☆☆☆
Madison caminaba con prisa hacía la casa de los gritos después de haberse cambiado de ropa.
Tenía que hablar inmediatamente con Remus acerca de lo que había hecho, es decir... no sabría si borrarle la memoria a un alumno entraba en el reglamento de normas.
Si la descubrían, la podrían expulsar.
Sabía que él estaría allí, quedaba poco para luna llena así que se apresuró lo que más pudo en ir.
Estaba de los nervios por decírselo y por fin poder estar con él, por que ella sabía algo desde hace tiempo que no quería reconocer.
Estaba enamorada de Remus Lupin.
-Remus? Remus!?- dijo entrando en el salón.- Oh, vaya que incómodo.- dijo al ver más gente.
-Maddie?- preguntó Ron estirado en un sofá con una rata en las manos.
-Snape?- preguntó la chica mirando al pocionista apuntar a un hombre.- Y quien es usted?
-El mismo que te ayudó a entrar aquí niña, de nada.- dijo este mirando a Remus quien quería morirse en ese instante.
Snape miró a Madison quien ahora estaba algo perdida.
-Que hace aquí señorita Bellemore?- preguntó a lo que ella iba a responder pero Harry la interrumpió.
-Ella también está con vosotros?- preguntó a lo que la chica frunció el ceño.
-Sabéis? Puedo volver en otro momento si queréis...- dijo aún perdida.- Veo que tenéis asuntos pendientes, mejor me voy.
-Alto ahí.- dijo ahora Snape apuntándola para que no se vaya.
-Severus no te atrevas a apuntarla.- saltó Remus en defensa de ella. Cuando vio que lo miraban algo extrañado, se dio cuenta de su error.- No debemos apuntar a los alumnos.
-Si claro... será por eso.- dijo el mismo hombre de antes riéndose.
-Cállate Sirius.- le pidió Remus.
-Eres Sirius Black?- preguntó Madison ahora sonriendo. Sin duda no estaba mal... no parecía exactamente un fugitivo normal.
Sirius Black era un fugitivo sexi.
Remus carraspeó al ver la mirada de la chica haciendo que esta rodara los ojos.
-Que se supone que es esto Lupin? No será lo que estoy pensando...- empezó a decir Snape.
-Así que... has venido de Azkaban...- dijo la chica a Sirius quien estaba cruzado de brazos mirando como Remus y Snape discutían.
-Si, y por lo que tengo entendido tu pequeña eres... Madison.- dijo mirándola de reojo.
-Esa soy yo.- dijo orgullosa.
Sirius la miró completamente analizándola con algo de descaro, examinándola, de arriba a abajo.
-Que miras pulgoso?- preguntó ella algo ofendida.
-Pulgoso?- preguntó Sirius con una sonrisa.- Bien, Remus sin duda no tiene malos gustos.- dijo en susurro.
Mientras Snape miraba extrañado a Remus.
-Por favor Snape, ella es una alumna.- dijo Remus intentándolo convencer.- Como crees que haría algo así?- preguntó.
"Era enserio?" se preguntó Madison en la mente mientras miraba a Sirius con una sonrisa cómplice.
-Y bien, que se supone que hace aquí? No nos hace falta mas gente para saber que este engendro irá a Azkaban en cuanto lo comunique.- dijo ahora mirando a Sirius.
-No! Expelliarmus!- gritó Harry apuntando a Snape y lanzándolo por los aires.
-Me cae bien el chico.- dijo Madison con una sonrisa mientras miraba al azabache orgullosa.
Remus suspiró más aliviado y pasó su mirada a la chica.
-Señorita Bellemore, tome asiento por favor.- le dijo a lo que ella sonrió más aguantándose la risa.
"Ahora era señorita?" pensó Sirius mirando a su viejo amigo con una sonrisa.
Madison se sentó junto con Ron quién no entendía nada. Su rata se movía nerviosa y el pelirrojo la intentaba retener por todos lados.
