Se podría decir que me encuentro en una situación un poco complicada.
Miro a mi madre que se acerca despacio hasta estar enfrente de mí mirándome con esa cara que conozco tan bien.
Significa que empiece a contar de una y rapidito.
-No se supongo que estará esperando a alguien – mi madre ladea la cabeza como en plan a mi no me engañas.
-¿Enserio Harry? – suelta la bolsa en la mesa para colocar sus manos en su cintura, vale se lo esta tomando enserio.
-Que quieres que te diga mamá, sabes que yo no salgo con ella solo coincidimos en las fiestas – la digo.
-Me estas mintiendo – bufo.
-Esta bien quede con ella porque haremos una fiesta sorpresa a Cameron – digo lo primero que se me ocurre.
-¿Tu sabías eso? – esta vez pregunta a ni padre.
-¿Yo? – miro a mi padre suplicándole con la mirada. – Si claro que si, ha venido a contármelo – sonrió, si esta vez mi padre esta conmigo.
-Estáis muy raros los dos – suelta mi madre sacando lo de la bolsa.
Me acercó a mi madre dándola un beso va a coger mi cara pero me alejo picándola.
-Me piro vampiro – los digo a los dos saliendo por la puerta.
Lo bueno que ya no estaba en un buen lío lo malo que Sofía había esperado afuera bastante, pero por lo menos lo que la dije a mi madre valió.
Cuando salgo camino hasta donde deje a Sofía que esta sentada en la acera aburrida al verme llegar se levanta rápido mirándome fijamente.
-Tu madre me vio, ¿te lo dijo? Intente esconderme pero no me dio tiempo me la encontré de sopetón – niego quitándole importancia.
-No te preocupes lo tengo todo controlado, la dije que estábamos preparando una fiesta sorpresa para Cameron – ella comienza a andar como yo.
-Es una excusa muy buena – se ríe.
Me acercó a ella pasando mi mano por sus hombros atrayéndola hacia a mi dejando un beso en su pelo.
-Vámonos a comer – la digo ella sube su cabeza mirándome impresionada.
-¿A comer? – asiento sonriendo.
-Luego iremos al cine – ella asiente feliz.
Quedó con Cameron que voy a coger uno de los coches donde los tenemos guardados en un almacén que no esta lejos de aquí, siempre le pagamos todos los meses a medias hay podemos guardar los coches de las carreras ilegales y demás.
Cuando llegamos meto las llaves abriendo una de las puertas grandes.
-No sabía que tienes este tipo de sitios – sonrió, ella no sabe tantas cosas aún.
-Aquí guardamos algunos coches, vamos – la digo caminando hasta uno de los coches negros donde doy al botón y suena el pitido de abierto.
Ella camina hasta subirse cerrando la puerta como yo, arrancó saliendo del almacén para volver a bajar cerrar la puerta y subirme.
-¿Dónde iremos a comer? – me pregunta interesada.
-¿Me dejas que elija yo el sitio? – la preguntó pero viniendo de Sofía que es tan buena no me dirá un no como respuesta.
-No me importa, a ver si me impresionas – la miro por unos segundos con una ceja alzada, me gusta cuando me habla con ese tono.
Ella se ríe.
Ya estamos en la carretera más o menos tardaremos como quince minutos en llegar al sitio donde solo fui tres veces pero se come bastante bien, espero que la guste y la impresione como ella me dijo.
-¿Puedo poner música? – me pregunta.
-No lo tienes ni porque preguntar, ponla – a estas circunstancias ya no me importa lo que haga Sofía no me tiene porque pedir permiso.
Ella puso música de su estilo tampoco me disgustaba, había un silencio pero no era el típico silencio incómodo.
Mientras que iba conduciendo con mi otra mano despacio la pose en el muslo de Sofía.
Al principio se sorprendió porque no se lo esperaba pero luego después de unos segundos coloco su mano encima de la mía.
Así fue el viaje ella con su mano encima de la mía hasta que llegamos al pequeño restaurante.
-Ya llegamos – ella abre su puerta y yo hago lo mismo.
