Buscando a mi esposa

By EasyCuteWat

53.1K 4.1K 713

Las borracheras, que gran dilema, una persona puede cometer demasiadas estupideces estando ebrio, sin embargo... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Epílogo

Capítulo 3

3.5K 342 86
By EasyCuteWat

Al ser el último día de estancia en las Vegas, decidieron pasárselo de lo mejor, Lauren aceptó absolutamente todo de sus amigas, acepto ir los casinos, casinos donde apostaron hasta la vivienda de Verónica, pero está ni le interesó puesto que habían olvidado que la pelinegra vivía con Lucía, la que apostó su propia casa al no recordar que vivían juntas, pero no hubo ninguno problema puesto que ganaron, y ganaron un maletín lleno de billetes, sospecharon que ese hombre venía de algún tipo de mafia pero al final no les intereso, solo a Lauren, quien tenía el mínimo de alcohol, también ganaron un automóvil, el cual sería entregado estando de vuelta en casa, el hombre de palabra se los dijo, no sabían si se los daría pero confiaron en él, claro, a excepción de Lauren, quien pidió su número telefónico y lo hizo firmar algo para asegurarlo, y él lo firmo sin problemas, las cosas que aceptan las personas por el alcohol en sus sistemas.

La ojiverde aceptó ir a antros, antros donde estuvieron cambiándose un par de veces hasta quedar en un antro LGBT, y no sabían si había sido la mejor o la peor desición.

—¡Debemos hacer esto más seguido!—Carcajeó la pelinegra rodeando con su brazo los hombros de la ojiverde, quien rodó los ojos pero sonrió mientras bebía aquella sustancia azul.

—Es divertido—Admitió la mujer de piel pálida mientras veía de reojo a varias mujeres y hombres que bailaban alegremente o bebían con calma.

—¡Lo admitiste!, ¡¿Escuchaste Lucy Lu?!, ¡Lauren aceptó que esto era divertido!—Practicamente gritó emocionada haciendo que la ojiverde apretara la mandíbula para resistir el taparse los oídos.

La castaña inmediatamente se volteó de la barra de bar y vio a la ojiverde sorprendida, pero poco a poco su sonrisa se fue incrementando, Allyson a su lado sonrió bobamente mientras jugaba con su bebida y platicaba con un hombre, el cual quedó embobado ante la sonrisa de esta mujer.

Ventajas de ser bisexual.

—¡Normani, Lauren se la está pasando genial mientras bebe alcohol!—Chilló la castaña picoteando a su amiga a su lado, quien veía con interés su teléfono, pero al escuchar lo mencionado por la castaña, abrió los ojos y sin perder tiempo, volteó a ver a la ojiverde.

—¡Eso es... Wow!

La mujer del piel pálida suspiro y de un solo trago, se bebió el resto de la bebida escuchando de fondo el grito de sus amigas para después sentir el sangoloteó de Verónica, haciéndola marear.

—¡Hasta el fondo, mami!

—Joder, no hagas eso que sino te vomitare encima—Advirtió la ojiverde pellizcando su costado.

—¡Epale!, vale, entendí, me alejo—Nuevamente río sin control alejándose de la ojiverde, quien negó con la cabeza al ver a su amiga tambalearse.

—Ni siquiera son las doce aún—Susurró incrédula mientras miraba de reojo el reloj en su muñeca.

—¡Oh por mi Dios, pusieron a mi diosa Beyoncé!—Chilló la mujer negra levantándose de golpe en su asiento cuando una melodía bastante reconocida empezó a retumbar por las cuatro paredes—¡Lauren, pusieron Beyoncé!—Anunció emocionada mientras caminaba rápido hacia la ojiverde, quien suspiró cansada al saber lo que venía.

—Ya escuche, Mani...

—¡Tenemos que bailar si o si!

Tomó su muñeca emocionada y la arrastró a la pista de baile sin importarle que ambas tuvieran tacones, sin embargo, Lauren casi se cae cuando la mujer de piel negra le hizo dar una vuelta, todos a su alrededor parecieron llenarse de alegría al igual que la morocha, e incluso vieron de reojo a una rubia gritar emocionada por Beyoncé. Ambas amigas se vieron a los ojos deteniendo su intento de baile y se sonrieron pícaras, en especial Lauren, la cual levantaba las cejas y sonreía encantadora.

—.¡Búscala y cásate!—Exclamó con gracia mientras la morocha la sacudía emocionada.

