Mi Pareja Perfecta IV

By Brity22

259K 20.7K 23.5K

Ángela Grant, es una joven recién egresada que empieza a trabajar en el hospital Edwards, tal como su abuela... More

Ángela Grant
Supervisión
La salida al Spa. I
La salida al Spa. II
La vida de Martina Edwards I
La vida de Martina Edwards parte II
Buscando a la chica perfecta.
Incógnita
Catalina Grant
La chica del Tinder I
La chica del Tinder II
Fiesta en New York I
Fiesta en New York Parte II
En la boca de la loba I
En la boca de la loba II
Mala, del verbo ''mala''.
''No pegan, ni juntan''
Salida a casa de Tía Fer.
Lecciones de motocicleta
''Por la boca muere el Edwards''.
Única en su clase.
Aniversario de Matrimonio I
Aniversario de Matrimonio II
Sesión de Fotos.
Fin de semana de Jefazas.
''Si Quieren Guerra...''
Buscando al culpable
Juntas de amigos
Hogar, dulce hogar.
Inauguración
Una historia romántica y no de acción
Citas a ciegas y aniversario
''Dos grandes que se unen''
La cena familiar.
Buenas jugadas.
Salida en familia I
Salida en familia II
''La terquedad hecha pareja''
La despedida.
Las Intensas.
Especial: ''El dilema de las Gabis''

En la boca de la loba III

6.3K 484 521
By Brity22

Martina

Paso la tarde del jueves trabajado, cuando me despego de los gráficos de la pantalla voy a mojarme la cara. Al volver miro el mueble bar y me acerco por un traguito de algo que me de energía, o ánimo, o calor, o lo que sea en realidad.

−Oye, yo también quiero.

−Ok −Le digo a Chloe sacando otro vasito.

Casi se me cae.

− ¡Chloe! −Exclamo. − ¿Cuándo entraste? O ¿Cómo?... −Miro alrededor.

−No vi a nadie afuera −Se sorprende. −O tal vez esperé a que el secretario fuese al baño −me mira misteriosamente.

− ¿Has pensado en ser espía? −Digo entregándole su vasito y haciendo salud. Me lo tomo de un sorbo y carraspeo.

Despierta ya estoy. Chloe lo pasa como si su garganta fuese un tubo de metal.

−Wow ¿te imaginas? −Dice. - ''Los ángeles de Tina'', Sam es el cerebrito −bromea. −Por cierto, ella viene más tarde.

−Genial −Digo yéndome a sentar.

− ¿Muy estresante? −Pregunta Chloe. Recuerdo el día de ayer.

−Los primeros días −Digo. −Luego es más llevadero. Aunque no diré que no extraño mi box.

−Aaaw, esa es mi Tina Tequila, da lo mejor en todo lo que hace −Asiente. −Estamos todos orgullosos de ti.

−Gracias Chloe.

−De nada, tu mamá también lo cree. Le pregunté como lo estaban pasando. −Me cuenta ante mi mirada interrogativa.

− ¿Qué? ¿se fue de vacaciones?

−Si ¿No sabías?

− ¡Maldita Christine! −Espeto − ¡Ya me parecía raro lo de los diez días hábiles!

−Oh vamos, ya les hacía falta. −Libera una risita. −Es bueno tener a alguien de confianza.

−Si, pero ya me imagino su cara de creída −Gruño. Aunque para mi madre, Noelle, debió haber sido una sorpresa agradable. Sólo por eso no la llamo en este momento y la mando al carajo por maligna.

−Por cierto, me dejó a cargo de ti.

−Si claro.

−Enserio. - Dice indignada. Rodeo los ojos. − ¡hice seis semestres de finanzas en la San Marino! - Bromea. Niego con la cabeza, esta es un caso perdido. − Pero te ves bien, esperaba ojeras −Dice sentándose en el mismo sofá en el que estaba Ángela ayer.

Nos quedamos así hasta que llega Sam y nos distraemos conversando tanto que mando al carajo los gráficos, le sacamos la foto a Chloe y nos vamos a casa. He estado aprovechando mis tardes yendo del apartamento a donde mis abuelos. Hoy soy invitada a quedarme donde Sam.

− ¡Hemos llegado suegritas! −exclama Chloe.

−Imposible ignorarlo −Dice tía Sandra burlona− ¡Tina! ¡Qué alegría verte! − Ahora que lo pienso haces meses no vengo de visita por aquí.

−Ojalá me dijera eso −Susurra Chloe a Sam.

Cuando me ve tía Fer me abraza efusivamente, besa mi nuca y nos invita a sentarnos.

−Debes venir más seguido−Dice −Christine me dijo que te dejó con trabajo, debe tenerte muy en alto.

Si, pero aún no le perdono la mentira, me las pagará.

−Y eso que me tiene en alto− Comento. − ¡Me está explotando!

−Creo que esa frase ya la oí antes −Hace memoria. − A tu madre quejándose de lo mismo por tu abuelo −Se ríe.

Libero un gruñido. −Espero que el abuelo la haya hecho puré.

Sam y Chloe se ríen.

−Y hablando de hacer puré −Dice Sandra − ¿Hay alguien por ahí? −Mueve las cejas.

