Ghost [Draco Malfoy//Scorpius...

Von laurabravoc

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T/n es una chica con ilusiones, con ganas de vivir la vida, con amigos que siempre la acompañan y miles de pl... Mehr

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Epílogo

Capítulo 26

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Von laurabravoc

¡Holaaa!

⚠️ADVERTENCIA⚠️

El siguiente capítulo contiene contenido sensible. Puede herir la susceptibilidad de algunas personas.

He intentado que sea lo más implícito posible.

Espero que disfruten el capítulo, es el más largo que llevo por ahora, por eso la demora.

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2 semanas después

T/N POV

Ausencia. Un vacío en mí se prolongó.

Caminando por los pasillos de mi hogar, Hogwarts, me encontraba. Estar en mi hogar me hacía sentir acogida, a salvo, en casa. Sin embargo, ahora todo había cambiado.

Frío, incomodidad, en peligro..; así me sentía. Desde que Draco desapareció nada volvió a ser lo mismo.

Hace 2 semanas todo parecía ir perfecto. Recuerdo que mi última conversación con Draco estaba llena de esperanzas y de amor.

Tras rebajarnos e ir a pedirle ayuda a Lucius en cuanto a la maldición, Draco me dijo que no había problema. Lucius nos ayudaría. Lucius fue el causante de mi maldición y no sé por qué pero ni si quiera me sorprendía, me odiaba.

El caso es que Lucius se había comprometido a eliminarme la maldición y raramente no pidió nada a cambio. Ahora, mis dudas salían hacia al exterior.

¿Dónde demonios se había metido Draco? ¿Tendrá algo que ver Lucius?

Lucius me odiaba, lo sabía, pero él quería a su hijo de alguna manera u otra, descartaba completamente la idea de que le pudiese hacer daño.

Pero.. Draco.. ¿dónde estás?

Llevamos 2 semanas buscándolo por cielo y tierra.

No me imaginaba que Draco se fuera por su propio pie, jamás me abandonaría y mucho menos a su hijo.

Scorpius y yo hemos estado buscándolo por todas partes pero nada, ni rastro, y nadie sabía nada de él.

Aun así, no me rendía. Justo dentro de unos minutos había quedado con Scorpius para ir a Londres a buscar de nuevo, aunque cada vez con menos esperanzas.

En cuanto a Lucius, no había hablado con él, solo estaba esperando a que lo tuviera todo preparado. Draco dijo que él me avisaría, aunque para ser sincera ahora mismo no me importaba la maldición, solo quería encontrar a Draco.

En mi habitación, preparada, me encontraba.

Al parecer hoy iba a ser un día horrible en cuanto al clima. Estaba nublado, la ausencia del sol se notaba, y las nubes estaban tan negras como el alma de Lucius.

Decidí no tomar la poción, ya que no tenía motivos por los cuales hacerlo y tampoco quería empeorar la situación si quería que el hechizo de Lucius funcionara. No me podía creer que la persona que me iba a devolver todas mis emociones, mis sentidos y mis sueños iba a ser la misma a la cual odiaba. Pero así era. Solo rezaba porque la desaparición de Draco no tuviera nada que ver con él.

Preferiría mil veces que Draco me abandonara que Lucius le hiciera daño.

Sí que es verdad que también estaba mal por Scorpius. Aunque no lo admitía para no ponerme mal, lo podía notar, podía ver en sus ojos la tristeza y decepción al no saber nada de su padre, al sentirse abandonado.

Por eso, debía hacer lo posible para encontrar a Draco, no sólo por mí, si no por ellos.

Ya era la hora, había quedado con Scorpius en la puerta principal. En principio, Scorpius no tenía permiso para salir del Castillo ya que Draco no estaba y no podía darle autorización, sólo teníamos la esperanza de que no nos pillaran.

Decidí coger mi abrigo largo, aunque no podía sentir, ya que no había tomado la poción, decidí ir adaptada al clima, me gusta sentirme viva aunque no lo esté. Me gusta sentirme normal.

Al salir de mi habitación y cerrar la puerta cuidadosamente encontré a alguien viniendo hacia mí.

-¿Dónde vas? ¿Y sin mí? -me preguntó Fred bromeando. Yo solté una pequeña risita.

-A buscar a Draco, de nuevo. -le respondí.

