Carol le enseñó la habitación que tendría Vanessa, que aunque era pequeña, a la rubia no le importaba el espacio. Estaba ansiosa por explorar todo el lugar. Carol también la llevó al comedor, donde agarraron dos bandejas con comida y se sentaron con otras personas que trabajaban en el lugar.
—Hola chicos, quiero presentarles a nuestra nueva compañera ¡Vanessa!
—Hola... ¿Cómo se llaman ustedes?— preguntó con timidez
Uno de ellos se levantó de su asiento, se acercó a ella para tomar su mano y besarla.
—Hola señorita, soy Jeremy Fitzgerald, un gusto conocerla— le dijo con una gran sonrisa.
—Jeremy, no asustes a Vanessa con tus estupideces— le dijo otro hombre sentado en la mesa con una expresión de molestia —Lo siento, Vanessa. Jeremy es así con todas las chicas, espero que no te incómode
—¿Qué? No, está bien, no me importa. ¿Cómo te llamas tú?
—Me llamo Fritz Smith, siéntate con nosotros, como eres la nueva tenemos mucho que contarte
Vanessa se sentó con ellos y empezaron a platicar durante la comida, los cuatro eran agradables y tenían muchas cosas para decir. Le gustaba el hecho de que las personas fueran agradables e interesadas en conocerla.
De pronto, Vanessa vio a un chico comiendo solo en otra mesa, y le preguntó algo a Carol:
—Oye, ¿quién es ese chico solitario de ahí? Parece estar triste o enojado...
Carol la miró con una expresión preocupada, y le contestó —Ese es Michael, su deber es estudiar el comportamiento de los robots, es muy raro, no habla con nadie... no te acerques a él
Vanessa miró a su amiga con una expresión enojada y la ignoró, y luego agarra su bandeja de comida para ir a sentarse frente al chico, vamos, que sea un amigo más.
—Hola, soy Vanessa ¿que tal?
Michael levantó la vista para verla, para luego hablar con un tono desinteresado —ah, eres la nueva...— mencionó y siguió comiendo en silencio
—Así que... Estás estudiando el comportamiento de esas cosas... Suena interesante... Por ahora mi tarea es ser guardia, cuidarlos y todo eso... Ojalá me den otro deber— Michael se hartó de ella y se levantó, dejando a la rubia sola en la mesa.
Carol y los demás se rieron por lo que había pasado, y Vanessa los miró con una cara de molestia. Ella se sentía mal por lo que había pasado, y no le pareció chistoso como lo estaban tomando. Se levantó de su mesa y se fue a su habitación.
Al llegar la noche, Vanessa sale de la habitación para tomar un poco de aire, aparte, estaba escuchando mucho ruido. Jeremy y Fritz justo estaban pasando por el pasillo y la ven
—Oye Vane ¿nos acompañas a la sala de descanso? ¡es el cumpleaños de alguien!— preguntó Jeremy, estaba ansioso por ir
—¡Si! ¿quieres unas copas?— le preguntó Fritz
A ella le gustaba la idea, pero antes de que pudiera responder aparece Matt
—Ella viene conmigo, estará trabajando esta noche— al ser el jefe del lugar los otros dos ni se quejaron
—Pero... dijiste que trabajaría mañana
—Son las 12:01 PM, ya es mañana
Vanessa se apresuró para ponerse su uniforme, se miró al espejo para asegurarse de que se veía bien y se fue detrás de Matt. Ya estaba emocionada de tener su primera guardia nocturna.
Él le dio una linterna y un control con un botón azul —Esto es para ti, el control te servirá para darles un electroshock por si uno intenta atacarte, y la linterna ya sabes para qué es. Intenta no prender las luces del lugar— le dijo, y Vanessa guardó las cosas en su cinturón.
—No suena muy complicado— dijo con una sonrisa, Matt se fue dejandola sola así que tenía todo el sitio para ella
Empezó a caminar por el lugar y al ver la sala del oso de antes, dió unos golpes al vidrio esperando que el oso volviera a aparecer. Pero, de pronto, vio dos ojos azules y brillantes que se estaban acercando
—¿Eres un guardia?— le preguntó ladeando la cabeza y pareciendo curioso —Hace mucho tiempo que no hablo con un humano— Vanessa no tuvo la valentía de responderle, y sólo se limitó a mirarlo fijamente.
Quería hablarle pero las palabras apenas salían de su boca —Soy un guardia... ¿cómo te llamas?
