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By prettyanakin

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By prettyanakin


𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎𝐍𝐂𝐄; 𝙴𝙻 𝚁𝙴𝙶𝚁𝙴𝚂𝙾 𝙰 𝙽𝙰𝚁𝙽𝙸𝙰


UN AÑO DESPUÉS.

Selene odiaba su uniforme escolar estrictamente obligatorio para todas las niñas del instituto Saint Finbars. No era estéticamente desagradable, de hecho sentía que el rojo también podía ser su color, pero cada alba era una verdadera guerra contra la corbata de rayas amarillas y negras que le costaba trabajo sujetar. 

Cada mañana temprano Theodore se ocupaba de que su hermana despertara más temprano de lo necesario para poder arreglar su atuendo con tiempo, aunque para él no parecía tener ningún sentido que tardara más de un cuarto de hora en colocarse la camisa blanca, la falda gris junto al blazzer rojo y los zapatitos perfectamente lustrados. 

Luego de su lucha en la habitación, la rubia salió de su cuarto y caminó hacia el amplio comedor iluminado apenas por la luz filtrada por las cortinas y tomó asiento al lado de la ventana con vista hacia la ciudad, donde las personas ya habían comenzado a transcurrir camino a sus trabajos o colegios. 

Pronto su hermano apoyó frente suyo una taza de té humeante acompañado por unos trozos de las galletitas favoritas de su hermana. Los ojos de Selene brillaron extasiados como cada mañana y se lanzó sobre aquellas masitas circulares con felicidad. -Come más despacio o vas a volver a ahogarte. 

Selene rodó los ojos divertida, sin embargo obedeció a la orden. -Lo siento. 

Theodore tomó asiento frente suyo y abrió su periódico matutino, husmeando entre las noticias locales sobre la delicada situación del país. Cada tantos párrafos su ceño se fruncía molesto por las terribles novedades que allí figuraban. Temía que pronto tuviera que partir de nuevo a la guerra y dejar a su hermana sola, no podría hacerle eso de nuevo. 

Frustrado por no hallar nada positivo en su lectura, cerró el periódico y lo depositó sin cuidado sobre la encimera de la pequeña cocina. Selene supo de inmediato que sucedía, por lo que procedió a continuar su desayuno en silencio, la guerra aún era un tema un poco difícil para su hermano, prefería no alterarlo tan temprano. 

-Ve a buscar tu bolso Lene, o llegaremos tarde -murmuró luego de finalizar su taza de té. 

La rubia asintió y caminó hacia su cuarto en busca de su bolso de cuero marrón donde tenía perfectamente acomodados sus cuadernos y la pluma que su abuela le había obsequiado el primer día de clases. De nuevo al comedor, se colocó su boina roja y enseguida salieron hacia las frías y húmedas calles de Londres. 

El camino hacia la escuela no era demasiado largo, de hecho, Selene disfrutaba la extensa caminata, aunque a veces se volvía tediosa y lenta, hacia la estación del tren. Le gustaba observar con atención a las personas que pasaban a su lado, todas iban sumergidas en sus propios mundos y problemas, le resultaba interesante. 

Luego de tomar el tren que los llevaba hacia la zona más céntrica de la ciudad, Theodore caminó al lado de su hermanita hasta dejarla justo en la calle frente de la entrada del instituto privado que con mucho esfuerzo había logrado pagarle. 

Selene observó hacia todos lados de la calle intentando ocultar su vergüenza, los demás niños caminaban solos desde su hogar hasta la escuela, era lo normal, de hecho, era la única que aún llegaba con compañía. Theodore frunció el ceño al verla. -¿Sucede algo?

-Theo, nadie viene acompañado y yo sé llegar, creo que podría caminar hasta aquí sola. -Murmuro tímida, desde que habían quedado solo ellos dos eran más pegados que nunca, pero a veces la menor llegaba sentirse un poco asfixiada. Su hermano la protegía con dientes y garras si era necesario, pero ella era una jovencita, necesitaba su propio espacio. 

Theodore pareció comprenderlo, pues suavemente alejó su brazo de los hombros de su hermanita con una pequeña sonrisa de lado. -Lo siento, a veces olvido que estás por cumplir dieciséis -murmuró nostálgico -. Te propongo algo, hoy es el último día, a la hora indicada pasaré por ti y a partir de mañana vendrás por tu cuenta, ¿va?

La menor dejó escapar el aire que retenía aliviada y asintió, sin embargo, no pudo evitar enrollar sus brazos alrededor de la cintura de su hermano. -Va. 