-¿Otra vez con eso? T/n asume que se ha ido porque es un cobarde de mierda y un mal padre de hecho. -me dijo.

-¡Claro que no! Draco jamás haría eso. -le dije alzando un poco la voz sin darme cuenta.

-Parece que no lo conoces.. Venga, hablamos de Malfoy. -me intentaba convencer.

-Draco ha cambiado, Fred. Ahora es maduro y no creo que fuera capaz de abandonar a su propio hijo así por qué si, de la nada. -le dije.

-Vale, lo que digas. Luego no me vengas llorando, por que sé que lo harás. T/n, se ha ido sin decir nada y sus cosas no están en su habitación. Si le hubiera pasado algo, no se hubiera llevado sus cosas consigo mismo. Vamos, no quiero que sufras pero abre los ojos. -me decía.

En el fondo llevaba razón pero no quería admitirlo. No me costaba nada pensar lo contrario y no iba a parar hasta averiguarlo.

-Pues yo misma lo averiguaré, y si eso es cierto entonces vendré a ti y oirás lo que tanto te gusta oír "llevabas razón" -le dije.

-No es que me guste oírlo pero te he visto tantas veces sufrir por ese inútil que no quiero que se repita de nuevo. -me confesó.

-Está bien. No te preocupes por mí. -le dije y me marché algo dolida aunque sabía que llevaba razón.

Llevaba razón si lo hubiesen secuestrado o si algo malo le hubiera llegado a pasar no se llevaría sus cosas pero entonces.. ¿a donde habría ido? ¿y con quién? Es todo muy confuso pero no me iba a quedar de brazos cruzados.

Bajé hasta la entrada principal en busca de Scorpius pero él aún no estaba, así que, me detuve y me digné a esperarlo.

Mientras esperaba a Scorpius, pasó algo no muy usual, la Directora Mcgonagall se acercó a mí.

-Buenas Señorita Lupin. ¿Espera a alguien? -me preguntó y comencé a ponerme nerviosa.

-Eh.. no Directora.. -comencé a tartamudear. Yo, bueno.. yo.. sí, espero a Fred, nos vamos hoy de excursión. -le mentí.

-¿Está usted segura? -me preguntó.

-Claro, ¿por qué razón le iba a mentir? -le pregunté.

-Es que he notado que el alumno Scorpius Malfoy y usted han estado saliendo del Castillo, sabe usted que no puede salir con un alumno sin autorización previa de un familiar ¿verdad? -me dijo.

-Ehh.. claro. Lo siento, no sabía que.. Scorpius no tenía autorización para salir. Lo siento de verdad Directora. -le volví a mentir.

-Está bien, no se preocupe pero que no vuelva a suceder. -me dijo y se dio media vuelta para marcharse. ¡Ah! Y.. que se lo pase muy bien de excursión hoy. -me dijo y me guiñó el ojo.

Estaba claro que la Mcgonagall se había dado cuenta de que le estaba mintiendo. ¡Menuda idiota soy! Si en todos estos años no se había tragado ninguna mentira, no iba a conseguirlo ahora. La Directora era muy inteligente como para tragarse la supuesta "excursión con Fred".

En cuanto la Directora se marchó, apareció Scorpius.

-¡T/n! -me susurraba escondido detrás de una columna del pasillo.

-¿Qué haces Scorpius? ¡Vamos! -le dije y Scorpius se acercó a mí.

-No voy a poder ir ahora T/n. Mcgonagall nos pilló ayer y ahora me tiene muy vigilado -me dijo alzando su mirada hacia arriba, en donde se encontraba Minerva mirándonos.

-Está bien, no te preocupes. Iré yo sola. -le dije.

-¡No! Debo ir contigo. Por favor, espérame. Esta noche cuando todo el mundo esté dormido, podemos ir a Londres. Tal vez, alguien haya visto a mi padre. Le preguntaremos a los clientes habituales de los bares de noche, o tal vez a algún vagabundo de por allí. ¿Te parece? -me propuso.

Yo estaba deseando ir a buscarlo ya, pero no podía decirle que no.

-Está bien. -asentí.

-Espérame a las 00:00 en el bosque, saldremos juntos desde allí. -me dijo y yo acepté.

Total, no tenía que esperar mucho más. Tan solo unas horas y sí, tal vez cambiando la estrategia y el horario tendríamos más posibilidades de encontrar a Draco.