Ante la pregunta de la chica, el oso pareció ponerse nervioso —Yo... soy Freddy Fazbear
—Debí suponerlo, parece que el nombre te queda muy bien— Quería hacerle muchas preguntas, pero al parecer, a Freddy le costaba hablar, así que era mejor ir despacio y entrar en confianza.
—gracias guardia— dijo algo feliz por el cumplido levantando sus orejas
—Solo dime Vanessa, "guardia" no es mi nombre
Iban a seguir hablando, pero de pronto, escucharon un fuerte ruido en el cuarto donde estaban los cuatro robots extraños. Freddy intentó decirle que no fuera hasta allá, pero Vanessa entró de todos modos.
Cuando llegó, el conejo verde estaba buscando la forma de romper el vidrio, y pareció enfurecerse cuando vio a Vanessa. Este la miró con una expresión enojada y las orejas alzadas.
—Hey tú! No lo hagas, o tomaré medidas extremas— lo amenazó mostrando el control de electroshock en su mano.
La vio con atención, pero pareció no importarle, ya que pronto empezó a reir —No lo harás, sólo bastan algunas palabras para que no me hagas daño— dijo con una tonada burlona.
Vanessa se sorprendió y bajó el control —¿Tú también puedes hablar?
—Claro que puedo hablar— dijo con una expresión animada —Todos podemos, aunque hay algunos que no, bueno no importa, soy Springtrap, es bonito hablar con una humana más civilizada
Vanessa estaba por hablar, pero en ese momento escuchó que alguien estaba tratando de escapar en la última sala, donde se supone que está la robot paralizada. Corrió a ver qué estaba pasando, y vio que estaba tratando de quitarse las cadenas —Oh no, seguro se acabaron las dosis de midazolan. ¡Sé lo que debo hacer!— dijo en ese momento, luego de haber leído las instrucciones que estaban al lado de la pared.
Caminó hasta su oficina y en un cajón encontró varias jeringas y botellas de midazolan. Sólo tenía que inyectar algunas para que la robot volviera a quedarse quieta. A pesar de no entender cómo un robot podría ser afectado por esas inyecciones, pues no es un ser vivo, volvió a la sala donde estaba la robot.
—¡No! Me comportaré. Por favor, eso duele mucho— suplicó con la voz quebrada mientras trataba de evitar que Vanessa le inyectara.
—Lo siento, pero si no lo hago me regañarán... eh... perdón, pero no sé tu nombre— dijo un poco confundida.
—Me llamo Puppet, y... no quiero que te regañen, así que está bien— dijo con un tono que cambió repentinamente, de estar asustada a un tono más frío.
Con desconfianza, se acercó a ella, no entendía por qué Puppet había cambiado de parecer de la nada. Ella estaba a punto de inyectarle la sustancia cuando de repente le rasguñó la cara. Vanessa tuvo que alejarse para poder ver el daño que le había hecho, tenía una marca de arañazo profundo en una de sus mejillas
—¡Cuando salga de aquí, te mataré a ti primero!— gritó con bastante enojo, Vanessa en respuesta, saca el control y le da un electroshock, a la marioneta le da un débil chirrido de dolor y se queda quieta, por el momento.
—¿Qué le pasa a esta cosa?— preguntó mientras la miraba y se empezaba a alejar
Springtrap logró escuchar todo lo que pasó —Acostúmbate, todos aquí perdieron la cordura, especialmente la estúpida de Puppet— le dijo desde su sala.
Ella se empieza a sentir incómoda en ese lugar, así que sale y vuelve a hablar con Freddy, pero este ya se había ido a esconderse de nuevo —¿Freddy? ¡Freddy! Bueno... te veo después
Vanessa volvió a su oficina para sentarse y tratar de recapitular todo lo que había ocurrido esa noche. Al entrar a su oficina, pegó un grito, porque Michael estaba recostado en la pared, seguramente buscando algo.
—Disculpa por entrar sin avisar, pero tengo algo de trabajo que hacer— dijo con seriedad, y se dirigió al cuarto especial de los cuatro animatronicos.
Ella lo siguió por detrás con curiosidad —Oye, ¿Qué vas a hacer ahí adentro?— pero Michael le dió un empujón y le cerró la puerta en la cara dejandola confusa y frustrada.
Él soltó un suspiro aliviado y empezó a susurrar —Al fin llego, será mejor que no intenten matarme... ¿Cómo están por acá?
Springtrap sin haber escuchado la pregunta que Michael le hizo, se rió a carcajadas —Ja, miren, la poderosa Puppet vencida por una humana
—veo que estás más loco que antes, ¿puedes dejar de reirte y responderme?
—todos estamos bien, bien muertos