos a tu manera que así sea—dijo ella—. ¿De verdad crees que eso resulte?
Hubieron más gritos.
Él negó nervioso.
—Solo he escuchado rumores de negociaciones pero no podemos dejarlos así. Si quisieran matarlos ya lo hubiesen hecho. Creo que nos esperan.
Ambos entonces se adentraron y caminaron con extrema precaución. Habían tiendas viejas y destruidas, era como una mini plaza abandonada. Podían sentir la presencia de alguien, escuchaban pasos siguiéndolos pero no veían nada.
—Bienvenidos— dijo una voz haciéndolos saltar. Ambos voltearon de inmediato a su fuente. En el techo, de pie, estaba un vampiro de piel cobriza. Solange al instante tocó el mango de su espada pero el vampiro desapareció y Nolan la detuvo en ese mismo segundo.
—¡Solo venimos a negociar! — gritó Nolan de inmediato aún sujetando la muñeca de Solange —. Podemos quitarnos las armas.
—¿Podemos?— le preguntó ella negando discretamente.
El vampiro apareció justo frente a ellos, vio el escudo en sus ropas y asintió calmado. Pudieron observarlo mejor y al hacerlo, sintieron sus piernas derretirse. Por su perfil, deducían que aquel vampiro era Yoltic.
EL vampiro psíquico Yoltic.
Habían tenido una clase completa en información sobre la Corte, pues era una de las organizaciones opuestas a los cazadores más sanguinarias y usualmente, la que traía más problemas.
Yoltic era un vampiro bastante poderoso.
Se decía que había vivido en el Tlatelolco antiguo y había desarrollado poderes psíquicos como forma de escapar de un vampiro que aprovechó la conquista y la gripe para capturar nativos, transformarlos y esclavisarlos.
Ya se lo habían temido. Un vampiro podía alterar la realidad a los ojos de un humano común.
Un vampiro experimentado podía alterarla para engañar a un cazador entrenado.
Pero se necesitaban al menos dos vampiros de gran poder mental para engañar a dos o mas cazadores a distancia, y al menos en ese momento, no tenían idea de quién era el otro vampiro o dónde estaba.
Su mirada era segura. Tenía un porte sumamente orgulloso. La barbilla en alto, perfecta postura, movimientos mínimos que dejaban en evidencia cada vez que la tela rozaba y descubría la piel de su pecho.
Su rostro era en extremo simétrico y bello, pomulos por los que muchos matarían, ojos profundos rojos que curiosamente aún se mantenían oscuros, una rareza en entre vampiros.
Solange tuvo que concentrarse y mirar a otro lado para evadir el embelezamiento aún cuando era algo que no había sentido ya en un tiempo.
—No hace falta. Síganme —dijo Yoltic.
Solange bufó silenciosamente ante el insulto discreto del vampiro.
Caminaron unos pocos minutos hasta llegar al tragaluz de la plaza, pero curiosamente, contrario a lo que sus compañeros pensaron, el tragaluz sí dejaba entrar la luz del día.
Los vampiros ahí no estaban bajo él, sino bajo el techo, pero aquello incluso hubiera destruido a vampiros comunes de varios años.
¿Qué demonios sucedía? ¿Acaso tenían la misma protección en los ventanales que los cazadores habían creado para los vampiros que los asistían?
—Más novatos —los intridujo Yoltic.
Solange quiso golpearlo. Estaban cerca de entrar a la elite. Eso de "novatos" era con toda la intención de provocarlos.
Tuvo que tomar un mini respiro con la boca para calmarse.
Miró a los alrededores, en parte para distraerse, en parte para saber a qué se enfrentaban.
Con una sonrisa de oreja a oreja, sentada estaba una chica con lentes de sol. Esa debía ser la tal Cirse.
Y ahí tuvo que detenerse un momento.
Si el vampiro que los había escoltado era el mentalista Yoltic, y la que estaba sentada en el sillón, en medio de todo, era Cirse, la antigua vampira pelirroja de la Rus de Kiev, entonces ¿quién más estaba ahí?
Habían otros tres vampiros.
Cerca de Cirse había un sujeto extremadamente musculoso. Aquello le indicaba a Solange que era relativamente nuevo, no más de cincuenta años muerto puesto que era imposible mantener una gran musculatura en vampirismos avanzados. Era algo que se iba con el tiempo, justo como la pigmentación en los ojos.
Algo distanciados estaban otros dos vampiros. Uno parecía bastante joven, solo pudo ver parte de su perfil pero llevaba el cabello negro y alborotado. A su lado estaba un chico de unos veinte, de cabello rubio y sonrisa calmada.
