Mi Pareja Perfecta IV

By Brity22

259K 20.7K 23.5K

Ángela Grant, es una joven recién egresada que empieza a trabajar en el hospital Edwards, tal como su abuela... More

Ángela Grant
Supervisión
La salida al Spa. I
La salida al Spa. II
La vida de Martina Edwards I
La vida de Martina Edwards parte II
Incógnita
Catalina Grant
La chica del Tinder I
La chica del Tinder II
Fiesta en New York I
Fiesta en New York Parte II
En la boca de la loba I
En la boca de la loba II
En la boca de la loba III
Mala, del verbo ''mala''.
''No pegan, ni juntan''
Salida a casa de Tía Fer.
Lecciones de motocicleta
''Por la boca muere el Edwards''.
Única en su clase.
Aniversario de Matrimonio I
Aniversario de Matrimonio II
Sesión de Fotos.
Fin de semana de Jefazas.
''Si Quieren Guerra...''
Buscando al culpable
Juntas de amigos
Hogar, dulce hogar.
Inauguración
Una historia romántica y no de acción
Citas a ciegas y aniversario
''Dos grandes que se unen''
La cena familiar.
Buenas jugadas.
Salida en familia I
Salida en familia II
''La terquedad hecha pareja''
La despedida.
Las Intensas.
Especial: ''El dilema de las Gabis''

Buscando a la chica perfecta.

5.6K 454 548
By Brity22

Ángela G.:

− ¡Desfile de modas! −Digo feliz al teléfono − ¡Felicidades amiga! ¡era obvio! −Exclamo. −Eres hermosa por dentro y por fuera−Sonrío escuchando su risita− tómate algo con nosotros después de las fotos. Aunque tendrás que tragarte a Enrique. −Miro hacia la puerta a ver si me escucha.

Espero que si jaja.

−Ay Ángela −Escucho la voz animada de Aida. −Gracias, iré a saludar. ¿Supongo que ya estabas enterada, ¿verdad?

−Seh−Respondo sin muchas ganas −Papá tuvo la gentileza de informarme.

Hace 1 semana

−Manco. −Le digo. Llego de trabajar a jugar y me encuentro con esto, manquedad pura.

−Tú eres la manca, ¡ni siquiera eres capaz de lanzar un hechizo como dios manda! −Se indigna Omar− ¡Los sanadores no hacemos milagros! −realmente está enojado.

−Por favor, ¡he jugado antes de aprender a caminar! −Soy una diosa en los juegos, eso sí que no.

− ¿Sabes caminar? −Ironiza Omar −Te recuerdo que yo te enseñe a usar tacos. −Dice levantando un dedo.

Todavía no me explico cómo aprendió con las lecciones que me dieron a mi ¡y a mí me tomó semanas!

−Y les enseñe a mis hermanas. −Dice levantando el mentón. −Gracias a mí, son unas finas damas −Bromea.

−Si claro −Río.

Aunque es verdad que Omar es muy unido a todas sus hermanas, no quita que lo odie en este momento.

La puerta se abre y veo a mi hermano levantando su respingada nariz, nos mira como si el cuarto oliera mal.

−Ángela, nuestro padre te llama. −Informa. −Es de suma importancia. −Se da aires.

Nos miramos con Omar.

−Seguridad, ¿no deberías estar en la caseta? −Lo mira por el rabillo del ojo.

−Su hermana me mandó llamar por algo muy importante Sr. Grant −Dice él levantando el joystick.

−Maduren −Nos reprende.

− ¿Qué te pasó hermano? −Le digo −Nunca fuiste chévere, pero antes eras más chévere.

−Yo siempre he sido chévere −Dice con su tono ampuloso.

−Nah −Digo −Iré de inmediato.

−Lávate los dientes si bebiste.

− ¿Qué? ¡Estoy en mi mansión!

−Es por respeto. −Dice saliendo del cuarto. −Dentista.

Bah, mastico un chicle en el camino y llego a la oficina de papá.

−Que hay. −Digo cuando me deja pasar.

−Ángela, pasa −Papá está detrás del escritorio, con cara de suma concentración. Veo lo poco y nada de cabello castaño creciendo sobre sus orejas, aunque lo mantiene siempre en el mismo corto.

Me siento, nos quedamos mirando. Levanto las cejas

−Y bien, ¿hablaremos de negocios Enrique? −Pregunto.

−Padre. −Dice mirándome atareado.

−Si hablamos de negocios, sólo somos algo así como socios−Le aclaro−Dijiste que no me heredarías nada así que... Que quieres de ''Angela's Spa'' −Miro mis uñas.

−Supongo que sabes que tu hermano viajará a Estados Unidos no?

−Oh, sí. Tenemos tan buena comunicación...

− ¡Cállate! −Gruñe. −Enrique es un hombre que conoce su posición, no se relaciona con vagos.

−Ese vago no es cualquier vago, es el vago oficial de Angela's Spa. −Aclaro.

