La U.A se veía tan grande e imponente desde abajo. Era como intentar ver los ojos furiosos e imponentes de una madre antes de ser regañado. Te sentías estúpidamente pequeño, en comparación a la grandeza que representaba la U.A, todo un lugar lleno de historia. La vida estaba llena de caminos sin salida, y en comparación, la U.A también.
— Si piso las líneas soy gay. — venías, procurando ante todo no tropezar con algo y hacer el ridículo el primer día de clases. Con la vista gacha, fija en el suelo. Los alumnos alrededor te miraban con extrañeza, la costumbre de hablar siempre inglés prevalecía, y tu apariencia común era opacada por tu peculiar personalidad y tus ojos azules tan brillante como luces.
— Fuera de mi camino. — un pequeño pero notable golpe en tu hombro fue lo siguiente que sentiste. Totalmente sacado de onda, te detienes en seco y molesto, levantas la vista para ver al chico causante de aquello. Entrecerraste los ojos con irritación mientras un tic nervioso de posaba sin sutileza en tu ojo izquierdo.
A la mierda la comprensión.
Park Hyun-Jin.
Sonreíste de lado con malicia, mirándole la nuca con todo tu odio a tal grado que Park sintió tu mirada quemandole detrás de la cabeza. Él se detuvo y volteó con el ceño fruncido, dispuesto a reclamarte que dejaras de verlo, sin embargo, tan pronto lo hizo, se distrajo al ver una ráfaga azul pasarle al lado. Reconoció la habilidad al instante, sobre todo al darse cuenta de que ya no estabas.
— ¡Damn it! — gritó, activando su quirk para poder alcanzarte y llegar primero al salón. Todos veían un par de luces de colores contradictorios, que parecían golpearse entre ellas pasaban por el lugar yendo hacia un sabe dónde. Los pasillos eran condenadamente repetitivos, pensabas que estaban dando vueltas, era la 3ra jodida vez que veías ese maldito árbol con forma extraña. Y en eso, en cuanto te distraes, ya no reconoces por dónde caminas.
|•| — ¡Maldición!
— Shit! I already lost myself again. — murmuras, intentando reconocer algo cercano mientras volteas la cara como desquiciado. — I'll find you, Park! And when I find you, I'm going to-
|•| — ¡Mierda! Ya me perdí de nuevo... ¡Te encontraré, Park, y cuando lo haga te voy a-
— A-Are you ok? — la voz era dulce, reconfortante y suave. Una chica había hablado detrás de ti, sus pasos habían sido tan tranquilos que ni siquiera habías notado que se acercaba.
|•|— ¿Estás bien?
— Ah... — te volteaste intentando disimular tu vergüenza. Una chica te había visto en pleno ataque de estupidez. Sus ojos eran redondos y azules, como un tono prusiano, brillantes como su dorado cabello ondulado. Los dos cuernos que sobresalían de su cabeza eran llamativos, no pudiste evitar quedarte mirando ahí. — Yeah, yeah I'm- I'm fine...
|•|— Ah... Sí, sí, estoy... Estoy bien.
— Are you lost too? What bad luck we have. — su voz con pesadumbre era adorable. Ella ladeó la cabeza, parecía tener una pequeña gota de sudor bajandole por la sien.
|•|— ¿Estás perdido también? Qué mala suerte tenemos...
— And say it ... — suspiraste en forma de queja, apenas era el primer día y ya no sabías dónde estabas, típico de Escorpio. — I'm- wait, do you speak English?
|•| — Y que lo digas... Soy- Espera, ¿hablas inglés?
— Nice to meet you: wait, you speak English. — su tono divertido era amable, a pesar de haber sido una burla, se notaba que la chica era educada. — I'm from the United States, Boston more specifically, and you?
|•| — Gusto en conocerte, espera hablas inglés. Soy de Estados Unidos, Boston más específicamente, ¿y tú?
— I'm from New York, and by the way, my name is Alexander, you can call me Alex.
|•| — Soy de Nueva York, como sea, mi nombre es Alexander, puedes llamarme Alex.
— Tsunotori Pony, but since Japanese customs are strange, you can call me Pony.
|•| — Tsunotori Pony, pero como las costumbres japonesas son extrañas, puedes llamarme Pony.
— So... Do you speak Japanese too?
|•| — Entonces... ¿Hablas japonés también?
— Mmm, kind of.
|•| — Ah... Un poco.
— ¿Puedes entenderme? — Pony asintió, haciendo que sonrieras. — It's ok. Intenta hablar japonés, para familiarizarte.
|•| — Está bien.
— D-De acuerdo...
