30 Días en detención ©

By jennifferplopez

332K 26.6K 16.5K

Ella tan fuego y él tan decidido a quemarse... ❝Nunca se está lo suficientemente jodido ni lo suficientemente... More

Sinopsis.
Prólogo.
Epígrafe + Dedicatoria.
Reparto.
Booktrailer + Playlist.
Conociendo a los personajes.
Capítulo 01.
Capítulo 02.
Capítulo 03.
Capítulo 04.
Capítulo 05.
Capítulo 06.
Capítulo 07.
Capítulo 08.
Capítulo 09.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo extra.

Capítulo 18.

2.4K 346 231
By jennifferplopez



Capítulo dieciocho - Avances.

"Ella. Ella es un completo desastre, grosera, gritona, malaleche, incluso una rebelde pervertida... pero joder, pese a todo, a mí lo que me cautivó, fue cómo me comía la boca, y saciaba mis ganas, cómo me miraba; como si quisiera devorarme el alma de un solo bocado." —Flavio Montés.

🏫🏫🏫

—Tengo una puta hambre.

—Por dos —secunda Paty a Dorian.

Ruedo los ojos.

—No sean fastidiosos, ya les dije que está por venir.

—¿Y tengo que aguantarme las ganas de comer porque tu odiosa, perdón, tu diosa no haya llegado? —se corrige aposta. Agudizo mi mirada en su dirección.

—¿Y si no viene? Ya la había invitado antes a comer con nosotros y se negó rotundamente.

—Porque no la había invitado yo— puntualizo.

—No sé cómo puede caerte bien —se pregunta Dorian.

—No, la pregunta correcta es cómo puede Flavio caerle bien a ella —corrige Paty y le lanzo una papa frita.

—¡Si yo soy un amor!

Mis amigos se burlan de mí mientras yo recorro con la vista la cafetería en busca de aquella chica que no ha querido salir de mis pensamientos. Sigo rememorando cada segundo que pasamos encerrados en la biblioteca y aún puedo sentir el sabor de sus labios y lo calentita que estaba su lengua cuando se encontró con la mía.

Le pedí que almorzara con nosotros hoy porque quiero que se integre con mis amigos, que ellos la conozcan por ellos mismos y no por los tontos rumores que circulan en los pasillos del instituto.

Mis ojos la visualizan con una bandeja en mano buscando asiento, le doy un repaso visual y como siempre, quedo encantado con lo que veo; Jeans ajustados, camiseta holgada y corta, chaqueta ajustada de cuero, pero en esta ocasión lleva una gorra negra puesta.

Creo que se da cuenta de mi escrutinio porque de repente nuestras miradas chocan y no me queda de otra que sonreír inocentemente y hacerle señas con una mano para que se acerque.

Como es muy propio de ella, arruga su nariz respingona y duda, pero junto mis palmas como si estuviese rezando y le insisto hasta que camina hasta nosotros resignada.

—Eres un puto rogón —se burla Dorian.

—Cállate, puto barato —ordeno.

Se indigna y me da un golpe en la cabeza.

—A mí no me digas barato.

—¿Te indigna que te diga barato, pero no puto? —pregunta Patricia.

—Las cosas como son —se encoge de hombros y chocamos puño como cada vez que lanzamos referencias de memes.

La sangrona hace acto de presencia y saluda antes de sentarse en el asiento que me queda al lado.

—¡Por fin! —Exclama Dorian antes de empezar a atragantarse.

—Te estábamos esperando —digo.

—Bienvenida —habla Paty.

Miley solo asiente y comienza a comer de su plato de ensalada de frutas.

Dorian frunce el ceño cuando la ve.

—¿Solo eso te vas a comer? —bufa.

Yo sonrío disponiéndome a probar mi pollo frito.

—¿Qué tiene? —Miley arquea una ceja.

—Es lo mismo que no comer nada —dice mientras mastica. Le lanzo una servilleta.

—Eres un cerdo —me quejo.

—No decías eso la otra noche cuando te la metía... —Patricia reacciona estampándole un puño en el hombro.

—Por amor a Dios, Dorian, estamos comiendo. Respeta.

