𝐿𝑎 𝑣𝑒𝑛𝑔𝑎𝑛𝑧𝑎 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑝𝑙𝑎𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑠𝑖𝑟𝑣𝑒 𝑓𝑟𝑖́𝑜, 𝑠𝑒 𝑑𝑖𝑠𝑓𝑟𝑢𝑡𝑎 𝑙𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑦 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑢𝑛 𝑠𝑎𝑏𝑜𝑟 𝑚𝑢𝑦 𝑑𝑢𝑙𝑐𝑒.
Repitan la canción
Londres Inglaterra...12:00 pm.
Jimin iba en un taxi rumbo al hotel del continental. Miraba por la ventanilla el hermoso Londres, Inglaterra.
Había llegado hace como una hora. Estaba cansado y no dejaba de recibir llamadas o mensajes de su prometido, lo bueno fue que quitó el GPS para no ser rastreado.
Esa mañana Jungkook había descubierto la nota; la cual Jimin dejó. Estaba que se lo llevaba el diablo ahora mismo.
Me iré un tiempo amor, prometo que volveré. Te amo con todas mis fuerzas, por favor, come sano.
ATT: Jeon Jimin.
Le gritó a Hyunjin para que trajera a Namjoon y Seokjin y me dieran una buena explicación.
Las cosas para Jimin eran claras y eso era vengarse, quería hacer plañir a Momo con todas sus fuerzas. Tenía que ser inteligente, primero tenía que encontrar al bastardo de su padre, quien le daría la clave de su paradero.
Bueno, sabía dónde estaba, pero no cuántos le cuidaban la espalda. Para eso necesitaba hablar con el señor Vinci, quien le diría exactamente sobre esa información.
─Hemos llegado, señor ─Dice el del taxi.
Jimin asiente pagándole al hombre, este le ayuda abajar su maleta. Observa el gran edificio que es el Continental.
Totalmente sorprendido por lo grande que era, tenía una estética tipo Harry Potter o antigua. Tomo su maleta para subir los pequeños escalones, un hombre hizo una reverencia ante él para abrirle la puerta.
Cuando entra, mira alrededor. Había hombres como mujeres en el lugar, estaban sentados tomando algo y hablando entre ellos. Ojos curiosos lo observan pero el rubio respiró profundo caminando hasta la recepción.
Su mentón alto, espalda bien derecha, mirada que daba miedo e intimidación. Si quería ser tomado en serio no debía de verse como alguien frágil o inocente incluso débil.
Ellos huelen a una cría inofensiva, así que no dejes que eso pase contigo o te intimidarán.
Un hombre alto de tez moreno le mira curioso, pero un así le regaló una espléndida sonrisa. Jimin deja su maleta a su lado totalmente decidido a lo que venía.
─Buenas tardes, caballero, ¿Díganme en qué le puedo ayudar? ─voz profunda, porte elegante e amigable. La primera impresión de el que Jimin le dió.
─Quiero una habitación ─saca la moneda de oro y el moreno se queda impresionado, no por la moneda, si no por él hecho de que jamás lo había visto.
Conocía a los asesinos y mafiosos, pero no a este rubio de ojos hermosos.
La toma deslizándose por la madera.
─Nombre y apellido señor.
─Jimin ─le dice─Jeon Jimin.
El moreno le mira curioso.
─¿Jeon Jimin? Me suena familiar ese apellido, no me diga que...
─Es porque soy el esposo de Jeon Jungkook. Por eso le suena conocido. ─afirmo.
─Vaya. El señor Jeon se casó y no fui invitado.
Reclama de forma divertida.
─Fue algo privado ─Mentiroso─ le acusa su mente─ Cuando sea la oficial por la iglesia estará invitado.
─Me alegro de escuchar eso. Aquí tiene señor Jeon ─Le entrega la llave de su habitación y el rubio la tomó─ El señor Jeon Jungkook cuando viene toma la 135, así que supongo que estará bien.
Jimin asiente.