Draco, mi querido amor, ¿por qué te has marchado así? ¿he hecho algo mal? Lo extrañaba tanto.. su olor, sus abrazos y sus risas..

Tenía la esperanza de que simplemente se hubiera ido por trabajo y no le hubiera dado tiempo de avisar, o que tal vez me dejó una notita en mi habitación pero se perdió con el viento.. Me gustaba pensar todo eso, antes que admitir que me abandonó, nos abandonó.

Durante el día, no tenía nada mejor que hacer así que me encerré en mi habitación. No tenía ganas de nada. No podía dejar de imaginarme del abrazo que le daría a Draco en cuanto lo viera.

En cuanto a Scorpius, en estas semanas hemos estado más unidos que nunca y ya no sentía esa incomodidad como antes. Era cierto que me pasaba algo con él aunque he estado tratando de ignorarlo.

Aún no entendía como podía sentir algo por dos personas a la vez pero estaba claro que eran sentimientos diferentes y mi corazón aún no sabía diferenciarlo claramente.

Por Draco sentía amor, eso estaba claro. Daría la vida por él, y no podría vivir sin él. Draco me hacía sentir como si estuviera volviendo al pasado, como si solo fuésemos él y yo con 16 años, estudiantes de Hogwarts, adolescentes sin algún tipo de problema. Sin embargo, por Scorpius.. no sé.. Scorpius me hacía sentir diferente, me hacía sentir otra persona completamente diferente, como si esa chica del pasado no existiera y renaciera de nuevo. En fin, otra T/n. Con Scorpius todo eran risas, nervios, mariposas en el estómago, me hacía creer que los problemas no existían e incluso, a veces, me hacía creer que estaba viva, que se me olvidara el ser fantasma.

Era todo tan complicado que no tenía ni idea de gestionarlo.. Pero como siempre habían problemas de por medio, solo debía centrarme en ellos, y dejar de lado lo que me pasaba con Draco y Scorpius. Lo importante ahora era encontrar a Draco, que Lucius me quitara la maldición, y después ya se vería todo lo que se tuviera que ver.

Pasé horas en mi habitación y por más que quisiera quedarme allí, ya no podía más, mi cabeza iba a estallar.

Decidí bajar al lago. Necesitaba respirar aire, así que olvidé el futuro por un momento y volví a tomar la poción.

Pasé por la sala de pociones, y luego me dirigí directamente hacia el lago.

Al llegar hacía frío, con suerte llevaba una sudadera negra aunque no lo suficiente para el tiempo que hacía.

Me senté en el césped, mis rodillas pegadas junto a mi pecho y mis manos abrazándolas. De repente miré hacia el cielo, podía notar que quedaba muy poco para que comenzara a llover pero yo decidí quedarme ahí, pensando, respirando aire fresco.

No había cosa que me gustara más que el aire rozara mis mejillas. Me sentía genial en ese momento. A veces, la soledad también es algo maravilloso, te hace desconectar y reflexionar.

Parecía que iba a tener un momento para mí y mi relajación pero no era del todo así. Alguien apareció por detrás mío y acabó sentándose junto a mí, a mi lado e incluso con mi misma postura.

-¿Preparada para lo de esta noche? -me preguntó Scorpius y yo comencé a ponerme nerviosa. ¿Cómo que lo de está noche? ¿Qué quería decir? ¡Atrevido!

-¿Cómo? -le pregunté sonrojada.

-No te pongas nerviosa princesita. Me refiero a lo de nuestra escapada a Londres. -me dijo mientras me miraba. ¿O es que quizás estabas pensando en otra cosa? -me preguntó acercándose mucho más a mi rostro.

Me sonrojé mucho más y me dolía el estómago, debía ser por los nervios.

-¿Qué dices? ¡No seas estúpido! -le dije furiosa, o al menos tratando de mostrarme así para ganarme su respeto.

Scorpius comenzó a reír.

-No entiendo por qué no lo admites. -me dijo.

-¿El que debo admitir exactamente? -le pregunté aunque ya me olía la respuesta.

-Que te atraigo. -me dijo y nuestras miradas se encontraron. Pude ver sus ojos azules brillar sobre mí.

-¿Estás loco? Estoy harta de decirte que no. Además eres el hijo de mi novio. ¿Qué locura es esta? -dije dejando escapar una risita nerviosa.