—¿A caso a ti no te la meten? —pregunta como si nada.

Sin poder evitarlo termino riendo fuerte.

—No voy a responder a eso.

—¿O quieres que yo te la meta?

—¡Ni a eso!

—Te lo pierdes —dice Dorian antes de darle un sorbo a su jugo.

—Flavio, habla con él —pide la rubia.

Suspiro antes de estirarme y tirar del pelo rubio teñido de Dorian.

—¡Eso dolió!

—La próxima vez será más fuerte si no te callas.

—Uy, eso sonó muy sucio —levanta las cejas con condescendencia.

—Ignóralos, por veces son como un grano en las pelotas —digo a Miley que observa a ambos con fijeza.

—Como tú —se encoge de hombros.

Sonrío.

—No lo niego.

—La mirada de casi todos está puesta en nosotros — dice Paty—. Idiotas.

— A mí no me puta importa, ¿A ustedes les puta importa? —cuestiona Dorian saboreando su pollo frito.

Me encojo de hombros restándole importancia.

—La gente hablará y pensará lo que quiera, hagas lo que hagas, es por eso que siempre los ignoro y me concentro en hacer lo que me da mi regalada voluntad.

—Creo que es en una de las pocas cosas que estoy de acuerdo contigo, metiche. Mi actitud laxante y yo, vamos contra la gente de mierda.

Mis amigos se quedan observándola minuciosamente.

—¿Por qué le dices metiche? —curiosea Paty.

—Porque siempre anda de metido.

—Oh rayos, ¿ya le metiste tu...?

—¡Dorian! —exclamo antes de que culmine sus sucias palabras, pero termino riendo.

—Uy, perdón por nacer —tiene el descaro de indignarse.

—Están dementes.

Nos miramos los tres y respondemos al unísono con un:

—Gracias.

—Tú no eres tan aburrida después de todo —Habla Paty.

—Incluso hasta parece que tiene sentido del humor —añade el rubio.

—Se la pasa metiéndose conmigo —les recuerdo.

—¡Exactamente! —exclama Dorian.

—Idiotas —ruedo los ojos.

—¿Cuándo piensas decirnos qué te pasó en la muñeca? —Dorian arquea sus cejas cambiando de tema repentinamente.

—Seremos raros, pero no ciegos, Flav —secunda mi amiga.

Suspiro y mi mirada conecta con la de Miley que aclara su garganta.

—También nos estamos dando cuenta de esa mirada, eh —vuelve a hablar Dorian esta vez masticando su comida.

—Nada importante —le resto importancia.

—Dijo el peor mentiroso de la historia —la rubia rueda los ojos.

—Ayer nos quedamos encerrados en la biblioteca y tuvimos que ingeniarnosla para poder salir —intercede Miley.

La observo inmediatamente, pero ella solo asiente.

—Esto suena a un puto resumen aburrido de lo que realmente pasó.

—Exijo la historia completa —bufa Patricia.

—Es lo que hay —me encojo de hombros.

—Si no me cuentas todo divulgaré por los pasillos que tu mano está defectuosa debido a las tantas pajas que te haces a nombre de ella —señala a Miley como si nada.

Patricia ríe, Miley arquea una ceja y yo lo observo con los ojos entrecerrados porque lo creo muy capaz.

—Si lo haces divulgaré que te masturbaste una vez a nombre de Amanda Clenton.

—¡Ugh! —exclaman Paty y Miley a la vez.

—Te sacaré las tripas con este tenedor, puto traicionero —acusa señalando su arma de plástico.

—Así quedamos a mano —me encojo de hombros.

Duramos todo el receso hablando pendejadas mientras Miley nos observa con curiosidad y solo asiente cuando es necesario. No es la más comunicativa o las más social, pero noto que al menos nos tolera. Eso es un avance.

Me agrada esto, que ya no esté tan a la defensiva al rededor de mí y los míos, que haya decidido ceder, creo que todo el suceso vivido en la biblioteca, las tantas discusiones y encuentros que hemos tenido han permitido que baje la guardia un poco.

Algunas chicas pasan por nuestro lado y cuchichean cosas sobre Miley, ella solo rueda los ojos y les dedica su bonito dedo del medio.

