Hace mucho tiempo, cuando solo existía el océano y no había tierra en absoluto, el dios pulpo Tangaloa emergió a la superficie, admirando la brillante luz del sol y su reflejo en el agua.
Tomando agua con sus tentáculos gigantes, Tangaloa observaba con atención, cómo fluía de regreso al océano. Y de repente el agua en sus tentáculos comenzó a brillar, y de las chispas de luz y del agua pura apareció una linda mujer toda cubierta de plantas.
Ella se convertió en una isla mágica llamada Te Fiti. Esta isla era cubierta de vegetación exuberante y flores coloridas. La leyenda contaba que allí residía el espíritu de la vida, el cual tenía el poder de crear y dar vida a todo lo que tocaba.
Te Fiti era amada y venerada por todas las criaturas del mar y de la tierra, ya que su energía creaba un equilibrio en el mundo. Pero había un dios demiurgo llamado Maui, quien estaba ansioso por poseer el corazón de Te Fiti, para tener el poder de crear a su antojo. Así que un día, con astucia y engaño, Maui logró robar el corazón de la isla.
Cuando Te Fiti se dio cuenta de que su corazón había sido robado, el océano se enfureció y olas gigantes comenzaron a azotar la costa de la isla. En medio del caos, el corazón de Te Fiti se perdió en el océano y una nube de oscuridad envolvió a la isla, transformándola en un lugar oscuro y estéril.
El espíritu maligno que surgió de esta nube de oscuridad se llamó Te Ka. Era una entidad feroz y destructiva, cuya única misión era vengarse de aquellos que le habían arrebatado su corazón. Te Ka se convirtió en una poderosa fuerza de destrucción, quemando todo a su paso con su aliento de lava ardiente.
Mientras tanto, el corazón de Te Fiti se había convertido en una piedra mágica, la cual llevaba dentro todo el poder y la energía de la vida. Esta piedra fue llevada por las corrientes marinas hasta llegar a una pequeña isla cercana llamada Motunui, donde finalmente quedó encerrada en una cueva oculta.
Con el paso del tiempo, la historia del robo del corazón de Te Fiti se convirtió en una leyenda pasada de generación en generación. Y así, Moana, una joven intrépida y valiente de la isla de Motu - Nui, escuchó sobre esta historia y decidió emprender un viaje para devolver el corazón a Te Fiti.
A lo largo de su peligroso viaje, Moana se enfrentó a muchos desafíos y peligros, incluyendo la temida Te Ka. Pero con la ayuda de Maui, quien aprendió a valorar la importancia de la vida y de la responsabilidad de sus actos, Moana logró llegar a Te Fiti y devolver su corazón.
Cuando el corazón de Te Fiti fue colocado en su lugar, la oscuridad que envolvía la isla desapareció y Te Ka fue transformada en una forma de vida pacífica y sensible llamada Te Fiti. Las aguas del océano volvieron a ser en calma y la isla floreció nuevamente, restaurando el equilibrio en el mundo.
Desde entonces, Te Fiti se convirtió en una diosa querida y venerada por todos, recordando a las generaciones futuras la importancia de cuidar y respetar la vida. La leyenda de cómo nació del océano y su aparición maligna como Te Ka se convirtió en un recordatorio de las consecuencias que pueden desatarse cuando se perturba el balance natural del mundo.