-Venga ya, no te estoy pidiendo que admitas que estás super enamorada de mí y que te irás a vivir conmigo y que nos casemos cuando vuelvas a ser humana. Simplemente te digo que te atraigo y lo sabes. -me dijo.

Por un momento me imaginé todo lo que dijo y no me pareció tan mala idea pero reaccioné al instante. ¡Claro que no! ¡T/n! ¿en qué estás pensando?

-Estás loco si piensas que podrías llegar a atraerme. -le dije, mintiendo obviamente.

-¿Entonces quieres decir que te parezco feo? -me preguntó.

-No, claro que no. -se me escapó.

-¿Ves? ¡Lo sabía! -me dijo.

-Eh.. yo no quería.. ¡Oye! Me has hecho una encerrona eso no vale. -le dije bromeando y ambos acabamos riéndonos.

Al cabo de unos segundos ambos nos quedamos en silencio y algo más serios cuando Scorpius intervino.

-Moriría por que sintieras lo mismo que yo siento cuando estoy contigo. -me dijo y sin darme cuenta su rostro se encontraba a muy pocos centímetros del mío.

Estaba nerviosa sí, pero no quise apartarme.

Mi corazón me decía que no lo hiciera pero mi mente me decía que sí.

-¿Qué pasaría si te besara ahora mismo? -me preguntó.

Por un momento iba a dejar que me besara. Tenía sus labios tan cerca de mí, pidiendo que lo hiciera pero.. no podía hacerle esto a Draco, yo lo quería de verdad.

-Que tu padre te mataría, y luego yo también. -le dije y me aparté mirando al horizonte de nuevo.

Él no dijo nada e hizo exactamente que yo.

Ambos nos encontrábamos mirando a la nada y pensando en lo mismo.

Deseaba haberlo besado, ¿por qué? No quería pero sí a la vez.. ni yo misma me entendía.

Cuando parecía que íbamos a dejar el tema, Scorpius intervino de nuevo.

-Mi padre no te quiere T/n. -me confesó Scorpius.

-¿Qué estás diciendo? -le pregunté confusa.

-Lo que oyes. Si te quisiera, ¿crees que nos habría abandonado así? -me dijo.

-¡Otro! ¡Que no nos ha abandonado! Estoy segura que si tu padre se ha marchado así es por algo importante. -le dije alterada.

-Ilusa. -dijo mientras se le escapaba un risita forzada.

Cuando Scorpius se me ponía así no lo soportaba así que decidí levantarme y marcharme de ahí pero justo cuando estaba de pie y marchaba a seguir con mi camino, Scorpius se levantó y agarró mi brazo.

-Mi padre te ha dejado por otra, ya verás. -me dijo. Me dolió tanto que no lo pude evitar y mi mano abierta fue como un imán directa hacia su mejilla.

Scorpius se tocó la cara sorprendido. No se imaginaba que fuera capaz de hacerlo, ni yo tampoco.

-Lo siento. -me disculpe.

-Supongo que me lo merecía. -me dijo y fue él quien abandonó el lugar.

-Scorpius.. yo no.. -le dije pero me marchó antes de que pudiera oírme.

Todo lo hacía mal. Scorpius fue duro conmigo pero no merecía que yo reaccionara así con él. Pero es que.. ese chico me ponía tan nerviosa.. que no podía controlar mis emociones.

A tan solo media hora de haber quedado con Scorpius me encontraba en uno de los corredores de la planta baja de Hogwarts que daba hacia el patio, leyendo un libro para matar el tiempo, y sí, volví a tomar la poción, era algo adictivo.

Si no fuera porque Scorpius me dejó una nota, esta tarde después de nuestra pequeña "discusión", diciendo que el plan seguía en pie, creería que no asistiría y lo comprendía, por como lo traté.

Leía un libro sobre un chico que pierde su padre en la guerra, era de lo más triste del mundo. Lo que me hacía falta leer.. dudé varias veces en parar de leer pero no fue exactamente decisión mía por la cual dejé de leer.

Unas risas comencé a escuchar y cada vez se escuchaban más cerca.

Eran unos chicos, alumnos de Hogwarts, los había visto antes.. Iban a la clase de Scorpius aunque nunca vi que mantuvieran relación con él.

Eran 4. Dos morenos y dos rubios, más o menos de su misma estatura.