− ¡Sandra! −Ríe su esposa. −Tina tiene mucho trabajo, no es como si un chico la fuese a ver a la oficina o algo así ¿quién se atrevería?

−Tendría que estar loco −Bromea Sam. ¡Maldita Samantha!

Pongo mi cara más convincente.

−Claro, solo sé trabajar. −Digo como la esforzada mujer que soy.

Nos sentamos.

−Pero qué mentirosa −Masculla Sam

Le pego un puñetazo en la pierna cuando no nos ven. Ella se soba sufriendo en silencio.

− ¡Oye! −murmura Chloe. − ¡No golpees mi comida!

− ¡Tu comida jode!

−Le enseñaré modales −Atrae su rostro robándole un besito. Sam adolorida libera una risita avergonzada.

Tía Fer las mira burlona.

[...]

El resto de la semana transcurre tranquilamente, el fin de semana me voy donde mis abuelos, el sábado en la noche ¡se me ocurre una idea genial! Es decir, no creo que tenga esta oportunidad en meses. Mis madres están de viaje y mañana mi abuelo irá a jugar golf, de seguro que va con la abuela, como siempre.

''Hola'' Saludo a Ángela. ''estás de suerte''

''Hola '' Leo de vuelta '' ¡Genial! ¿Qué me gané?''

Veo su foto de perfil; gafas y una especie de refresco con una fruta cortada, adornado con una sombrilla para cócteles. Apenas de deja entrever una camisa colorida. No se ve mucho...

Que floja con las fotos ¡no me extraña!

''Mañana mi abuelo saldrá al club de golf, un rato en la tarde. Me parece que irá con mi abuela.''

'' ¿Y eso qué significa?''

Entrecierro los ojos.

'' ¿Quieres conocer la mansión o no? '' Que me quede sola de nuevo no pasará en un buen tiempo.

'' ¿No puedes invitarme como la gente normal?''

''Llega a las cuatro''

No espero la respuesta, sigo arreglándole las pezuñas a Sandy, hoy es noche de chicas.

− ¿Quieres que te las pinte amor? ¿Sii? −Le digo cariñosamente. Sandy cierra los ojos y se recuesta en su cama como la consentida que es. Jugó todo el día en el patio así que imagino está cansada y solo quiere que la mimen.

Al día siguiente.

−Nos vamos, ¿segura que no quieres ir? −Pregunta el abuelo.

−Segura abuelo −Digo, beso su mejilla y sube a su transporte. Los despido con la mano mientras abandonan el terreno. Al entrar le recuerdo el plan a Sandy.

−Ya sabes que no puedes andar de soplona −Susurro. Sandy hace un ruidito muy contenta, no sé si me entiende, pero en mi cerebro tenemos una conversación. −Aprovecha de jugar antes de ir a casa. −Le advierto.

Camina a mi lado mientras voy al cuarto de seguridad. Toco la puerta y entro, dentro están unos tipos algo aburridos, pasan tan pocas cosas aquí, que el turno se vuelve rutinario. Me dirijo a quién los distribuye por la mansión.

−Eh, Patricio −Digo. − ¿Cómo estás?

−No. −Dice. −No puedes salir sin seguridad.

− ¡Pero si no venía a eso!

−Entonces no puedes hacer una pool party. −Gruñe mirando a las cámaras. −Tus abuelos llegarán más tarde.

Él es quién tenía la ardua tarea de vigilarme cuando era una niña y adolescente, y quién se ensuciaba las manos cuando tenía que ensuciárselas. Tenemos una relación de ''odiostad''.

−Vendrá una amiga del trabajo y venía a avisar para que abrieras−Me cruzo de brazos.

−En ese caso no hay problema. −Dice. −Me avisas y ya.

−Bueno.

− ¿Eh? Martina ¿Podemos jugar Ping- pong? −Dice uno más joven atareado de mirar cámaras.

− ¡¿Cómo se te ocurre?! −Dice él− ¡La mansión Edwards está invicta desde que yo asumí como jefe de seguridad! ¡Y no se romperá ese récord en mi mandato! −Dice firmemente.

Todos los presentes nos esforzamos duramente para no poner caras.

−Oh vamos Pato −Dice uno −Es domingo.

−Por mi no hay problema, esa mesa se está apolillando. −Digo. −Nos vemos −Me voy de ahí y como por arte de magia vibra mi celular.

''En media hora estoy allá''

−Vamos Sandy −Digo.

Me quedo en el patio con ella hasta que al cabo de un rato aparece Ángela en su motocicleta. ''Es la roja'' recuerdo el último día que estuve paseando por la ciudad...

Estiro el brazo cuando se detiene, hace lo mismo mientras la reja se abre. Al acercarse mis ojos devoran su medio de transporte.

− ¿No hay problema en guardarla un rato? −Sonríe.

−Claro que no −Digo. Ángela se baja y cuando ya esta preparada levanta el pulgar.

− ¿Lista? −La miro de reojo.

−Estoy lista −asiente determinada.

Ángela:

Dejo a mi bebé y camino tras Martina, entro con ella y su mascota, el primer tour es por el jardín, ¡creo que es hermoso! Más hacia el fondo Sandy se adelanta para jugar en una especie de corral. La dejamos ahí y entramos. Miro con curiosidad las similitudes en tamaño, ellos tienen un hogar más moderno y sin tanto adorno. Mi parte favorita es el ascensor, me hace gracia, pero se ve genial. Me pregunto si los Edwards usaran las escaleras de acá, ''se pierden nuestras piernas de acero'' bromeo conmigo misma.

