Ashton
Después de esa conversación tan incomoda con nuestros padres, Morgan salió corriendo y no me importo que su madre estuviera ahí, la seguí con la mirada y me mordí el labio al recorrer todo su cuerpo. No se que mierda me pasa con ella que no puedo apartar la mirada de su cuerpo, más bien, no puedo apartar la mirada de ella.
El verla sonreír se volvió un pasatiempo, a lo lejos siempre la veo sonreír cuando está con Nox o con Olivia.
El golpe en la nuca de mi padre me hace reaccionar, lo miro sin vergüenza alguna y sonrío. Mi padre es estricto en el tema del deporte, así como es estricto para meterme en la cabeza que es lo único que haré en la vida.
No me arrepiento de tenerla tan cerca de mi, es algo extraño, pero aún así debo de empezar a controlarme. Miro el reloj en mi teléfono y se que voy tarde. Camino por los pasillos, saludando a las personas que se me quedan viendo, el rumor ya se sabía en toda la preparatoria. Ni si quiera me quería encontrar con Amy, aunque no fuéramos nada ella no quiere verse como la engañada o la otra.
Mis plegarias se fueron a la mierda cuando la vi mirándome fijamente.
Dios, acompáñame.
Ella se me acerca y me da una tremenda bofetada. Me jala del brazo hasta llegar afuera de la preparatoria, joder. Por eso no me gustaba cuando se metía en ese papel de novia celosa. No quería quedarme mucho tiempo con ella por que necesitaba llegar al salón donde me esperan.
—¿Era necesario?
—Claro. —dice con simpleza. —¿Qué hacías con Irina en los baños? ¿Por qué te metes con ella?
¿Irina? ¿Se refiere a Morgan?
—¿Qué tiene de malo?
Me mira como si no me lo creyera.
—La odio, sabes que te puedes meter con quien quieras, pero ya te había dicho que ella no.
Frunzo el ceño y abro la boca sorprendido.
—Esto es por obligación de nuestros padres Ashton, eres atractivo y sexy, pero no eres mi tipo.
—Que sutileza, Amelí.
—¡Amy! —me corrige. —Para todos soy Amy, pero solo actuaremos en la preparatoria, fuera, ya puedes tirarte a cualquiera, menos a una.
—Dijiste a quien quisiera.
—Menos una...Irina Hans.
—Si, ya recuerdo.
—¿Entonces? Ashton, me cae mal y no voy a permitirlo.
—¿Puedo saber por qué?
—Cosas de chicas.
Ruedo los ojos y asiento.
Me despido y vuelvo a entrar a la preparatoria. Shawn y Luca me miran sonriendo y les saco el dedo de en medio para que no me jodan ahorita. Realmente no quiero que me molesten.
Nox llega corriendo y topa con el cuerpo de Luca haciendo que caiga de culo.
—¿Estás bien? —le pregunta
—Si. —se levanta y me ve. —¿Saben dónde está Morgan?
—Evitando a Ashton por la follada que le dio. —le contesta Shawn
Hijo de puta, Nox abre la boca sorprendida y me mira con los ojos muy abiertos.
—No es cierto, no follamos.
Ganas no faltaban, pero lastima que llegaron y nos interrumpieron.
—Bueno y ¿sabes dónde está?
—Se tuvo que ir. ¿Para que la necesitas?
—Olivia me va a matar.
Se va corriendo y vuelve a golpearse, pero no fue un cuerpo si no una puerta de un casillero.
Siempre dije que las mujeres eran difíciles de entender y Nox es un claro ejemplo de ello y por eso lo sigo creyendo. Los rodeo y camino hasta subir las escaleras y llegar al segundo piso, cruzó varios pasillos hasta llegar con la psicóloga de aquí.
Tocó varias veces la puerta hasta que escucho un "adelante". Entro y ella me sonríe, me siento y me cruzo de brazos. Mamá insistió en que debería ver a un y por eso estoy aquí. La psicóloga tiene un consultorio, pero los horarios que tengo no coinciden con los de ella, así que debo venir entre clases.
—¿Cómo estas, Ashton?
—Bien.
—¿No has tenido ataques de ira o has aguantado alguno?
—Por ahora no...
—Ya tengo tu diagnóstico.
—Solo soy impulsivo y...
—¿Sabes el por que lo eres? —pregunta y aparto mi mirada
—No.
—Tienes trastorno explosivo intermitente. Es leve, apenas te está empezando y créeme que ser atendido lo más pronto posible es aún mejor.
Aprieto mis manos y asiento.
—Tendrás que tomar medicamentos Ashton, debes saber controlarte, pero también debes saber cómo calmarte y no entrar en crisis. —explica. —¿Sabes lo que es el trastorno?, ¿lo que ocasiona?