Sin más, simplemente se deslizó por debajo de sus brazos y corrió directo hacia la puerta de Saint Finbars. 

El resto de la mañana y casi gran parte de la tarde transcurrió como un día más hasta el preciado horario de salida, en donde las niñas y niños eran por fin liberados de la cárcel, es decir la escuela hasta el día siguiente. Selene salió del marco de la verja de Saint Finbars con una gran sonrisa en el rostro mientras Susan le comentaba sobre sus aburridas clases. 

Juntas caminaron hacia el puesto de revistas cercano. Selene se apresuró a tomar la revista de moda que reposaba sobre la mesa y rápidamente hojeó las distintas páginas entretenida. Desde Narnia, desde que había utilizado aquellos preciosos vestidos de seda e hilo dorado no podía quitarse de encima la idea de que la moda era lo suyo, todo lo que le gustaba, además de los libros. 

-¿Estudias en Saint Finbars? -Preguntaron de repente a sus espaldas. Confundida, volteó encontrándose con un niño joven de gafas que vestía el uniforme tradicional de Casa Hendon, la escuela de varones. 

Susan levantó la mirada tímidamente de su revista y asintió con una pequeña sonrisa forzada -Así es. -Selene escondió su sonrisa burlesca detrás de su revista, sin embargo, su atención ya no estaba en las muchachas de las hojas, sino en la conversación ajena que no pudo evitar oir. 

-Yo voy a Casa Hendon, cruzando la calle. -Respondió el muchacho entusiasmado por entablar una conversación que jamás sucedería. -Te he visto, siempre te sientas sola. 

La rubia frunció el ceño. ¿Así se coqueteaba?

-Si, disfruto que me dejen en paz. -Exclamó Susan molesta. 

-Yo también -exclamó -, ¿Cómo te llamas?

Susan suspiró lentamente exhausta, con la mirada le pidió ayuda a su pequeña amiga sin embargo esta le sonrió cómplice. -Phyllis. 

-¡Susan! ¡Lene! -exclamaron del otro lado de la calle, donde una muy agitada Lucy corría hacia ellas sosteniendo a duras penas su maletín y su boina -, deben venir ahora mismo, ¡es Peter!

Bañadas en preocupación, ambas jóvenes tomaron sus maletines y persiguieron a la menor a través de las húmedas calles esquivando a los automóviles que pasaban hasta llegar a la entrada de la estación de tren de donde provenía un gran barullo que capturó su atención por completo. 

Gracias a su contextura pequeña y la fuerza que había ganado en una tierra mágica, Selene se abrió paso entre los niños que gritaban aturdiéndola hasta llegar al frente en donde pudo observar en plena cara a Peter peleando contra otro dos niños. Susan llegó a su lado y pronto negó molesta, hasta que Edmund pasó por su lado y se unió a la pelea. 

-¡Edmund! -gritó Selene, queriendo correr hacia ellos sin embargo un agarre fuerte en su hombro no se lo permitió, al voltear su hermano le negó con la mirada por lo que no tuvo más remedio que quedarse en su sitio. -¡Ya déjalo en paz!

De repente, el sonido estridente de un silbato a sus espaldas logró detener la pelea y dispersar a todos los niños. Los Pevensie y los hermanos Knight caminaron hasta un asiento alejado de los demás estudiantes. 

-¿Que pasó esta vez? -Preguntó Susan irónica, observando a su hermano caminar en circulos. 

-Chocó conmigo. 

Theodore elevó una ceja aturdido. -¿Lo golpeaste porque te chocó? ¿Qué tienes, cinco años?

Peter simplemente ignoró su comentario pasando de él, realmente ninguno de los dos había podido acoplarse a la presencia del otro. -Después de chocar, quiso obligarme a que me disculpara. 

Selene rodó los ojos. -¿Qué tan difícil era ignorarlo?

-¿Debería? -exclamó como si estuviese cansado de lo mismo -, ¿acaso no te cansas cuando la gente te trata como una niña? Somos reyes, no niños. 

Theodore se removió incómodo en su asiento. Luego de meses de mantener su aventura en secreto, Selene una noche se atrevió a confesar que había sucedido en la mansión del profesor Kirke. Su hermano no supo como afrontar aquella confesión, parecía una locura una tierra dentro de un armario, pero tampoco pudo contradecirla, por lo que jamás dijo una palabra. 

