hiding from the moon (Remus L...

By obrieenwife

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-Ojalá supiera cómo dejarte. ADVERTENCIA ⚠️ Contiene escenas +18 y puede utilizarse vocabulario vulgar; está... More

HOLA!
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REMUS... LUPIN?

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By obrieenwife

☆☆☆

-Maddie?- preguntó Ron abriendo la puerta de golpe.- Que haces aquí?
-Veis? Os dije que acabaría sucumbiendo a mis encantos y no se resistiría a mi.- dijo Fred bajando las escaleras.- Que haces aquí amor?

Madison suspiró con pesadez.
-Me mudo, a Australia.- dijo haciendo que todos los pelirrojos que habitaban allí bajaran de inmediato.

-Qué?- preguntó Percy triste.- Maddie...
-Lo siento mucho.- dijo ella abrazándolo.

Había sido una devastadora noticia sin embargo allí estaba, Madison se iba para siempre.

Molly la abrazó antes de darle un jersey con una W y desearle muy buena suerte en el viaje mientras que Ginny y Ron la abrazaron cariñosamente.

George también lo hizo seguido de Fred quién no quería soltarla por nada del mundo.
-Te iré a buscar, lo prometo.- dijo el pelirrojo intentando no llorar.
-Eso no lo dudo.- le dijo ella con una sonrisa.

Percy por otro lado sólo le sonrió tristemente.
-Toma, esto, es para ti. Gracias por haber sido mi amiga Madison.- dijo con gran tristeza.

La chica también sonrió.
-Gracias a todos por haber sido mis amigos.- dijo antes de marcharse de la madriguera finalmente.

Las lágrimas eran inaguantables pero después de despedirse de Abie y Oliver, Percy era el único que le faltaba.

Miró el libro y se dio cuenta de que tenía una nota de el mismo.

se que no debería hacer esto pero creo que deberías despedirte de él. Vive en Yorkshire, en una cabaña vieja, pequeña.
Atte. Percy Weasley.

El corazón de la chica empezó a palpitar con fuerza cuando sin pensarlo fue a la dirección que le había dado el pelirrojo.

Realmente Remus vivía ahí? Eso esperaba por que cuando tocó a la puerta sin pensarlo solo podía pensar en cómo le diría la noticia.

Remus abrió la puerta encontrándose con la chica demasiado nerviosa.
-Madison? Que... qué estás haciendo aquí? Como sabes donde vivo?- preguntó mientras la dejaba pasar.

La chica aún no decía nada, solo pensaba en las palabras correctas para ese momento.
-Remus, yo... necesito decirte algo.- dijo ella.

El hombre se cruzó de brazos mientras esperaba que ella continuara hablando.

Madison suspiró hondo, no sabía cual sería la reacción del hombre.
-Me mudo, con mi familia, por el trabajo de mi padre, a Australia.- dijo ella mirándolo.

Remus ahora estaba en shock. Acaso era una broma? Finalmente ella había terminado el colegio, era adulta y simplemente se iba sin más?

-Madison, no... no puedes irte ahora, no... no lo entiendo, ahora podemos estar juntos.- dijo a lo que la chica negó.

-Me voy mañana, lo siento Remus.- dijo ella haciendo que este bufara de frustración y molestia.- He intentando razonar con mis padres... en serio, pero no hay ninguna otra solución... Remus, dime algo por favor.

Remus negaba y negaba con la cabeza.
-No, no lo entiendo Madison! Por qué no puedes hacer algo!? Te quiero! Y ahora solo te irás sin más.- dijo mientras se sentaba a los pies de la cama.

-Remus...- empezó a decir ella.
-Quédate conmigo. Podemos... podemos vivir juntos, podemos empezar de cero, por favor Madison, no te vayas.- le pidió a lo que ella negó.

-Tienes que... tienes que dejarme Remus, por favor, no lo compliques más.- dijo ella mirando a otro lado.
-Ojalá supiera cómo dejarte.- admitió el mirándola con tristeza.- Es... es como si no quisieras luchar por nosotros.- dijo finalmente el hombre.

"Estaba de broma?"

-Crees que es fácil para mi!? Yo tampoco quería nada de esto!- le gritó la chica haciendo que Remus se pusiera de pie inmediatamente.
-A mi no me grites señorita.- dijo bien firme sintiéndose superior.

-Y a mi...- dijo ella mientras se subía a una silla para ser más alta.- No me digas lo que puedo o no hacer.- dijo mirándolo fijamente.

Madison seguía comportándose firme ante el, aunque doliera, no podía creer que Remus le hiciera eso.
-Que no puedo?- preguntó mientras se acercaba más a ella.- Quieres ver cómo lo hago?