—No, he oído hablar de él, pero nunca me interesó el tema.
—¿Creciste con abuso físico o verbal?
—No...
—Debes saber que para poder ayudarte, debes contarme. Pero tómate tu tiempo.
Me quedo en silencio mirando un punto fijo, mi realidad esta jodida, siempre lo estuvo y ahora tengo que tratarlo por que me estaba ovacionando problemas en mi vida diaria.
Tomo un gran suspiro.
Las apariencias engañan, por que a simple vista soy un maldito mujeriego de mierda que intenta caerle bien a las personas, soy el mariscal del equipo y soy el popular. Cuando la miro a los ojos me quiebro totalmente. Le explico, le digo todo lo que tuve que pasar y como lo superé o intenté superarlo. Ella me escucha y no opina hasta que dejo de hablar.
—¿Tus padres lo saben?
—No, ninguno y no quiero hacerlo.
—¿Alguien más lo sabe?
—Si,
—¿Quién? ¿Confías en esa persona?
—No.
Se enteró por que soy un idiota e imbécil que me sinceré ante una persona que no lo recuerda, pero su madre lo hace y me jode la vida.
—¿Quién te ayudó a superarlo?
—¿Qué le tengo cólera e irá a mi hermano por que siempre me comparan con él en todo? ¿O por lo otro?
—No te pongas a la defensiva, quiero ayudarte.
—Mi abuelo me ayudó hasta donde pudo, su muerte me sigue afectando cada vez que hablan o pienso en él. Así que si ya no hará más preguntas, me largo.
Tomo la mochila y me levanto. Salgo y camino hasta llegar a las escaleras, miro mis manos donde mis uñas hacían presión y se ve rojizo. Respiro una vez más y cambio completamente al Ashton de siempre. Este es el que deben conocer no el otro que es frágil, idiota y cerrado.
Me encuentro a Shawn en el camino y vamos a la clase de matemáticas, hoy entregan resultados de una prueba de diagnóstico que nos pusieron el primer día de clases.
Entramos y nos sentamos en nuestros respectivos lugares.
—Bien, voy a formar parejas para un laboratorio que me lo entregarán el viernes.
Empieza a dar las parejas y agradezco que no me haya tocado con alguien que no quisiera trabajar, necesito tener mis boletas con 9 y 10 para que me den una beca en Harvard o UCLA.
—Ashton Harrison usted trabajará con su compañera Irina Hans, así que usted se hará cargo de informarle.
Asiento y miro a Shawn que me ve con el ceño fruncido.
—¿El segundo nombre de Morgan es Irina? —sonríe con diversión
—Al parecer sí.
Nos entregan los laboratorios y los resultados de la prueba, bien saque 98.
—Señor Harrison. ¿Se lo podrá entregar a su compañera?
—Claro.
Me tiende su examen y me fijé en su resultado 100. Tomo el mío y checo mi respuesta con la de ella, Mierda, la había puesto bien, pero la borre.
Suspiro y lo guardo en la mochila
Salgo del salón y me dirijo al campo, hoy no tenía entrenamiento, pero mi padre entrenaba a los de atletismo. Hago una mueca cuando lo veo muy cerca de la entrenadora Hans. Deseaba que no intentaran nada por qué después no tendría oportunidad con su hija.
Veo a Morgan correr hacia su madre alejándola de papá y lo agradezco. Me dirijo hacia él y me da una pequeña sonrisa cuando me ve.
—¿Qué pasa, Ashton?
—¿Tu y la madre de Morgan?
—Somos amigos.
—Es lo que siempre le digo a mamá y aun así no me cree, ¿por qué creerte? —ataco y sonrío victorioso.
—Buena jugada, solo nos conocemos.
Fijo la vista en Morgan que al parecer está muy pálida y con lágrimas en los ojos, su nariz se arruga y hace una mueca de dolor. Admito que no vi a donde lanzaba el balón y le dio directo en la nariz, parecía una pequeña uva. Siente mi mirada y se voltea, retiro lo dicho estaba más pálida de lo normal.
Su madre le aprieta el brazo haciéndole que ella voltee a verla.
—¡Ashton! —miro a mi padre que me ve con una ceja enarcada
—¿Qué decías?
—El partido del viernes, te quiero dos horas antes.
Adiós planes...
—Claro.
Le doy una última mirada a Morgan que tiene la vista fija en el suelo mientras su madre la regaña.