−Como bien sabes −Me ignora− Asociados Grant's se prepara para todas las fechas especiales, la moda no es la excepción, mujeres hermosas desfilaran por nuestras pasarelas.

−No me digas...

−Si te dijo, también el escenario... así como luces e instrumentos, incluso el amoblado −Se emociona − ¡todos nuestros! Ya verás lo hermosas que son. −Dice orgulloso. −No pudieron negarse ante tamaña oferta.

−Sólo quieren ver tu nombre en auspiciadores, saben que algunos caerán como polillas a la luz −Digo.

−Tienes los Spa de tu madre que eran considerados los mejores, ¿no aprendiste nada?

¿Eran?

−No es como que vaya a consultarte a ti mis movimientos −Levanto una ceja. −Para tu información, nosotros estamos en los premios. − ¡Esa no te la esperabas viejo! Pero siempre voy un paso adelante.

−Excelente −Dice. − ¿Alguna modelo?

− ¿Qué? − ¿Me está preguntando si me tiré a una o si contraté una?

−Aida era una buena idea. −Dice. −Pero ya nos la ganaron.

− ¿Ah sí? ¿Alguna agenc...

−Edwards −Dice

−Ouh. −Ya entiendo. −Muy lista, muy lista.

−Christine no es tonta −Dice simplemente. −Es una zorra desagradable, pero sabe lo que hace.

Río, cuantas veces habré escuchado eso.

−Esos modales frente a las señoritas pa'. −Digo.

−Tú lo dijiste, señoritas. No lesbianas −Mi semblante se ensombrece.

−Por cierto, su esposa es encantadora. −Tiro al aire. Guarda silencio mirándome aburrido − ¿Quieres que vaya? ¿No enviarás a Enrique?

−Él irá desde luego. −Dice −Es mi mano derecha. Pero tú también debes ir.

− ¿Yo? ¿Soy como la mano izquierda? −Aventuro.

−Si.

− ¿Eh?

−Aunque no comparto tu forma de vida, eres mi hija. Una Grant. −Dice asintiendo. −Hay una agencia esperándote, ya me ocupé de todo. Elige la mujer con la piel más hermosa y ya. −Mueve la mano espantando una mosca.

−No has ido nunca a un Spa ¿verdad?

−No hace falta, te tengo a ti.

Así que el viejo cuenta con mi Spa.

− ¿Sabes que me podría negar?

−Si, pero lo harás.

− ¿Por qué? −Gruño.

−Porque eres una Grant. −Me mira, no sabría interpretar ese gris tan opaco, ¿me odia o no? Saca un puro −Ahora vete. No soporto el olor a cerveza barata.

La cerveza barata es un manjar poco conocido por estos lugares.

En mi habitación.

− ¿Estás viva? Genial −Dice Omar

− ¿Jugaste PvP sin mí? −Una nunca termina de conocer a la gente...

−Si, por eso estoy vivo. −Ríe mirando aún la pantalla. −Aunque es verdad que el que está a cargo de seguridad me jode por llegar de la mansión con olor a cerveza. −Se toca el mentón.

− ¿Y qué le dices?

−Que con alcohol las balas duelen menos.

−Oh vamos, no es como que nos disparen todos los días.

−Pero hay que estar preparado. −Reímos.

No es para la risa, pero disfrutamos de reímos de lo que no es para la risa.

−Tengo que viajar−leo unos documentos que me entregó papá.

− ¿Tengo que cuidarte el trasero? Son horas extras −Bromea.

Se podría pensar que sólo es un ebrio, pero Omar es rápido, ha salvado a papá al menos dos veces. Mi favorita es la del tipo que lo esperaba fuera de la iglesia, aunque claro, papá tenía un discurso muy conservador para que a todos les gustase... como sea, Omar siendo el más joven llegó primero que los demás y le pego una patada en la pierna que tenía en el aire y ''voilá'', este perdió el equilibrio, se cayó y no pudo apoyarse en ella más. Después, no había nadie que aguantase la cara de cabrón de papá. ¡Se creía algo así como el padrino! Aunque sólo se lo llevó en esa ocasión porque yo no estaba en la ciudad.

−Qué mejor que disfrutar tus horas extras con tu mejor amiga. −Sonrío.

− ¿Qué? −Se desentiende.

−Partimos el jueves.

− ¿Y tú trabajo? −Pregunta.

Lo quedo mirando.

−Olvidé que tenía que pedir libre.

−Niñas ricas −Se toca la frente. −Espero que con este poco tiempo que llevas te lo den.

−No pierdo nada con intentar. − A Martina le gusta mi música ¿Qué posibilidades hay de que me diga que no?

Presente

Llegaré el jueves o el viernes en la tarde allá, queda poco más de dos semanas. ¡Maldita sea! Siempre a última hora, si trabajara para papá me mandaría a la mierda.

El lunes llego al trabajo, tengo un sueño terrible, saludo a las chicas, y me siento en una mesa de por ahí. Descanso mi pesada cabeza, me duele el cuello, dormí mal.