Aquel vampiro fue el que llamó más la atención de Solange. ¿Por qué tenía esa expresión tan fuera de lugar? ¿Y ante todo eso, dónde estaban sus compañeros y por qué ya no los escuchaban?
—Nombres —dijo Yoltic.
—Nolan Naineblance y Solange Soleil —dijo Nolan. La misma tentación de embelezamiento que Solange sintió con Yoltic, parecía sucederle a Nolan con Cirse y por tanto, tuvo que mirar al suelo.
Solange incluso no podía creer que aquél ser existiera. Su cabello rojo parecía tener vida propia. Su vestido de tela tan delgada marcaba cada parte de su cuerpo. Como si estuviera pintada.
—¿Cúal es su motivo para invadir nuestros dominios? —preguntó ella.
—Vinimos por nuestros compañeros. Son jóvenes y estúpidos. No saben lo que hacen, ellos... —dijo Nolan.
—Qué curioso— interrumpió Cirse quitándose los lentes de sol—, a mí me pareció que sí sabían qué hacían porque vinieron diciendo específicamente que cobrarían venganza en contra de Jack de la Morte por el asesinato de Garret Soleil.
Es en realidad una coincidencia que ahora su hermana esté aquí, ¿no lo creen? —dijo mirando a Solange y luego les dirigió un guiño —. Dejémos las mentiras
—¿Y dónde está? —dijo Solange—. El tal Jack de la Morte.
Nolan le dirigió una mirada rápida. Había prometido dejarlo hablar, negociar y no reaccionar ante el asesino de su hermano. Pero era difícil, entre el estrés, el miedo y la ira, su cerebro no tenía mucho espacio de sobra para tomar buenas decisiones.
Tras un pequeño silencio, el vampiro que había estado de perfil giró su rostro lentamente alzando una ceja.
—Alguien no ha hecho su tarea —dijo Cirse mirando alrededor como si fuera obvio, luego ante la falta de reacción volteó los ojos y señaló a los vampiros que estaban distanciados de ella. En específico al que había volteado.
Solange tuvo que mirar dos veces. Tenía los ojos grandes y azules brillantes con pequeños puntos blancos decorando su íris.
Su complexión era delgada, y fuera de la piel tan pálida, aquel vampiro lucía como uno de sus compañeros de escuela o mejor dicho, uno de los chicos de preparatoria, era alto, sí, pero sus rasgos eran aún de adolescente.
Había escuchado rumores pero nada la hubiera preparado para aquello. Era escabroso el siquiera pensar en cómo lo habían congelado en el tiempo de esa forma.
Tenía una cara como de aburrimiento, pero al mismo tiempo, sus ojos eran crueles. Todo él le causaba escalofríos. Él volteó a mirarla por breves segundos y ella sintió que el estómago se le cayó.
Les habían advertido múltiples veces en la academia: no enfrentar a Cirse, no enfrentar a Yoltic, no enfrentar a Jack de la Morte.
Y ahí estaban.
—Entiendo que se puede prestar a un malentendido. Nosotros no teníamos idea de las intenciones de nuestros compañeros y bueno, ellos claramente no tienen sentido común. Pero le pido por favor que los entreguen, en cuanto lo hagan, nos iremos de inmediato y no los molestaremos más —dijo Nolan.
—¿Y qué nos darán a cambio? —preguntó Cirse después de soltar una carcajada burlona.
—Se nos mandó a investigar actividad vampírica o criminal. En lo que a mí y a mis compañeros concierne, no vimos ninguna actividad vampírica —explicó Nolan.
—Podría solo matarlos y no reportarían nada
—dijo Cirse encogiéndose de hombros.
—Y eso solo traerá más cazadores —dijo Nolan de inmediato —. Con todo respeto eh... desecharán la posibilidad de criminales si desaparecemos, pese a nuestra introducción, no somos novatos, estamos en un nivel en el que los crimínales no serían un reto.
—Podríamos huír después de matarlos.
—Mis compañeros solo necesitaron hackear el sistema para encontrar este escondite. Es seguro que los cazadores sepan de más lugares que usan y solo estén buscando una excusa para atacar.
Cirse se puso una mano en el mentón, entrecerró los ojos como buscando otro detalle a objetar pero se rindió.
—Eres bueno, chico. No tengo nada más para decir. Buen uso de la lógica. Lo que propones suena como un buen trato. ¿No crees que es un buen trato, Yoltic?
—Suena como un buen trato —contestó él.