Pero los Pevensie eran otro caso, eran jóvenes grandes, Peter era casi un adulto. Simplemente que ellos hablaran de lo mismo solo lograba que su mente se preguntara si realmente Narnia era cierta, si aquellas fantásticas aventuras que su hermana juraba haber vivido eran ciertas o solo era un juego que se habían inventado para pasar el rato.

-Ha pasado un año, Pet, ya deberías superarlo -murmuró Selene levantándose de su sitio para tomar su mano cariñosamente -, ya todos lo hemos hecho. 

El rubio formó una mueca. -Selene tiene razón, deberías aceptar que vivimos aquí -finalizó Susan, desviando la mirada hacia el otro extremo del andén para rápidamente voltear hacia sus hermanos. -. Finjan que hablan conmigo. 

-Estamos hablando contigo -ironizó Edmund, robándole una sonrisa a Selene. Acción que Theodore analizó cautelosamente. 

-¡Auch! -exclamó Lucy, levantándose del asiento disparada. -¡Algo me pellizcó!

Repentinamente, los seis se levantaron de golpe sorprendidos por un puntazo que parecía no venir de ningún lado, justo a tiempo cuando el tren llegaba a la estación, solo que no se detenía como normalmente lo hacia. Theodore notó la anomalía por lo que tomó a su hermana para sacarla de la estación pero ella no se dejó llevar. -Espera.

-¡Selene, debemos irnos! -insistió el mayor, tironeando de su brazo preguntándose cuando su pequeña y escuálida hermana se había vuelto tan fuerte -. ¡La estación saldrá volando!

-¡Parece magia! -Gritó Lucy. 

Selene observó alrededores pero nadie parecía notar la ráfaga de viento que parecía azotar el lugar, solo estaban tranquilos en sus sitios aguardando el tren que los llevaría a casa. Pronto oyó a Susan que se tomaran de las manos por lo que no dudó en obedecerla, entrelazando sus dedos en la mano de su hermano y en la mano de Lucy.

Theodore entrecerró los ojos confundido al notar un reflejo extraño del otro lado de las vías del tren a través de las ventanas en movimiento de este. -¿Qué demo...? 

El tren desapareció de sus vistas súbitamente, dando paso a una preciosa playa a las afueras de una caverna. Theodore se aferró al brazo de su hermana completamente aturdido, sin comprender que había sucedido. Los Pevensie salieron corriendo en dirección a la playa con una gran sonrisa en el rostro. 

Selene observó a su hermano con gracia. -Oye, tranquilo -murmuró, obligándolo a verla a los ojos, los cuales rebelaban un pequeño destello de alegría en ellos -, bienvenido a Narnia. 

Fueron esas simples palabras que como una cura lograron ralentizar el ritmo cardíaco del pobre Theodore, que se permitió desflexionar sus músculos fasciales y observar el lugar, aquel paraíso que yacía delante suyo a la espera de ser explorado. Cauteloso y sin despegarse de su hermana comenzó a dar pequeños pasos al frente, como un niño pequeño. 

Juntos caminaron hacia el agua donde los hermanos jugaban entre ellos, mojándose y riendo a carcajadas. Selene observó a su hermano muerta de ganas de correr a jugar, pero él le ganó de antemano tomándola por sorpresa hasta llevarla a una zona de profundidad decente para dejarla caer. 

Sintió la frescura de aquella agua transparente y sonrió eufórica, lanzando chapotones de agua hacia sus amigos. Hasta que notó a su amigo Edmund, que observaba hacia el horizonte con una expresión confusa. -¿Ed?

-¿Dónde creen que estemos? -Preguntó repentinamente. 

Susan y Selene compartieron miradas burlescas -¿Dónde más aparecería una playa de la nada?

-No recuerdo que haya ruinas en Narnia -exclamó, tomándolos por sorpresa. 

Era cierto, Selene persiguió su vista hasta que llegó a la cima de aquel barranco donde yacían los restos de alguna arquitectura que había caído. Tampoco lograba recordar las ruinas. Los seis se vieron entre sí y no hicieron falta las palabras, debían investigar. 



Yeii, hace mucho no podía terminar este capítulo pero acá está

Sinceramente me gusta mucho así que espero que les guste!

Anyways, ¿vieron que cambié de faceclaim? Amaba a Kyla como Selene pero había demasiado poco material para gif, portadas y eso, y quien más vibras a Selene me daba era Saiorse Ronan, así que espero que les guste el cambio!

Stay Safe <3







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