Tengo una gran curiosidad de saber quién es Morgan Hans, oculta cosas y esa aura que tiene grita: doblégate ante mí. No usa ropa muy corta, pero usa lo necesario para verse jodidamente sexy. Su abdomen está marcado por el ejercicio, sus pechos redondos y que de lejos se ven que son naturales, esas piernas marcadas y ese culo respingón que tiene... ¡joder!, Choco con Shawn que iba distraído en su teléfono.
Debo concentrarme en otra cosa que no sea ella.
—El viernes fiesta después del partido, mis padres no estarán
—Claro, ahí te veo.
🏈📣
Era hora de salida y aún no salía del laboratorio de química, al parecer la profesora se desquitó conmigo y con Morgan dejándonos aquí. Ya había pasado más de 10 minutos desde que la maestra nos dejó en él aula, con muchos de problemas y varios resúmenes que acabar, realmente solo encarga por encargar y para jodernos a nosotros.
Exagera las cosas que vio en el baño, tal vez se malinterpretaran las cosas, por que estábamos demasiado cerca, pero me gustó por que podía sentirla contra mi y la sensación era increíble.
—Que se joda esa profesora. —suelta dejando de hacer los ejercicios
—Ambos sabemos que ya está jodida. —se ríe y no puedo evitar ver su hoyuelo
—Y urgida...claramente.
Al parecer eso si lo escucho y por eso nos dejó aquí. Solos y encerrados, lo cual era una magnifica idea, mi cabeza se creaba escenarios con Morgan y había mucho que hacer...
Mala idea dejarnos encerrados y solos maestra.
La detallo bien y sigue pálida, intenta ocultarlo con el maquillaje, pero me percato de ello.
—Irina, serás mi compañera de laboratorio en matemáticas.
Me quiero reír por la cara que hizo, me mira como si no lo podría creer y yo solo me encojo de hombros
—Tu no lo digas, solo mis amigos me llaman Morgan, Irina es para los demás, aunque odie con mi vida ese nombre.
—¿Por qué?
Al parecer captó bien mi pregunta y suspira, se levanta y se sienta a un lado mío quedando jodidamente cerca. Tengo muy poco autocontrol y en serio cuando voy por algo, lucho para conseguirlo.
—No me gusta llamar mucho la atención y si saben que mi nombre es Morgan, sabrán que soy la Morgan Hans del Elite.
—¿En serio no te gusta la atención?
—Soy porrista, Ashton. Amo que me pongan atención, pero he perdido y conseguido amistades a base de eso.
Ella llama la atención de cualquier forma, su figura, sus ojos y esa sonrisa.
—Bueno, tu siempre tendrás mi atención y mi amistad.
Se queda callada mirándome, sus mejillas se vuelven color carmesí y sonrío.
—¡Ay dios, cállate! —se queja tapando su cara.
Me rio y me mira, frunzo el ceño cuando veo que el color carmesí se va y vuelve el tono pálido en su rostro.
—Estas pálida.
—Estoy bien. —murmura alejando su mirada de la mía
—Te invito a comer.
—¿Qué?
—Te invito a comer. —repito y sonríe
—Claro, pero se te olvida algo, genio.
—¿Qué?
—Estamos encerrados en el salón de química.
Me levanto y rebusco en el escritorio hasta encontrar las llaves.
—Llevamos una hora aquí ¿y nunca te levantaste a recogerlas?
—Lo olvide.
Claro que no lo hice, quería pasar tiempo con ella.
Se levanta, toma su mochila y la mía, se acerca y me la entrega. Abro la puerta y la felicidad no nos dura ni un segundo, la profesora nos ve con los brazos sobre su pecho y una ceja enarcada.
—Otra hora más.
—Que se joda —me carcajeo y niego divertido
Ella es única.
🏈📣
—Joder, me duele el culo. —se queja y me rio.
Le quito la mochila del hombro y la cargo yo, me empuja haciendo que choque contra los casilleros, se carcajea y comienza a correr, la persigo y la empujó con delicadeza, se vuelve a reiré y casi se cae de cara.
Bajamos las escaleras corriendo, los pasillos están vacíos ya que es de noche, la maestra de química nos dejó salir hasta las 8:00 pm solo para jodernos.
Se detiene y la abrazo por detrás dando vueltas con ella, se ríe, sus carcajadas resuenan en los pasillos, su cabello castaño se alborota y lo peona mientras doy vueltas, la dejo en el suelo y se gira a verme con una sonrisa.
—Vamos al parque de Skate. —murmuro.
—No, me toca a mi enseñarte a hacer unas cosas.
Salimos de la preparatoria y la tomo de la mano para llevarla a mi auto, abro la puerta y ella entra, lanzo las mochilas a la cajuela y entro a la parte de piloto. Se gira a verme y le sonrío.