— Y ahora, ¿cómo sabremos cuál es el camino? — ella analiza el panorama, mientras tu razonamiento intenta encontrar una respuesta inmediata.
— I hear something. — una mirada de reproche tuya es lo que recibe. — Lo siento.
|•| — Escucho algo...
Sonríes. — No te preocupes, ¿qué es lo que escuchas?
Ella cierra sus ojos, concentrando sus sentidos en el escucha. Una expresión aterrada se adueña de su rostro. — Escuché una explosión.
— ¿Explosión? — inmediatamente, tu procesador se alinea para buscar entre la información almacenada en tu memoria algo que tuviera que ver con “Explosión”. La información que extrajsite de la U.A hace unos días llegó a tu mente como reflejo. — ¡Ya lo tengo! — lo inesperado del grito hizo saltar a la pobreza chica. — D-Disculpa. — Pony niega, diciendo un silencioso “no hay problema”. Sonríes, para proceder a aclarar el punto. — Hay un chico en mi clase con un don de explosión, con un poco de suerte, quizá se trate de él.
Pony rápidamente comprende el asunto y asiente efusivamente con la cabeza. Te mira sonriente.
— Ven, por aquí.
Ella se da la vuelta y sólo atinas a seguirla de cerca, grabando todo lo que podías sobre la estructura de U.A como pudieras.
— Ahora que lo pienso, ¿de qué clase eres?
— Oh uhm, soy del 1°B.
— Woah, que lindas coincidencias, yo soy del 1°A. — una risita se escucha de su parte.
— Entonces significa que nos encontraremos más seguido.
— Espero que así sea.
Las aulas o almacenes se ven uno tras otro, completamente iguales en esa sección pero, al pasar de edificio por el enorme puente que conecta los 4 pilares de la U.A puedes darte cuenta de como las puertas empiezan a cambiar. Al doblar en uno de los pasillos, la señal “Departamento de héroes” se asoma. Se dedican una sonrisa triunfante, cuando sobre dos puertas se marca 1°A y 1°B.
— Supongo que este es el adiós. — Tsunotori forma una sonrisa melancólica, era algo tímida para conocer gente y el haberte hablado en primer lugar era un gran paso para ella. Saber que lo que resta del día quizá se la pasaría sin compañia, o amigos, sola...
— Hmp... No lo creo. — una sonrisa a ojo cerrado es lo que le dedicas cuando te mira. — Es un hasta pronto.
— Ya veo... — su mirada deprimida cambia a una sonrisa casi de inmediato. Por alguna razón, aquella simple sonrisa le había alegrado los ánimos, se sentía más segura, de alguna manera. — Entonces, hasta pronto.
Con un saludo de mano, se despiden del otro. Por parte de Pony antes de tocar la puerta, su mano se detiene.
— P-Por cierto, Alex.
— Oh, ¿sí? ¿Qué sucede?
— Escuché otra explosión, afuera. — vuelve a lanzar su mano para tocar, la puerta se abre a casi de inmediato y te dedica una última sonrisa antes de adentrarse al salón.
Ahora, en la soledad del pasillo, tu mirada se enfocó en la gran puerta con un enorme 1°A pintado sobre ella, en un no muy contrastante rojo o rosa con la capa de pintura opaca café. El silencio en el lugar te extrañó bastante, y las palabras de Pony vinieron a tu mente de nuevo.
¿Están abajo? ¿Por qué?
Para sacarte de dudas, decidiste tocar la puerta suavemente con los nudillos y aguardaste esperando escuchar algo del otro lado, más sin embargo el silencio duró. Sin más, deslizaste la puerta a un lado, dándote una imagen del aula y tu situación.
Estabas completamente solo.
Un suspiro con desagno se te escapó, previendo la muy clara respuesta de lo que estaba pasando. Resignado, miraste los lugares, notando una mochila negra con detalles amarillos. Ladeaste la cabeza, esa mochila te recordaba a...
— ¿Kaminari Denki? — era el nombre en la etiqueta del cuaderno que estaba justo en el mesabanco al lado del de la mochila negra, que se encontraba abierta, más bien una pila de libros y cuadernos sobre el asiento. Tu mirada azulada recorrió lo demás del salón, llegando a la conclusión de que el lugar con los libros era el único que quedaba.
Dejaste tu mochila ahí, justo abajo, donde van las piernas. Había un pequeño post-it azul sobre el denotante cuaderno amarillo que decía:
“¡Apartado! >:(
Pd: Es para ti Hix :D”
Una sonrisa y una pequeña risa se te escapó. El rubio canario era toda una caja de sorpresas. Agradeciste mentalmente y procediste a guardar sus libros y cuadernos en su mochila, para después cerrarla.
