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Capítulo Seis
Temporada 1-Acto Uno
Atenea
Miraba atenta el tatuaje en mi mano derecha. Ya no ardía tanto como la primera semana pero aún seguía en shock. No es normal que un padre tatúe a sus siete "hijos" solo para marcarlos como "La Academia Umbrella".
Baje la manga de mi uniforme y me dispuse a bajar.
Antes de poder salir de mi habitación, la alarma de misiones comenzó a sonar por toda la casa.
— ¡MISIÓN!—la voz de padre se escuchaba por toda la casa.— ¡MISIÓN!
Saque mi antifaz de mi cajón y salí de mi cuarto en dirección a la sala.
Al ya estar ahí, mis hermanos y yo hicimos una fila. Vanya se colocó aún lado mío, aunque claramente sabía lo que padre le diría.
— ¡Número siete ven aquí!—con tristeza Vanya camino hasta quedar al lado de padre.— Bien, vámonos ya.
Ojalá y tengamos suerte.
(...)
No era tan complicado, era un grupo de hombres armados dentro de un banco con algunos rehenes.
Luther nos había dado nuestras posiciones ya, por lo que todo estaba ya listo.
Klaus, Ben y yo estábamos ocultos detrás de un escritorio. En mi caso esperando mi señal.
— ¡Oigan! ¡Pónganlos detrás del mostrador!—escuchaba al hombre gritar por su radio.— Ahora me has puesto en una posición donde debo hacer algo que no quiero hacer. ¡Mierda!
No escuché más sus gritos, supongo que Allison había comenzado a ejecutar el plan. Al final escuché un disparo, al asomarme un poco pude ver a un hombre tirado el el suelo con una bala en la pierna.
De un momento a otro, Luther cayó del techo del banco comenzando a pelear con uno de los ladrones. Finalmente lo arrojó hacia las afueras del banco.
— ¡Los cobardes usan armas! ¡Los hombres cuchillos!—rodee los ojos ante la arrogancia de Diego.
Era mi turno.
— Ten cuidado.—murmuró Ben, algo nervioso.
Asentí y mire a Klaus el cual también me miraba.
Rápidamente mi cuerpo fue hacia uno de los cables que había en el banco, sacaba chispas mientras avanzaba más rápido por el.
— ¿Que ocurre?—uno de los hombres apuntaba a todos lados mientras que el otro lo seguía.
Salí disparada del cable y caí parda frente a él.— Hola..
Sonreí, el hombre frente a mi disparo al verme pero lo esquivé con facilidad.
— No me gustaría que haya más hombres como tú.—canturree frente a él de nuevo.— Mm si.
Mis manos comenzaron a brillar en un morado intenso y lo mire con burla. Dirigí mi mano a la altura de su miembro y envolví la energía púrpura ahí.— Romper.
Solo se escuchó el «Crack» del hueso y este comenzó a gritar del dolor. Cayó al suelo y comenzó a revolcarse ahí.
— Soy bastante buena persona.—murmuré y rompí su cuello con un chasquido de mis dedos.— De nada.
Me acerque a mis hermanos, los cuales ya se habían deshecho de los demás hombres. Solamente quedaba uno que por miedo se había subido al mostrador amenazándonos con su pistola.
— ¡Atrás fenómenos!—sonreí con diversión y seguimos avanzando.
— Oye ten cuidado ahí arriba.—grito Diego con burla.
— ¡Retrocedan!
— Si, no queremos que te lastimes.—dije yo esta vez.
— Ey.—apareció Número Cinco a su lado.— No le apuntes a ella.
Cuando el hombre iba a disparar hacia Cinco, él se teletransporto apareciendo al otro lado y cambiando la pistola del hombre por una grapadora.
El hombre al darse cuenta que Cinco estaba a su lado trató de disparar pero esta solo sacaba grapas.— Que tremenda engrapadora.—y lo golpeó en la cara con esta haciéndolo caer desmayado.
Nos acercamos a Ben, el cual no quería entrar en la bóveda en donde había más ladrones.
— ¿De verdad debo hacer esto?—cuestiono Ben con algo de miedo.
— Anda Ben.
— Hay más tipos en la bóveda.
— Puedes hacerlo Ben.—dije sonriéndole, tratando de hacerlo sentir mejor.
Suspiro.— No vine para esto.—y entro a la bóveda.
Allison y yo comenzamos a liberar a los rehenes, mientras que Klaus y Luther abrían las puertas del banco.
Al soltarlos a todos, vimos tras la ventana como Ben mataba a aquellos hombres con sus tentáculos. Sabía que a él nunca le había gustado hacerlo, tenía algunas pesadillas sobre eso.