Se suponía que no debían haber alumnos por allí a esas horas. Si estos chicos siguen por aquí, Scorpius y yo tendríamos problemas a la hora de intentar escaparnos.

Los cuatro seguían riendo hasta que me vieron y al parecer llamé su atención.

-Pero bueno, si es la famosa fantasma media humana. -me dijo uno de ellos que al parecer era el líder del grupo.

-No sé de que me hablas. -le dije intentando apartar mi mirada.

-Venga, no te hagas. Todo el mundo sabe que tomas una especie de poción que te hace ser humana. -me dijo.

-Lo siento, tengo que irme. -les dije, cerré el libro y me levanté para irme de ahí.

Los chicos alcanzaron mi paso y se pusieron dos delante de mí, me di media vuelta pero habían otros dos que me impedían el paso.

-¿Qué queréis? -les pregunté asustada.

Realmente no sabía que era lo que querían.

-Comprobar si de verdad sientes como humana. -me dijo el líder.

-¿Cómo? -le dije confusa y ellos comenzaron a acercarse más a mí.

No podía mostrarme débil, no en estos momentos. Mi padre siempre me había enseñado a que por muy feas y difíciles que se pongan las cosas, nunca echarme para atrás.

-¿De verdad queréis saberlo? Está bien. -les dije.

-Uhh.. Lanzadita la fantasma. -dijo otro de ellos.

El líder se comenzó a acercar mucho más a mí con intención de tocarme pero antes de que pudiera hacerlo, levanté mi pierna y lo golpeé en el pecho con una patada a toda velocidad.

-¡Ahh! ¡Estúpida! -me gritó y los otros solo miraban.

-¿Se siente al igual que una humana? -le dije con sarcasmo.

Al ver que sus ojos producían ira, salí corriendo de ahí.

Corría y corría como nunca.

Una cosa era ser valiente pero también debía ser inteligente, eran cuatro contra una y no podía quedarme a que me pegaran la paliza de mi vida.

Corrí pero no fue suficiente uno de ellos me empujó y caí al suelo en el mismo pasillo en el que nos encontrábamos anteriormente. No me había dado lugar ni a salir de ese espacio.

El líder me levantó agarrándome del brazo bruscamente.

-No vas a ninguna parte fantasmita. -me dijo y me llevó directa a la pared de un buen porrazo.

-¡Suéltame! -le gritaba mientras intentaba soltarme de su agarre.

El chico me tenía inmovilizada. Ahora vas a sentir lo que siente una humana. -me dijo con sus ojos llenos de lujuria.

En cuanto esas palabras salieron de su boca, comencé a llorar. No podía aguantarlo. Todo lo que me estaba sucediendo. ¿Por qué a mí? No tenía escapatoria.

Pero al parecer algo llamó la atención del chico y es que sus tres amigos ya no estaban, desaparecieron.

El chico sonrió de forma pícara.

-Bueno mejor, ahora estamos solos. -me dijo.

Intenté escaparme pegándole una patada en sus partes pero tenía mis piernas inmovilizadas. Tal vez había perdido agilidad al estar tantos años "intangible".

El chico comenzó a sobarse en mi cuello y mi llanto no podía parar.

-¡Para! ¡Por favor! -gritaba con el corazón encogido.

Él seguía pero de pronto se apartó bruscamente. Pensé que lo hizo voluntariamente pero no. Scorpius lo había agarrado por la camisa y lo había lanzado al suelo.

-No la vuelvas a tocar, ¡hijo de puta! -le gritó tan furioso como no lo había visto nunca.

-Pero bueno, si es un Malfoy. Otro puto cobarde como su padre. ¡Largo de aquí! ¿No estás viendo que estamos ocupados? -le dijo el chico mientras lo apartaba de un manotazo hacia un lado. Esto hizo que Scorpius se cabreara a un más y lo empujó.

-¿Estás sordo o qué? -le dijo Scorpius alzando la voz. ¡Qué te largues de aquí ahora mismo! -le volvió a gritar.

-¿Estás seguro que quieres seguir con esto? -le preguntó el chico.

Scorpius no dijo nada y se acercó silenciosamente al chico y le plantó un buen puñetazo en la cara. El chico cayó al suelo, y al girar su cabeza para mirarlo pude ver su boca soltando sangre, al parecer venía del labio inferior.