-Me gustaría verte intentarlo, lunático.- le retó ella con voz firme.

Remus la analizaba atentamente, quería mantener la figura autoritaria pero sus ojos le fallaron.

Los bajó encontrándose con el visible escote de la chica. Madison no era tonta, sabía que para ir a ver a su atractivo profesor debía ponerse su conjunto de ropa interior favorito.

-Disfrutando por lo que veo.- dijo ella con una sonrisa arrogante.
-Ni te imaginas.- dijo este volviendo a su mirada.- Madison, si esta va a ser la última vez que nos veamos...

El hombre no pudo terminar pues ella se quitó la camiseta de golpe dejando ver su sujetador.
-Voy a hacerte disfrutar Remus.- dijo ella mientras lo empujaba sutilmente hacia la cama.- Quiero hacerte sentir bien, por última vez.

El hombre se encontraba viendo como ella lentamente se quitaba sus pantalones cortos y se quedaba en ropa interior.
-Madison...- dijo mientras ella se subía encima de él.

-Cállate Remus.- le dijo mientras frotaba su intimidad con la entrepierna de este formando círculos lentos.- Soy tuya, hazme lo que quieras, Remus.

"Soy tuya"

Esas palabreas sirvieron para quitarle la poca cordura de que quedaba al hombre que rápidamente se acercó a ella y la besó con desesperación mientras apretaba más sus caderas con ella.

Madison gemía entre el beso mientras le desabotonaba la camisa con algo de dificultad.
-Di que eres mía, vamos preciosa, dilo.- dijo este mientras pasaba sus manos por la espalda de la chica queriendo desabrochar su sujetador.

-Tuya, soy tuya, solo tuya.- gimió ella ahora empezando a dar saltos encima del bulto del hombre buscando más fricción de su parte.

Cuando remus consiguió sacarle el sujetador analizó sus pechos con deseo, mirando como estos rebotaban por cada salto que ella daba.
-Dios Madison, eres hermosa.- dijo para empezar a lamer su clavícula seguido de cuello para terminar con sus labios.

-Sigue, sigue, quiero más.- pedía ella entre jadeos frotándose e intentando sacarle el cinturón.

Joder, Remus nunca había visto ese comportamiento de ella, salvaje y desesperada. Simplemente perfecta.

-Bien, quieres más?- dijo dándole la vuelta, quedando ahora el encima de ella mientras que la chica hundía su cabeza en el colchón.
-Si, si, por favor, más, dios Remus, si!- gritó ella haciendo que este sonriera con arrogancia. Estaba demasiado necesitada.

-Entonces abre tus piernas para mi.- dijo este a lo que ella hico caso sumiso mientras se colocaba a cuarto.- Buena chica, buena chica...

Madison respiraba con dificultad, escuchaba la cremallera del hombre bajarse con lentitud y no pudo evitar balancear sus caderas hacia el con desesperación.

Lo necesitaba dentro de él.

De repente, sintió como la grande mano de Remus le daba una nalgada dejándole su marca en su piel, provocando que gimiera mientras se mordía el labio.
-Eso es, mojada para mi.- dijo este mientras miraba con lujuria y ansias su feminidad.

-Remus? Remus que... oh mierda!- dijo esta mientras sentía como el hombre lamía con fuerza y sentía como perdía la fuerza de sus piernas.

Remus sintió como las manos de la chica se hundían en las sabanas intentando no caer demasiado en el placer lo que le dio más motivación para seguir sacándole el aliento.

-No, no puedo, más!- gritaba ella mientras sus piernas temblaban lo que significaba que pronto llegaría a su límite.

Madison miró cómo Remus se daba placer a sí mismo con una mano mientras seguía lamiendo su feminidad.

Por todo Salazar.

Cuando el hombre sintió como todo el cuerpo de la chica se tensaba y recibía con gusto el orgasmo sonrió al ver como ella arqueaba su espalda y apretaba las sábanas con fuerza.

Su otra mano que seguía masturbándose paró y tomó sus caderas para acercarla a él.
-Madison...- empezó a decir el hombre.

-Por favor Remus, por favor te quiero dentro de mi.- dijo ella mientras balanceaba de nuevo sus caderas haciendo que este no esperara más tiempo.

Se hundió en su interior ganándose un grito de placer de la chica, sintiéndola extremadamente estrecha.
-Oh, Madison, mierda.- gruñía con fuerza mientras se movía despacio y empezaba a aumentar lentamente las embestidas.