Solange y Nolan sintieron un alivio pero entonces Yoltic y Cirse se dirigieron una mirada y estallaron en risas.
—Lástima que no podemos aceptarlo —dijo Cirse parando de reir.
—Lástima —completó Yoltic encogiéndose de hombros.
Nolan y Solange cerraron los ojos vencidos ante aquello. Era justo lo que habían temido. Sintieron un dolor terrible en el estómago. Nolan tragó apenas ocultando un temblor en sus piernas.
—¿Dónde... —dijo Nolan débilmente, intentaba ser fuerte, no dejarles ver el dolor que aquello les había causado, pero el aire se le fue y la garganta se le secó—. ¿Dónde están nuestros compañeros?
Cirse apuntó a cada uno de los vampiros presentes y luego a ella misma en el abdomen.
—No sé si entiendan que estoy apuntando a nuestros estómagos —dijo Cirse.
Solange jadeó sin siquiera darse cuenta.
—Ese fue el peor chiste jamás hecho.
—¡Yoltic! —contestó Cirse riendo —. No tienes que exhibirme así. Ok. Tienes que admitir que había un chiste ahí... solo fallé en ejecución.
—Si tu lo dices.
—Sí, lo digo. Muchas gracias —dijo ella y volvió entonces a dirigirse a Solange y Nolan —. Bueno ya, se dan la idea ¿no? Todos nos los bebimos. ¿Quieren sus cuerpos? Aquí solemos reciclar por si quieren dejarlos. Los pongo en mi jardín ya que son un excelente fertilizante. En especial el cabello, por alguna razón.
—Es por el nitrógeno— informó Yoltic.
—¡Ohhh! —dijo Cirse interesada casi saltando de su asiento—. ¿Escuchó eso Amo Jack? Nitrógeno. ¿Usted lo sabía?
Jack solo le dirigió una mirada de pocos amigos.
Solange se sintió caer de un edificio y por unos momentos no pudo siquiera seguir escuchando qué sucedía.
Aquello... ¿acababan de confirmar las muertes de sus compañeros? ¿De aquellos que había visto hacía tan solo un momento?
Le parecía irreal. Era como si la misma realidad aún no llegara a golpearla. No sentía nada. Se sentía apagada emocionalmente ¿o era eso el estar en shock?
—Como sea. Hablemos de algo más divertido. ¿Son algo ustedes dos? —preguntó Cirse señalándolos —. Siento una vibra, ¿no sientes una vibra, Yoltic?
—Sí, la hay— dijo Yoltic con una sonrisa—. Ella lo ama.
Solange y Nolan se miraron con cierto terror ante esa mención.
—Pero él no la ama de vuelta, al menos no de forma romántica, solo la ve como su hermanita.
Cirse abrió la boca.
—¡Yoltic! —exclamó ella con un gritito golpeando al aire—. Creía que la peor de todos nosotros era yo. ¡Somos crueles, pero no tanto! No hay que burlarnos de la chica en la... ay, ¿cómo se llama eso que los jóvenes humanos dicen? Ay, la zona, la zona... ¿no, nada?— dijo ella riendo—. Basta Yoltic... ¡quita esa sonrisa que me haces reír! ¿Estoy haciendo el ridículo?
—¿Sientes algo por mí?— le preguntó Nolan sofocado en voz baja pero Solange apenas pudo procesar aquello y se le hizo imposible contestar.
—Bueno, como sea. Tórtolos o no, vinieron aquí, y lo tendremos que tomar como una amenaza hacia la vida de nuestro amado líder. Tal cosa no debería quedar impune. ¿Qué piensa, amo Jack?
Él mantuvo ojos inexpresivos, entonces se disipó en el aire y en menos un segundo y ya estaba tras Solange.
Solange nunca se había congelado así. Sus reflejos eran impecables pero había algo. Algo le impedía moverse.
Pero, ¿cómo?
Solange no había respirado su esencia, Jack no la había mirado directo a los ojos y aún así la tenía bajo su control.
No solo eso. Nolan tampoco se había movido y la miraba de reojo con pánico que tenía, le indicaba que como ella, estaba inmovilizado. ¿Cómo hacía eso?
—¿Qué pienso? —preguntó él. Su voz era grave y profunda, monótona y lenta, como si estuviera exhausto y con un cierto acento discreto al final que resonaba en sus oídos como una cosquilla —. Que la mataré. Tienes razón, es claramente una amenaza —dicho eso se dirigió a la misma Solange —Es una pena. La poderosa línea central de los Soleil acaba contigo, ¿no es así? —le apartó el cabello—. Seguro los Soleil se molestarán bastante. Lo siento. Pero no te preocupes, será rápido.