—¡No se ven bonitas denigrando a otras mujeres, que lo sepan, estamos en tiempo de amarnos entre nosotras, no de lanzarnos hate, actualícense! —grita Paty en dirección a ellas.

Miley alza una de las camisuras de sus labios en un intento de sonrisa, pero lo disimula tomando de su botella de agua.

—Funciona mejor si ignoras las bobadas de la gente estúpida —habla la fiera.

—A veces es necesario decirles lo ridículas que se ven lanzando hate por puro placer.

—Concuerdo con la ratona —dice Dorian terminando de tragar. Paty le da una mirada irritada.

—Te odio —gruñe.

—Ódiame apasionadamente, ratoncita —le responde burlón.

Noto cómo Miley los ve con fijeza a ambos.

—¿Son así siempre? —cuestiona.

—Siempre, así expresan el amor que muy en el fondo se tienen.

Le doy un largo trago a mi Coca-Cola. Ella fulmina la lata con la mirada y su intensión es decir algo, pero al final no lo hace.

—Anda, di que esto —meneo el refresco en mi mano — me va a matar. Ya estoy acostumbrado.

—Eso sería tener doble moral, ya que yo me fumo un cigarrillo diario— se encoge de hombros.

—Supongo que cada quien tiene su propio vicio —comenta Dorian.

—Algunos más letales que otros —añade Paty.

—Pero vicios al fin y al cabo —termino observando los labios de Miley.

Creo que ya encontré mi vicio nuevo.

—Bienvenida a nuestro team desperfecto, Miley —habla Patricia.

—...Aquí si te vienes abajo...—continúa Dorian.

—... Los de abajo te subimos pa' arriba —termino y los tres sonreímos tras decir nuestro lema.

Miley nos observa a cada uno y luego hace lo que menos esperábamos: sonríe y agradece.

🏫🏫🏫

—No creo que exista una persona más pésima dibujando que yo —expongo con irritación al ver los trazos bobos que llevo rato tratando de hacer lucir presentables.

—¡Confirmo! —exclaman mis amigos a pesar de que están a una distancia considerable de dónde me encuentro sentado.

—Se siente el apoyo —ruedo los ojos.

—A lo mejor si se concentrara e hiciera silencio podría obtener mejores resultados, ¿no cree, Flavio? —pregunta con ironía la maestra de arte y pintura.

—Nah, él ni volviendo a nacer haría algo que valiera la pena en esta clase, maestra —se entromete Dorian, pero le doy la razón.

—Gracias por su opinión, Dorian, pero también le recomiendo prestar mucha atención a su trabajo.

Mi amigo rueda los ojos, pero hace caso.

Tengo que admitirlo, nunca he sido ni medianamente bueno en dibujar, pintar o nada relacionando con el arte. No por falta de interés, si no por falta de talento. En lo único que soy bueno es en admitir que soy un asco en arte.

A medida que van terminando, los alumnos van saliendo del aula y me temo que seré el último en salir como siempre.

He tomado clases de dibujo tanto presenciales como en línea, y el resultado sigue siendo el mismo.

Repaso la estancia dándome cuenta que los únicos en el curso somos la maestra, Miley y yo. Me quedo observando a la fiera sentada en la esquina como de costumbre, su ceño está fruncido como si estuviese discutiendo con el dibujo que ha hecho, veo cómo hace borrones y vuelve a trazar. Se mordisquea mucho las uñas parece que con inseguridad con lo que ha hecho. En ningún momento su atención se aparta del cuaderno.

Aún así es bastante buena en esta materia. Aunque no le gusta para nada, todos, incluyendo a la maestra, sabemos que si cumple con los dibujos, pinturas y tareas dadas es porque es necesario, como cualquier otra clase.

Pasan unos diez minutos y la maestra sentada en su asiento frente al escritorio cae notablemente rendida en un profundo sueño. Sacudo mi cabeza y me dedico a hacer un último intento.

—Vamos, Flav, es fácil —me aliento a mí mismo.

La tarea es sencilla, dibujar lo que consideras tu lugar feliz.

