Damon
—¿Cómo te sientes? —me pregunta Ashton por quinta vez.
—Estoy bien, como te sigo repitiendo. Ya no duele.
—El doctor dijo que podrías volver a jugar hockey dentro de un mes. ¿Realmente volverás?
—Por supuesto que volveré. ¿Crees que una pequeña lesión me sacará del deporte que amo? Sí que piensas poco de mí, primo.
—Damon... casi moriste —me recuerda, como si todos no lo hicieran ya.
—Lo sé, simple mala suerte —me encojo de hombros, como restándole importancia. La única cosa que me había asustado de morir era haberme ido sin decirle a Blake la verdad, y ahora que ya había decidido mi siguiente paso, no tenía miedo de que las cosas salieran mal, al menos no después de que hubiese hablado con ella.
—Eso fue más que mala suerte —hace una mueca.
—No importa lo que fue. Si crees que puedes agarrar mi puesto en el equipo, te equivocas —me burlo.
—Eres un imbécil, Hunter —Ashton rueda los ojos mientras se va, pero puedo ver que se está riendo.
Miro mi celular por quinta vez. He estado intentando encontrar el valor para llamar a Blake, pero sigo posponiéndolo. La flor de origami quema en mi bolsillo y en mis manos cuando la toco, me recuerda a Scott y me recuerda a Blake, pero al mismo tiempo me recuerda que nunca debí haber puesto los sentimientos por mi hermano y los sentimientos por Blake en la misma flor de papel.
—Recuerdo cuando Scott y tú tenían la casa llena de esas cosas —menciona papá casualmente mientras mira la flor.
Por primera vez en toda mi vida, papá se ha tomado vacaciones y está en la casa, al igual que mamá, que por primera vez ha usado sus vacaciones para estar conmigo y no para ir a alguna playa paradisiaca del caribe con sus amigas. Ambos están preocupados y quieren cuidarme, como una redención por no haber sido capaces de cuidar a Scott.
A esta altura, estaba comenzando a perdonarlos. Es lo que habría hecho Scott. Habría soltado un patético discurso sobre cómo nuestros padres siempre estaban ocupados trabajando porque querían darnos lo mejor a ambos.
Sonrío ante el pensamiento.
—¿No vas a volver a darme un sermón sobre Blakely? —pregunto con sequedad. Papá suelta un suspiro y deja su café sobre la mesa.
—Debes perdonarme por creer que Blakely y su padre pueden usarte para que las acusaciones de asesinato en tu contra tengan un cimiento de dónde agarrarse.
—Claramente no conoces a Blake. Ella nunca haría algo como eso.
—Y aún así, sigue siendo parte de la familia que arruinó nuestra vida —dice tajante, y no puedo evitar pensar que era lo que yo me seguía repitiendo cada vez que intentaba odiar a Blake con todas mis fuerzas.
—Steven y Helen Brooks arruinaron nuestra vida, papá, no Blakely.
Esta es la primera vez que pronuncio las palabras en voz alta, y me sorprende lo ciertas que suenan. Finalmente soy libre, finalmente he dejado ir el resentimiento que me carcomía.
Y ahora puedo intentar arreglar las cosas con Blake.
La experiencia de casi muerte sí que me había hecho cambiar de perspectiva después de todo.
—Espero que sepas lo que haces, hijo —suspira—. De todas formas, no te voy a detener.
No le contesto mientras sigo mirando la pantalla de mi celular. Finalmente decido que no puedo seguir posponiendo lo inevitable y le marco a Blake.
—¿Hola? —responde al segundo tono.
—Hola, Blake. ¿Estás ocupada?
—Uhm... estoy en medio de algo, pero puedo dejarlo.
—¿Puedo pasar por ti?
—Uh... no es necesario. ¿Quieres hablar finalmente?
—Precisamente. ¿Puedes verme en el cementerio de la ciudad?
—Extraño lugar para encontrarse, pero está bien. En una hora.
—¿Segura que tienes cómo llegar?
—Segura. Nos vemos, Damon.
—Nos vemos, Blake.
