El chantaje del vizconde.
Pov:Rashta
Cuando desperté la emperatriz ya no estaba a mi lado y era de esperarse ella tenia cosas importantes que hacer no podía perder el tiempo con una tonta sirvienta.
Odio ser omega.
Era casi una maldición nacer siendo eso y mas si eres de clase baja pues los alfas o betas te tratan como basura, sólo los omegas de buena familia tenían mas suerte ya que tenían "respesto" o eso se creía. Me senté con algo de dificultad sobre la cama de la emperatriz ya que mi cuerpo dolía pues el emperador había sido muy rudo conmigo.
-No se detuvo.......
Me abrace a mi misma con fuerza mientras recordaba como el emperador tomaba mi cuerpo apesar de que le suplicaba que no lo hiciera.
-Creí.......crei que el era diferente
Mis ojos se llenaron de lágrimas trataba de convencerme que el emperador era bueno que solo fue un arranque de sus instintos de alfa el tomarme ya que......el me salvo, si el me salvo de una muerte segura no podía ser malo ¿verdad?.
-No se porque tuve que nacer siendo omega
Dije con rabia mientras me volvía a recostar sobre la cama cubriendome completamente con las sábanas mientras las lágrimas recorrían mis mejillas, ¿porque los omegas tenían que pasar por esto? ¿Porque el destinó era cruel conmigo?.
-Todos los alfas son iguales
Apreté las sábanas con fuerza respirando de forma agitada pues recordé todo lo que tuve que pasar cuando era esclava del Vizconde Lotteshu pero......por alguna razón el olor de la almohada que la emperatriz uso cuando durmió conmigo olía diferente a como siempre olía.
-Huele a lirios
Era extraño ya que la emperatriz tenía el aroma del emperador el cual tiene un olor parecido a los libros.
-¿Será una nueva fragancia?
Hundi por completo mi rostro en la almohada de la emperatriz quedando hipnotizada por aquel hermoso aroma el cual me hacia sentir mucho más tranquila, no tenía idea del porque.
Me quede un buen rato olfateando el aroma de la almohada hasta que recordé que tenía deberes que hacer así que casi disparada salí de la cama para irme arreglar.
Cuando ya estaba bañada y con mi traje de sirvienta comencé con mis deberes de la mañana los cuales hacían que olvidará las cosas malas que me sucedieron ayer.
Mientras el tiempo pasaba yo me sentía cada vez mejor pues como mi mente estaba ocupada pensando en mi trabajo no dejaba que los malos pensamientos y recuerdos regresarán a mi; ya casi estaba apunto de terminar sólo me faltaban algunas cosas y una de ellas era limpiar las ventanas de una de las habitaciones principales del palacio así que tome el material que necesitaba y me dispuse a ir aquella habitación.
-Cuando termine esto iré a comer algo
Dije con una dulce sonrisa mientras entraba ala habitación llevandome la sorpresa de que en ese sitio estaba el emperador.
-¡Rashta!
Pronunció mi nombre con un tono de preocupación yo sólo estaba en shock no podía reaccionar pues al momento de verlo mi mente me hizo recordar lo que sucedió el dia anterior.
-Oh, Rashta querida necesitaba verte
El se acerco a mi con un rostro que mostraba arrepentimiento tal vez se venía a disculpar aunque eso parecía más una fantasía mía pues un alfa nunca se disculpa por una cosa como la que me hizo así que yo sólo desvíe mi mirada y tome un gran valor para poder hablar con el emperador.
-Se que debes estar enfadada conmigo por lo que hice ayer, yo, yo me salí de control y me deje llevar por mis instintos........no quise hacerte mía de esa manera
Al escuchar aquellas palabras me sorprendí bastante pues nunca nadie se había disculpado conmigo por haber tomado mi cuerpo ala fuerza.
-Emperador......
Dije con sorpresa y el emperador me abrazo con fuerza provocando que me estremeciera del miedo pues eso no me lo esperaba.
-Espero puedas perdonarme......
Podía ver la sinceridad en sus palabras y apesar de que me negué muchas veces y el no me escucho no podía negarle el perdón ala persona que me salvo la vida además sería peligroso negarme a darle mi perdón así que tome fuerza para decir las siguientes palabras.
-Yo lo perdono su majestad pues se usted no lo hizo con la intención de dañarme
Dije con una voz dulce aunque siendo honesta no se como logré hablar con tanta normalidad; el emperador se separó del abrazo y me miro a los ojos con una expresión de felicidad.