Incluso hasta Dorian lo hizo, dibujó una cama y listo, se largó, pero yo sigo aquí intentando dibujar un montón de libros acumulados. Lo más parecido a una biblioteca que pueda, pero fallo.

¿Mi lugar favorito no podía ser un inodoro?, creo que ya hubiese acabado hace horas, pero no, me encanta complicarme la vida.

Levanto la vista cuando siento la presencia de Miley detrás de mí observando con cautela mis trazos y borrones sin sentido.

—¿Qué se supone que es, metiche?

—Esos palos son unas columnas —señalo con el Lápiz—el intento de la arquitectura de una biblioteca, supongo.

—Interesante —musita sin despegar su atención de mi defectuoso dibujo.

Mientras tanto yo me glorifico observando sus lindos pechos muy inclinados hacia mí, luego sus labios y...

«Detente, vaquero» me ordeno a mí mismo antes de ser víctima de otra erección monumental.

—¿Terminaste de codiciar mis tetas? —arquea una ceja.

—Si quieres puedo seguir, no me hago responsable de lo que eso ocasione —señalo mi entrepierna.

—Idiota.

—Hermosa —sonrío.

Creo que esperaba otro insulto por mi parte porque se encuentra descolocada ante mi elección de palabras.

Termina por ignorarme y agarra el borrador entre sus dedos y comienza a borrar cada línea torcida que tracé en el cuaderno antes de tomar el lápiz y de manera sencilla y delicada hacerlo por ella misma.

—¿Me estás ayudando? —pregunto estoico.

—Estoy devolviéndote el favor, metiche. No te tolero, pero me estás ayudando con matemáticas —se encoge de hombros— Supongo que ya estamos a mano.

En cuestión de minutos el dibujo está casi hecho, no luce tan perfecto porque me dice que la maestra sospechará de que hice trampas, así que le deja unos cuantos fallitos. Aún así no parece ni mío.

Estoy sorprendido con lo que puede hacer la fierita en cuestión de minutos, cautivado por cómo luce mientras está concentrada, pero también estoy asustado. Joder, nunca había hecho trampa en una tarea.

—Ahora sí — da un paso hacia atrás observando minuciosamente lo que hizo y suspira aliviada.

—Gracias —digo embobado por esa fiera que cada día me sorprende más.

Aclara su garganta.

—No tienes que agradecer, te dije que era un pago —encoge uno de sus hombros restándole importancia. Me pongo de pie y doy pasos arrastrándola hasta que ella choca de espaldas con la pared más cercana, la acorralo poniendo mis brazos al rededor de ella

No tiene idea de lo loco que me tiene.

—Miley Grey, ¿te gustaría ser mi futura exnovia?

Me observa como si estuviese irremediable loco.

—Estás demente, para eso primero tendría que ser tu novia, y que Dios me libre —responde juguetona.

La observo fijamente a los ojos haciéndome de todo mi autocontrol para no estancar mi vista en sus apetecibles labios y la pregunta que quería hacerle desde ayer sale por si sola.

—¿Estás bien?

Se queda en silencio un largo momento sopesando su respuesta.

—Estoy mejor —responde.

—Cuando quieras hablar sobre eso estaré dispuesto a escucharte.

—¿Quién te dijo que me interesa hablar mis cosas contigo?

Ignoro su actitud a la defensiva.

—Todos en algún momento necesitamos compartir nuestros tormentos con alguien que esté dispuesto a hacerlos suyos también —respondo sin apartar mi mirada de la suya —confórmate con saber que yo soy esa persona que está dispuesta a cargar con los tuyos.

Achica sus ojos y arruga su entrecejo.

—¿Por qué? ¿Por qué demonios lo haces?

Su pregunta me confunde.

—¿Hacer qué?

—Preocuparte por mí —responde de inmediato y luce como si de verdad buscara la respuesta observándome — no entiendo porqué te intereso.

—Es un sentimiento genuino que provocas en mí. Cada día que paso cerca de ti me insitas a conocerte más, haces que quiera conocer los rinconcitos más ocultos de tu ser —las palabras abandonan mi boca con total fluidez y sin ningún atisbo de vergüenza —solo déjame descubrirlo por mi cuenta, no me niegues ese placer, Miley.