No espero a que pase el tiempo para irme. Aprovecho que hoy finalmente tengo al alta para manejar y voy en dirección al cementerio. La lápida de Scott tiene flores recientes, que intuyo son de mamá. También hay un pequeño remolino de colores que gira al son del viento. La lluvia reciente ha dejado la lápida completamente limpia.
—Scott, hermano —comienzo a hablar, sabiendo que hoy es el día en el que debo dejarlo ir—. Siempre me pregunté qué dirías de esto, qué dirías si supieras lo que siento por Blake, y en mi odio y rencor infinito me convencí de que dirías que era el peor hermano del mundo. Desde que te fuiste, no recuerdo cómo sentir otra cosa que no sea odio, de sonreír a pesar de no querer hacerlo y actuar como un adolescente normal que tiene todo en la vida completamente figurado cuando en realidad solo quería desaparecer. Lo cierto es que jamás supe qué hacer con lo que sentía, y lo cierto es que jamás me habrías juzgado como me seguía convenciendo que harías. Tú no eras como papá o mamá, tú eras diferente, mejor que cualquiera de nosotros. Una vez me dijiste que te habrías cortado el brazo derecho con tal de que yo fuera feliz, solo porque una chica me rechazó cuando tenía 12 y me viste llorar en mi habitación... incluso entonces, tu corazón era más grande que el del resto de las personas. Sigo pensando que el mundo era demasiado horrible para ti, Scott, así que donde sea que estés ahora, estoy seguro de que no quieres que me una, sobre todo luego de que todo el mundo sigue repitiéndome que fue un milagro que sobreviviera. Sé que nos veremos algún día otra vez, aunque no sea por ahora.
<<Cuando estaba desmayado en la ambulancia, juraría que vi tu rostro. Me sonreíste, y no sé si fue un sueño o no, pero me dijiste que si amaba a alguien, no debía dejarlo ir. Fue lo mismo que me dijiste cuando Jessica me dijo que besaba como un idiota y yo le confesé mi amor eterno a los 12 y te respondí que el amor nunca era suficiente. Incluso entonces, siempre pensabas que al amor era la respuesta universal a todo, y supongo que voy a tomar el consejo de un niño de diez años y pelear por ella, pelear por Blake. Sé que donde sea que estés, tengo tu bendición. El único interponiéndose entre Blake y yo era yo mismo, nunca fuiste tú. Lamento haberte usado de excusa y haberte atribuido un rencor que nunca fue parte de ti. Incluso cuando esa mujer te arrebató toda la felicidad, en tu último adiós, escribiste que deseabas que siguiéramos adelante y te recordáramos con amor, que no podías seguir vivo en un mundo injusto, pero que nos cuidarías de donde sea que estuvieses después. Te amo, hermano, siempre voy a amarte y te juro por todo lo soy y lo que tú y yo fuimos que tenías razón y seguiré tu consejo. Si amas a alguien, no lo dejes ir.
—¿Damon?
Blake está de pronto detrás de mí. Llegó unos minutos antes de lo esperado y no sé si ha escuchado lo que dije, pero ya no importa. Ella tendría todas mis verdades.
—Me he preguntado toda la semana si el hecho de que hayas guardado esa flor por tanto tiempo significaba que las cosas podían cambiar—pregunto, sin dejar de mirar la inscripción en la lápida.
Scott Hunter, amado hijo y hermano.
—Sé que Ashton te dijo que mi hermano Scott se suicidó, pero que no te dijo la razón.
Ella asiente con la cabeza sin decir nada.
—Scott era mi hermano menor —comienza, mi voz tornándose lúgubre mientras revivo los recuerdos más dolorosos—. Era una año y medio menor que yo, así que como cualquier hermano mayor, lo protegía con mi vida. Lo que era estúpido, porque casi siempre era él quien tenía que sacarme de problemas y darme consejos de vida.
Me siento cruzado de piernas frente a la tumba, perdido en los recuerdos de una vida que se sentía distante. Blake se sienta a mi lado y pone su mano sobre la mía, trayéndome una calidez y una paz que solo soy capaz de sentir con ella.
—Éramos muy unidos. Él, yo e incluso Ashton. Scott era la vida de la familia, el único que sonreía a pesar de todo y no juzgaba a los demás, solo pensaba en ayudarte y ser tu amigo.