''No, no es verdad''.

−Me gusta el toque elegante pero no saturado. −Comento− algo creído, como ustedes −Bromeo.

−Si quieres llamo a seguridad −ofrece.

−Oye, yo garanticé tu seguridad, deberías hacer lo mismo. −Esta mujer...

−Yo no he prometido nada −Se sorprende.

− ¿Y tú cuarto donde está? −Asumiré que simplemente se está metiendo conmigo.

−En el segundo piso a la derecha de las escaleras −dice.

Pasamos la parte de la escalera y ella me deja pasar en la segunda puerta. Su cuarto es amplio, pero no demasiado. Diría que Martina no es de espacios muy grandes, recuerdo lo del balcón. Deben ser las cinco, así que nos sentamos un rato.

−Aaah −Hago un ruidito de satisfacción− ¿Qué tal la semana?

−Pasó rápido −Responde−Ojalá pasen los días que quedan rápido también.

−Esperemos, ya nadie me va a decir que baje la música una vez al día. −Comento. Igual es verdad, me dicen que le suba...

−Espero no tengas ese lugar convertido en un antro. −Me advierte.

−No, descuida. −Sonrío malévolamente.

Un ruido me interrumpe, el de alguien llegando en algún vehículo. Martina se pone de pie y mira por la ventana.

− ¡Uuh! ¡Mierda! −Exclama. −Viene el abuelo

Lo pienso rápidamente evaluando mis posibilidades.

−Aunque no se si influya que el abuelo sepa que estás acá. −Escucho.

−Quizás con él no, pero a mi abuelo no le haría gracia. Se supone que tengo que ser prudente.

−No sabía que ''prudente'' estaba en tu diccionario −Se ríe mirando a todos lados. −Ven−Ordena. −Si me necesita vendrá acá.

Frunzo el ceño mirándola por el tono, pero la sigo. Cuando salimos al pasillo ya se escuchan las escaleras. Creo que estoy frita, a Martina no le afecta así que ya fui buena.

Antes de preparar mentalmente la excusa que le daría al abuelo de ella, soy despedida con fuerza a la habitación de al frente. Ella junta la puerta y camina a las escaleras, baja y conversa un rato con lo que parece ser (por la voz del teléfono) su abuelo. Luego escucho a alguien bajar y en unos cinco minutos la puerta se abre nuevamente. Martina me mira muy ufana de si misma.

Maldita creída, igual se puede confiar un poco en ella. Sonrío.

−Gracias Martina.

Me da una mirada coqueta y se va en silencio. Aún sonriente la sigo a su cuarto, esperamos que su abuelo se aleje un poco.

− ¿Qué pasó?

−Se le quedó algo que compro para la abuela, y no podía esperar −Rodea los ojos. −Con esta familia yo ya no me sorprendo de nada.

−Uuuf y que lo digas. − Al menos me siento más tranquila. −Gracias Tina.

−De nada, siéntete afortunada −Dice sentándose en la cama. Rodeo los ojos, al menos me deja decirle Tina−No ayudo a cualquiera.

− ¿Entonces no soy cualquiera? −sonrío.

−Oh no, eres una colega.

−Buuuh− Estiro los labios −tantos besitos para nada.

− ¿Eh? Sólo fue uno... o dos −Levanta una ceja − ¿Quieres hacer algo?

La miro sorprendida. Bueno si me lo pregunta así... ¿tercer besito?

−Eso no tenía relación con el tema anterior− aclara divertida.

−Buuuh −Me quejo tomándole el pelo un rato. Me siento cerca de sus pies, pongo mis brazos un poco extendidos entre ella y yo para evitar riesgos.

Para variar, ese pequeño acto de separación lo interpreta mal.

−Me sorprende que yo te asuste, es decir, mírate, me ganas como por diez centímetros −Frunce el ceño.

−Eso no es decisivo −Digo. −Y no me intimidas. −Levanto ambas cejas creída. −No sé que te hizo pensar eso... pero no.

− ¿Ah no?

−Claro que no −Digo aún sentada. −Eres una Edwards −Digo con toda tranquilidad. -''Mucho ruido, pocas nueces''.

Entrecierra los ojos.

Para mi sorpresa se abalanza sobre mí. Antes de reaccionar sujeto sus brazos y caemos en lo que parece ser una lucha en donde probamos la fuerza de brazos de ambas. Abandono rápidamente mi expresión de incredulidad para reemplazarla por una de determinación... y esfuerzo. Quedamos al medio porque para mi sorpresa la chiquilla Edwards ejerce más presión de lo que esperaba.

−Ah, esto se pone interesante. - Murmuro apenas. Eso me pasa por bocona.

Como el honor de nuestras familias o algo así, está en juego. Me impulso con toda la ayuda que me puede dar mi espalda, mis pectorales y mis fantasmales músculos abdominales ganando espacio poco a poco. Sonrío poniendo una cara que mas o menos trata de decir ''te lo dije''.