Cuando me colocó a su lado la tiendo mi mano ella la mira por unos segundos pero la acaba aceptando.
Sí, se que es raro de mi parte pero todo tiene su comienzo ¿o no?
Entramos al restaurante, observo a Sofía que mira todo a su alrededor viendo en sus ojos que si le esta gustando.
Un hombre vestido con un traje elegante se nos acerca para atendernos.
Nos dice la mesa en las que nos tenemos que sentar.
Sofía tira de mí hasta la mesa, soy rápido y apartó su silla ofreciéndola a que se siente.
Cuando me siento yo en la mía tiene una sonrisa.
-Pero que educado estas tu últimamente eh – me dice, río solo estoy intentando hacer las cosas lo mejor posible.
-Sorpresa – la digo.
Se muerde el labio y me dan ganas de rodear la mesa y tirarme a ella como si de mi presa se tratase pero tengo que controlarme no queremos armar un sou además de ser educado.
Con Sofía en este tiempo que hemos estado más juntos me di cuenta que no sólo se trata de sexo, el sexo sin sentimiento no es nada porque no sientes nada a esa persona es solo un rato para pasarlo bien.
Pero el sexo con alguien a la cual quieres y sientes por ella cosas es sumamente diferente, disfrutas de otra manera, así que con Sofía aprendí que no es todo un simple polvo detrás hay muchas cosas más, como lo que estábamos haciendo ahora mismo, ir a sitios diferentes conocernos un poco más, y ella se merece eso y mucho más.
Se que me cuesta abrirme cuando se trata de contar cosas sobre mi y mi vida pero a pocas personas por no decir a casi nadie le he contado solo a ella.
Sofía me removió todo ella a sabido como sacarme las cosas como darme esa confianza para contar.
Sin duda sin darme cuenta Sofía me a echo cambiar en mucho menos tiempo que otras personas, pero eso no es malo tampoco.
-Yo creo que pediré esto – me señala el menú haciendo que salga de mis pensamientos.
Me señala lo que quiere pedir lo leo rápido y sonrió porque elige muy bien.
-Buena elección esta muy rico, yo esto
A los minutos vienen a tendernos llevándose nuestros menús.
Mientras nos dan a elegir que beber, Sofía no se complica mucho pero yo elijo alcohol.
-¿Cuándo empezaste en las carreras ilegales? – la miro bebiendo de mi bebida.
-Pues ya llevó unos cuantos años como tres años o así – ella asiente.
-¿Por qué terminaste participando? – a lo mejor en otro momento hubiera respondido mal, borde y hubiera echo lo que fuera por cambiar de tema.
Pero ahora las cosas eran diferentes.
-Ya sabes que la adrenalina me gusta mucho y si ganó dinero pues mucho mejor – se que a ella no la gustan pero ni me lo dice, decide guardárselo para si misma.
-¿Me contaras ya lo que pasó? – así que se acuerda, pensaba que ya no me lo preguntaría más pero al parecer sí, ella es muy lista sabe cómo usar las palabras muy bien.
-Sofía – la digo.
-Vamos Harry confía en mí – miro a mi alrededor.
-Esta bien – ella sonríe aún más. – Todo pasó en un almacén abandonado donde quedamos la banda para hablar sobre un problema con una cantidad de dinero pero al parecer a uno de nuestra banda le siguió la policía y aparecieron de la nada – Sofía abre la boca sorprendida.
-Dios mío, ¿de cuanto dinero estamos hablando? – pregunta preocupada.
-Pues unos cuarenta mil – ella abre los ojos como platos, si es mucho dinero.
-¡Cuarenta mil euros! – dice un poco con la voz en alto.
La hago un gesto con que se calle y ella se disculpa en bajo.
-Se que es mucho dinero pero esta todo controlado no te preocupes recuperamos casi todo así que no quiero que te preocupes por mí, ¿esta bien?
-Si pero no me puedes pedir eso – alzó una ceja advirtiéndola. – Esta bien – acaricia mi mano por encima de la mesa.
Nos traen la comida y comemos mientras hablamos como nunca lo habíamos echo.
