Si ellos supieran

By Heatherdelrey

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Mar debe fingir una relación con la chica que detesta, pero lo único que odia más es no poder besarla. *🔮* ... More

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1. La entrevista
02. Típico de capricornio
03. La HonnMar nación ataca de nuevo
04. Casa 10
05. Luna en escorpio
06. Virgo
07. Leo
08. Se fue la luz y solo hay una cama
9. Venus en piscis
10. Marte en aries
11. Luna en sagitario
12. Ayuda
13. Marte en escorpio
14. ¿A qué hora nací?
15. Ascendente acuario
16. Signos de agua
18. Magia
19. Venus
20. Marte
21. Luna
22. Sol
23. Saturno
24. Mercurio retrógrado
25. Periodo de sombra
26. Nadie muere virgen, la vida nos coge a todos
27. Compatibilidad de fuego
28. Planeta estacionario
29. Es Halloween
30. Fiesta
31. Cuaderno
32. Fake Crystal
33. Sinastrías
34. Neptuno
35. Te amo
36. Todo estará bien
37. Feliz navidad
38. Honne me dijo que me ama *llora*
39. Astrology, actually
40. Signos de tierra
41. Una montaña rusa de emociones
42. Luna en aries
43. La familia Alzaga y su lengua loca
44. Los declaro, hada y mujer
45. Astros
Extra: Cumpleaños
Extra: Cocinar
Extra: Kalum y James
Extra: Halloween astrológico
EXTRA: NAVIDAD MISTICA

17. Maté a Luna y no me arrepiento

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By Heatherdelrey

Mar.

Honne se fue con otra. Lo que me faltaba.

Desde que llegó de traer la torta actuó diferente, su cuerpo estaba tenso, incluso le tembló el pulso al cortar las porciones. Evitó el contacto visual conmigo pero siguió mirando a Luna.

¿Le habrá pasado algo con ella? La ve incluso más que a mí y se pone nerviosa cuando le habla, sin mencionar que el estilo de Luna es parecido. Quizás a ella le dijeron desde antes que no podemos tener nada real juntas, si ese fuera el caso tiene al mundo disponible menos yo.

Al pasar el rato, llegué a la conclusión de que esa mujer era el diablo y me quiso robar la capricornio que ni siquiera es mía.

Casi me atraganté con mi torta cuando le susurró algo al oído, Honne palideció pese a que ella nunca tenga ese tipo de reacciones. Mi señal de actuar de forma inmadura.

—Tenemos que tomarnos una foto. —fingí una sonrisa mostrando la hora, salió de su trance.

—Sí —tragó grueso—. disculpa.

—¿Qué te pasa? Actúas como si estuvieras por desfallecer.

—No es nada, —respondió Luna por ella—. es que está haciendo frío, tiene que calentarse. —le puso una mano en el hombro.

Ok. Estoy bien. Estoy perfecta.

Además Honne no me gusta, le pregunté a Luka si podía tener algo con ella por puro profesionalismo.

Pero estaría mintiendo si dijera que mantuve la calma. Olvidé traer mis cristales de protección.

—Ven —tomé su brazo, arrastrándola hacia mí—. no se te ve en la pantalla.

Mis piernas fueron en su dirección al estar más cerca, aún tenía a su hija en mi brazos, así que le entregué a Copito para que la levante. Puse mi dedo sobre el botón de tomar fotografía mientras que con la otra que tuve libre tomé su cuello con rapidez haciendo que sus labios choquen con los míos. El flash se encendió en el momento exacto.

Cerré los ojos, pero me pareció ver a Kalum caerse de la silla justo antes.

Fue sin pensar, no fue un beso memorable, pero fue enfrente de todos y la fotografía de nosotras bajo las luces rosadas besándonos con Copito abajo quedó perfecta. Le di a publicar.

Sentí las miradas de todos encima de nosotras, me encogí de hombros, se supone que eso es lo que debíamos hacer. Mantuve mi expresión serena hasta que me giré de vuelta.

El color le volvió al rostro, un sonrojo que la hizo ver aún más bonita de lo habitual, hubo un brillo en sus ojos que no vi antes aunque se ocultaron detrás de su cabello alborotado. Por instinto se lo puse detrás de su oreja, su piel se sintió suave.

Las comisuras de sus labios se curvaron lento, su labial tenía olor a chocolate.

Ya era hora de admitirlo, me enganché.

Me di cuenta cuando pensé, "Aunque tenga planetas en escorpio, eso no sería tan malo". Eso es horrible, muy malo, pero se lo perdonaré si sucede.

—Perdón si no te avisé, se nos pasaba el horario. —no sé cómo pude decir esa oración sin trabarme de la emoción.

En algún momento, justo en esos días, dejé de tener nervios cuando estaba cerca suyo. Los nervios son señal de que algo anda mal o de que algo puede salir mal, no obstante, me empecé a sentir realmente cómoda. Las personas alrededor nuestro siguieron en sus platicas normales.