−Eh Jo. −Digo. − ¿Sabes cuánto tiempo de anticipación hay que tener para pedir libre acá?

−Quince días. −Dice. ¿Sale en tu contrato sabes?

−Por ahí debe estar −Me sonrojo.

− Eres un desastre −Sonríe−Eso es bueno.

Estas chicas no me ayudan... sospecho de una linda y larga amistad.

¡Es que estuve hasta tarde revisando papeles para el viaje! ¡Creo que dos trabajos está siendo mucho!

−Mientras llegues a la hora a trabajar... −Dice Trini.

La dra. Edwards sale de su box con un café.

−Buenos días −Dice secamente.

−Buen día−Bostezo.

−Lávate la cara García.

−Me la lave−Susurro.

−Entonces golpéatela− Sale del pasillo.

−Que agradable señorita. −Digo cargando mi cabeza en la entrada del box de Jo.

−Al menos saluda −Sonríe irónica −Iré a revisar mi lista. Nos vemos al almuerzo chicas.

En la tarde.

Toco la puerta del box de Martina.

−Eh jefaza, podemos hablar. −Digo al entrar.

− ¿No conoces el conducto regular verdad? −Dice más atenta a su computador que a mí. Sus ojos se entrecierran a medida que escribe.

−Prefiero esto a molestarla a la hora justa de salida. −Digo un poco incómoda, quedan unos veinte minutos para salir. Tenía una evaluación, pero la señora faltó, escuché a Martina llamar a un paciente y volver sola. ¿Qué más sería que obra del destino?

− ¿Por qué? −Se extraña.

−No sé, yo lo preferiría así. ¿No quiere irse de inmediato a veces?

−Si, tal vez. Pero no quita que seas vaga.

− ¡No soy vaga! −Espeto dolida. ¡Me he matado trabajando y ando sensible!

Exhala y endereza su espalda, se apoya en el respaldo de su acolchada silla.

− ¿Qué diablos quieres? −Me mira.

−Faltar −Abre los ojos, cosa que impresiona porque son un poco almendrados...creo que empecé mal. −Tengo algo muy importante en dos semanas y...

Martina E.:

−Espera. −Esta chica García a veces es impresentable. −Vienes a mi box, en un horario que no corresponde, a pedirme un día libre...

¡¿Quién demonios contrató a esta loca?!

Angela G.:

−Dos −Aclaro. Me queda mirando, gris contra café. −Si no es mucha molestia. −Digo en un hilo de voz.

Me sigue mirando.

−Jueves y viernes. −Susurro.

Sigue igual.

−Diez y once −Miro mis pies.

−García... −empieza. −Los días libres los hablas con la Dra. Diaz. − Hace un movimiento de su mano para que me largue y sigue escribiendo.

Me quedo plantada. ¡Pero si ella hace lo que quiere aquí!

Martina E.:

− ¿Necesitas algo más? Me agradas, pero no hay trato especial. −Digo atareada. ¡Ayer firmé más papeles que en todo el mes trabajando aquí! ¡Tuve que leer todo! ¡Y era domingo!

−No quiero trato especial, pero vamos. ¿Tú también irás no? −Dice abandonando la formalidad. La quedo mirando sorprendida.

− ¿Te refieres a lo de...? −No le creo. Cierro mi última nota de evolución. Ella se mueve algo nerviosa.

−Si, eso de New York. Mi amiga Aida me dijo.

− ¿Y tú a que vas? −Levanto la ceja burlona − ¿Serás la dama de compañía de la Srta. Florent? No recuerdo que nos haya avisado que llevaría a... alguien. − Me burlo un rato. Después de todo no llegó mi paciente, algo hay que hacer.

−No necesito que me lleven, iré en mi avión. – Se cruza de brazos. Parece una niña rica contrariada.

− ¿De dónde carajos saliste García? −Pregunto curiosa. − ¿A qué vas?

Ángela G.:

−De mi mamá −Le digo medio en broma. −Iré a ayudar a escoger una modelo para una agencia familiar.

− ¿Trabajas captando modelos? −pregunta incrédula. Libera una carcajada despectiva.

¡Que pesadas que son las Edwards! ¿qué les dan de comer? ¿Aguardiente y pólvora negra?

−No. Es sólo estas fechas. −Digo. −He tenido mucho que hacer, pensé que me entendería. – Susurro.

Se pone de pie y toma sus cosas.

−Acompáñame. −Dice sin detenerse.

¡Jodi! Irá a revisar mi contrato, me echará y leerá el nombre. ¡Estoy cagada!

− ¿Dónde vamos? −Digo siguiéndola. Mi corazón empieza a latir más fuerte. −Bueno si quiere mejor no me los da... − ¡Corre Angélica García! ¡¡Corre perra!! ¡Ángela Grant te apoya!

−Tarde. −Dice −Vamos a mi oficina.

− ¿Tienes oficina? − ¿Como no lo pensé?

Abre la puerta frente a la oficina de la Dra. Díaz. ¡Así que de ella era!

−Pasa García. −Escucho.