Aunque admitámoslo, eso sólo fue por la ventaja de la altura, tal vez tenía razón... Fuese del porte de Martina me parte la madre. ¿De donde saca esa fuerza?

Cuando sus brazos ya están casi sobre sus hombros, vuelve a hacer fuerza y cuando se la devuelvo caigo en la trampa. Rápidamente cede y empuja mis brazos más arriba de su cabeza, pierdo el equilibrio yéndome precipitadamente adelante quedando a palmos de su cara. Me ruborizo, no se si por el esfuerzo o la vergüenza de sentir su cuerpo apegado bajo el mío, pero ignora mis ojos abiertos de par en par y alcanza mi boca. Junto las cejas un poco sintiendo su toque y recordando el sabor de sus labios, por el esfuerzo apenas puedo reponer el aire que me falta. Su agarre no cede, y no puedo afirmarme de los codos para tener algo de dignidad. Cuando siento la punta de su lengua delinear mi labio inferior, mi mente me manda al carajo y mi cuerpo se hace más débil.

Ok, en este punto es imposible ganar así que me entrego a este nuevo ofrecimiento, bajo la mirada, la dejo entrar un poco no esperando una nueva respuesta mucho más intensa. La beso siguiéndola con avidez hasta que su lengua comienza prácticamente a luchar con la mía. Respiro entrecortadamente cuando con una pierna me acerca hacia ella, suelta mis manos y me apoyo más cómoda, mientras acaricio su cintura con mi otra hambrienta mano.

Sus manos extendidas acarician de mi cabello con suavidad. Martina me acerca a ella como si me abrazara y con un suave impulso hacia la derecha y otro con más fuerza hacia la izquierda, levantando una pierna entre las mías, logra quedar sobre mí.

Quedo recostada de espaldas, parpadeando como idiota uniendo los cabos. Ella me mira bastante complacida apoyada sobre sus codos. Pasa su pulgar delineando mi labio inferior, siento cosquillas al sentir su caliente respiración.

−Perdiste. −Susurra. Se pone de pie y se estira levantando sus brazos, la observo mientras me siento lentamente en la cama− No vuelvas a desafiarme.

Carraspeo. No sé si tuve suerte o no, me siento un poco idiota por que yo sí me deje llevar. No sabía que Martina pudiese ser tan sugerente.

Lo bueno es que actúa como si nada hubiese pasado. Me recupero y dejo ese recuerdo en la carpeta de mi cerebro de ''cosas sexys por repasar''. Conversamos hasta que se nos pasa el tiempo y me tengo que ir, es un poco incómodo acercarme así que mantengo la distancia, tomo mi motocicleta y me voy a mi hogar con una rápida despedida. Al entrar a la mansión me recibe un inusual mayordomo.

−Señorita Grant, me honra con su lésbica presencia. −Dice caballerosamente Omar.

−Ya me preguntaba donde estabas tú. −Digo yendo directamente a mi cuarto. Por suerte, Martina me ofreció para comer, y con eso me refiero a bocadillos.

−Mucho trabajo, ya sabes. Se supone que era tu guardaespaldas personal, pero eso hace años lo olvidaron −Se toca el mentón. −No debería ser tan malditamente bueno.

−Bah −digo− Ya quisiera esa confianza. −Mascullo.

− ¿Dónde estabas? Saliste sin seguridad −Sonríe tocándose el pecho.

−Donde una amiga −Digo.

− ¿La conozco?

−Si −Entramos a mi cuarto.

−Esto es un chiquero −Dice Omar observando mi caos ordenado. −En cualquier momento tendrás un nido de algo vivo por aquí.

−A la grande le puse cuca. −Gruño agotada recostándome en la cama.

Ríe.

−Ya fuera de broma, ¿fuiste a ver alguna chica?

−Si −Digo.

−Cuenta, cuenta −Dice yendo directo a los juegos. −Ven no seas marica.

−Sólo fui a conocer la mansión Edwards. −Casi se le cae el joystick.

− ¡¿Qué?! ¡¿estás loca?! ¿te hicieron algo? −Se acerca rápidamente buscando algún signo de tortura.

−Nah, Martina me encubrió.

−Eso tendría que verlo −Dice. −Se que es simpática, pero hay favores y favores.

−Hmm...

−Hablando de favores, ¿te hizo otro favor?

−No idiota −Río

− ¿Nada de nada? −Pone cara de cachorrito.

−Bueno un besito y ya.

− ¡Lo sabía!

− ¿Enserio? ¿Por qué?

− ¡Esas miraditas! ¡Esas conversaciones privadas! ¡Qué callado te lo tenías! −Reprocha.

−Oye yo te vi haciéndote el bonito con Alfonso, ¿cómo se te ocurre? acosador −bromeo − ¿Te resultó? −Pregunto curiosa.

Alfonso es del tipo de chico joven, tranquilo y no muy hablador, pero amable. Para mi está complicado, lo más gay que conozco es Omar.

Y desde luego no se parecen, ni físicamente.

−Es un chico tímido, un hueso duro de roer −Dice pensativo. −Espero que no de erectar− comenta malvado.

− ¡Aaaargh! ¡cállate! −Me cubro los oídos.

− ¿Y qué pasa con Martina? dilo ya antes de que sea demasiado tarde.

Frunzo el ceño.