Cuando salió de la bóveda, estaba totalmente cubierto de sangre.— ¿Ya podemos irnos?
Me acerque a él, sacando de mi bolsillo una pequeña toalla. Y así comencé a pasarla por su cara quitando la sangre que había ahí.
— Gracias.—murmuró sonriéndome de lado.
Asentí hacia el, y comenzamos a salir los siete del banco.
Rodee al hombre en el piso mientras lo miraba con algo de asco. Me puse aún lado de Ben, en nuestras posiciones determinadas.
De pronto, varios reporteros comenzaron a acercarse y a hacer preguntas.
Por órdenes de papá no podíamos responderlas, solamente el.
Unos minutos después, llegó papá con un par de chaquetas. Nos la pusimos y vimos a padre hablar.
— Nuestro mundo está cambiando. Ha cambiado ya. Entre nosotros hay personas dotadas de habilidades, más allá de lo común. Yo e adoptado a siete de esos niños. Les presento a la clase inaugural, de la Academia Umbrella.
Padre se puso a mi lado, y se sostuvo de su bastón.
— ¡Señor Hargreeves! Noticias del canal 9. ¿Y los padres?
— Fueron debidamente compensados.
— ¿Se preocupa por el bienestar de los niños?
— ¡Por supuesto!—metí mis manos a mis bolsillos.— Tanto como el destino del mundo.
Sentí una mano en mi cintura, vi por el rabillo del ojo de quien se trataba: Numero Cinco.
Sonreí un poco y me acerque discretamente más a él.
(...)
Papá nos había dejado salir un poco... para distraernos. Justo ahora corríamos hacia Griddi's Doughnuts. Que como el nombre lo dice es un lugar de donas, demasiado ricas debo admitir.
Corríamos sin parar hacia aquel establecimiento, mientras reíamos.
O bueno, ellos reían de mi maldición hacia aquel pobre hombre... que debe de estar con satanas para estos momentos.
— Moriría por poder hacer eso.—murmuró Klaus aún lado mío.
Negué mientras seguía riendo, quizás él no sabía lo que decía.
Comenzamos a ver el letrero del establecimiento frente a nosotros.
Al entrar, pude olfatear aquel exquisito aroma a donas y a café.
Sentí una mano encima de la mía y vi a Cinco sonriéndome de lado.— ¿Vamos?
Asentí y corrimos dentro de la cafetería.
Los siete nos sentamos—ya que Vanya quiso quedarse en casa a practicar el violín.—y esperamos a que la camarera viniera a atendernos.
Una señora de unos cuarenta y cinco años más o menos llegó con una libreta hacia nosotros.
— ¿Que van a ordenar niños?—sonrió.
— Tres paquetes de donas, dos malteadas de vainilla una de fresa y tres de chocolate, y un café negro.—indicó Luther sonriéndole amable a la camarera.
— Claro.—se metió dentro de la cocina y nos dispusimos a esperar.
Allison y Luther comenzaron a charlar, mientras Allison adquirirá un sonrojo en las mejillas.
Klaus y Ben charlaban sobre la cafetería.
Y Cinco no dejaba de jugar con mis manos.— ¿Sabes?
— ¿Mhm?—respondí mirándolo.
— Eres muy, muy especial para mi.—comenzó a sacar una caja pequeña de su bolsillo.— Mande a hacer estos.
Al abrir la caja de tercio pelo rojo, se vieron dos collares con nuestras iniciales.
C+A
A+C
— Son preciosos Cinco.—le sonreí.
— Lo hice pensando en ti...—me puso el mío.— Y quería algo para ambos.
— Gracias, Cinco.—dejó un beso en mi mejilla.
Justo a tiempo, la camarera volvió dejando las caja de donas frente a nosotros al igual que las malteadas y el café para Cinco.
Luther le pagó, y comenzamos a comer entre broma y broma.
Reíamos por todo.
Allison y yo vimos como los cinco chicos compitieron por quien comía más donas, siendo Klaus el ganador, pero también vomito.
Sonreía al verlos a todos juntos y unidos.
Mi mano seguía unida a la de Cinco, este último dejando suaves caricias en esta.
Te falle padre, rompí tu primera regla. Pero no me arrepiento.
Sip, estoy enamorada de Numero Cinco Hargreeves.
Nota de la autora: Holiii ¿como están? Espero realmente que bien, ¡Este es el penúltimo capítulo de la primera etapa! Y pues... el último borrador que tenía.
¿Quieren que la continúe??
Recuerden, Voten, Comenten y Compartan la historia para que así crezca esta pequeña gran familia💞.
Eso es todo travesuritas, sooooo
-✨Travesura Realizada✨-
Majo P.