─Si, está bien.
─¿Algo más señor Jeon?
Jimin no sabía si preguntarle, pero tenía que, estaba nervioso y no quería ser imprudente con sus preguntas o más bien sonar sospechoso de que algo quiere.
─¿Sabe donde puedo encontrar al señor Vinci?
Lo mira aún más intrigado aquel moreno.
─El señor Vinci ahora está ocupado.
─Puede decirle que quiero hablar con él, su hijo Kim Seokjin me dijo que podría hablar con él y sacarme de una duda.
Ahora sí, el moreno de la recepción entendió. Toma una hoja de papel y escribe algo en ella, segundos después se la entrega al rubio quien mira que es una dirección.
─Puede tomar un taxi y darle la dirección, él estará ahí a las 9 en punto, señor Jeon Jimin. Igual yo le daré su comunicado, no se preocupe.
─Gracias.
─Para servirle señor, soy Shemar Franklin Moore, para servirle señor.
El rubio, asiente y toma su maleta para irse a su habitación. El moreno le miró partir con una sonrisa algo indescifrable, aún tenía las miradas encima de él, pero así se mantuvo firme. ¿Realmente es el esposo del gran Mafioso? El sabía muchas cosas y no veía titubear en su mirar. Está a completamente seguro que ese rubio ojos esmeraldas se veía como el mismo demonio, al igual que su esposo.
Subió al elevador, puso el piso y unos minutos este se abre dejando ver un pasillo algo lujoso y antigüo pero manteniendo su elegancia. Camino por el pasillo llegando a su habitación y cuando al fin llegó se dejó caer en la cama agotado.
Realmente la habitación era un lujo, su prometido sí que sabía cómo vivir. Aquí estaría a salvo de cualquiera que le quisiera hacer daño.
Aunque no tenía enemigos.
Miro la nota una vez más suspirando porque con hablar con el señor Vinci le convendría de alguna manera. También tenía que cambiar su aspecto porque estaba seguro de que si alguien de la gente de señor Hirai le dice su paradero, puede que huya o se esconda y eso no le convendría al él.
Lo bueno fue que pasó una tienda y compro un tinte para pelo color negro, era la primera vez que cambiaría su color pero era necesario.
Lo saco de su maletín y fue al baño directamente, tomo los guantes de plástico, mezclo todo y fue agregando el líquido negro en toda su cabellera rubia. Después de eso espero unos minutos, entro al baño y se duchó para de una vez rematar dos cosas.
Aún era temprano, eran las tres de la tarde, tendría tiempo suficiente para descansar e ir a ver al señor Vinci.
Igual tenía que visitar los sitios que le había dicho Namjoon dónde podría comprar las cosas que iba a necesitar.
Este sería un largo día.
♚𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀♛
Jungkook estaba como loco en su habitación preguntándole como a todos sus empleados donde está su rubio, pero nadie podría decirle una respuesta concreta de dónde estaba.
¡Ni ellos sabían!
Incluso Namjoon y Seokjin guardaron silencio porque de no ser así era probable que Jeon les diera de pistolazos en el culo.
─Calma Jungkook de seguro solo quería estar solo por eso se fue.
Traté de calmarlo Seokjin, pero no resultaba nada con ese hombre terco.
─Corre peligro carajo, ¿qué no lo entienden? Me preocupa que algo malo le pase.
─Jimin es muy astuto y dudo que deje que alguien le lastime.
Se dejó caer en la cama, no podía creer que rubio se fue a quien sabe dónde, y lo único que le dejo fue una maldita nota sin decirle más.
Estar enojado era poco, estaba demasiado furioso y preocupado. Perder a Jimin sería su fin, sería como sacarle el corazón y morir lentamente agonizante.
No quería perderlo a él también.
Jin golpea con el codo a su esposo para que diga algo, ver todo mortificado al más grande Mafioso le daba escalofríos.
Jeon Jungkook podría ser frío con otras personas, pero las que le importaban lo hacían alguien más humano.