−No pasa nada sólo son besos −Digo −No estoy muy segura de que signifiquen algo. −Sigo sin saber que diablos inferir de todo esto... creo que me confunde su actitud.

Omar ladea un poco la cabeza.

− Aunque fuese sólo por calentura, por algo los das. −Dice pensativo.

−Puede que los de y ya, hay de todo. −Con la gente yo ya no me confío.

−Pero para ella sería mucho menos complicado besar a otra que no se apellide como tú... a menos que le guste el peligro −Repone.

−Oh vamos, yo no la pondría en peligro

−Ah, pero en cuatro... −Bromea.

− ¡Oye! −Me río tirándole la almohada.

− ¿Y a que te referías con besitos? ¿Ya andan en esa? −Me la arroja de vuelta con fuerza.

−No, digamos que tuve que ver en eso las primeras veces −Me ruborizo. −Pero el otro fue jugando.

−Uy que sexy, no omitas detalles

Le cuento un poco a grandes rasgos para que deje de joder.

− ¡Que debilucha Ángela! −se espanta cuando pensé que me iba a criticar más el beso que eso. −Primero que todo deberían darte vergüenza esos músculos −Me mira indignado. −Debiste aprovechar el estirón de la adolescencia y haber hecho deporte con nosotros.

−Deja mi cuerpo sensual −Me siento. Tampoco es que esté tan fuera de forma, al menos tengo los dedos entrenados con tanto videojuego.

−Y segundo, si no sabes que quiere ¿por qué no lo averiguas?

−Ambas sabemos muy bien que eso es más perjudicial que benéfico.

− ¿Quién dice?

−Ambas. −Pone cara de que le importa un comino nuestras opiniones.

−De todas formas, con ''qué quiere'' no me refería a algo más formal. Diviértete, amiga. −Dice simplemente.

− ¿Formal?

−Si, yo creo que le gustas, al menos un poquito. −Pone la palma extendida en su mejilla fingiendo sonrojarse.

−He visto catorce millones de futuros posibles, y en todos me manda a la mierda −Digo con tono monocorde.

−Inténtalo. −Sonríe. −Si dice que no que se vaya al demonio, pero no creo que te diga que no.

−Me tienes más fe que mi familia entera −Susurro.

−Obvio que sí, eso hacen los amigos −Se sienta a jugar.

− ¿Oye no dirás nada por qué es quién es?

− ¿Yo? ¿Por qué debería? no me ha hecho nada. −Encoge los hombros− Aunque más de alguna vez escuché una peste por aquí hacia esa familia −Dice. - Y si, se ve algo creída como dicen que son, pero conociéndola es bastante agradable y se puede conversar con ella. Ah, y el estilo es cool.

−Humm −Digo. - Quizás...

−Esa es mi chica. ¿Me dejarás jugando solo?

−Voy −me acerco ratamente.

[...]

Noelle

−Aaaaah −suspiro sintiendo las manos del masajista por mi espalda descontracturándome por soportar a Christine y Tina. −Esto es vida −Sonrío.

−Si−Christine está en el agua caliente, disfrutando del contenido de una copa pequeña −Espero que Tina no tenga problemas.

−Lo hará bien −Digo descuidándome de eso. Tina odia decepcionar a su madre, Christine lo sabe desde luego. Libero unos ruiditos de satisfacción, ¡haremos esto más seguido! ¡Ya nos faltaba un retiro de descanso con Chris! − ¿Segura que no querrás?

−El que me toca se muere −Dice ariscamente. −Con soportar maquilladores un par de veces cada trimestre es suficiente.

−Aaah, ¿por qué no me extraña? −murmuro.

−Porque soy genial −Bebe y mira con atención a las páginas de un libro pequeño. Se pone los lentes y se concentra en ello. Observo su largo cabello recogido y su linda espalda, que al parecer no conoce la luz del sol.

Inclino la cabeza y escucho la música, con los años tengo inmunidad a esta mujer. Espero que Martina esté bien...

Cuando nos dejan solas me siento a su lado silenciosa, paso mí mano acariciando su espalda y tiro del nudo de su bañador. Me mira de reojo.

− ¿Sabes que puede entrar alguien verdad?

−Si, desde luego −Beso su mejilla abrazándola. Paso mi mano entre sus piernas.

−Noelle... −Susurra.

−Son vacaciones−Digo en su oído, beso su cuello y le doy un toque suave bajo el agua−Sólo déjate llevar. −Ella aleja tranquilamente su libro del agua mientras reparto besos por sus pechos desnudos, noto como se estremecen a mi tacto, sonrío complacida. Me inclino nuevamente...

[...]

Martina.

− ¡Me voy! −Espeto a la nada para ir a almorzar ya harta. Bajo al tercer piso a buscar a Sam, a esta hora ya debería estarse preparando para comer, habitualmente cuando la voy a ver en este horario esta recogiendo sus cosas.

Toco y abro la puerta justo cuando dice ''pase'' me encuentro con Chloe bajando de su escritorio rápidamente, Sam está algo agitada. No hay que ser un genio.

Me toco el puente de la nariz.

− ¡Conste que llegó recién! −Dice rápidamente Sam.

− ¡Pero ella empezó! −Se excusa Chloe. −Venía a buscarla para comer y se confundió de comida. −Levanta ambas cejas. −No nos mates Tina.