En especial Kalum y James —el rubio extranjero que se ofreció humildemente a "pagar todo"— quienes parecieron armar un complot así ayudarnos a salir del centro de atención.

—Eh.. —desvió la mirada—. ¿Ya viste la luna? Está hermosa.

Estaba nublado.

—Ay, gracias. —bromeó Luna.

No debería ser así. De seguro es agradable, es bonita, no me ha hecho nada malo. Siquiera me dio mala vibra. No obstante, hubo algo en ella que me hizo rodear los ojos cada vez que nos hablaba.

—Ya era hora de que sean responsables con su contenido, —Vero rompió el ambiente romántico—. tenemos poco o nada más de tiempo antes de volver a viajar, Lopez ¿Organizó los próximos eventos? ¿Ya le dio su agenda a Mar?

—Estoy muy borracho como para responder.

Se escuchó hasta aquí el rechinar de dientes de Vero, perdió por completo su actitud amigable.

—Are we gonna fuck tonight or...? —preguntó James al oido a Kalum.

—¿Qué dijo tu amigo el americano? —preguntó Honne.

—Que está muy feliz porque lo hayan invitado pero le dio sueño. Lo voy a acompañar a su cuarto así no se pierde.

Escupí mi bebida de sandía de la risa, fui la única a la que le hizo gracia. El ambiente se hizo sombrío.

Sentí que se rompió en la fiesta de cumpleaños sin ser exactamente mi paciencia, escondieron un secreto de mí, uno que Honne le dijo a Vero provocando que debamos volver dentro al instante.

Le regalé un cristal de la suerte a Luka, quien se veía más estresado de lo común esos días. Kalum nos abandonó con anterioridad sin embargo también mi representante lo obligó a participar de su conversación en la entrada del hotel.

Me quedé a terminar la comida cuando me percaté que ella se fue, supe que la mujer de cabello morado estaba sentada al lado mío, pensé que por estar metida en su teléfono no se daría cuenta si me voy.

—Hey, ha sido un placer conocerte Astrohada.

—Pudo ser mejor. —bufé.

—Tienes razón, pudo ser mejor si hubiera conseguido el número de Honne.

En mis pocos años de vida, nunca vi a nadie tan descarada y directa como ella. Si fuera humanamente posible mi mandíbula se hubiera caído al piso, no era graciosa, lo dijo de manera soberbia.

—¿Trabajas con Kalum?

—De hecho, somos mejores amigos.

Buscando a toda velocidad entre mis recuerdos, la encontré en una lectura de tarot, en el restaurante de fogatas y a ratos en mis conciertos. Entrecerré los ojos al hablarle.

—Como sea, dile a Honne que estaba resplandeciente hoy de mi parte.

—Buenas noches.

Me apresuré a salir de allí, por fortuna mi novia no quedó lejos así que le tomé la mano sin antes preguntar. Al girarme hacia Luna demostrando que estábamos juntas, la encontré sonriendo con satisfacción.

Se me borró la expresión de confusión cuando Honne igual vio en su dirección, me dio un beso en la mejilla, seguimos caminando.

En esos días, odié a Luna casi tanto como a los escorpios.

Fui a hablar con Luka mientras que Vero salió a firmar contratos, tuve cuidado de mis palabras porque la última vez fue un poco atacante con la mínima posibilidad de que me guste mi compañera, pero lo hace. Tampoco es que él pueda pararlo.

Estaba segura que actuó tan idiota ante mis sentimientos por seguir las ordenes de Veronica, es un dominado, poco hombre, inservible, poca cosa.

—Pasa por favor, —susurró cerrando la puerta con llave—. me hago una idea de lo que quieres hablar.

—No quiero hablar, quiero mandarte a la mierda.

Se recostó sobre su armario, yo me quedé en la cama pequeña que le dieron, tuvo las manos escondidas en su campera, cosa que hace al no sentirse seguro de lo que dirá.

—Lo lamento.

—Y yo lamento recoger a mis amigos de la calle, sin embargo aquí estoy.

—Nos estaban escuchando —aclaró con timidez— incumplir el contrato no solo va contra las reglas, nos daría una multa y arruinaría tu carrera. Sino que no tenemos otra opción más que seguir con este, es peligroso que Honne...

—Ella es probablemente diez veces más responsable que tú, así que ten cuidado con tus palabras.

—Honne parece tomarse esto a broma, si se llega a arruinar esta oportunidad es posible que nunca volvamos a tener la relevancia que tiene Astrohada ahora. Pero ella es profesional, bonita y tiene una buena agencia, no le afectará.

—Creo que podríamos manejarlo bien.

—Mar, debes separar tu papel de ti misma.

—Lo hago.

Luka me observó apenado, lo cual debió advertirme ya que es el mayor sinvergüenza optimista del amor que conocí.

—¿A Honne le gusta Mar o Astrohada?

Esa pregunta se sintió como dejar una bomba explotar.

—Ja, ni siquiera le gusta ninguna —me crucé de brazos—. como ya te dije, fue una pregunta random porque es muy encimosa, nosotras nunca tendremos nada real.