Entro y toma asiento, apunta el sofá frente a ella.

− ¿Un trago?

−Estamos en el trabajo. −Digo mojigatamente.

−No seas marica, ya salimos.

Ángela G.:

¡Me dijo marica! ¡A mí!

−Sirve. −Digo.

¡Esto si es personal! Toma una botella de whisky.

− ¿Qué tal?

− ¿No hay problemas verdad? − ¡Tengo que asegurarme de que no es una treta para echarme!

−Soy Martina Edwards −Dice solucionando todo el problema. −Si no quieres por mi está bien.

−Yaya, me veo en la obligación de aceptar. −Sonrío.

− ¿Hielo? Pregunta echándose uno en el vaso.

−Eso es para maricas −Digo. Niega con la cabeza y me sirve.

Bebemos un sorbo, el líquido fuerte y acaramelado roza mi garganta y calienta mi estómago. Lo bueno es que me despierta. Ambas exhalamos y nos recostamos en el respaldo de nuestra silla.

−Necesita espabilar −Digo relajándome. Me duele todo, me quede dormida varias veces en el escritorio.

Está bien, si me hecha al menos disfrutaré este trago.

−Si, estoy molida. −Susurra.

−Al menos tienes a la modelo. −Se me escapa.

−Ah, ya veo que sabes todo.

Abro los ojos de golpe. ¡Ups!

− ¿Quién eres? ¿Y de dónde saliste? −Pregunta. ¡Ah! ¡Ya veo la razón por la cual me hizo venir!

−No entiendo de que me habla.

−Vamos, de seguro sabes que, por aquí, todos se conocen. Nunca te he visto −Mira mis ojos. −Aunque me resultas extrañamente familiar. ¿Por qué?

−Quizá conoció a alguien parecido a mí. −Digo. De todas formas, no frecuento lugares de primera clase, lo mío son las fiestas en casa, ir a algún bar o jugar −No me gusta llamar mucho la atención.

− ¿Quién tienes que ser para poder ir a un Spa con código de vestimenta en primera clase, como se te dé la gana? −Dice mirándome fijamente.

¿Es posible sentirse como un conejito feliz saliendo de su madriguera, siendo asechado por un ave de presa? Porque así me siento.

−Mi familia tiene buenos amigos −Digo.

− ¿Amigos como los Grant? −Dice. ¿Alguien ha visto mi estómago? Se fue por ahí. −Los Florent −Mira por la ventana y luego me interroga con la mirada.

Tomo un trago para la valentía y mi mente trabaja a toda máquina.

−Es cierto que conozco a todas esas personas, incluso a la joven Grant. Espero no te moleste −Digo bebiendo y mirándola de reojo.

Se da el tiempo para pensar.

−No la conozco. Pero hemos tenido problemas con su padre. −Dice simplemente. −Secreto a voces.

Bah, mi padre es un problema hasta para mí a veces. No niego que me llama la atención saber qué piensa de todo esto.

−Es cierto, es sabido. −Digo algo incómoda. −Yo prefiero no inmiscuirme en la vida de la gente. −reconozco con sinceridad. −Sólo quiero hacer mis trabajos lo mejor posible. Si no es mucha molestia.

Mentira no es.

−Con eso me basta. −Dice. −De todas formas, los prefiero lejos, así que no me jodas en el viaje si andas con esos. −Dice sin interés. −Ya bastante daño han hecho y tengo mucho trabajo.

−No la molestaré −Gruño ¡¿Y yo que le he hecho?!

Bueno una vez la vi en la escuela de socialización. Pero no creo que recordara a la chica gordita de al fondo. Los odiaba a todos, Aida era la única que me hablaba. Al menos solo a mi hermano mayor y hermana menor los enviaron a Suiza. Yo tenía amigos en este país.

Ok, sólo era Omar... ¡pero lo pasé mejor aquí! y mi padre no esperaba nada de mí de todos modos.

−No seré una molestia Martina −Digo, este trago ya me está haciendo sentir distinto. − ¿Sabes? Aida es una buena idea. −Le concedo ese punto.

− ¿Ah sí?

−Claro, tiene más seguidores que Madonna, si es eso posible −Bromeo. −Fue una jugada inteligente. Fue tu madre.

−Seh. −Dice bebiendo.

−Ya me encontraré otra chica bella −Me carcajeo.

−Lo harás. Tienes ese no sé qué... ¿desprecio por las reglas? −apunta.

−Eso me lo han dicho. −Fue papá. −Gracias por el cumplido Edwards

−De nada García −Dice sin interés. − ¿Otro vaso?

− ¡Claro!

Tocan la puerta de la oficina.

− ¿Sí? −Dice Martina como no pudiendo dar crédito a que la molesten.

−Hey, soy yo. −Dice una voz femenina. Para mi sorpresa la expresión dura de Martina se suaviza en un instante.

−Pasa Chloe. ¿No te importa verdad? −Se pone de pie. −Antes que todo te ruego que no pienses que todos aquí en directiva somos así.