Ahora que habías visto el lugar desde otro punto, pudiste caer en cuenta de que, sobre el atril, había un uniforme doblado. Era azul marino, con detalles rojos y las iniciales U.A. escritas en el. Era bonito.
En la etiqueta estaba escrito tu nombre.
Suspiraste.
— Llegas tarde. — la cruda y estoica voz del profesor del 1°A, Aizawa Shota, dice eso en voz alta, sin siquiera voltear a verte y estando de espaldas.
¿Cómo diablos...? ¿Cómo hizo para-? ¿Es este el nivel de los héroes profesionales?
Todos se miran entre ellos, intentando saber de quién rayos estaba hablando. Apenas te habías puesto el uniforme ya te habías teletransportado afuera, un patio amplio fue lo que te recibió y estando afuera, pudiste escuchar las voces y sonidos de lo que deduciste eran quirks.
Tan pronto habías pisado dentro de los límites blancos de la arena, Aizawa había dicho aquello de manera tan natural que te erizó los vellos. Desvíaste la mirada, apenado y entre dientes dijiste:
— Me perdí. — como si hubieras dicho algo ilegal, todos se voltean a mirarte. Logras reconocer la mirada sorprendida de Kaminari, pero lo que te saca de tus casillas es la risa de Park, que pareciera romperte los oídos. — I'm sorry.
|•| — Lo siento.
Aizawa, impasible, sólo suspira. — Que no vuelva a pasar, ponte con los demás, seguirás tú
Tus pasos te guían hacia Denki, quien sólo te veía sonriente y compasivo. Tu cabeza gacha es palmeada por su mano izquierdo antes de que tus propias manos se enreden en tu cabello.
— Joder, vaya mala impresión dí.
— No es para tanto, hay algunos que ya te rebasaron. — responde él, divertido. La curiosidad se adueña de ti y decides preguntar.
— ¿Quién?
— ¡Voy a ganarte, bastardo! — el gruñido parece más de un motor de carro deportivo que el de una persona. Provenía de este chico con cabello rubio muy claro, mirada asesina y aura de terror.
— ¿¿Ahh?? ¡Alardea lo que quieras, fucking idiot! ¡I will win! — sólo unos pocos podían entender a ciencia cierta lo que decía, pero de alguna extraña manera, su rival parecía entenderle bastante bien.
|•| — Maldito idiota. ¡Voy a ganar!
— Ellos. — el tic nervioso regresa cuando reconoces a Park con el chico rubio. No sabías si iban a competir en unas carreras o hacer una pelea de navajazos como en Latinoamérica. Una carcajada salió de ti al pensarlo. — Esos dos dan miedo pero, ¿quién creen que vaya a ganar?
Al parecer, Kaminari Sociable Denki ya había conocido a gente. Eran dos chicos, uno de cabello y ojos rojos, junto a otro de cabello y ojos negros.
— Yo digo que ganará el rubio, es decir, sólo mirenlo. — todos hacen soniditos de inseguridad al respecto. — Exacto, no pueden ni mantenerle la mirada encima porque te da miedo.
La opinión del de pelo oscuro fue respaldado por el de cabello rojo y dientes afilados.
— Seh, yo también voy por él. — Kaminari se gira a mirarte. — ¿Y tú, Hix?
— Voy por el albino. — ellos te miraron sorprendidos. — Créanme, lo conozco, va a ganar.
Se sentía muy extraño estar del lado de Park, era como cuando alguien se cae y todos se ríen, pero tú eres la única persona que lo ayuda.
— Sé que puede parecer algo... Más lindo que fuerte. — esperabas que eso jamás llegará a sus oídos, pero era verdad, Park Hyun-Jin era hermoso pero un maldito dolor de cabeza. — Pero es un jodido demonio.
— ¿Apostamos? — pregunta el de cabello negro, con una sonrisa retadora.
— Va, ¿cuánto?
— 50 yenes a que gana el rubio.
— ¡Yo también pongo! — el tono animado de Denki se suma a la apuesta, que junto al de sonrisa extraña mira al de cabello rojizo. Él parece pensarlo, pero al ver tú mirada tan segura, termina por apostar a favor del albino.
— No te arrepentirás, bro. — tu mano derecha se posa en su hombro. El pelirrojo te mira atento, sonriendo después.
— No nos conocimos antes, soy Kirishima. — extiende su palma y tu no dudas en tomarla.
— Hiro.
— ¿Hiro? ¿Es tu nombre? — su tono sorprendido no pasa desapercibido para nadie.
— Yup, puedes llamarme por mi nombre. — entonces vuelve a sonreír.