-Por esas vas ¿no? ¡Está bien! -dijo el chico y silbó con sus dos dedos en la boca. Eso solo significaba una cosa. Los tres amigos volvieron y todos se acercaban a la vez a Scorpius.

Uno de ellos le pegó un puñetazo el triple de fuerte del que Scorpius le metió al chico y esto hizo que Scorpius cayera al suelo.

-¡Ah! -se quejó Scorpius.

Otro de ellos le pegó una patada en el estómago y Scorpius volvió a gemir de dolor.

-¡Parad! ¡Parad de una vez! ¡Dejádlo! -grité pero ellos seguían agrediendo a Scorpius.

Pude ver a Scorpius lleno de sangre por varias partes de su rostro.

No sabía que hacer así que me lancé a la espalda de uno de ellos que estaba encima de Scorpius pegándole puñetazos.

Al subirme encima para intentar detenerlo, este me tiró al suelo y siguió con su trabajo.

-¡Por favor dejadlo! -dije llorando a mares pero ninguna me prestaba atención. ¡Haré lo que me pidáis! -le dije.

Realmente haría lo que fuera por Scorpius. Ahí realmente me estaba dando cuenta de lo mucho que me importaba.

-Está bien. -dijo el líder haciéndole señas a los demás para que pararan y estos le hicieron caso.

El chico que lideraba se acercó a uno de sus amigos para decirle algo en el oído y éste asintió con sonrisa pícara.

El chico obedeció y sacó su varita. Este apuntaba a Scorpius con furia en su rostro.

Pude ver a Scorpius derrotado, sangrando por todas partes.

-Hazlo. -le dijo Scorpius al chico que le apuntaba con la varita.

-¿¡Qué!? ¿Hacer el qué? -pregunté asustada.

-¡Septusembra! -mencionó el chico y Scorpius fue atacado.

-¡No! -grité con todas mis fuerzas.

Los chicos salieron corriendo y yo pude ver a Scorpius tumbado en el suelo, boca arriba con expresión en su rostro de dolor. Yo corrí hacia él hasta quedar agachada a su altura.

-¡Scorpius! Tranquilo ¿vale? te llevaré a enfermería, tu aguanta. -le dije mientras presionaba con mis manos sobre su estómago donde fue atacado.

Lo malo de ser fantasma era que no podíamos hacer magia, ni tenía varita. No podía curarlo.

En esta situación me daba igual todo y comencé a gritar.

-¡Ayuda! ¡Por favor! -gritaba pero no venía nadie.

-T/n.. vete tienes que encontrar a mi padre. Ya vendrán a por mí. -me dijo con la voz entrecortada y dolorida.

-¿Qué? ¿Estás loco? Estás loco si piensas que te voy a dejar aquí tirado. -le dije.

-T/n.. vete. Yo no voy a sobrevivir, tú si, anda y vete. -me dijo y yo ni si quiera lo dudé.

-No me voy a ir. Eso tenlo por seguro. -le dije.

-Lo sabía. Sabía que sentías algo por.. -me intentó decir pero sus ojos se cerraron.

Corriendo tomé su pulso y pude notar que aún tenía, gracias a dios. Simplemente, se había desmayado.

Llegaron varios profesores y se lo llevaron a enfermería.

Yo fui con ellos pero no me dejaron entrar por lo que me quedé en la puerta.

Mientras que estaban supervisando a Scorpius, algunos profesores me hicieron algunas preguntas sobre lo ocurrido. Al parecer, expulsarían a esos niñatos de Hogwarts pero realmente eso era lo que menos me importaba en estos momentos.

Ahora sí. Me di cuenta que verdaderamente estaba enamorada de Scorpius. Cuando estaba sufriendo todo eso, solo quería cambiarme con él. Además todo lo hizo por defenderme, todo culpa mía.

Ha tenido que pasar esto para que me de cuenta de que lo quiero. Sí, al fin lo dije, lo quiero. Ni si quiera esa noche pude pensar en Draco, la prioridad era Scorpius.

Rezaba y rezaba porque saliera de esta. No podía quedar aquí. Tenía que despertar y decirle cuanto le quiero, él siempre había querido oír eso. Pero.. ¿cómo no me di cuenta antes? ¡T/n eres una estúpida!

De pronto la enfermera salió de la sala muy cuidadosa y silenciosamente y se acercó a mí.