"Y me podré librar de bailar" pensó con gracia mientras le regalaba una sonrisa a su amiga.

—¡Primero bailaré contigo, jamás me dejas bailar contigo y hoy no eres tú!—Su sonrisa aumentó más haciendo que Lauren rodará los ojos divertida.

—¡Bien!—Acepto y río ligeramente al escuchar el chillido de su amiga seguido de sus extrañas y contagiosas carcajadas.

Normani tomo nuevamente de su mano y la arrastró casi al centro de la pista, la ojiverde sabía que fue plan con maña, sabía que quería mantenerla lo más lejos posible de la zona "calmada" para que no se escapara. Y cuando la miró con los ojos entrecerrados, la mujer de piel negra sonrió y se encogió de hombros antes de volver a hacer girar a la ojiverde con emoción justamente al toque perfecto de la canción. Una pareja a su lado choco con ellas, pero ni una le dio importancia porque aquel baile completamente ridículo era absolutamente divertido y encantador, Lauren ni sabía bailar demasiado, solo copiaba los pasos de la morocha y se inventaba los suyos sin importarle que no convinaran, se estaba diviertiendo, y eso era lo importante.

Se estaba mareado demasiado debido a las giros de la morocha, así que decidió ella tomar el mando y hacer girar a la morocha como venganza, y se le fue recompensado con carcajadas y una que otra maldición cuando la dejaba descansar unos segundos.

—¡Deja de darme tantas vueltas, no soy trompo!—Se quejó riendo sin control la morocha.

—¡Yo tampoco lo soy y te pasaste conmigo!—Replicó dejándose llevar por la más alta al bar cuando la canción dio sus últimos toques.

La carcajada de Normani se hizo llegar en burla a lo dicho de la ojiverde, y prácticamente la obligó a sentarse al llegar a la barra, Lauren no le importó, necesitaba sentarse o sino caería en algún otro lugar y sería sumamente vergonzoso. La morocha sonrió a la mujer detrás de la barra y pidió dos bebidas con nombres raros que la ojiverde no llego a reconocer, pero nuevamente le quitó importancia, hoy no era la Lauren responsable de la vida adulta, hoy era la Lauren divertida que más vez fue en la preparatoria, y de verdad se sentía genial volver a ser desastrosa, aunque fuera por unas horas.

—¡Tomé señora, su bebida!—La morocha extendió la bebida la mujer barista le dio—Es de frutas silvestres, te gustará—Le guiño un ojo divertida mientras la pelinegra tomaba con confianza la bebida.

—Suena rico—Murmuró la ojiverde llevándose la bebida a la nariz para poder oler y hacerse una idea de lo que sería.

—¡Y se ve rico!—Movio la cabeza afirmando sin saber exactamente mientras se sentaba a un lado de la pelinegra.

Lauren sonrió y probó un poco de la bebida, así quedando encantada con el dulce sabor de está casi sin percatarse del alcohol que tenía, lo que no sabía era que una convinacion dulce con alcohol la harían perder más rápido el control.

—¡Quiero más!—Ordenó felizmente a la morocha mientras le extendía su vaso vacío.

La morocha sonrió y la volteó a ver, al ver el vaso vacío abrió los ojos sorprendida cuando vio que esté estaba vacío, ¡solo se había tardado un minuto en tomárselo.

—Lauren, no tomes demasiado y muy rápido, te pondrás borracha muy pronto—Aconsejó tomando el vaso y caso negándose a darle otra bebida.

—¡Una más, estaré bien!—Prometió emocionada sintiendo su cuerpo arder ante la mezcla dulce y alcohólica que aún quedaba en su papilas gustativas.

—¡De acuerdo!—Soltó un suspiro levantándose para acercarse a la barra y pedir exactamente lo mismo.

Aquella bebida de frutas silvestres se convertiría sin duda en la favorita de la noche para la ojiverde, y sería la responsable de hacer qué Lauren perdiera el control de si misma.

***

Todo era una mierda completa, esa era su última noche en las Vegas, y se había descontrolado demasiado, se suponía que habían ido en grupo al antro LGBT, puesto que ninguna de ellas quería tener a un hombre insistente encima mientras bebían, sin embargo, apenas dieron la una de la madrugada, se separaron y se perdieron, junto a la responsabilidad y el cuidado. Lauren no sabía que pasaba, tenía un terremoto en la cabeza y en todo el cuerpo, sentía su cuerpo vibrar de pies a cabeza mientras bailaba de cerca con una morena, había bebido demasiado e incluso acepto bebidas de desconocidos, se sentía mareada pero no podía dejar de bailar ni de reír, todo su mundo le daba vueltas y ni siquiera le importaba.