— Eres tan masculino, hermano. — con su pulgar, se señala con sus dientes afilados asomándose. — En ese caso, puedes llamarme Eijirō.
Sonríes. — Un placer, Eijirō.
— Sero Hanta. — habla el de cabello oscuro de repente, colandose a la plática. Una sonrisa a ojo cerrado te dedica ante tu mirada de curiosidad. — Puedes llamarme como desees.
— Un placer, Sero. — él asiente.
— En sus marcas... — inició el conteo de la máquina. Su voz te daba tanta ternura que te nació una peculiar necesidad de abrazarla. — Listos...
— Creo que estoy enamorado...
— ¿Ah? — pregunta Denki, desubicado.
La máquina emite un sonido como el de globos cuando se revientan y los dos competidores salieron. Fue sólo cuestión de microsegundos para que Park ya no estuviese en la línea de meta, dejando al rubio atrás al instante. Sin embargo, él tampoco pensaba quedarse atrás, pues activó su quirk de explosiones como si fuera algún tipo de propulsor y voló hasta la meta.
El rubio había hecho 4.13 segundos, mientras que Park había pasado aquello en mucho menos de un segundo.
Ese era su quirk, podía usar la energía a voluntad, artificial o natural. Era tan rápido como la luz, que según tus cálculos eran 299.792,458 kilómetros por segundo. El condenado era una maldito elite, y eso tenías que aceptarlo.
Fue muy interesante el ver como se pusieron a pelear después.
Tú tenías la habilidad de Sonic, que era de 288 y 1.234 Kilómetros por hora y podías utilizarla plenamente, pero el cuerpo de Park no está preparado para usar su don, a tales velocidades como las de la luz podría morir.
Era un ser humano, sus huesos estaban compuestos por un armazón proteico de colágeno, junto con fosfato cálcico. Podían ir a una velocidad similar, pero por algunos niveles, la tuya era más desarrollada.
Tus huesos estaban hechos de wolframio, y eran igual de fuertes que una máquina industrial. Había tanto metal en ti que podías ser legalmente un automóvil.
Son cosas que suelen pasar.
— Sigues. — la voz de Aizawa sobresale por sobre todo el desmadre de los mongolitos de cabello claro, que parecían querer arracarse las greñas. El grupito de chico que se acaba de formar te da las de ganar, levantando sus pulgares arriba en señal de apoyo. Aizawa te extiende una pulsera negra, que suponías era lo que detectaba el sensor de la máquina contadora.
Te pones en la meta, donde entre la gente ves salir al chico cabeza de bandera con su porte intimidante y serio. Te mira fijamente durante unos segundos antes de colocarse a tu lado. Prefieres no decir nada, la impresión que te daba el chico te decía que no debías molestarlo ahora con tus progresivos intentos de socializar.
— En sus marcas... — tu mirada enfoca la máquina contadora con cariño, en serio querías abrazarla — Listos...
Suena aquel extraño disparo y ninguno de los dos tarda en moverse. Pero para ti, todo ocurre diferente.
El sonido se calma, la luz se queda quieta y los movimientos de todos se ralentizan. Todoroki apenas iba saliendo cuando tú ya habías ido y vuelto de la tienda más cercana, a punto de acabarte un jugo de manzana.
Habías dejado el dinero correspondiente sobre el mostrador así que básicamente no lo habías robado y tu conciencia estaba limpia
Te paraste en la meta, miraste el panorama, y siguiente lo que la clase pudo ver, fue como apareciste de repente en la meta.
— Fallo en el sistema, error, error, error, error...— tu cara se desfiguró a una expresión de indignación.
— Excuse me? — Aizawa se acercó a la máquina, buscando cuál era el error. Suspiraste acercándote también. Tus dedo se convirtió en una USB y la conectaste al robot, el sonido clásico de un reinicio llegó a oídos de todos y la máquina volvió a funcionar. — ¿Qué?
|•| — ¿Disculpa?
Bien, te habían roto el corazón, ahora los ánimos habían bajado.
La segunda prueba tenía que ver con fuerza, según veías.
Les habían extendido una máquina, tenía la forma de un transportador pero tenía volúmenes.
Un Dinamometro manual de fuerza física Digital de precisión con alta definición y sensibilidad de 0,01.
— Genial... — la dinámica era sólo apretar el agarre de la máquina y esta marcaría tu fuerza en pascales, no parecía algo difícil. Tu puño se cierra sobre el soporte, pero contrario al sonido que debería decir que tu fuerza ya está registrada, el aparato cruje entre tus dedos y puedes ver su sistema. Una mueca de extrañeza se asoma y no puedes evitar acercarte a Aizawa.