−Lo estoy pensando −digo negando con la cabeza. −Me sorprende de ti Sam.

Ella se ruboriza, Sam nunca se mete en problemas, siempre que algo pasaba era porque Chloe estaba detrás, ahora siendo adultas y también cuando éramos niñas.

Nada de eso ha cambiado.

−Las malas juntas −Responde.

− ¡Oye! ¡Vete al carajo! −Chloe ordena su ropa y se va con la nariz levantada.

Nos quedamos mirando con Sam.

−Tina...

−Vamos a comer, no vi nada ¿ok? −Solo quiero que nadie joda hoy.

−Bueno, pero quiero que sepas que no es costumbre.

− ¿Conociendo a Chloe? No soy idiota Sam. −Gruño. −Sólo traten de que no las vea nadie y me vaya a joder a mí, o juro que las pongo en el primer y último piso.

Como es hora de almuerzo y los ascensores están abarrotados de gente, bajamos la escalera. Veo a Dafna bajar y le hago un espacio caballerosamente. Libera un gruñido y se adelanta.

Sam libera una risita.

−No te burles. −Espeto.

−Bueno que esperabas, no la llamaste más. −Digamos que me asistió un tiempo breve. Hasta que tuvimos una cita y salió... bastante bien, la cosa es que los intereses eran distintos.

−Pero si sólo fue una cita, ¿ahora hay que pedir matrimonio para un polvo o qué? −Mujeres, no sé puede tener una relación de follamigas tranquila con ellas. Al menos no para mí.

−Tal vez ella no quería eso - reflexiona Sam−Si te gusta enserio alguien y solo te quiere para el sexo, creo que es mejor hacerse a un lado. −Dice pensativa.

−Para el sexo −Me río. −Como sea, tampoco me preocupa.

Cuando llegamos abajo Chloe está animadamente hablando con Ángela, Jo y Trini. Para nosotras no es novedad, estamos acostumbradas a que Chloe sea prácticamente un carpincho en la naturaleza.

Ángela.

Estamos un rato con Chloe esperando a que el tumulto de gente en las cocinas baje. Se nos une Tina con Sam.

A la vuelta veo a mi asistente con todo preparado.

−Eh, genial −me sorprendo viendo hasta mi bandeja lista −Tómate tu tiempo para comer ¿sí? −Digo insegura. −No tenemos paciente hasta dentro de un cuarto de hora.

−Oh no, es que nos evalúan de vez en cuanto −Responde Astrid.

Que diablos tienen los Edwards con las evaluaciones...

En eso tocan la puerta ya abierta y entra una chica morena, del porte de ella, muy pulcra con el cabello tomado y una lista. Conversan un par de palabras y la hace firmar un documento.

− ¿Todo bien doctora? −Por la cara de Astrid no es que se pregunte eso a menudo.

−Si −Respondo un poco perdida. −Todo bien.

−Excelente −Dice retirándose.

A pesar de ello la tarde es igual que todas, excepto por los pacientes. Luego, no tengo tiempo de distraerme porque me toca analizar la productividad de los Spa, comportamiento del mercado y competencias. Paso la tarde en una reunión y cuando me desocupo apenas me queda energía para jugar un rato y caer dormida en el sofá.

Jueves.

Llego algo más descansada que los primeros tres días de la semana. Como es casi viernes tal vez un poco más contenta.

Al parecer soy la única porque en la mañana me toco trabajar sola. Carajos espero que mi asistente no tenga problema con la chica que las evalúa, quizá se enfermó...

−Eh Martina, ¿sabes que pasó con mi asistente? −Le pregunto al almuerzo.

−No ¿Faltó? −Pregunta dándome una mirada rápida. Hoy está sentada a mi lado, creo que eso no había pasado antes, mi carpeta mental de ''cosas sexys por repasar'' amenaza con abrirse sin permiso.

−Si, normalmente es muy responsable −Agrego por si acaso.

−Descuida, no la echaré por eso −Ríe bajito. −Pregúntale a la que está encargada−Dice sin darle importancia.

(...)

− ¿Astrid? −Me pregunta la joven encargada de las firmas de ayer. Revisa unas hojas. −Me parece que se reportó enferma. ¿No tienes su número?

−Oh, no nos conocemos tanto, pensé que sería invasivo −Me excuso un poco avergonzada.

−Escríbele, lo valorará −Me toca el brazo quedamente. − ¿Necesitas asistencia ahora?

−No descuida −Digo. −Gracias.

−Dafna, Dra.−Sonríe mirando mi pecho−Angélica.

−Si, Dafna, un gusto. −Digo−Es sólo que ya me había acostumbrado, ya sabes.

−Si, descuida. −En eso lo piensa un poco−Yo tengo algo de libre ahora, ¿te asisto?

− ¿Ah sí? −Vaya, es una oferta difícil de rechazar. −Si no es molestia para ti, igual puedo sola.

−Descuida −Dice terminando de escribir unas notas y poniéndose de pie.

Para ser justa la tarde fue mucho más amena que la mañana, se nota que ya lleva tiempo en esto. Me despido al salir y subo a ver a Tina.

Me deja pasar.

−Que hay−Digo saludándola. −Espero no importunar.