-Harry, Sirius no traicionó a tus padres, fue otro hombre en el que confiábamos y yo también pensaba que estaba muerto.- dijo Remus mirando al azabache.
-Si? Quién es!?- le preguntó Harry con voz algo dudosa.
-Peter Pettigrew!- gritó Sirius por toda la casa.
"-Los merodeadores, cornamenta, canuto, colagusano y lunático."
-Colagusano.- dijo Madison mirando la rata del pelirrojo que cada vez se encontraba más nerviosa.
-Qué?- preguntó Hermione confundida.
-Exacto, déjame y te lo mostraré.- dijo Remus pidiéndole la rata a Ron quien se negó.
-Dame la rata!- exigió Sirius quitándosela de las manos.
Y de un momento a otro, la rata se transformó en nada más el que en el hombre que traicionó a la familia Potter y a todos sus amigos.
-Por el mismo Salazar.- soltó Madison impresionada. Aún seguía observando y procesando toda la información necesaria.
-Harry! Harry! No me mates! Por favor!- suplicaba este pidiendo vivir.
"-Qué? De que hablas? Espera Madison, no, no lo hagas.
-Oh, mira cariño suplicándome cuando antes te reías muy tranquilo."
La chica se acordó de Félix quien probablemente estuviera deambulando por los pasillos de Hogwarts sin saber su nombre.
-Bien, no lo mataremos pero lo llevaremos con los dementores. Ellos decidirán lo que harán contigo.- dijo el azabache ganándose un bufido molesto de parte de Sirius.
Todos decidieron salir de la casa de los gritos para volver al castillo.
-Que estás haciendo aquí?- le preguntó de repente Remus.
Madison sonrió algo nerviosa.
-Remus... yo, tengo que decirte algo.- dijo ella mirándolo.- Yo... mierda, te encuentras bien?
El hombre parecía más cansado de lo normal, empezó a toser y a respirar con dificultad.
-Véte, no quiero que me veas así.- le pidió él sin embargo, ella no pensaba dejarlo.
Noche de luna llena.
-No, no, no Sirius!- Madison llamó a su amigo para ayudar a Remus.
-Mierda Remus, no te has tomado la poción!?- decía este preocupado.- Remus escucha amigo, este no eres tú, entiendes? Este no eres tú!
Remus no podía pensar con claridad, solo veía el rostro de la chica preocupado por él.
Ese fue el último recuerdo que tuvo de ella cuando perdió el control de todo su cuerpo convirtiéndose en un hombre lobo.
-Madison vete!- le pidió Sirius preocupado.
La chica, simplemente no reaccionó. Las piernas le fallaron al ver en lo que se había convertido Remus. No le salían las palabras.
-Madison!?- gritó Ron que estaba junto con Harry y Hermione.
-Señorita Bellemore! Apártese!- le gritó Snape quien también estaba preparado para atacar al licántropo.
Pánico. Eso era lo que sentía en ese momento.
-Madison, mierda reacciona!- dijo Sirius apartándola de golpe sin embargo la criatura ya tenía su olor.
Ese olor tan atractivo para el hombre lobo que no dudó en ir por ella.
Quería morderla, quería matarla y destrozarla.
-Madison!- gritó Hermione preocupada mientras veía como ella intentaba respirar. Estaba teniendo un ataque de pánico.
La chica miró al hombre lobo quien se acercaba hacia ella y de un zarpazo la tiraba contra unas rocas que habían allí, haciendo que poco a poco todo fuera tornándose borroso.
Le dolía la cabeza, demasiado y todo se volvía doble con el paso de segundos.
-Sirius! No!- escuchó el grito de Harry alejarse.
-Profesor Snape! Madison necesita ayuda!- dijo la voz de Ron acercándose a ella.
-No es un monstruo.- fueron las últimas palabras de la chica antes de quedarse inconsciente.