—Espere. Amo Jack —dijo Cirse ansiosa al tiempo que Solange sentía el aliento del vampiro en su cuello. Ante ese momento silencioso soltó una risita nerviosa y continuó—. Pensé...
—¿Qué pensaste? —dijo Jack peinando el cabello de Solange con los dedos sin siquiera mirar a Cirse.
—Pensé que... que no quería matar a otro Soleil.
—Oh. Entonces sí escuchaste cuando lo dije tan solo hace unos días —le dirigió una mirada fría a Cirse y luego volteó a ver a Solange, hablándole como si fueran grandes amigos —. Qué interesante. Pensé que me había vuelto loco.
—Sí, lo siento, lo olvidé hasta ahora. Me disculpo, amo Jack. Y bueno, quizás esté apresurándose. Quizá matar a la chica solo le traiga más problemas con la Dinastía del Sol.
Solange pudo jurar que de reojo vio sonreír calculadoramente al vampiro que la tenía cautiva.
—¿Más problemas de los que ya me causaste, Cirse? —le preguntó Jack reincorporándose.
—Bueeno... eso fue accidentalmente. Era una prueba... teníamos que comprobar que era ust..
—No tengo tiempo para estas cosas, Cirse —la interrumpió Jack de la Morte—. Había escuchado buenas cosas de mi representante en este país, no que iba a venir a enredarme en juegos infantiles. ¿Pretendes que tu sabandija —dijo echándole una mirada altanera al vampiro musculoso—, vaya a contarle a todos los miembros de la Corte que no maté a la otra hija de los Soleil? ¿Qué quieres lograr? ¿Sembrar la duda entre mis seguidores? —dijo soltando una carcajada que les heló los huesos —. Déjame ponerte en claro las cosas Cirse, ¡y tú, zángano, pon atención!— le tronó los dedos al otro vampiro—. Los Soleil no olvidan ni perdonan y no tengo interés alguno en ellos. Creí que ya les había quedado claro.
Ahora, si la pequeña Soleil no regresa a casa, tengan por seguro que habrá una vendetta hacia todos los miembros de la Corte cuando los Soleil, quienes ya no pueden tener más hijos, pierdan a su última. Cirse lo sabe y aún así desea exponerlos —se detuvo ante esa revelación y luego se dirigió a su subordinada —. Pero bien, ya que gustas ponerme en evidencia —añadió con sus manos sobre los hombros de Solange—, déjame regresártela —dijo, y en ese momento Solange sintió sus piernas impulsarla y comenzó a caminar directo hacia Cirse sin poder detenerse.
Aquel sujeto tenía completo control de su cuerpo. Intentaba evitarlo, luchar en su contra pero al final se arrodilló ante la vampira y con sus manos, también fuera de su control, descubrió su cuello —, adelante, ¿por qué no haces los honores?— añadió Jack de la Morte con una sonrisa.
Cirse bajó la cabeza pero Solange notó que apretó los labios con cierta rabia.
—No. Lo siento, amo Jack.
—Si lo que quieres es comprobar mi reputación créeme que estás muy cerca de prestarte como ejemplo
—Le ruego me disculpe. Por favor, amo Jack. Déjeme compensar mi indiscreción.
—¿Qué puedes tener que me sirva? —preguntó él—. Por favor dime, porque de verdad, ver tu rostro ya me irrita.
—Se olvida de por qué estoy en esta posición, no lo culpo. Pero déjeme demostrar mi utilidad. Verá uno de mis talentos es saber bastante —le dijo y luego volteó hacia Nolan con una sonrisa—. Tú, chico. Tu apellido es Ignis, ¿no es así?
—Naineblanche, pero era Lys. Mi madre era Ignis.
Jack lo miró fijamente, por un segundo su rostro cambió por completo y Cirse sonrió complacida.
—Creí que los habían eliminado a todos —murmuró Jack.
—¿Puedo proceder, Amo Jack? —dijo ella. Él asintió con la mirada. Cirse dio un gritito de emoción y volteó de nuevo a Nolan —. Tengo información en relación a tu familia que puede servirte, querido. Verás hemos intentado expandir la Corte a Colombia pero hay ciertos vampiros opuestos a nosotros que tienen un fuerte control de Cartagena y Barranquilla. Supongo que los conoces muy bien.
Nolan se petrificó.
—Sí, fueron ellos quienes me persiguieron y quienes...