_

Ella estaba en el medio de aquella mesa larga, no sabía quién se encontraba ahí, sólo sabía que estaba sentada junto a una morena y a una rubia demasiado parlante, estaba junto a ellas porque era con las únicas que más o menos conocía, no recordaba sus nombres sí era sincera. Estaban hablando, gritando por la música, en esa mesa el como habían tenido sus nombres, o eso había entendido la ojiverde, la cual había quedado medio sorda por toda la música.

—¡¿Y tú, Laura??—La rubia a su lado golpeo su brazo llamando su atención.

—¡¿Qué cosa?!—Cuestionó la pelinegra sin interesarle que había dicho mal su nombre.

—¡¿Por qué te llamas Laura?!—La castaña a su lado pregunto riendo levemente.

—Uhm... No tengo el nadie en particular—Respondió jugando con la falda gris que usaba, está le llegaba dos dedos arriba de la rodilla—Pero mi mamá me dijo que cuando nací tenía cabello negro y ojos azules brillantes—Elevó su mano señalando con gracia sus ojos verdes—Así que ella como uhm... En ese momento, todas los modelos de Ralph Lauren tenían el cabello oscuro, las características oscuras y ojos claros—Cruzó las piernas con lentitud y nerviosismo haciendo que su falda se elevará unos centímetros más arriba de la rodilla, internamente agradecía haberse puesto los boxers comprensores—Asi que ella estaba como "Oh, Ralph Lauren", Lauren—Se señaló con gracia

—¿No era Laura?—Frunció el ceño un ojiazul frente a ella.

—Lauren—Corrigió la ojiverde.

—Te hubieras llamado mejor Ralph—dijo la rubia alta a su lado con una sonrisa—Ralph... ¡Oh, te llamaré Ralph, ese será tu nuevo nombre!—exclamó sonriente la rubia señalando al ojiverde—Me gusta Ralph.

—¡Ralph!—Gritó la castaña al otro lado del ají verde para después soltar una carcajada.

La pelinegra negaba con la cabeza haciendo que su pelo largo y negro se agitara.

—No, no me llames así—Negó con la cabeza aún sin poder borrar de todo su sonrisa, por alguna extraña razón se sentía muy alegre—Mi-Mi nombre es Lauren—Se llevó la mano al pecho señalandose a si misma.
_

—Aquí está el papel... Parnmech, e'pera, e'to no es papel parnmech—Murmuró tratando de leer lo que decía el empaque.

—¡Haces trampa!—Chilló la castaña a su lado—No debes leer, cocinamos sin sabeer—Extendió la e en sus palabras al estar pasada de copas.

—No hice trampa po'que no soy una tramposa—Replicó moviendo la mano al desdén de sus palabra, para después guiñarle un ojo juguetona.

—Claaaaroooo—Musitó la castaña con una sonrisa.

Pasaron varios minutos en lo que la castaña veía la ojiverde cocinar, o por lo menos intentar. No recordaba perfectamente cómo se habían conocido pero aquella mujer era divertida. La pelinegra estaba midiendo unas tazas de harina pero levantó la vista al sentir la insistente mirada de la castaña.

—¡Deja de juzgarme con la mirada!—Rio nerviosa tambaleándose ligeramente al sentir su mundo tambalearse.

—¿Sabes lo que haces?—Cuestionó con una sonrisa burlona.

—No lo se, me lo estoy inventado—Soltó risas mientras escuchaba a la castaña reír junto a ella, o tal vez de ella—¿E'to no necesita sal, verdad?—preguntó una vez al parar de reír haciendo una mueca de gracias.

—¡No lo sé, yo tampoco sé cocinar!

—Eres terrible.

Se quedaron en silencio nuevamente mientras la ojiverde inventaba su receta de panes de guayaba, o eso trataba de hacer en aquel restaurante que al parecer la castaña había rentado para ellas solas, para ella las Vegas parecía un lugar muy bonito para poder rentar, tal vez solo estaba alucinando por el alcohol.

¿Dónde estaban sus amigas?

—¡Tengo la masa lista, gente!—Rio alegremente la ojiverde levantando bowl mostrándole a la castaña.

—¿No está muy aguada?—Interrogó la castaña en broma.

—¿A qué carajos te refieres?—Se llevó la mano indignada al pecho después de dejar el bowl en la mesa.