Su agitada respiración es lo único que se escucha como respuesta.

»Permíteme conocerte —pido.

—Soy insignificante —rueda los ojos.

—Eres intrigante —corrijo.

—No me siento bien en compañía de cualquier persona.

—Yo no soy cualquiera.

—Tienes mucha confianza en ti mismo, metiche —bufa.

—Eso es muy cierto —concuerdo —puedo estar perdiendo, pero siempre voy a mí y apuesto el doble.

Sus ojos me observan con un brillo de curiosidad y me encojo de hombros. Soy muy consciente de la cercanía de nuestros cuerpos y lo más loco es que quiero terminar de acortar la distancia, pero me controlo.

Tener el control de mi mismo era tan fácil antes de conocer a la fiera, tiene un magnetismo al que no puedo resistirme.

—Deja de mirarme así.

—¿Cómo? —pregunto.

—Como si quisieras desnudarme.

—Nada me gustaría más que eso —admito—, pero primero quiero desnudarte el alma antes que el cuerpo.

Rueda los ojos aburrida.

—Estás irremediablemente loco si crees que alguna de las dos va a pasar. No entiendo tu empeño, tu curiosidad.

—No es solo eso, fiera. Me cautivas, tengo que admitirlo —sonrío con suficiencia —. Ya te lo dije una vez; no voy a descansar hasta quitarle las camisas a tu alma y desmenuzar una por una tus corazas.

—Pues espero que tengas paciencia, porque tengo muchas —dice viéndome directamente a los ojos. Retándome.

—Si no la tengo, la fabrico.

—Entonces también tendrás que desprenderte de la camisa que esconde tu esencia rebelde —ríe y su mirada es calculadoramente sexy — y me voy a divertir mucho sacándola.

Es lo último que dice antes de pasar por mi lado chocándome levemente el hombro y salir del aula sin darme chance a siquiera pronuncia alguna sílaba.

Dejo escapar el aire que no sabía estaba conteniendo y me dirijo hacia el escritorio donde se encuentra durmiendo la maestra, dejo allí mi dibujo que es más de Miley, y salgo como si nada. En algún momento se despertará. Mamá me dijo una vez que no es bueno tronchar los sueños ajenos.

Que sabia es mamá.

Salgo directamente en busca de Mike para las tutorías, si no me intereso por impartirle mi ayuda el no lo hace, pero claro, yo soy el más interesado en que pase el examen. A él por otro lado parece darle exactamente igual reprobar o no.

Con Liz las tutorías van más que bien, es inteligente y se muestra interesada en aprender y hacerme las cosas más fáciles, con la fiera sorprendentemente las cosas por igual marchan bien. Es un poco difícil, pero sé cómo hacer que entienda matemáticas y no muera en el intento.

Tengo suficiente tiempo para pulirlos a los tres antes del examen, pero Mike francamente me lo pone bastante difícil. Pasan quince minutos en los que camino por los pasillos en busca de Mike sin obtener resultados hasta que decido darme por vencido. Le pasaré la queja a el maestro Crover, porque la verdad pierdo tiempo yendo tras el irresponsable.

Aprovecho el poco tiempo que me queda libre para sentarme en uno de los deteriorados bancos situados en el pasillo y revisar mi whatsApp. Me doy cuenta de todos los mensajes sin responder que hay, de los cuales sólo dos o tres son contestados.

Me digo que más tarde cuando llegue a casa responderé a cada uno de ellos.

Ojalá y no se me olvide.

A pesar de que no abro cada chat pendiente está el del grupo del trabajo que sí opto por darle un rápido vistazo.

Rio con los comentarios ingeniosos que envían mis compañeros, lamentablemente no nací para tener amigos normales. Cada día me doy cuenta de ello.

Gabe work 🚗 💦: pero se supone que son mis amigos, para qué están si no es para eso?

Robbie work 🚗💦: definitivamente no para prestarte dinero

Gabe work 🚗 💦: pero por queeeee????

Jaggie work 🚗💦: Me debes 50, chistocito.

Gabe work 🚗 💦: Que Dios te lo pague.