─Mi esposo tiene razón JK, tal vez nada más quería estar sólo. Sé qué Park puede cuidarse muy bien, además que tú viste como mato a esos tipos con una sola navaja.
Recordar ese momento donde su rubio había acuchillado a todos esos tipos fue realmente sorprendente; sin embargo, aun así no dejaba de preocuparse por él, haciendo miles de preguntas en su cabeza, ¿por qué lo dejó solo? ¿Por qué se fue cuando más lo necesitaba?, ¿dónde estaba? ¡Mierda se volvería loco!
─Quiero encontrarlo y que esté conmigo, me hace falta. ─suplicaba que volviera, el no podía perderlo.
Seokjin se sienta a su lado tomado su mano tatuada, Jungkook solamente miraba un punto fijo en la habitación..
─Confía en el Jungkook, él sabe defenderse, yo mismo lo entrené. Las veces que se iba conmigo yo lo entrenaba, es bueno y letal.
─¿O sea que por eso sabía esos movimientos? -cuestiona.
─De quién más si no yo ─ríe Jin─ aprendió rápidamente, no quería depender de ti todo el tiempo y lo entiendo, porque tú sabes más que nadie que siempre intenta raptar a la esposa o esposo para chantajear al Mafioso. Jimin lo entendía y por eso me pidió ayuda.
Suspira el pelinegro cerrando sus ojos tratando de controlar su angustia. Jin se levanta para ir donde su esposo mirando a Jungkook demasiado triste y apagado.
Ocultarle esto a su amigo era mucho para ellos, Jimin tenía que vengar la muerte de Soobin y luchar por los dos, solo así ambos podrían estar mejor con ellos mismos.
─Dale tiempo, sé que a él también le afectó demasiado lo se Soobin. Estaba hecho un lío aunque no lo dejara ver. Está igual o peor que tú, deja que vuelva cuando esté listo y tú deberías hacer lo mismo.
─Recupera fuerzas porque tienes un imperio que seguir, también habla con Hyunjin. Mi hijo no puede estar con él todo tiempo consolándose, tienes que hablar con él.
Su voz sonó un poco molesta, Jin sabía el porqué, más celoso, su esposo no podría ser.
─Amor, son novios que esperabas
Namjoon abrió sus ojos de par en par al oír la palabra "novio", Jungkook hizo una leve sonrisa.
─¿Cómo que novio?, ¿aquí en le pidió permiso?
─Ya tiene edad para tener novio, amor. Además de que te quejas si tú ya estabas bajo mis sábanas a esa edad.
Jungkook hace una mueca de asco imaginando eso.
─Muy bien, no quiero escuchar eso, así que déjenme solo, váyanse.
Jin hizo un puchero.
─Cualquier cosa nos avisas ─Jungkook asintió─ Cuídate hermano.
Namjoon toma la mano de su esposo y salen de la habitación del pelinegro.
Jungkook quería salir a buscarlo, pero sus amigos tenían razón, le daría su tiempo para que descanse mentalmente, él haría lo mismo mientras arregla sus asuntos del trabajo.
─Dio proteggi la mia fenice.
«dios proteja a mi fénix»
♚𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀♛
El pelinegro ingresó a la tienda de ropa demasiado extraña, olía como a pachulí ahí. Había mujeres trabajando aún con el olor desagradable.
Disipó sus raros pensamientos y miró a una mujer que atendía la tienda.
─Hola, busco a Mr. Bajin, ¿Se encuentra aquí?
La mujer mascaba chicle con la mano en la cintura mirando fijamente al ahora pelinegro. Jimin bufa y saca la moneda de oro, la mujer la toma y le hace señas de que la siga.
Jimin la sigue detrás mirando alrededor de la tienda, pasaron de estar en una tienda de ropa a una lavandería, era extraño para el pelinegro. Ella se detuvo en un lugar donde abrió un pasadizo secreto.
Joder que sitio tan extraño.
─Entra.
─¿Ahí?─ señala y la mujer asiente.