—Nada, nada, nada—Negó divertida recargandose en la mesa frente a Lauren.

—¡E'to no es horrible!, ¡esta masa es una bomba!—Carcajeó divertida mientras dejaba caer la masa por la mesa enharinada—¡No, no me juzgues, perra!

_

Se reía a carcajadas mientras aquella morena de rostro borroso le daba de comer en la boca lo que ella había cocinado, esos pedacitos de pan de guayaba verdaderamente le habían quedado ricos.

—Pense que me iba a rendir, pero no me rendí—Admitió divertida la ojiverde mientras sacaba los pedacitos de pan de guayaba.

—Se veía fácil—Comentó con gracia la morena acercándose para poder verlos de cerca.

—¡Claro, pero hay diferentes niveles en este jueeego!—Se quejó mientras agarraba una de sus creaciones—¡Esta está linda!, oh coño, ta' uff, ta' caliente también—Casi la dejaba caer mientras se la mostraba a la castaña, quien había sacado su teléfono para tomar una foto del momento.

—Me encanta que hables así—Se río levemente viendo maravillada a aquella mujer de ojos verdes mientras taba disimuladamente otra foto.

—¡Oh calla!—Se río nerviosa.

—¿Puedo tomar uno?—Preguntó mientras guardaba el teléfono y viendo las creaciones de la ojiverde con hambre.

—Por supuesto—Ella extendió el que tenía en manos para dejárselo a la castaña, quien al tomarlo su estómago retumbó por el hambre causando la gracia de Lauren.

—No te rías—Farfulló avergonzada causando más las carcajadas de la ojiverde.

_

—¿Que'tal?—Cuestionó la ojiverde mirando esperanzada a aquella castaña que de llevaba el pedacito a la boca.

La desconocida conocía murmuró algo inentendible mientras masticaba el pan de guayaba de la ojiverde mientras Lauren la vía expectante.

—Uhm, mhmm—Musitaba la castaña mientras masticaba y asentía.

—¿Esta bueno?, ¿Si está bueno?—La castaña asintió mientras abría los ojos y seguía masticando—¡Noo, de ninguna forma!—Rio incrédula mientras ella tomaba uno.

—¡Es enserio!, Esta buenísimo, solo te faltó un poco de azúcar—Rio nerviosa mientras volvía a morder.

—No perra, ya no podía más—Rio llevándose el pan a la boca y mordiendo bajo la mirada de la castaña.

Lauren masticó y abrió los ojos sorprendida de su creación mientras asentía varias veces y seguía masticado. A morena elevó ambas manos lentamente celebrando mientras seguía masticando aquel delicioso pastelito de guayaba, la ojiverde sonreía y volvía a comer otro pedazo aún sorprendida que la haya quedado bien.

—¡Te tienes que casar conmigo, eres maravillosa!—Exclamó la castaña golpeando con su cadera la cadera de la ojiverde con gracia mientras agarraba más de las deliciosas creaciones de Lauren.

—Que forma más extraña de pedir matrimonio, pero acepto—Se burló viendo a la castaña celebrar mientras sacaba el teléfono.

—¡Saquemonos una foto, futura esposa!

La ojiverde negó con la cabeza con gracia mientras se recargaba su cabeza en el hombro de la castaña, la extraña conocida y desconocida sonrió y saco la lengua a la cámara tomando la foto. Soltó un chillido de emoción al tomarla, la ojiverde se separó y se acercó a la mesa por más de sus ricas creaciones mientras la morena tecleaba algo en su teléfono, pasaron unos segundos cuando exclamó un "¡Listo!", causando otra carcajada de la ojiverde.
_

Una limosina enorme las llevaba a una iglesia, no sabía lo que ocurría pero estaba emocionada por la emoción que se veía en el rostro de aquella conocida desconocida, ¿Cómo decía que se llamaba?, ¿Carnila Cabrine?, no recordaba pero las luces fosforescente del interior de la limosina la mareaban demasiado, Carnila le contaba algo desbordando alegría pero ella no lograba entender completamente así que solo asentía y sonreía, creía que hacía lo correcto puesto que la castaña se alegraba aún más.

—¡Dinah traerá los ramos de la boda!, ¡todo estará listo cuando lleguemos!—Avisó sonriente la castaña.

—Suena genial—Asintió la ojiverde asintiendo con alegría.

—Tú eres genial—Alagó la castaña viendo a la ojiverde al rostro.