-¡Oh Rashta! ¡Me haces tan feliz!
Al escuchar aquellas palabras llenas de felicidad yo simplemente pude sonreír de forma hipócrita.
-Yo espero poder tomarte de la manera correcta
Dijo con una dulce voz mientras dejaba un corto beso sobre mis labios, cuando nuestros labios hicieron ese contacto a mi me dio asco ya que aún no podía perdonarle del todo. El emperador después de eso se marcho ya que debía seguir con su deber y me dejo sola en aquella gran habitación.
-Emperatriz......
Mi voz se agudizó y mis ojos se llenaron de lágrimas, de nuevo mi cuerpo empezó a temblar pero está vez de una forma mas exagerada hasta el punto de hacerme caer de rodillas al suelo.
-La necesito.......
Cubri mi rostro con mis manos llorando de forma desconsolada, me sentía sucia y eso no me gustaba yo creí que mi infierno había termindo pero el destino me volvió a mostrar que no era de esa manera pues alguien había entrado ala habitación.
-Rashta
Mi tiempo se detuvo pues aquella voz era del Vizconde Lotteshu mi antiguo dueño.
-Pobre Rashta ¿que ases en el suelo?
Pregunto con burla mientras se acercaba a mi, ¿Porque el emperador no lo mato? ¿Porque ese hombre seguía aquí? ¡¿Cómo me encontró?! Quería salir corriendo pero mi cuerpo no reaccionaba.
-Sigues siendo igual de estúpida pues conseguiste ser la amante del emperador y en vez de aprovechar eso prefieres ser una sirvienta......eres patética
Aleje lentamente mis manos de mi rostro dirigiendo mi mirada al Vizconde el cual estaba arrodillado aun lado de mi.
Ese sujeto era el diablo.
-¡Alejese de mi!
Me levante lo más rápido que pude del suelo observando con odio aquel hombre que también se puso de pie.
-No seas tan hostil conmigo, Rashta el emperador me ordeno corregir lo que dije acerca de que eres una esclava fugitiva, ahora todos van a creer que soy un imbécil que no sabe diferenciar alas personas
No me importaba mucho que las personas supieran que soy una esclava así que me iba a burlar de el por eso pero el siguió hablando impidiendo que pudiera decir algo.
-Pero parece que a ti no te importa mucho ya que sigues haciendo tus deberes de sirvienta
Cuando observe que comenzó acercarse a mi yo automáticamente retrocedi hasta que quede acorralada a una pared.
-Pero se que vas a que no deseas que nadie sepa sobre el bebé que dejaste
Quede en shock como esque ese monstruo se atrevía a decir eso, en verdad era un ser repugnante.
-¡USTED MATO A MI BEBÉ!
Grite con fuerza mientras apretaba mi mantel con rabia me daban ganas de matarlo ahora mismo.
-¿Que lo mate? ¿De que hablas Rashta?
Podía ver la expresión de burla en su rostro eso hacía que mi sangre hirviera.
-Sigue siendo mi nieto aunque tenga la sangre manchada por la de una esclava, nunca ordenaria matarlo
El tomo un mechón de mi cabello observandolo con aquella estúpida sonrisa, ¡no dejaría que me engañe!.
-Mentira.......¡vi su cuerpo sin vida con mis propios ojos, sin duda!
Comencé a temblar ya no sabía si decía la verdad o mentira ahora mismo mi interior era un desastre.
-Rashta, niña tonta debes dejar de verme como tu enemigo y repensar el papel que juego en tu vida ¿porque no ves que puedo ser tus ojos y oídos?
Estaba tan furiosa que cuando el trato de tocar mi rostro yo le di un fuerte golpe a su mano para que la alejara de mi.
-¡No necesito un aliado como usted!
El vizconde soltó una carcajada la cual me hizo sentir miedo sólo quería que se fuera y me dejara en paz.
-¿Que sucede aquí?
Cuando escuche la voz de la emperatriz sentí que mi alma volvió a mi cuerpo.
-¡Emperatriz!
Dije con gran alivio mientras me acercaba corriendo a ella para poder sentirme segura.
-Su majestad
El vizconde hizo una reverencia en cuanto vio ala emperatriz ahora ese idiota ya no seguiría molestandome.
-Vizconde Lotteshu........
Continuará