Entra sin preguntar más, cierran la puerta detrás de él dejándolo un poco a oscuras. Traga saliva porque no sabía dónde demonios estaba, camino un poco más hasta atravesar una cortina roja donde al entrar miro una tienda de armas.
Había muchas alrededor, unas más grandes que otras.
Un anciano entró limpiando sus manos y le sonrío al pelinegro frente a él.
─Hola buenas tardes, Señor, ¿en qué le puedo ayudar a escoger?
Jimin miraba impresionado las armas y cuchillas, bombas ¡Y dios quién sabe qué más!
─Hola soy Jeon Jimin, vengo por armas en específico estás.
Les muestra las fotos de las armas que le dijo Namjoon, el anciano mayor la toma y asiente.
─Buen gusto, señor Jeon. Una heckler kooh p30L con compensador; disparos rápidos en espacios pequeños y reducidos ─le informa─ Una Glock 26, una CA-415 kel tec ksg, escopeta de calibre 12 ─le mira y el menor asiente. Por suerte se estudió lo que hacen cada una de ellas si no estaría frito- Hkp30 de 9mm, Rifle francotirador DTA stealth rocon scout y por último una pistola p99 as suprimida, si no lo oyes estás muerto.
El hombre mayor hablaba como si vendiera vinos finos, como si fuera natural vender estás armas. Jimin estaba seguro en lo que se metía en esta vida de peligro y muerte. Podría algún día morir. Aún así estaba dispuesto hacer su venganza por su hijo, por su prometido y por el mismo.
─Espero que le sirvan cada una de ellas, Señor Jeon. ¿quiero darle un consejo?, ¿puedo?
Jimin asintió.
─Si va a disparar en algún lugar con mucha gente, use la primera pistola que tome ─le enseña p3ol─ sé cuál sea su trabajo y que lo trajo hasta mí, úsalo sabiamente y astutamente.
─Lo haré.
─Ahora el traje, señor Jeon. Con las armas que equipo, también tiene que utilizar un traje para evitar... ciertos accidentes que puedan lastimarlo. Si me puede seguir le haré unos hechos a su medida por mi hermano menor.
Jimin asintió y se dejó guiar por el hombre hasta otra puerta donde ya no había armas, ahora había un tipo mini tienda de trajes elegantes, había un hombre el cual empleaba unas lentillas redondas, era como un sastre.
─El señor Jeon quiere algo para su acto de noche caballero. Señor Jeon lo dejas en buenas manos, su envío con las armas, se las mandaré al continental a su habitación, no se preocupe.
Impresión quedó Jimin, este parecía un día de compras normal. Solo que en vez de ropa o golosinas él compraba armas y trajes antibalas. Si un día normal para el futuro esposo de un Mafioso.
Lo más extraño que sabía dónde se hospedaba, bueno, tal vez todos los que compran aquí se quedan ahí o no sabía bien Jimin, todo era confuso aún para él.
─Señor Jeon, qué gusto nos da hacer un traje para el esposo de Jeon Jungkook ─¿cómo sabía eso?─ Dígame, señor Jeon, ¿traje para noche o de día?
Tomó la cinta para medir sus hombros, piernas y todo lo que hacían los costureros.
─Uno de día y uno de noche.
─Será un placer, déjelo en nuestras manos, le haremos los mejores trajes.
Jimin solamente asintió.
Empezó a medir y apuntar cada cosa del cuerpo de Jimin, pasaron algunas horas cuando ya tenía los trajes listos. Jimin les dio una moneda extra por sus atenciones. Salió de ahí para ir al continental y así poner su plan de venganza en marcha.
Ya tenía lo elemental, únicamente faltaba saber una sola cosa.
♚𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀♛
Jimin estaba listo para su noche de persecución, como le dijeron en aquella extraña tienda, le enviaron sus cosas a su habitación.
Miro el traje que usaría de noche para enfrentarse al señor Hirai. Se lo puso mirándose en el espejo, quedando impresionado por lo muy hermoso que era, de una tela de calidad y flexible para la acción.