−Descuida, ya me gusta que me visiten −Bosteza sobre unas hojas.

− ¿Mucho que ver? −Le dejo un café sobre la mesa, no la envidio, ya veo esas ojeras. −No sé si azúcar o endulzante así que traje ambas −Me excuso.

−Ya estoy sospechando que mi madre dejo pendientes a propósito −Dice. −Gracias.

−Pues, déjale tú. −Bromeo.

−No puedo decepcionar a nuestra presidenta - bosteza de nuevo.

−Como digas − Estoy segura de que Tina no decepcionaría a mamá.

Me siento en el sofá, para mi sorpresa Tina se sienta a mi lado.

− ¿Un respiro? −Sonrío sintiendo algo extraño por tener su presencia demasiado cerca.

−Si −Respira pesadamente. Bebe un sorbo de café y exhala moviendo la cabeza hacia atrás. −Aaah −Suspira.

−Necesitas un masaje−Sonrío. −Puedo recomendarte buenos Spas.

−Ah pero que listilla −Susurra. −No te haré mas rica Grant.

Lo que no sabe es a que a su madre le encantan mis centros.

−Bueno −Sonrío. −Te acompañaré a relajarte un rato.

−Eso suena genial −Cierra los ojos. Ambas algo agotadas nos quedamos en silencio un rato, reviso mi celular por si acaso. − ¿Cómo lo haces? −Pregunta. −Imagino que, lo que te dejó tu madre ocupa mucho de tu tiempo, acá a veces los turnos no son los mejores e imagino que no ganas ni cerca de lo que ganas allá− Mira su café.

−Si, pero estar acá me hace feliz −Respondo. −Eso es impagable. −Lo pienso un poco −Además mamá automatizó muy bien su negocio, sólo me preocupo de las decisiones más importantes. Aunque no te niego que a veces estoy reventada.

−Si, me imagino −Suspira.

−Hablando de eso deberías subirme la paga −Bromeo.

−Vete a la mierda Grant−Dice, sus comisuras se debilitan−agradece que no te exploto por ser quién eres.

−Oh, muchas gracias por respetar mis derechos laborales −Ironizo.

Reímos, nos quedamos así hasta que anuncian otra visita.

−Hola −Veo los azules ojos de su amiga ir de ella a mí.

−Bienvenida −Dice Martina tranquilamente. −Veo que estoy cotizada hoy.

−Si, pensé que ya estarías harta de tanto papel −Dice ella sentándose frente a nosotras. − ¿Qué tal Angélica?

−Bien, pensé lo mismo que tú −Digo levantando mi café. −Llegaste justo en el receso.

Nos quedamos un rato hasta que me retiro en un rato, prefiero dejarlas solas. Imagino que con Samantha se le hará mucho más ameno el trabajo.

Samantha A.:

Antes de ir a quedarme con Chloe decido visitar a Martina un rato. Me hacen pasar y al llegar, su escritorio está vacío, la veo en el sofá risueña con Ange, no sabía que se tenían esa confianza. Pero ahí las veo, bebiendo café tranquilamente como dos viejas amigas.

Dos viejas amigas con familias que se odian.

Eso si es que ''amigas'' es el termino más adecuado. Con Martina nunca se sabe, tampoco es que yo me meta mucho en sus cosas y le trate de sonsacar algo, o seamos del tipo que necesita saber todo ya, de la otra. Además, para su desgracia, siempre termina explotando. Hago una mueca burlona, no quisiera interrumpir esas miraditas que le da Ange.

Ese temor de mirar mucho tiempo a la chica que te gusta... oh si, lo conozco muy bien. Cuando no quería que Chloe adivinase lo que estaba pensando.

Se queda un rato con nosotras, hablamos de trivialidades y cuando abandona la oficina Martina me mira expectante. Nos conocemos mucho para darle vueltas al asunto.

−No molestaré esta vez −Digo. −Al menos se preocupa por ti.

−Si, no jodas, es una buena amiga.

Si claro y yo soy estúpida. Martina no es del tipo fácil para conocer, ya deben tener más confianza para que la deje pasar y todo eso. Mucho más para que salga de su escritorio y se siente a su lado, sólo la vi hacer eso con nosotras.

−Bueno supongo que has crecido.

−Claro que sí. −Sonríe tan confiadamente como el día que la conocí.

Nos miramos sin creernos una palabra de lo que la otra dice. Luego del tema se desvía a los de siempre.

Al día siguiente.

Ángela.

− ¡Es bueno tenerte de vuelta! −Saludo a Astrid.

No nos conocemos mucho, pero nos llevamos bien. Es una chica responsable y simpática y me acompaña a rockear, me confiesa en el más absoluto secreto que tuvo malestares de embarazo y que por suerte termina la práctica antes de que pueda tener inconvenientes o tenga que aplazarlo. Le afirmo que no diré nada y que se lo tome con calma cuando empezamos la rutina. Además, por suerte siempre he tenido ayuda.

El viernes es de esos días, la encargada la reemplaza. Me pregunto si alguien de ''más arriba'' está enterado de esto.

−Es mejor solucionar nuestros problemas solas sin que jodan de arriba −Dice Dafna ignorando la razón de su ausencia, aunque yo sé que fue a exámenes de rutina. −La productividad es la misma, además Astrid es mi prima −La quedo mirando sorprendida. Pone el dedo índice en sus labios. −No quiero que tenga problemas por eso con el instituto. Ella no avisó por temor a no titularse pronto.