−No, descuida. −La directora Diaz jamás me ha dado esa impresión.

−Grande es mi sorpresa al ver a una chica bajita, peli castaña y menuda aparecer tras el umbral. Abre como si siempre hubiese estado ahí. Me mira animada y sonríe. Al menos, nunca en mi vida la había visto.

¿Serán algo?

Tratándose de una conocida de Martina... aunque se dan un abrazo normal.

−Oh, lo siento. −Me mira sorprendida. −Soy Chloe− Me saluda −Soy amiga de Martina.

−Hola Chloe. −Digo. −Soy Angélica García, es un gusto conocerte.

−Vaya Angélica, ¡están poniéndose cómodas un lunes! ¡Tendré que decirle a tu mamá! −Le dice a Martina. Esta ni se inmuta.

−Sírvete y no jodas. −Dice.

−Yaya −Hurguetea en el bar − ¿Y tú? −Bromea. – ¿Es una cita o algo así?

Me sonrojo. ¡¿Cómo supo que yo...?!

− ¡Chloe! −Martina se toca la frente.

Me río. Carajos, no esperaba algo así. ¿Esta gente rodea a Martina? ¡Pero si no tienen nada en común!

−Bueno, alguien tiene el ''gaydar'' activado −Comento. Reímos con Chloe. Es extraña, pero simpática... y si...creo que también le juega a mi mismo equipo.

−Sigo sin entender ese maldito radar −Gruñe Martina

−Está bien, era una broma, espero no interrumpir algo importante −Dice bebiendo. −Wow, sentí fuego en mi interior −Me mira sentándose a mi lado. − ¿Acostumbras beber?

−Un poco −Reconozco −Con un amigo bebemos y jugamos online a menudo.

−Oh mi mellizo ama los juegos online−Dice −No es lo mío, pero me grabo en youtube bebiendo.

− ¿Tienes un canal o qué? −Pregunto curiosa. Espera... ¿qué?

−Tal vez −Dice misteriosamente −A la gente le gusta beber con Chloe, contamos nuestras cosas, ¡somos una gran comunidad de amigos!

−Suena divertido. −Me hace gracia que hable de ella en tercera persona.

Me da un salud y se toma la mitad del vaso.

Martina la mira levantando una ceja.

Me quedo ahí bebiendo y observándolas. De cierta forma me parece genial que Tina tenga gente alegre rodeándola. Ya pensaba que era amargada crónica.

−Bien. En cuanto a lo que hablábamos −Dice −Te daré los días.

− ¿Ah sí? −Me sorprendo.

−Si, primero porque no quiero que delates a esta psicóloga loca. −La señala, la miro impresionada.

¿¡Psicóloga!? siempre dicen que acá hay un excelente cuerpo de psicología.

−Se que no te lo esperabas... −Empieza Martina.

− ¡Oye! −Se asombra. – Tú no deberías dejar entrar a otros profesionales si estás en tu oficina discutiendo días libres con una. −Dice mirándose las uñas.

Caigo en la cuenta, ¡es verdad! Aunque solo es un traguito y ya. No andaré de acusete por esto.

Martina nos mira furiosa.

− ¡Chloe!

−Para que me invitas −Dice. −Si sabes cómo me pongo.

−Yo soy una tumba −Digo riendo. −Descuida, si no me los dabas me iría el viernes en la tarde. −De cualquier forma, mi hermano estará ahí.

Podemos tener una dinámica poco agradable, pero sé que mi hermano me pondrá al día y buscará a la chica indicada.

−Descuida, eso si no pidas ninguno más −Dice. − O lárgate.

−Okey, entendido −Digo

[...]

Mansión Grant

Ángela G:

−Así que eso pasó. −Le digo a Enrique.

Obviamente le mentí sobre mi lugar exacto de trabajo y omití la parte de Chloe... y Martina. Ahora estamos en el jardín, es el lugar más cercano a la oficina del abuelo.

−Muy bien. Entonces nos iremos temprano, no soporto el calor. −Me dice. −Nada de despedidas.

−Descuida. Tampoco me queda energía para celebrar.

−Me alegra saber que alguien está como yo. −Dice.

−Lloremos. −Le tomo el pelo.

[...]

(Dos semanas después)

En dos semanas más, volamos hasta New York, no sé dónde diablos estoy, pero me alegra no tener que escuchar más a mi hermano leer el catálogo de modelos.

Puedo notar que estamos en el último piso, y el sol recién se deja entrever por algunos rascacielos.

Mi hermano y su puntualidad... Somos recibidos por unos tipos de traje y piercing estrafalarios, nos vemos estirados joder.
−Hello, I need a coffee, I'm dying− Digo en broma. (''Hola, necesito un café, estoy moribunda'')

Mi hermano niega con la cabeza y baja a saludar. La peor parte, fue subirse otra vez a otro maldito medio de transporte.

Martina E.:

Vamos en el avión con Aida, cada una pendiente de su celular.