—Lo amas mucho —afirma, y yo asiento, mi mirada aún perdida en la inscripción de la lápida.
—Poco después de su cumpleaños número 11, comenzó a trabajar. Tenía mucha energía para un chico de su edad y aún le quedaba un año para poder entrar al equipo de hockey, así que comenzó a ayudar a los vecinos de Wolf Lake con tareas pequeñas, como palear la nieve o pasear perros. En algún punto, comenzó a ayudar a tu tía con todo.
Ante la mención de su tía, siento el cuerpo de Blake tensarse. Sé que sospecha que es malo, pero no creo que imagine cuánto realmente.
—Iba a diario a su casa, y a cambio ella le pagaba muy bien. Al principio, Scott estaba muy contento de ganar tanto dinero extra, pero en pocos meses su mirada comenzó a cambiar. Se volvió callado y retraído, apenas siquiera me hablaba a mí. Papá y mamá estaban demasiado ocupados trabajando como para notarlo y solo lo atribuían a la edad, que estaba entrando a la preadolescencia y esas mierdas. Llegó un punto en el que ya ni siquiera podía reconocer a mi propio hermano. Se había convertido en una persona lúgubre y pesimista, como un preso esperando su sentencia de muerte.
>>Finalmente, después de más de un año y cuando Scott no quiso entrar al equipo de hockey, nuestros padres hablaron con él y lo presionaron hasta que les confesó que Helen Brooks había estado abusando sexualmente de él por todo el tiempo que estuvo trabajando para ella.
—Oh, Dios —exclama, tapándose la boca en sorpresa. En un segundo, sus preciosos ojos de llenan de lágrimas.
—Luego de eso, tu tía fue denunciada inmediatamente y Scott comenzó a asistir a terapia, al mismo tiempo que el juicio se llevaba a cabo en las sombras. Nadie en la familia quería exponer a Scott al escrutinio público, menos en una ciudad como Wolf Lake. Mientras tanto, Scott estaba mejorando, y tu tía estaba a punto de enfrentarse a un montón de años de cárcel, hasta que llegó tu padre a defenderla. ¿Sabes lo que le dijo a mamá cuando lo encaró por representar a una pedófila y violadora? Que ese no era su problema, que no podía darse el lujo de ensuciar su apellido ni su firma. Tu papá ni siquiera era cercano a tu tía, solo le daba miedo arruinar su preciada reputación de mierda.
—Damon... lo siento tanto —dice, con más lágrimas cayendo de sus ojos.
—Tu padre es uno de los mejores abogados de Quebec, por lo que logró que tu tía saliera sin ningún tipo de castigo ni sentencia. Fue declarada inocente por falta de pruebas, y todo el avance que había hecho Scott en terapia durante ese año se fue a la mierda; seguiría viviendo a solo pocas cuadras de quien abusó de él por meses. Al día siguiente, mamá y papá viajaron a Toronto y hablaron con varios abogados para apelar la sentencia, así que me tocaba estar a cargo de Scott. Blake... lo perdí de vista 30 minutos en una llamada con mi entrenador de hockey, y cuando volví... Scott ya se había suicidado. Intenté... intenté hacerle RCP, pero incluso entonces sabía que era demasiado tarde. Su cuello ya se había roto.
Blake no dice nada. Por su rostro, puedo ver que está en shock.
—Esa es la razón por la que te odiaba, Blake. Cuando te llevé a tu casa ese día y me dijiste que Helen Brooks era tu tía, todo se vino abajo. Había tenido un año entero para vivir sin ella, sin nada que me recordara a ella o a Steven Brooks, y entonces llegaste tú.
—Sabes que no la conocí —sus ojos me suplican—. Nunca, nunca habría querido estar relacionada con una persona tan miserable.
—Lo sé ahora, Blake —aseguro, tomando su rostro entre mis manos y limpiando las lágrimas de sus mejillas con mis pulgares—. Pero no puedes llegar a imaginar lo culpable que me sentí luego de eso, enamorándome de ti cada día más a pesar de que sabía quién eras. Traté de alejarte, traté de odiarte, traté de hacerte odiarme tanto que jamás me querrías cerca, pero nunca fui capaz de dejarte ir. Cuando Ashton llegó a la ciudad, solo podía pensar en que finalmente te perdería, y que no podía dejar que eso pasara. Era enfermizo, todo era enfermizo.