Beck work 🚗💦: jajajajajajajjajaja pues por eso no te prestan, rastrero

Gabe work 🚗 💦: Estoy triste :(

Gloris work 🚗💦: Y pobre jajajajaj

Derek work 🚗💦: Gabe nunca tiene dinero, ni siquiera acabando de cobrar

Gabe work 🚗 💦: parece chiste, pero es anécdota :')

Termino de leer y envío un sticker de mucho dinero antes de escribirle

Yo: Lo único que puedo hacer por ti amigo, disfruta

Mi mensaje desencadena otra larga conversación entre todos ellos que al parecer tienen la tarde libre, pero como no es mi caso y puesto que está a punto de sonar la campaña, decido abandonar la conversación por el momento y regresar a clases.

🏫🏫🏫

¿Desde cuándo eres novio de la ogra de Miley?

¿Es cierto lo que dicen de ti y la marginada del último año?

Se te vio muy acaramelado con Miley Gray la otra noche en la fiesta ¿están saliendo?

Esas y otras preguntas de ese tipo me hacen sin parar desde hace diez minutos que entré al salón de detención.

Me tienen mareado con lo mismo. Por suerte Miley no ha llegado, así no tiene que lidiar con Este teatrito.

—Entonces, Flav, ¿es cierto o no? —pregunta Inés, estudiante de tercer año.

Ruedo los ojos con notable aburrimiento.

—Nada de lo que dicen o especulan es cierto, somos amigos.

La risa de un par se escucha en respuesta antes de que uno de ellos diga:

—Como si fuese posible que esa ogra tenga amigos.

—Pues sí los tiene, pero no cualquiera califica para ser amigo de ella y conocer quién realmente es, así que ahórrense sus comentarios —respondí en general con total hastío.

—No te enojes, solo quería saber si era cierto o no.

—Además que no te conviene juntarte con esa chica, es una pésima compañía

—Y ni hablar de su reputación

Los comentarios continúan y antes de que me exaspere y calle un par de bocas de una manera poco adecuada el maestro Crover interviene.

—Se callan todos si no quieren que le sume más horas a su castigo y le agregue el día del sábado.

Son las palabras que se necesita para silenciar un grupo de ignorantes como ellos. No pasan ni dos minutos luego de eso cuando Miley irrumpe en el aula de una manera tan ella. No intenta ni siquiera pasar desapercibida, sabe que es algo estúpido.

Miley resalta dónde quiera que vaya.

—Permiso —musita y se encamina a pasos largos hasta sentarse en el pupitre que queda al junto mío. Era justo el que esperaba que ocupara.

Nuestras miradas se cruzan una vez que tiene su hermoso trasero descansando en la silla, y le sonrió en forma de saludo. Su respuesta es una inclinación de cabeza y una mínima sonrisa ladeada.

Suspiro complacido.

Eso es definitivamente más que nada. Vamos avanzando.

La última hora pasa de manera lenta y tortuosa mientras Crover parlotea sin cesar, pero es algo a lo que ya me he ido acostumbrando y para hacer de esta hora de castigo más llevadera, me dedico a molestar a la fiera.

—¿Puedes dejarme en paz, metiche?

—¿Puedes aceptarme una salida?

—No —su respuesta es rápida.

—Pues nop.

Rueda los ojos.

—Fastidioso.

—Tan enojona —finjo un suspiro —me encanta.

Eso hace que ella casi sonría.

»No te contengas y sonríe, no importa que sea a mi costa. Te ves endemoniadamente sexy cuando sonríes —y soy totalmente honesto cuando lo digo. Ella no responde, solo me observa con fijeza parece que sopesando lo que me va a decir.

—No tengo muchas razones para hacerlo.

—Pero tienes, aunque sean pocas. Solo piensa en ellas —me encojo de hombros. —la vida ya es lo suficientemente jodida como para darle el gusto de dejarla amargarnos la existencia. Hay quienes no tienen razones para sonreír y se vuelven su propio motivo para hacerlo.

—Eres tan asquerosamente sabiondo y positivo —hace una mueca con sus labios —esta sociedad de mierda es un peligro para las personas como tú.

Sus palabras me mantienen pensativo.