—Tú lo eres—Asintió y alagó de vuelta a la castaña, quien golpeó su brazo en broma

_

Sostenía con gracia un ramo de flores falsas, la castaña frente a ella sostenía uno igual y sonrieron ambas cuando sus miradas se conectaron. Estaban frente a un tipo de altar de madera en una iglesia pequeña, un hombre alto y extraño vestido graciosamente de Elvis Presley sostenía un libro café, ese mismo hombre fue quien llevó a Carnila a ella en el pasillo al altar mientras cantaba una de sus canciones, aquel hombre se la entrego con una sonrisa terminando de cantar, ese había sido uno de los mejores momentos, sin duda. Y ahora ahí estaba ese mismo hombrr que recitaba palabras distorsionadas para el oído de la ojiverde pero aún así sonreía con la emoción compartida de la castaña, quien rompió sus miradas para ver a las personas reunidas en las sillas de la iglesia, Lauren volteó su vista a dónde miraba la castaña y sonrió a todos los presentes ahí, no conocía a ninguno pero estaba feliz de que estaban con ella.

Elvis Presley extendió el anillo a la ojiverde, quien lo tomo ligeramente confundida.

—Ponle el anillo y mirala directamente a los ojos y repite después de mi—Lauren hizo lo que el hombre pidió acercándose más a la castaña—Con este anillo...

—Con este anillo—Repitio la ojiverde acercando el anillo al dedo anular de la castaña.

—Me caso contigo...

—Me caso contigo—Repitió tomando una profunda respiración.

—Uniendo contigo mi corazón...

—Uniendo contigo mi corazón—Habló poniendo el anillo en la punta del dedo de la castaña, quien estaba casi temblando de la emoción.

—Y mi vida...

—Y mi vida—Asintio levemente sin dejar de mirar a la castaña.

—Prometo amarte...—El hombre siguió hablando con una sonrisa.

—Prometo amarte.

—Nombrarte...

—Nombrarte—Sonrio levemente a la castaña quien no podía dejar de sonreír.

—Consolarte...

—Consolarte.

—Respetarte y serte fiel...—El hombre enfatizó está parte con seriedad.

—Respetarte y serte fiel—Afirmó concordando.

—Hasta que la muerte nos separe...

—Hasta que la muerte nos separe.

—Lauren Michelle Jauregui Morgado, puedes colocarle al anillo—Extendió la mano en ademán de que lo hiciera.

Lauren sonrió y termino de colocar el anillo completamente en el dedo anular de la castaña mientras en el fondo se odian chillidos de emoción y alegría, pero la ojiverde no podía dejar de mirar a aquella preciosa ojimarrón.
_

Despertó de golpe sintiendo su cuerpo arder y sudar, su respiración era inestable mientras veía el techo con temor, su cabeza dolía como los mil demonios, las palpitaciones rondaban por todo su cuerpo y sentía temblar sus brazos.

Ese sueño se sintió de lo más real.

Temblando aún, se reincorporó con lentitud dejando que las sábanas cayeran a su cintura rebelando lo desnuda que estaba.

—¿Qué mier...?—No alcanzo a terminar la frase cuando un brazo rodeó su torso, con espanto y horror abrió sumamente los ojos bajando a su torso viendo un brazo delgado y moreno.

—Lo-Lo—Balbuceó una voz femenina adormilada acercándose más a su cuerpo.

Lauren volteó inmediatamente sintiendo su corazón palpitar lentamente y con dolor, la sangre llegó a su cerebro haciéndolo palpitar mientras veía el rostro de una mujer morena y castaña dormida con una semi sonrisa, espantada miro a todos los lados desesperada, se llevó con desesperación la mano izquierda al rostro, en el momento vio al de reojo y con espanto se llevó la mano al frente, y ahí se dio cuenta, había un anillo con un diamante pequeño rodeando su dedo anular.

Todo había sido real.

***

Continue Reading

You'll Also Like

220K 12.3K 17
Camila Cabello es una joven de treinta años, viuda, madre y dueña de una empresa de limpieza. Totalmente centrada en su trabajo y su hijo, Camila huy...
468K 65.4K 43
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
828K 56.3K 92
"... solo los llevas al pueblo, presentas a la chica como tu esposa, les dices que el niño es tu hijo adoptivo y cuando pase una semana te vas"...
317K 15K 56
Lauren Jauregui, 22 años, hace 10 años un accidente automovilístico cambio su vida para siempre, Lauren siempre ha querido lo mejor para su familia y...