—Lo siento mucho, Damon, no tenía idea... yo... no puedo imaginar lo mucho que sufrió Scott, lo mucho que tú sufriste.
—Me costó mucho separarte de la versión que tenía en mi mente de cualquier persona relacionada con esos monstruos que le arrebataron todo a mi hermano y a mí. Eras amable, maravillosa y con los pies en la tierra. Te sonrojabas por las cosas más mínimas y tu sonrisa... Diablos, Blake, tu sonrisa no era de este mundo, tan así que en cuanto te vi lo supe... supe que serías en todo lo que podría pensar por el resto de mi jodida existencia. Por un momento, cuando te vi sonreír junto al lago a pesar de todo por lo que habías pasado, me sentí vivo otra vez después de años sin encontrar una razón para levantarme de la cama más que por mera obligación, y entonces cuando fui a dejarte a casa todo se vino abajo. Por un momento deseé que solo hubieses comprado la casa y que no tuvieses nada que ver con ese intento de humano, pero entonces me dijiste que era tu tía, y fue como revivir todo otra vez, de la forma más retorcida posible. Tenías su casa, tenías su apellido, y como si eso no fuera suficiente, eras hija de Steven Brooks... y eras todo en lo que podía pensar.
—Lo siento, Damon —vuelve a sollozar.
—Pero nada de eso importa ya, Blake —la miro y siento algo nuevo en mi pecho. Esperanza—. Tú no eres ellos, y siento mucho que me haya costado tanto darme cuenta. No estoy buscando tu perdón con esto, tampoco estoy justificando mis acciones. Comprenderé perfectamente si nunca puedes perdonarme por odiarte y tratarte como lo hice por algo que nunca fue tu culpa, pero no creas ni por un momento que caeré sin dar una pelea. Todavía eres mía, Blakely Brooks.
—Damon, yo...
—Y cuando estuve en casa de Evangeline luego de que tu padre apareciera no fue por estar con ella, fue para encararla porque ella fue quien le dijo a tu padre sobre que yo supuestamente había matado a Helen Brooks, lo que por cierto no es verdad.
Sin decir nada, Blake envuelve mi rostro entre sus manos y me besa. Sus labios mojados por las lágrimas que siguen cayendo. Su tacto luego de tantos meses sin ella me vuelve a traer a la vida. ¿Quién diría que podía sentirme tan vivo luego de haber estado al borde de la muerte? Solo mi Blake podía lograr eso, solo ella podía hacerme sentir vivo.
—Estaremos bien, Damon —dice con seguridad, y eso es todo lo que necesito para volver a la vida—. Empezaremos otra vez, y las cosas serán mejores.
—¿Estás segura respecto a eso? —mi voz sale en un susurro.
—Estoy segura —responde sin titubear—. Todo lo que necesitaba era que confiaras en mí, así como yo confié en ti. Quizás nuestras circunstancias no sean las mejores, pero dice mucho de nosotros que a pesar de todas las razones por las que no deberíamos, estamos juntos y sentimos lo que sentimos. Si estás dispuesto a mostrarme todos tus demonios, entonces pelearé contra ellos junto a ti, Damon. Siempre.
—No creo que estés segura de en qué te estás metiendo —un pequeño amago de sonrisa se curva en mis labios.
—Créeme, lo estoy.
—Entonces, Blake, debes saber que no hay vuelta atrás. Nunca voy a dejarte ir.
—Bien —sentencia y vuelve a besarme.
***
Y finalmente sabemos la verdad! Qué dicen? Puede redimirse Damon? Y Blake lo perdonará realmente o se va a aliar con su padre definitivamente? Todo esto y más en el próximo capítulo de Stone Cold Touch *voz de comercial*.
Quiero saber lo que piensan, alguien teorizó algo como esto? De los comentarios que leí, nadie lo hizo, pero quizá alguien sí, a ver cuenten, déjenlo salir jajaja.
Eso sería por hoy, besitos <3