Hay una que otra risa, el tiempo se pasa demasiado rápido cuando estoy junto a ella.
Terminamos pago y salimos de nuevo hacia la calle.
-¿Quieres que demos un paseo? – me pregunta.
Narra Sofía:
Este día estaba siendo genial había estado comiendo por primera vez con Harry sin nadie más como nuestros padres como solían hacer los findes.
Nos reímos mucho además de que se abrió mucho más hablando me contó cosas que nunca pensé que me diría.
Estaba muy sorprendida y quería sobre todo deseaba saber que más nos esperaba este día.
Cuando salimos del restaurante que Harry insistió demasiado en pagar decide preguntarle si quería dar un paseo así también bajaríamos un poco la comida y pasaríamos un rato relajado.
-¿Quieres que demos un paseo? – le preguntó cuando siento que me coge una vez más de la mano como si fuéramos una pareja normal aunque todavía no lo somos oficialmente.
Sí, Harry y yo tenemos algo raro y extraño pero soy feliz y no me puedo quejar.
-Claro – contesta él.
Hay un parque enorme cerca lo ví cuando pasamos con el coche.
Hablamos mientras que Harry quiso pararse en una heladería, pedí un helado de fresa y el de menta.
Llegamos al parque donde había un montón de gente, padres con sus hijos, parejas sentadas en el césped.
Otras estaban haciendo cosas divertidas como estar dentro del agua viendo los patos mientras reman.
-¿Quieres ir? – me pilla Harry mirando en, esa dirección asiento emocionada.
Paga al hombre para después subirme Harry es el que rema.
-¿Desde cuando sabes remar? – le preguntó.
-Hay tantas cosas que no sabes de mi nena – me encanta cuando me llama así.
-Nunca pensé que sabrías remar – me río porque es la verdad, no es del típico chico que haga esas cosas en su tiempo libre.
-¿Quieres que te enseñe? – me acerco más a él.
-Me encantaría – dejó un pequeño beso sobre sus labios pero no es suficiente cuando me coge de la barbilla profundizando más el beso.
Mmmm me encanta.
-Esta bien coge este remo – se separa y río porque se que su amiguito se despedí cuando me cogió mi nalga pegándome a él.
-Si listo – le digo cambiando de tema para que no lo pase peor pero por dentro todavía sigo riéndome.
-Ahora coge la otra – asiento haciéndole caso.
Siento como se levanta para posarse detrás de mí, mi respiración se acelera cuando siento como pega su pecho contra mi espalda además de que noto su bulto en mi culo.
-Harry - jadeo con la voz entrecortada.
-¿Algún problema Sofía? – me abraza más pegándome a él si eso era posible.
-Nada – niego intentando concentrarme porque si no esto acaba muy mal.
-Ahora tienes que colocar las manos así y mover los brazos de esta manera – coge mis manos guiándome con las suyas como tenía que remar.
Mi corazón va a mil por hora y estoy súper caliente.
No se porque presiento que esto tarde o temprano se descontrolara.
Siento como quita sus manos y una de ella se posa en mi cuello poniéndome los pelos de punta.
Aparta mi pelo lentamente mientras que yo no paro de remar como me dijo, espero que lo este haciendo bastante bien.
Siento sus labios sobre mi cuello y suspiro joder con tan solo un toque ya me tiene excitada y lista para lo que sea.
Me giro un poco viendo sus labios entreabiertos a milímetros de los míos.
-Lo estas haciendo genial Sofía – me muestra una sonrisa de lado que me vuelve más loca aún.
-Estas buenísimo – cuando quiero razonar mi boca es más rápido soltándolo, la sonrisa de Harry aumenta aún más.
-Estas traviesa últimamente Sofía – sonrió yo también.
-Tu me haces que me ponga así – pone cara de impresión imitándola.
-Tu también estas muy buena – acaricia mi cuello.
Dios, Dios, Dios yo creo que para bajarme esta calor que tengo tendré que tirarme al agua de cabeza.
¿Qué nos pasa últimamente?
Estamos calientes casi todo el tiempo pero eso me gusta tanto