Ahora tenía una cita con el señor Leonardo Vinci, el padre de Seokjin. Tomo sus cosas para irse, listo y preparado mentalmente. Al salir Jimin tomó un taxi. La ciudad de Londres por la noche era maravillosa, los jóvenes pasaban con sus parejas tomadas de la mano, otros cenando en restaurantes, era algo que Jimin siempre quiso, pero jamás le pasó. Aún podía hacerlo con su esposo, aunque el peligro los rodeará.
Después de su venganza, esperaba tomar unas mini vacaciones con su prometido, relajarse uno con el otro, sobrellevar el dolor que sentían por la pérdida de Soobin.
Su pequeño niño estaba en los cielos ahora, y aunque esto le doliera, aún tenía que seguir en pie. Cuando te quitan algo muy importante para ti, siempre hay algo que lo compensará más adelante.
Su padre siempre le decía esas palabras al rubio de pequeño, y esperaba que se hicieran realidad.
Al llegar al bar, bajó del taxi pagándole al conductor, metió sus manos en sus bolsillos sintiendo el frío calar en sus huesos. Camino hasta la entrada y un hombre abrió las puertas para él.
Al entrar admiro lo elegante que era, música de jazz sonaba, mujeres con diminutos vestidos atendían a los clientes, a lo lejos pudo observar a varios tipos, pero rápido identificó al padre de su amigo.
Camino hasta llegar a su mesa, este bebía un whisky quien no tardó en poner sus ojos en el pelinegro.
─¿Puedo ayudarte en algo? ─su voz sonó ronca y profunda, aún más que la de su esposo.
─Creo que si puede ayudarme. Permítame presentarme, soy Jeon Jimin, esposo de Jeon Jungkook.
El rubio castaño sonrió de lado, dejó su bebida y con su mano le hizo seña al Jimin para que se sentara. Esto lo hizo mirando al hombre tan elegante y guapo.
En persona podía darle buena tranquilidad, él es el dueño del continental y sabe cada movimiento de los más grandes mafiosos.
─Jeon Jimin. Sabía que algún día mi querido Jeon Jungkook se casaría, solo que no sabía cuándo, ni con quién. La vida sí que es una sorpresa. Él trabajó aquí no me da tiempo de enterarme de las cosas buenas. Felicidades.
─Aún no lo hacemos oficial ─Le dice─ Sin embargo cuando todo mejore recibirá su invitación señor Vinci.
─¿En qué puedo ayudar al esposo del más grande mafioso? ─inquirió.
Se cruza las piernas mirando con determinación al menor. Jimin por supuesto estaba nervioso, pero no lo demostraría ¡claro que no! Le jodería hacerlo.
─No sé si sepa pero... Mi hijo Jeon Soobin está muerto.
Los soltó sin más.
Vinci abre los ojos de par en par, mirando al menor desconcertado, como si de un chiste se tratara.
─Lo siento mucho, señor Jeon, ¿qué fue lo que pasó?
Jimin pensó que a lo mejor él sabía sobre la muerte de su hijo, pero parecía todo lo contrario, quisieron mantener esto en privado lo más posible que se pudiera, aún así los medios sacan la noticia de que el hijo único de Jeon Jungkook había muerto.
Incluso su prometido mandó borrar cada artículo, aún así Jimin creía que Seokjin le diría a su padre sobre la muerte de su hijo. Fue una sorpresa para el que el señor Vinci no supiera.
─Fue asesinado por Hirai Momo... enfrente de mí.
Se llevó las manos a la boca y no pudo más que abrazar al menor frente a él, palmeó su hombro, mirándolo incluso con tristeza y furia.
─Lo siento tanto, no sabía sobre ello, supongo que has venido por la revancha.
─Así es señor Vinci, sé que no me pude dar información del cómo entrar al edificio donde se queda el padre de esta, solo quiero un poco de ayuda ─Le susurra lo último.