— Aizawa-senei, el mío estaba... Extraño.
Se supone que son capaces de resistir fuerzas bestia- Oh.
Debí pensarlo con más cuidado, no debí haber utilizado la fuerza de Kratos para esto.
— ¡¡Woah, ¿lo rompiste? ¿Cómo-!! — grita Kaminari, mirando el medidor roto colgar de tu mano. Todoroki y otro chico con textura de piel rocosa también se unen. Sonríes con algo de pena.
— En esta prueba... ¿Tengo que saltar o simplemente llegar al otro lado?
— Saltar intentando llegar al otro lado.
— Ya veo... — tomaste impulso desde atrás, observando el camino frente a ti. Corriste con el don de Sonic y al momento de saltar, usaste su Spin Attack para trasportarte al otro lado.
— Sigo sin entender, ¿cuál es tu particularidad? — la curiosidad en los ojos de Sero, Eijirō y ahora, una chica de piel y cabello rosado esponjoso, te hace soltar una risita.
— ¡Sí, en la primera prueba eras súper rápido, en la segunda súper fuerte y en esta súper... Súper...! ¿Saltarin?
Una carcajada limpia pasa por tu garganta. — Mi don es bastante complejo, pero lo que puedo decirles, es que tengo múltiples habilidades como... — pensaste un poco. — Un celular quizá o una... Súper computadora.
— ¡¡Eso es tan genial!! — la chica rosada empieza a dar pequeños saltitos con sus puños en sus mejillas.
. . .
La siguiente prueba, desplazamiento fue sencillo.
Pero ahora estaba esta prueba de la pelota. Eran pruebas de capacidades básicas, como las que hacen los deportistas antes de competir.
Hubieron muchas sorpresas, como Uraraka Ochako con su infinito, e Izuku con su particularidad autolesiva pero altamente poderosa. Preferiste guardar silencio, al analizar sus habilidades físicas y enterarte de datos... Reveladores.
Pero aún así, hay personas que no pudieron mantener la calma por problemas que supusiste eran realmente personales, así que tampoco indagaste cuando Izuku se acercó con su dedo roto. No dirías nada, por ahora.
La pelota pasó a ti. No era pesada, no llegaba ni a ⅛ de kilo, pero tampoco era muy liviana y era completamente sólida, lo que facilitaba su impulso por el aire.
Podías usar un combo con la fuerza de Kratos, la súper velocidad de Sonic y la habilidad de Aang, así lograrías multiplicar la fuerza del lanzamiento por miles de pascales.
— Matemáticas, hijo. — mumuraste, listo para activar tus dones. La presión en la sangre se eleva y tus venas brillan de un color azul eléctrico, tus iris se encienden y todos sienten como el viento cambia su ritmo a uno más fuerte. Comienzas a hacer calentamiento en el hombro derecho, para después con él empezar a hacer círculos para ganar impulso.
Lo único que los demás podían ver era la estela azul con forma de círculo que dejaba tu brazo al girar con rapidez. Luego pareció combinarse con un color dorado, producido por el don de Kratos.
Largaste un suspiro antes de soltar la pelota, que mandó una ráfaga bestial que tumbó a todos, incluido a tí, que te mandó a volar casi 30 metros atrás.
— Me pasé, me pasé, me pasé... — repetías. Aquello se te había salido de las manos. Corriste al círculo, de donde iniciaba la ráfaga de aire que seguía impulsando la pelota. Debías impedir que cayera o sería un desastre, cualquier objeto con esa fuerza podría igual el impulso de un asteroide y dañar varios kilómetros a la redonda. — ¡¡Te odio Alexander del pasado, ¿por qué nunca piensas?!!
Te las arreglaste para mandarla fuera del planeta, en sentido contrario de la Luna y el Sol.
Suspiraste con alivio, antes de que Aizawa carraspeara para ganar tu atención. Reprimiste una carcajada ante su cabello despeinado, completamente esponjado.
Pero, a él, por supuesto que no le hizo nada de gracia.
No habías previsto que tu poder haría todo eso, y empezarías a sufrir sus consecuencias.
Diossss JAJAJA re imprudente el pibe
Necesitaba a un rayito bien poderoso pero torpe unu
Y buen gente, ¿cómo están?
Yo muy mal, las clases ya casi comienzan y pudo sentir una soga alrededor de mi cuello jaja
Wn, me he estado dando cuenta de cosas.
1. No soy alguien de tener amigos.
Fin del comunicado lololol xD
Por cierto, ¡lean mi historia de Trollhunters! >:v
Si no la leen lloro.