Me pregunto si alguien como Angélica se sacará fotos en un avión. Ya la veo con los chicos Grant, deben ser unos creídos.

Aunque no se ve así...

− ¿Cuándo falta? −pregunto. Tengo cita en dos horas. Tuve que dormir temprano mientras mis madres bailaban hula.

−Cuarenta y cinco minutos. −Escucho.

Asiento y reviso mi carpeta. Veo dos hojas impresas con información de los profesionales del piso ocho, aunque fueron inútiles. Me encontré a mi abuelo en el pasillo así que como él podía firmar para prácticamente darme el permiso a mí, se lo dio también a Angélica sin preguntar. Anda muy solidario ese viejo zorro, normalmente pregunta todo. Pero se ofreció y todo eso... que acomedido.

Pero no me voy a quejar por eso. No con todo lo que informarme, realmente este ambiente no creo que sea de mi gusto.

Bajo del avión, subo a mi transporte y me llevan a un edificio en el ''Garment District''. Aida se ha portado como la gente, así que mi mañana ha sido agradable.

− ¿Irás a maquillarte conmigo, Martina? −Pregunta Aida.

−Oh por dios no. −Si me quedo dos horas quieta me duermo o colapso. −Lo mío será algo más corto. −Digo.

−Bien, nos vemos.

Veo a Enrique mirarnos de reojo, se ve más alto, pero lo mismo de siempre. Traje negro, zapatos oscuros, peinado corto.

Nos presentan y al saludarnos me da tal apretón de manos que se la devuelvo con creces. Sonreímos hipócritamente con la boca tiesa. Veo sus ojos grises maliciosos ir de mi a mi abogado.

Hablamos con los encargados, ni siquiera son de aquí así que es una conversación en un inglés con acentos variados.

− ¿Viniste solo? −Pregunto en un momento en que nos dejan en paz y reciben unas cuantas personas con cámaras.

−No, con mi hermana. −Dice tomando más atención a las hojas de su mano. − ¿Por qué? −Frunce el ceño.

Levanto el hombro sin interés.

Ambos dejamos lo que hacemos y quedamos mirando a un montón de jovencitas adelantarse y hablando animadamente con distintas personas del lugar. Enrique sonríe encandilado y yo quedo mirando la escena algo confundida. Pensé que sería más ordenado, pero al parecer están todos apurados ¡Por suerte tenemos a Aida! Aunque hay chicas de todos los rincones posibles del planeta, bellísimas, pero ¿cómo encontrar una ganadora? Trato de encontrar detalles y cuando me sorprendo viendo el sostén del bikini de una morena me avergüenzo un poco.

Escucho unos aplausos y Aida está saludando a muchas personas, vaya que está en su habitad con las cámaras.

Angélica G.:

−Eh Ange, ¡una selfie! −Saluda Aida. Nos sacamos la foto y nos ponemos al día.

(...)

−... entonces vi que no cumplía con la edad que sugirió papá. −Resoplo. Me enviaron una lista de requisitos y debemos encontrar una modelo perfecta. −Y esos requisitos eran obligatorios.

−Bah, eso se sabe nada más al verla −Dice Aida. −El talento se huele.

−Claro, si supiera olerlo...

−Tienes buen gusto con las chicas −Sonríe. −Úsalo.

Así que tengo que ver una que me guste, camino mirando como trabajan, no puedo evitar notar a mi hermano conversando animadamente con ellas ¡Jah! ¡Creído! Se transforma en el centro de atención de muchas. Mi vista se desliza entre una chica rubia, una morena y una muy curiosa de ojos verdes.

Está difícil si tomamos en cuenta que todas son bellas, las agencias se preocupan de que cumplan con cada uno de los requisitos y nosotros de encontrar a una que brille como ninguna.

Aunque la opinión puede ser subjetiva. Escribo a mi hermano y le pongo al corriente de mis consideraciones, me escribe que no lo espere, lo dejo sólo y me voy a comer.

Veo la espalda de alguien conocida.

−Dra. Edwards −Digo. Grande es mi sorpresa al verla con unos pantalones ajustados y una chaqueta de cuero negra.

Definitivamente nunca se quita el negro.

− ¿Ni en el viaje puedo librarme de ti? −Dice. Sin embargo, me da la mano.

−No −Sonrío. −Sólo pasaba a saludar, ha estado estresante decidir, son todas guapas.

Me mira burlona.

−Estás en el paraíso −Comenta.

− ¿Y tú no? −Le sigo el juego.

−Sólo un poco −Me guiña el ojo y mira las pantallas, se pueden ver fotografías de todas las chicas.

− ¿Qué tal Aida? −Pregunto. Aunque según ella va todo genial.

−Ella apenas me necesita, eso es bueno.

Ah ya veo.

−Si, es muy carismática −Opino.

− ¿Amigas? −Pregunta.

−Claro, la conozco desde los once −Aunque antes no nos revolcábamos de vez en cuando.

−Vaya, yo no fui muy cercana a ella, a nadie en realidad, fueron pocos meses en los que estuve en esas escuelas.