-¿Se pondrá bien, señora? -le pregunté.

-Gracias a Merlín, sí. Está algo delicado por lo que no sería conveniente que lo visites ahora. Deberías dejarlo descansar y venir a verlo mañana.

-Está bien, gracias. -asentí y ella se marchó amablemente.

Y de nuevo lo hice, mentí. Y un carajo voy a esperar a mañana.

Cuidadosamente abrí la puerta de la enfermería, y al entrar volví a cerrarla.

Y ahí estaba Scorpius. Tumbado con los pelos alborotados, la cara cubierta de cicatrices frescas y con los ojos cerrados. Se encontraba boca arriba.

Junto a él, a su lado derecho se encontraba una silla la cual tomé para sentarme y no me pude contener y comencé a llorar desconsoladamente.

-Lo siento muchísimo. Todo ha sido culpa mía. -le dije sosteniendo su mano y acariciándola suavemente.

Apoyé mi cabeza junto a su pecho y seguía llorando.

-Me tenía que haber dado cuenta antes. He sido una estúpida. -dije. Tienes que despertar. Necesito decirte cuanto te quiero. -lo dije y no me podía creer como había sido capaz pero lo sentía y me sentía libre de verdad.

Cerré mis ojos, aún acurrucada en su pecho y mis lágrimas cayendo por mis mejillas. Solo me venían imágenes a la mente de todo lo que había pasado pero sin esperarlo me quedé completamente dormida.

Amaneció y pude notar que un rayo de sol molestaba a mis ojos. También pude notar que ya no sentía a Scorpius. Volvía a ser transparente.

Alcé mi mirada hacia Scorpius y pude verlo mirándome y sonriendo. Me puse nerviosa y me levanté rápidamente.

-Buenos días. -me dijo Scorpius.

Yo me puse de pie y me acomodé el cabello.

-No me puedo creer que tengan que pasar estas cosas para que demuestres tu amor por mi. -me decía Scorpius.

-¿Qué? -le pregunté nerviosa.

-Vamos T/n, ayer lo confesaste. Me dijiste que me querías. "Ay, me tenía que haber dado cuenta antes" "He sido una estúpida" -dijo imitándome y esto hizo que me sonrojara aún más.

-¿¡Pero serás..!? Estabas despierto. -le dije algo enfadada pero Scorpius se reía y esto hacía que me enfadara aún más.

No lo puedo creer. Yo super preocupada y él riéndose de mí.

-Eres un miserable en serio.. De verdad estaba preocupada y tu burlándote. -le dije.

-No me estaba burlando pero sabía que si supieras que estaba despierto no me lo dirías. Y ahora por fin lo sé. -me dijo.

-Mira si te digo la verdad, estabas delirando. -le intenté mentí.

-Pues fue el delirio más bonito que he tenido en la vida. -me confesó.

Y esto último hizo que las mariposas de mi estómago volvieran a despertar.

Scorpius siempre hacía que me pusiera tan nerviosa..

-Bueno me alegro que estés bien, debo irme. Tengo cosas que hacer. -le dije y tomé mi camino.

No me puedo creer que Scorpius lo oyera todo, no estaba preparada. Todo lo que dije.. lo dije por la desesperación pero eso no quitaba que no fuera verdad. Con suerte podría poner de excusa que era imaginación de él aunque de tonto no tenía un pelo.

Todo es demasiado complicado.

Iba caminando por los pasillos aun con algo de miedo por todo lo que pasó ayer, aunque no debía de tenerlo ya que esos chicos estaban más que expulsados.

A los lados, junto a las paredes se encontraban grupitos de alumnos charlando, podía oír lo que hablaban pero no me interesaba lo más mínimo lo que se sabían o no de historia de la magia. Pero si hubo algo que realmente me llamó la atención, algo que me interesaba.

-Yo creo que el Profesor Malfoy pronto se incorporará de nuevo, dicen que lo han visto pasear por Hogsmeade hace un rato. -dijo una chica a otra.

Ahora todo se iluminó. Draco, estaba vivo. Estaba bien, a salvo. ¡Lo vieron por Hogsmeade!

No me lo pensé dos veces y fui directa hacia Hogsmeade.

Hogsmeade 10:00 am

Llegué a Hogsmeade. Estaba todo mojado ya que se había pasado toda la noche lloviendo y yo ni cuenta me había dado.