—¿Por qué lo dices?

—Porque es una realidad —dice como si fuese obvio — deberías proteger más tu vibra, no todo el mundo es merecedor de ella. Algunos solo quieren contaminar y ensuciar tu ser.

—Quizás eso es lo que haces tú —razono— sueles estar sola y aislada sin interés alguno en codearte con nadie porque proteges tu ser y tu vibra de la gente, eres totalmente celosa con el hecho de compartir tu espacio y tu energía con las personas.

Su mirada es tan, pero tan intensa que tengo que desviar la mía y posarla en las personas que nos rodean, pero que siento tan lejanas en este momento, eso hago mientras finjo que no me siento intimidado por ella.

Aunque sus siguientes palabras me llevan a prestarle nuevamente atención.

—Quizás, o a lo mejor solo detesto a todo el mundo y punto —responde volviendo su vista al frente y fingiendo desinterés en continuar la conversación.

—No creo, va más allá de eso —doy por hecho— En el fondo seguramente sabes la calidad de persona que eres y no toleras rodearte de gente que no vaya a valorarte a ti y a todo lo que te hace ser Miley Grey.

Vuelve a conectar su mirada con la mía, pero esta vez con el ceño fruncido.

—Ya deja de decir babosadas e intentar adivinar cómo soy —rueda los ojos — es tan molesto.

—¿Te asusta que todo lo que he dicho puede ser totalmente cierto?—sonrío— No estás muy contenta con el hecho de que empiece a conocer quién realmente eres —termino por decir observando maravillado el gesto de frustración que tiene.

—¿Soy evidente y tan predecible como me estoy sintiendo justo en este momento? —cuestiona y parece que realmente estuviese en busca de esa respuesta.

—No creo que seas para nada predecible, es solo que últimamente dedico gran parte de mi tiempo a analizarte bastante.

Niega con la cabeza.

—¿No tienes nada mejor que hacer que malgastar tu tiempo pensando en mí? Porque si me dices que no, eso haría tu existencia muy patética.

—A lo mejor, pero es lo que mejor sé hacer desde el día que entraste por esa puerta y me llamaste desubicado, sordo e insultaste muy feo a mi trasero —me encojo de hombros y eso realmente la hace reír.

—¡Estabas ocupando mi silla, metiche!

—Y eso sigue sin ser razón justificable para insultar mi muy bonito culo —contraataco.

—Bueno ese día no me parecía tan bonito —se encoge de hombros.

—¿Y ahora sí? —arqueo las cejas.

—Mhmm —musita —solo un poco.

—Me conformo con eso por ahora —sonrío victorioso.

Sonríe dando por terminando nuestra conversación.

El maestro Crover me observa desde su escritorio, observa a Miley y regresa su vista nuevamente hacia mi para luego sonreírme.

Y entiendo así que hago un pequeño asentimiento. Entonces Miley vuelve a hablar, pero sin mirarme.

—Hay mucha verdad en todo lo que dijiste.

—¿Sí? —pregunto con clara intención de que continúe hablando.

—Sí —asiente con la cabeza y esta vez conecta su mirada con la mía — Soy muy real a lo que siento como a lo que no, por esa razón no me rodeo de gente que no quiero ni me parecen para nada interesante.

—Pero no te rodeas de nadie —le recuerdo.

—Exacto. Porque la gente en su mayoría me parece totalmente insignificante. Son criaturas Vacías, aburridas, básicas y detestables —sus palabras están cargadas de repudio.

—Entiendo... —respondo dándole análisis a sus palabras.

—Pero últimamente eso ha cambiado un poco —añade observándome de manera significativa.

—¿En qué?

—Contigo, tal parece que no me fastidia tanto como intento aparentar el hecho de compartir mi espacio contigo.

Suspiro e intento dar una respuesta, pero nada coherente sale de mí.

»Y has provocado que socialice en unos días más de lo que he socializado en los últimos años. Al parecer no todo el mundo aquí es tan desagradable, por lo menos a ti y a tus amigos los puedo tolerar.

—Así como hay gente mierda, existen personas que vale la pena arriesgarse a conocer.