¡Que injusto! ¡que yo sepa no debería tener problemas con eso!... Aunque hay facultades y profesores que al parecer se mandan solos, al menos eso dice mi experiencia de donde estudié.

−Es bueno que cuente contigo −Digo revisando unos presupuestos antes de irnos. −Ambas trabajan excelente.

−Que linda Dra. −Dice ella lavando sus manos. − ¿Qué hace luego de esto?

−Pensaba ver a una colega un rato −Digo por Martina. −O irme a casa a comer si no está. −Creo que la estoy molestando mucho...

−Ya todos salieron −Dice no captando a quién me refiero − ¿No quieres hacer algo?

− ¿Algo como qué? −Pregunto.

−No sé ¿Comer? −Bromea. −Descuida, sin compromisos.

− ¿Compromisos? −caigo en la cuenta. −Ooooh ya entiendo.

−Ooh −Bromea.

−Claro vamos −Digo. −No le digo que no a la comida.

−Eso es bueno −Dice.

La espero un rato y salimos, vamos a un lugar cercano de por aquí y conversamos, al parecer ella lleva un poco más acá. Hace clases en el instituto y se encarga del papeleo de los practicantes, también estuvo de ese lado, pero según ella tuvo suerte de firmar contrato en el hospital Edwards.

− ¿Y con quién trabajaste? −Pregunto interesada en su historia.

−Con Martina Edwards. −Carraspeo para que el líquido no se me vaya para el otro lado.

− ¿Ah sí? ¿y qué tal?

−Bien supongo, no es un encanto, pero al menos sabe trabajar.

Noto un poco de resentimiento por ahí. Es algo que quiero y no quiero saber, decido que no me interesa, pero el tema de las chicas llega sobre la mesa. Dafna es graciosa, me hace reír con sus anécdotas y le cuento algunas mías. Estaba todo divertido hasta la parte en que salió con ... carajos.

−Conociendo lo poco que conozco a Martina imagino que no tuvo interés y ya. −Respondo en automático. −Descuida, hay más chicas.

''Si Ángela... hay más chicas'' me dice mi mente burlona.

Asiente, eleva sus oscuras cejas y me mira curiosa.

−Espera, no quiero cagarla. −Dice.

Frunzo el ceño.

− ¿Por?

− ¿Son amigas?

−Descuida −Respondo evitando responder lo último −Sólo salió el tema y ya. No me iré de tarro −Río. No me interesa andar de chismosa, soy muy vaga para eso. Lo admito.

Ahora que lo pienso la gente suele contarme sus cosas... creo que tengo fama de buena confidente.

Supieran que es porque se me olvidan...

− ¿Y tú qué tal? ¿Alguna noviecita por ahí?

−No. Nada serio −Respondo −Mi ambiente no es muy grande, y encontrar a alguien que te guste, le gustes, y esté viviendo en el mismo mundo que tú es complicado −Respondo.

−Y que lo digas, y que los caracteres compatibilicen es otra hazaña −Susurra.

−Henos aquí, derrotadas −Bromeo. Reímos.

−Para cada roto hay un descocido− Dice.

Yo estoy rota y descocida...

−Somos jóvenes −Digo sin darle importancia. Al menos a mi no me ha ido muy bien, mis padres tampoco eran un ejemplo de lo que me gustaría vivir con una pareja. Creo que no le tengo mucha fe a ese tema, después de todo; o no es mutuo, o está interesada en alguien más, o se va, o se desgasta con el tiempo, o no supera a su ex, o te deja por otra, o sencillamente no te enteras de que hay otra.

Exhalo amargamente. No se si admirar o compadecer a la gente que tiene esperanzas y da rebote tras rebote.

Luego de comer, descubro que me lo pasé bien después de todo, ¡he conocido mucha gente genial en este hospital! Pero las responsabilidades llaman y tengo que retirarme, me voy a juntar un rato con Omar y alguien debe matar a los malos, me sonrío. ¡Después de todo es viernes!

-----------------------------

¡¡Ejo Ejo!! ¡Es viernes!

Siempre que veo mis referencias a caricaturas, series, películas y pienso:

ME VAN A DEMANDAAAAAAAAAAAAAAAAR...

Pero me vale, sus risas serán mi consuelo en la cárcel... :D

Eso y las convictas *3*

Brity is the new black.

*La demandan*

Continue Reading

You'll Also Like

248K 16.4K 27
Todo era color de rosas hasta que ella llegó, esa despota hija de puta. La odio tanto, que hasta sueño con que desaparezca y no me importa que sea se...
7.5K 141 5
Romance / Erótica / sáfica. Lily, una mujer austera aficionada a la escritura, se encuentra frente a frente con sus afectos del pasado, luego de c...
167K 19.2K 56
En la vida todo es posible y en la vida todo es inevitable, cuando naces en una comunidad donde todos son muy conservadores y tienen una mente cerrad...
27.4K 2.3K 10
Segunda parte en mi perfil: Entrando en la oscuridad Después de las votaciones de Karmaland y la derrota de Luzu, todo cambió en el chico amable, b...