Primero recorrí todas las tiendas de la zona pero no vi a Draco. Bajo mi desesperación, decidí preguntar a una mujer que trabajaba y era dueña de una de esas tiendas.

-Buenos días. -saludé.

-Oh. Un fantasma. No suelen venir muchos por aquí. -me dijo.

Odiaba ese tipo de comentarios. Me hacían sentir incómoda pero bueno debía centrarme en lo que me interesaba.

-Quería hacerle una pregunta. -le dije.

-Dime señorita. -me respondió.

-Por casualidad, ¿no habrá pasado por aquí el Profesor Malfoy? -le pregunté.

-¿Malfoy? Me suena, hijo de Lucius y Narcissa ¿verdad? -me preguntó.

-¡Exacto! -exclamé.

-Ayer estuvo aquí. -me dijo.

-Ah. -dije decepcionada. Hoy no lo ha visto ¿verdad? -le pregunté.

-No ha venido, pero sé que ha estado todas las mañanas yendo a desayunar a las tres escobas. Supongo que hoy se pasará también. -me respondió.

-¿Las tres escobas? -le pregunté.

-Sí, ¿sabes donde es? -me preguntó.

-Sí, claro. Muchas gracias, señora. -le respondí muy alegre.

Al fin tenía esperanzas de encontrar a Draco. Muy rápidamente y sin perder tiempo, fui directa a las tres escobas.

Me encontraba frente a la puerta y no dude en entrar. Sabía que todos me mirarían al traspasar la puerta y presentarme allí como una fantasma pero no era la primera vez que lo hacía.

Al traspasar nadie me miró salvo la camarera.

-¡Buenos días, Señorita! -me saludó la camarera que se encontraba detrás de la barra.

-Buenos días. -le dije y le sonreí amablemente.

Busqué hacía todos lados pero no veía al chico, bueno.. más bien, el hombre rubio del que tanto estaba enamorada.

Creía que había perdido mis esperanzas pero no, ahí estaba. Justo al fondo de la sala. Sentado.

¡Al fin! ¡Draco estaba bien!

Estaba muy feliz de haberlo encontrado y tenía unas ganas inmensas de abrazarlo, pero también me debía, bueno, nos debía unas explicación sobre su paradero repentino.

Me acercaba ilusionada, lo tenía de frente pero no todo era como me imaginaba. Había alguien frente a él, sentada. Era una chica, pelirroja.

Antes de que pudiera llegar hasta donde se encontraba, ella tomó la iniciativa y le dio un corto beso en los labios.

¿Qué? Scorpius tenía razón.. Draco, nos había abandonado para irse con otra.

Mi corazón se rompió, de nuevo, sí. La diferencia era que esta vez no tendría reparación.

¿Cómo pudo hacerlo? Me hizo creer que me quería. No lo podía creer.

Al terminar de darse ese corto beso en los labios, Draco notó mi presencia y me miró.

Yo casi rompo en llanto pero no lo hice. Mis ojos estaban llorosos pero las lágrimas no podían conmigo, no al menos hasta que llegara a Hogwarts.

Draco rápidamente se levantó y no apartaba su mirada de mí.

-T/n.. -me dijo y esto captó la atención de la chica a lo que esta se dio la vuelta para mirarme. Y pude verla, mis sospechas eran ciertas, era Caitlin, la odiosa Caitlin.

Yo no me contuve y me largué llorando.

Corrí y corrí hasta que no me di cuenta que estaba flotando en el aire. Llegué tan alto que no creo que pudieran encontrarme. Algo bueno tenía el ser fantasma.

No me lo podía creer, no lo asimilaba.

De todas las veces que Draco me hizo daño, esta vez no se podía curar, esta herida era crónica.

Lo di todo por él, lo elegí a él, puse las manos en el fuego por él, y él no dio nada por mí.

Todo parecía ir bien, es normal que no me diera cuenta.

Draco, ¿por qué me hiciste esto? Podías dejarme sin más, pero.. ¿humillarme de esta manera? No seré la mejor de las personas pero creo que no me merezco esto. Me hiciste sentir insuficiente.

Sabías que te quería, te quería con el alma, y quizá, ese fue el pretexto perfecto para irte.

Ahora tengo claro esta frase "todos tenemos una fecha donde se nos partió la vida".

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