—Me alegra saber eso, sería horrible si de verdad la quisieras y yo te insistiera tanto en dejarlo ir.

Sí, sería jodido.

Los nervios me consumieron, como cuando descubres un nuevo dato perturbador que te trauma, para mí fue el hecho de que arruiné la convivencia. Me empezó a gustar, desenamorarme de ella sería complicado cuando tenía que besarla una vez a la semana por contrato.

Ni siquiera mi mejor amigo me apoyó, me di cuenta de lo solitaria que era. Aparte de él no tengo ni un amigo.

Deslicé mi lista de contactos llena de gente con quien hablar, aunque nadie que me escuche. Decidí no volver al cuarto, quise evitar el tema.

Nadie vigiló la entrada, así que me escapé al piso de arriba, luego al siguiente hasta llegar a la terraza principal del edificio. Era tan elevado que la suave brisa pegó fuerte, me senté pegada a la pared cerca de la punta a dramatizar de manera triste mi día.

Las personas me sobreestiman, no soy el rayo de luz feliz que vibra positividad, la mayoría del tiempo soy un desastre social que intenta encajar. Que se pone triste si las cosas no salen como quiere.

Entré a leer mi fanfic favorito de consuelo, topándome con comentarios negativos hacia mi manera de hablar o como mi talento se basa en decir tonterías que nadie entiende. Lo apagué rápido conmovida, ni pasó un minuto antes de que me atacaran sin razón, lo habitual solo que recién dejé que me afecte.

Para colmo, en caso de que no le dijera a Honne como me sentía, otro medio universo sí tenía permiso de decirle lo mucho que les gusta.

Tuve frío.

—¿Qué haces? Te vas a congelar, los cuerpos pequeños no resisten el frío. —se quejó una voz femenina.

—Honne no me toques los ovarios. —amenacé entre risas, risas reales—. ¿Por qué te subiste?

Me daba pena que me viera mal, en su defensa, es divertida al punto de ayudar a mi humor con su presencia.

—Me fui a buscarte a tu habitación y no estabas.

—¿Para qué me buscabas?

Asentí, desvié la mirada hacia el paisaje. Se extrañó ante mi reacción por no responderle su juego, evadió insistir.

Me surgió la duda en medio del silencio, era necesario saberlo para torturarme peor. En caso de morir podría mentir sobre que fue por exceso de flow.

Se agachó a sentarse al lado mío, posó un mano sobre la mía al acomodarse mas no me moví, tomé una respiración profunda. Su tacto me transmitió calor, me hice un teatro en mi cabeza por pretender que no estaba al lado mío cuando tuviera que admitirlo.

—Honne, ¿leíste el contrato?

—Claro.

—¿Qué te parece?

—Algo apresurado, ese día fue muy loco como para pensar. Igual es parecido a otros que se hacen en la industria.

—Oh.

—¿Por qué? O sea sí tiene pautas que son exageradas, sin embargo podemos sobrevivir con eso.

—A mí me parece que son injustas. —me crucé de brazos.

—Una pizca sí, creo entender a cuáles te refieres.

—Qué más da, no tiene caso quejarme ahora que lo pienso, —fingí tener lucidez—. no es como si me gustaras.

Pareció entender lo que sentía, acarició mi espalda obligándome a moverme pero no dejó que hagamos contacto visual, arregló las capas de mi vestido antes de guiarme con cuidado a recostarme. Me trató con tanta suavidad que podría haberme dormido.

Retrocedió abriendo sus piernas, llevó mi cabeza sobre uno de sus grandes muslos para que lo use de almohada. Primero me tocó la frente buscando si tenía fiebre, luego sus dedos se deslizaron a mi cabello.

—Qué feo, porque a mí sí me gustas.

—Tus bromas no son graciosas. —amenacé.

—Por eso no las hago, soy mala bromista

—Estás loca si crees que te voy a creer.

—Correcto, estoy loca... Por ti.

—¿Qué dijiste?

Fue recién al verla a los ojos que me di cuenta estaba borracha, aunque en baja cantidad por lo bien que se manejó.

Tuve el valor de decirlo, aunque fuera temblando asustada, cargándome de energía en sus ojos. Me costó respirar.

—Me gustas. —musité.

—¿A quién no?

Añamemby.

—Mar te odia. —dije negando con la cabeza, enojada conmigo misma por tener fe. Hablar en tercera persona me ayudaba a distanciarme del problema.

—La verdad es que lo único que no me gusta de Mar, —habló con una sonrisa que mostró sus dientes blancos, casi tan grande que no la pudo contener—. es que vive en mi cabeza y no paga el alquiler. Además de que está un poco ciega.

Los latidos de mi corazón fueron tan veloces, descontrolados que me dolió un poco el pecho. Iba a morir si no nos deteníamos.

—Estás mintiendo.

—Me gustas tanto que te detesto porque no puedo romperte la boca a besos —afirmó—, Mar. —completó como si supiera que quería esa palabra ahí.

Es lo que escuché antes de que me besara, siendo la primera vez donde nadie más que las estrellas nos vieron.

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