—¿Qué pasa? —pregunto, encendiendo el auto.
—Nada, solo miro si podrás hacer lo que tengo planeado.
—Puedo hacer muchas cosas. —murmuro y sonríe.
—Espero que si.
Puse el auto en marcha y Morgan coloco la radio, de vez en cuando la miro, tiene los ojos cerrados y tararea la canción, abre sus ojos me mira con la ceja enarcada, pasan varios minutos y se atreve a hablar.
—Tienes que tener la vista al frente. —se queja con diversión.
—Es más interesante verte.
—Si quieres seguir viéndome, pues intenta no matarnos. —me rio y me estaciono.
—¿Nos dejará entrar?
—Claro, mi excusa es que voy a entrenar. ¡Vamos!
Me bajo del auto y vamos a la entrada, coloca una clave y entramos al gran gimnasio, lo primero que te encuentras es una pared llena de pósters con las imágenes de ellas, individuales y en grupo, admiro la gran foto de Morgan, el color rojo le queda Perfecto.
—¿Por qué cambiaron de color?
—Florencia dijo que nos queda mejor el azul, así que por eso el cambio drástico.
Entramos a la parte donde está el mat donde entrenan, me toma de la mano y me lleva al centro, nos miramos a través del espejo y la estatura de ella me da gracia, me llega como por abajo del hombro.
—No te rías. —me mira y sonríe. —¿Qué tan fuerte eres?
—Bastante, diría yo.
—Bien, voy a enseñarte a cargar.
Sonrío y asiento, se quita un tenis y lo pone en mis manos.
—Son varias tomas, pero esta es la que ocuparás más, una vez que me tengas sobre los hombros, me tendrás que agarrar el pie así. —pone el tenis en la palma de mi mano. —Pero para lograr colocarme sobre tus hombros, debes lanzarme con fuerza hasta llegar a la altura.
—¿Es un reto, bonita?
—Lo es. —se gira y se hace un nudo en la camisa. —Dame tus manos. —hago lo que me dice y después las coloca en su cintura, la piel se le eriza y sonrío. —Vas a apretar mi cintura y vas a lanzar desde ahí, voy a saltar dos veces, a la segunda es cuando me lanzas y debo estar en tus hombros.
—De acuerdo...
Se gira y se agacha para ponerse el tenis, se levanta y me mira con una sonrisa, el brillo en sus ojos me indica cuánto le gusta este deporte y me alegra saber eso, por que lo hace con tanta energía y pasión.
—¿Listo? —se gira y la veo a través del espejo. —5, 6, 7... —salta y a la segunda la lanzo, logra llegar a la altura, pero una de sus piernas queda más adelante haciendo que caiga, la atrapo y sonríe. —Nada mal para ser la primera vez.
Me encojo de hombros y le doy una sonrisa divertida.
Fueron máximo 10 intentos en los que fracasamos, descansamos y al final debía de lograrlo, no me iba a ir sin llegar a cargarla, la vuelvo a tomar de la cintura colocándola frente a mi, tomo aire y asiento.
—5, 6, 7... —salta esas dos veces y la lanzo haciendo que caiga en mis manos, grita de emoción cundo ya está arriba. —¡Ashton, mira el espejo, tomaré una foto!
Lo hago y sonrío, deja caer el celular al mat y me rio.
—Ahora para bajar es lo mismo, me lanzaras y atraparas por la cintura.
—De acuerdo.
—5, 6, 7... —la lanzo y la atrapo, se gira y me abraza, escucho su risa y me contagia, se separa un poco haciendo que nuestras caras queden muy cerca. —Eres bueno en esto, Harrison.
—Ya te dije, soy muy bueno en muchas cosas. —susurro, mirando sus labios.
Una de mis manos va a su mejilla y la acaricia, recarga su cara en ella y esbozo una pequeña sonrisa.
—Bonita...
Una luz nos ciega y eso hace que nos separemos, un guardia de seguridad nos mira mal, Morgan se ríe nerviosa y se encoge de hombros.
—Ya nos vamos, Miles, lo siento.
—Avísame a la próxima, Morgan.
—De acuerdo.
Se retira y la miro.
—¿Habrá una próxima? —le pregunto y me mira con una sonrisa.
—¿Quieres que haya una próxima?
—Claro, me encantaría.
—Entonces, primero mis clases de Skate y después tus clases de animación.
—Me parece bien.
Salimos del gimnasio y vamos directo al estacionamiento donde se encuentra mi auto, antes de entrar, me detiene y me abraza por el torso.
—Gracias por esta noche, hace tanto que no me divertía así.
—Cuando quieras, bonita. Ahí voy a estar...