−Es que eras la nueva. −Sonrío.

− ¿Cómo lo sabes?

−Tal vez estudie ahí unos años. −Confieso. Me mira sorprendida.

− ¿Quién diablos eres?

−Sólo tuve suerte −comento. −Soy una García.

−Ellos no frecuentan esos colegios. −Ups

−Vengo de otra parte de la familia.

−Pareces más una Grant que una García −Me quedo de piedra. Aunque ella sólo me mira fijo. – Si... tienes todo para serlo, dime la verdad. ¿Familia cercana?

−Un poco. −Se asombra.

− ¿De qué parte?

−Una prima... de uno de ellos. −Esto de mentir agota... ¡y Martina interroga mucho!

−Ah, bien. −Se cruza de brazos −No eres como ellos así que no te relacionaría.

¿Ah no?

− ¿Y cómo son ellos?

−Sólo tengo recuerdos...−Luego lo piensa. −Que se jodan ¿Comerás algo?

− ¿Comerás conmigo? −Pregunto antes de joderme −Como en el hospital −Sonrío.

−Que consuelo −Ironiza.

Nos servimos y conversamos sobre el trabajo de hoy, al parecer Martina está en algo más parecido a lo que Enrique vino a hacer, al menos yo sólo tengo que ver chicas bonitas porque terminé lo pendiente (lo bueno de no ser mano derecha y moverme sola). Aunque viendo bien como está Tina vino a buscar trabajo aquí, no es normal verla tan maquillada, sus ojos resaltan.

−...Y bueno mi madre quiere que salga, pero estoy harta.

−Si quieres salir acá hay cientos de lugares que puedo recomendarte −Digo motivada − ¿Qué te gusta?

−Cerveza −Dice −hombres, mujeres, Rock N' Roll. −Toca su mentón, mira hacia el jaleo de gente y bosteza. Si, así pareces una estrella de rock.

−Ahí te apoyo en tres −Sonrío. −Una lástima que es jueves... −Digo confidencial− y está todo abierto... y podríamos ir. −Jugueteo.

− ¿Estás sugiriendo...? −Dice.

−Si no quieres no, si quieres ir con otros amigos puedo recomendarte lugares.

− ¿Ves a alguien aquí? −Dice. −Ya la tiraste García, llévame a tu antro favorito.

− ¿Antro? −Río. − ¿Tengo pinta de ir a antros?

Apunta mis jeans rasgados y mi remera gris.

−Soy una persona simple.

−Oye yo también.

−Pareces una estrella de rock −Digo.

−Soy una estrella −Responde −Pero no de rock.

−Bueno estrella, ¿a qué hora?

−A las siete estaría bien, no sé si hoy quiera trasnochar.

−Será un rato −Digo. −No nos conviene de ninguna manera.

Horas después.

− ¡Vaya que buena está! −Dice Tina arrastrando las palabras −Hay birras hasta con sabor a frambuesa. ¡Joder y ahí viene otra! −exclama motivada. −Wooooohoooo.

Bueno entre bandas de rock y cerveza nos pasamos un poco.

Es decir, ahora entiendo la amistad con Chloe ¡Esta chica está loca!

−Si, la cerveza artesanal de aquí es deliciosa −De todas formas, igual la llevé a la terraza de un lugar bueno, pude haberla llevado a antros peores... −Y la música. −Pongo la mano cornuta.

−Eh− Me la devuelve. − ¿Y cuál es tu banda favorita García?

−Queen−Digo ¿Y la tuya?

−SOAD.

−Me gustan, son geniales, el guitarrista...

Nos pasamos la tarde hasta que ya cierran.

−Iré al hotel −Digo. −Pasarán por mí ¿te llevo?

−Si gracias −Dice mirando alrededor.

Martina E.:

− ¡Carajo! No, y justo que me estaba desestresando. −Veo a los mismos guardias de siempre.

¡Mamá y sus cosas!

− ¿Qué ocurre? −García mira para todos lados sin entender, capta a los tipos de traje. − ¿Tienes guardias? −Se ríe. −Vaya princesita Edwards.

− ¡No jodas! −Me sonrojo. −Tú tienes uno, ya lo vi. El moreno.

−Pero es uno. −Sonríe. −Y yo que pensaba que papá me subestimaba. −se burla la muy .... García.

− ¡Oye! Mamá, solo es protectora... ¡Y porque te estoy diciendo eso a ti! −Maldita García que llega, viene y se burla.

−Oye, pero no te enojes −Su sonrisa no ha disminuido un poco. −Te llevaré a tu hotel.

En ese momento estaciona una limusina que llama más la atención que mis guardias. Angélica abre y hace un floreo con la mano invitándome a entrar.

−Su carruaje ha llegado.

−Si vuelves a decirle carruaje...

Ángela G.:

−Ya bueno, entra al auto Edwards, hace frío.

Reímos, pero al menos logro que entre.

− ¿Un trago? −Digo después de dar la dirección.

−Tú me quieres matar. −Su forma de decirlo arrastradamente me da risa.