Fue sorprendente ver a la chica querer ir más rápido, provocando que el hombre le tomara de la nuca y la hundiera en la cama, dejando más acceso a las embestidas que cada ver eran más fuertes y rápidas.

-Si, sigue, dios, Remus, m-más!- gritaba ella llenando los oídos del hombre quien apoco estaba callado. Tenerla para él en esa postura era simplemente demasiado.

-De quién eres preciosa? Solo dilo.- le dijo este mientras seguía embestidnos con fuerza.
-Soy, tu- ya, solo, tuya, Remus!- gemía ella sintiendo como una oleada de calor llenaba su interior.

Remus se sorprendió al verla llegar al orgasmo de nuevo, sintiendo cómo la humedad de la chica empezaba a verse a través de sus piernas.

Era tan hermosa...

Pero él no tenía suficiente, el quería que ella se quedara sin caminar en lo que quedaba de día, quería que disfrutara.

La levantó de golpe de la cama y la volteó quedándose cara a cara.
-Quiero probar algo y como eres una buena chica te dejarás, verdad?- preguntó con una sonrisa mientras ahora la llevaba directamente a la mesa que usaba de escritorio.

-Soy tuya.- respondió ella mientras se estremecía por sentir sus pechos sobre la fría superficie de la mesa. Estaba de piernas abiertas para Remus, dejándole experimentar con ella a su placer.

"Era suya."

-Bien preciosa, buena chica.- le dijo este mientras empezó a sentir como los dedos del hombre se introducían por su parte trasera mojándola con su humedad.

Madison se tensó al pensar que nunca había hecho algo así, seria doloroso? Ella no lo sabía, nunca lo había probado y menos con alguien con un miembro tan grueso como lo tenía Remus.

-Esta bien pequeña, puedo parar si así lo dese...- empezó a decir Remus al verla algo incomoda pero cuando vio que ella misma movía sus caderas para introducir sus dedos sonrió orgulloso.

Se empezó a sentir con fuerzas y a gusto, queriendo tener más dentro de ella.
-Hazlo Remus.- suplicó ella desesperada mientras lo miraba mordiéndose el labio.

Seguido esas palabras, Madison gimió al sentir el grande miembro de Remus entrar en ella de una sola embestida.

Por un momento, pensó que le había dolido, pero cuando el hombre vio como ella se tocaba sus pechos mientras se movía delante y atrás, queriendo sentir más no pudo evitar tomarla de la cintura para empezar a penetrarla a más ritmo.
-Madison, oh, si, así, dios.- gruñía Remus mientras embestía con más fuerza y veía a la chica intentar mantener el ritmo.

Ella gritaba su nombre mientras se agarraba a la mesa como forma de apoyo. La imagen realmente era demasiado placentera para el hombre que era como si viese en cámara lenta como su trasero chocaba con sus caderas, como sus pechos rebotaban al compás de los choques y los ruidos que desprendían los dos cuerpos entre sus gemidos.

Simplemente demasiado, demasiado para aguantar más. El hombre tuvo que salir de ella al ver que también llegaría a su límite.

No aguantó más segundos cuando salió inmediatamente de ella y la volteó, arrodillándola ante el y sin dejarlo siquiera tomar aire, Madison empezó a chupar con gran velocidad.

-Eso es princesa, buena chica.- decía este con la cabeza hacia atrás, mientras movía la cabeza de la chica para guiar sus movimientos.

Madison estaba en un estado máximo de placer, y de un momento a otro, sintió como el líquido caliente abundaba en su boca.

Remus se separó completamente para grabarse esa imagen en su mente. Madison se había tragado todo el líquido y lo miraba con una sonrisa inocente.

Todos los momentos que habían pasado juntos, todas las noches que habían tenidos ellos solos, explorándose el uno al otro...

Todo eso iba a terminarse para siempre.

Todas esas noches escondiéndose bajo la luna esperando no transformarse y todas las veces que ella estuvo a su lado sin importar que el fuera nada más que un monstruo.

Madison era especial. Ninguna chica la podría igualar. Y eso nunca lo olvidaría.

Se acercó a ella y finalmente la besó con delicadeza, sintiendo como aún su respiración se entrecortaba por la acción que acababan de tener.

-Te extrañaré demasiado.- dijo ella con una sonrisa triste mientras lo miraba.

Remus le acarició la mejilla con suavidad.
-Siempre podrás acordarte de mi cuando veas la luna llena cariño.- dijo el también con una sonrisa triste.
-Ah si?- preguntó ella riendo.

Esa sonrisa que no volvería a ver más.
-Si... sabrás que me estoy escondiendo de la luna.- dijo finalmente para volver a besarla.

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