—Lo sabemos. Y por ese apellido que ahora llevas, bueno, supongo que podríamos llegar a un acuerdo que nos beneficie a todos.
No te voy a matar. Me sirves, pero no me sirves así. Tengo que darte la sangre o no lograremos nada.
Solange sintió un golpe en el corazón. Fue tan fuerte la impresión tras aquello que logró recuperar control de su pierna izquierda y brazo.
—¿Entonces... sabe usted quién fue el responsable en específico de matar a mi familia?
—Por supuesto.
—¿Quién los traicionó?
—Así es y esa información te la dará Yoltic en cuanto obtengas la sangre. Él tiene sus medios para saber. Lo mandamos ahí después de que sucedió todo para investigar.
—Ok, acepto —dijo Nolan de inmediato.
—¡Nolan! —volteó a verlo Solange, había recuperado la movilidad de su cuello.
—¡Solange, no tenemos opción! —le dijo él.
—¡Para no tener opción te ves muy animado! — lo regañó ella. Los ojos se le llenaron de lágrimas, sentía un jalón en el corazón y su piel reaccionó también de inmediato dándole un escalofrío permanente—. No puedes hacerlo. Es traición. Es...
—Ay querida, no tenemos tiempo para esto. No voy a negociar más. Si no aceptan, ambos mueren.
Jack la miró con cara de pocos amigos.
—Digo, el chico muere.
Nolan pidió permiso con una seña para acercarse. Cirse asintió girando los ojos y entonces él se arrodilló a la altura de Solange tomándola de las manos suplicante.
—Solange, por favor. Escucha. ¡Mi apellido es Naineblanche! Es mi meta. Si puedo sacarte de aquí y cumplir la misión de mi vida...
—No.
—Escúchalo bien, pequeña Soleil. Porque dependerá de ti —dijo Cirse al tiempo que se miraba las uñas.
—¿Por qué de mí? —sollozó Solange.
—Cirse... —intervino Jack de la Morte de nuevo.
—Está en sus propias reglas, amo Jack. ¿Se las recuerdo? Necesitamos hacer el trato con una ofrenda, no con la persona a convertir, se requiere una garantía —dijo ella y luego se volvió a dirigir a Solange—. No mataremos a tu novio, a cambio de un trato de encierro.
—A cambio le daremos la vida eterna a tu novio y todo lo que necesite para llevar a cabo su venganza. Niégate y solo lo eliminaremos. ¿Dónde estarán tus valores de cazadora? ¿Es confuso, no es así? ¿Qué opinas Amo Jack?
—Sabes bien lo que opino, Cirse.
—¿Y por qué no me detiene?
Solange no supo qué pasaba.
En ese mismo instante Cirse y Jack de la Morte cruzaron miradas y el ambiente se tornó en extremo hostil.
¿Jack deseaba detenerla? ¿Por qué lo haría? Se veía interesado en expandir sus dominios, ¿por qué entonces parecía no aprobar parte de los planes para llegar a ello?
Él entonces sonrió de forma sádica.
—¿Me estás retando, Cirse?
Ella mantuvo la mirada por unos segundos y luego soltó una risita.
—Para nada, solo bromeaba, amo Jack... ¿Eran las cosas tan serias en Singapur? ¿No bromeaban ahí?
Jack la ignoró y se dirigió a Solange.
—Será solo una semana.
—¿Una sem...? —dijo Cirse molesta golpeando el piso con su tacón en reacción.
Pero Jack la ignoró.
—¿Estás segura de querer hacerlo? —le pregunto él fríamente a Solange mirando de reojo a Nolan.
Solange quiso estacarlo en ese mismo momento. Si la vida de Nolan no estuviese en las manos de esos asquerosos chupasangre, lo hubiera asesinado. No le importaba su vida, mientras pudiera acabar con él sería suficiente.
—No me dejan opción, ¿o sí? — espetó Solange iracunda. Quería llorar, el pensar que quizá no volvería a ver a Nolan le comía el corazón, pero no le daría el gusto a esa maldita sanguijuela de verla con lágrimas.
—La tienes. Justo como tú le darás la opción de matarte o no, una vez que reciba la sangre.
—Nunca haría eso —espetó Nolan.
Jack alzó una ceja y se retiró.
—Ya veremos —murmuró antes de marcharse. Otro de los vampiros ahí, el de cabello rubio y sonrisa tranquila salió tras él.
Notas de la Autora
Sección de Comentarios Spoiler de Catrina ❤️
Sección de Comentarios Spoiler de Solange 💀