−No Martina, te llevaré a tu hotel −Digo tomando una copita y ofreciéndole−No te ves cómo alguien que no le guste celebrar.

−Me gusta −Dice estirando la mano. −Pero mañana...

−Si, temprano otra vez. −Digo pensando en todo lo que tenemos que hacer. A estas horas mi hermano ya habrá elegido a alguna −Sólo espero que ese Enrique no les prometa cosas a todas −Digo pensativa. −La regla es una. −Aunque si mañana no hay una señorita recién bañada saliendo temprano de su suite, me sorprenderá.

−Puaj, estómago para tirarse un Grant −Comenta con desdén. Reviso de reojo y no, el conductor no lo escuchó.

−Oye deja de odiar −Gruño. Miro a todos lados como si hubiesen micrófonos microscópicos, está limusina es Grant hasta las llantas. −Enrique es un idiota, pero no tiene los huevos para ir a joderte a tu casa.

Me mira pensativa.

−Porque lo conoces tan bien.

¡Mierda me emocioné!

−Amiga de la familia −Digo bebiendo−Su hermana ya sabes.

− ¿Y cómo es?

− ¿Cómo es quién?

−Ángela. − ¡Dijo mi nombre!

Sin duda es una pregunta más compleja, ¿Qué información quiero darle a la princesita de los Edwards? No sabía que Christine era así de protectora, puede ser muy peligroso si lo hecho a perder. Si le rozase un pelo definitivamente me mata.

−Es una chica muy guapa. −Bueno si voy a hablar de mi voy a hablar bien. ¡Aunque quizá sería sospechoso! −Y terca −Digo para aligerar el ambiente. Me mira con curiosidad y sonríe.

− ¿Te gusta?

−No −Río con ella. −No sé si le irán las chicas.

''Si claro que te van querida'' me responde mi cerebro ''te las comes hasta con...''

¡Silencio!

−Es que te imaginas −Ríe mirando el techo− Su padre se volvería loco, pensaría que le caerían las plagas de Egipto o algo así. ¡Es un fanático!

¡Justamente pensó eso! Recuerdo el escándalo que montó... en resumen, iré al infierno.

Aunque si está la ganadora de esta pasarela no me molestaría ir...

−Tal vez −Digo. −Es un tipo orgulloso.

−Te creo, me saludó un par de veces. −Da un sorbo −Sentí que me mataba sólo con el ''hola'' −Abre sus almendrados ojos −Habiendo recién llegado fue horrendo, aunque no le di importancia. Sabía lo que esperaba.

¿Recién llegando? ¿Se refiere a cuando fue adoptada? Ah sí, su madre la presentó. Yo me quedé atrás con Aida. Enrique fue, supongo que deben esconder sus rivalidades en los clubes de campo y reuniones de peces gordos.

−Que no te importe −Digo −No cambiará de todas formas.

−Oh descuida−Dice. El auto se detiene − ¿Hemos llegado?

−Si, vamos.

La voy a dejar a la puerta del hotel, irónicamente, es el único con primera clase que no es Grant. Me despido con la mano cuando ella entra y entro a mi transporte para ir al mío.

En cinco minutos se escucha el chofer.

−Srta. Grant. Su guardaespaldas informa que está cerca. ¡Oh cierto! ¡Omar!

''Pues que camine'' pienso riéndome.

−Vamos por él. −Después de todo, ha estado pendiente de nosotras toda la tarde.

Lo encuentro sentado en una parada de buses, abro la puerta.

− ¿Te arrojo una moneda o vienes? −Le grito.

Se pone de pie y entra rápido.

− ¡Estoy molido! −Su camisa no tienes botones... un momento.

− ¿Qué mierda ocurrió? − ¿alguien lo atacó? Rebusca en los compartimentos, saca una botella, le da un sorbo y arruga la cara.

−Mucho mejor, toma. Si la policía viene, yo no fui. −Bromea alcanzándome lo que parece ser una foto.

La acerco más a la luz y miro lo que parece ser... Martina caminando conmigo a la limusina.

------------

¡OMG!

Omar te amo, si no hubiese terminado el fic pronto >:D

Que tengan un buen viernes, espero les haya gustado. 

Besos.

Continue Reading

You'll Also Like

248K 16.4K 27
Todo era color de rosas hasta que ella llegó, esa despota hija de puta. La odio tanto, que hasta sueño con que desaparezca y no me importa que sea se...
7.7K 1K 37
Todo el caos en la vida de Esther, comenzó un domingo cualquiera, cuando iba de compras a una plaza comercial de la ciudad de Puebla. A partir de ese...
90K 6.3K 32
Adelina es una chica de 27 años que es dueña de unas de las empresas más grandes y multimillonarias del país. Por otro lado Lara solo es una chica de...
92.4K 6.7K 47
Acostumbrada al concurrido y bullicioso Winter Park, la jefa de policía Lexa Woods es enviada a un tranquilo Lake City, Colorado. Ella toma en serio...