—Escasean, pero por lo visto quedan dos o tres —se muestra de acuerdo.

—Créeme que tú no eres ni por asomo nada de lo que se dice por los pasillos.

Una risa seca sale de ella.

—De mí se dicen tantas cosas que cada día descubro algo nuevo de lo que se supone que soy.

—Es tan repugnante el hecho de que la gente dedique tiempo de su vida para destrozar la reputación e imagen de gente que cree conocer, pero que realmente no conoce y lo que más asusta es que lo hacen por puro placer y entretenimiento —expongo sin entender para nada eso— es algo que no me deja de sorprender

—Bienvenido al mundo real, metiche.

—El mundo real apesta entonces —acoto.

—No, apestan las personas, las que habitan en él, esas son las que han hecho de la tierra un lugar completamente desagradable. Esa es la cruda realidad —puntualiza.

—Hey, ustedes dos, ¿se quieren callar? Llevan toda la maldita hora hablando sin parar y no es para nada bonito tener que lidiar con su parloteo y con el del maestro —grita un chico desde atrás.

Yo planeo simplemente ignorarlo, pero Miley se voltea hacia él y no tiene que darle más que una mirada para que el grandulón se remueva en su asiento incómodo por la intensidad y el odio que carga la mirada de mi fiera.

—Tienes que enseñarme a hacer eso —le pido cuando se vuelve a girar.

—Lo haces y lo que parecerías un gatito intentando dar mirada de León —se burla.

—Ja, ja —ruedo los ojos— no eres chistosa.

—Pero sí realista —Se defiende. —A propósito, ¿cómo sigues? —señala mi muñeca vendada.

—Ah, ya me duele menos, en unos días creo que podré quitar la venda. Mi mamá se ofreció a darme unos masajes para que se cure más pronto.

—Tú mamá es un angel.

—Lo es —confirmo — y tú lo diablona.

Rueda los ojos con fingido fastidio.

—¿No puedes ser serio unos minutos?

—¿Contigo al lado? Complicado.

—No tienes juicio, metiche —niega con la cabeza.

—Contigo lo pierdo, fiera —respondo juguetón.

—¡Ya basta! —exclama lo más bajito que puede.

—Si aceptas ser mi futura ex novia —propongo.

—Estarás drogado o irremediablente loco.

—Drogado y loco por ti, puede ser — me encojo de hombros.

—Ya te voy a volver a ignorar —dice y en efecto lo hace. A partir de ahí da por agotada su capacidad de socializar porque no me vuelve a hablar en lo que queda de hora de castigo.

Sonrío cuando no me están viendo. Me gusta esto, de alguna extraña manera me fascina ser la única persona que pueda poco a poco conectar con Miley y a la única que ella considere un poco menos insoportable que el resto para permitirse estar rodeada de mí.

Mientras más hablo con ella, más se me antoja escucharla, conocerla, estar maldita mente cerca de suyo.

¡Demonios! esta mujer llegó para desestabilizar mi cordura y a mi amigo allá abajo.

¿Qué nos deparará los siguientes días en detención? Porque creo que antes de que se terminen ella y yo ya vamos a estar lo suficientemente jodidos y enredados. Creo que estos treinta días solo serán el comienzo de todo.

De eso no tengo la menor duda.

🏫🏫🏫🏫

En serio, en serio, en serio perdón. Mi vida está siendo un caos totalmente, pero no abandoné ni esta ni mis otras historias. No lo haré aunque demore mucho en actualizar. A los que se han quedado, infinitas gracias por esperar, a los que han llegado, ¡¡¡¡BIENVENIDOS!!!! Esto es lo único bonito que tengo. Les amo intensamente.

Den mucho amor al capítulo y vayan a mi Instagram de escritora y dejen en los comentarios de mi último post lo tanto que le gustó este capítulo: Jennifferplopez

Continue Reading

You'll Also Like

15.9K 686 16
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...
262K 15K 51
❝ El Chico De Omegle ❞ El verano de Abi iniciaba y su aburrimiento no se quedaba atrás. Uno de esos días de aburrimirnto, descubre una página nu...
4.9M 433K 81
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...
70.7K 3.9K 149
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...