Vinci entendió y tomó asiento, otra vez. La noticia de la muerte del único hijo de Jungkook estaba muerto. Dios santo, esto debió darle en lo más profundo de su corazón. Lo pero sobre todo, los Hirai invocarón al diablo.
Él pasó por lo mismo antes de Seokjin, desgraciadamente unos tipos asesinaron a su esposa e hijo cuando salían del médico. Fue una horrible tristeza que juraba no poder recuperarse, hasta que encontró en una bolsa plástica en la basura a Jin, su hijo adoptivo.
Fue como una señal para él, una nueva oportunidad de redimirse y hacer las cosas bien, ahora entendía que hacía el menor aquí. Podía distinguir la bondad y la venganza en sus ojos verdes, lo entendía, lo comprendía y lo ayudaría.
─Como sabes no puedo darte esa información, lo siento joven Jeon ─el menor solo asintió derrotado, pero eso no era todo lo que Vinci diría─ Te diré un viejo verso que me decía mi padre, espero que te sirva. En la torre más alta del lugar más elegante, hay varios perros que cuidaban el tesoro; 5 abajo y 4 arriba. Se sentían tan confiados que no pusieron más perros. Si quieres robar el oro mata a los 5 de abajo desde arriba del frente del viejo roble, y los cuatro después por otras. Será más fácil así de robar lo que quieres.
Jimin no entendió un carajo hasta que recordó a Jin diciéndole que su padre le daría su ayuda sin dársela por completo.
Entendió después.
─Iré por el oro, que tenga una linda noche, señor vinci ─Se levanta y Vinci alza su copa por él.
─Suerte.
Jimin asintió solamente. Salió de aquel lugar en marcha adónde estaba el señor Hirai.
Vinci sonrió de lado.
─Che hai invocato Lilit li farà vedere l'inferno in prima persona. buona fortuna Jeon Jimin. ─Musito Vinci─ «Que habéis invocado. Lilit les hara ver el infierno en carne propia. Suerte Jeon Jimin»
Las cosas a partir de aquí se pondrían muy mal, un pelinegro lleno de venganza, el otro recuperándose, una sentenciada a muerte escondida temiendo por su vida.
Esto apenas comenzaba.
♚𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀♛
La noche estaba en su punto más oscuro, había mucho ruido por fuera por los perros y un silencio abrumador para los latidos fuertes de mi corazón.
La neblina se esparcía por las calles solitarias, daba un aura demasiada macabra como las películas de Jack el destripador.
Mire el edificio donde se entraba esa escoria, como había dicho el señor Vinci, los perros eran 5. Sabía cómo eliminar a esos hijos de puta. Subí al edificio más alto de enfrente, era el viejo roble. Saque mi mochila, el arma Hkp30 de 9mm, Rifle francotirador, unos cuantos disparos y puedo entrar por atrás.
La vista desde aquí era perfecta, me cubría el culo por si pasa algo.
Suspire saliendo el humo helado de mi boca, hacía frío, pero me sentía tan caliente ahora mismo, caliente y vivo como el fuego, ¿era la adrenalina? Tal vez.
Mire al primero hablar con otro de sus compañeros, apunte bien en la cabeza para no fallar, quería ver sus sesos si era posible, dispare, los demás se pusieron alerta mirando a su compañero caer al piso. Apunté al segundo y después al tercero que justo le di en la garganta.
Los dos que faltaban miraban adónde disparar, pero la oscuridad de la noche me cubría, la neblina era mi manta personal, no podían verme, así que termine de jugar con ellos y les dispare justo en la frente; dos perros de un tiro, perfecto a la primera.
Me impresioné a mi mismo, jamás había disparado algo así en mi vida, pero el dolor me daba fuerza y habilidad.
Guarde el rifle para tomar la Glock y la p99 as suprimida. Tome las suficientes balas y baje por las escaleras de afuera del edificio, bueno donde estaba. Al llegar abajo entre por detrás, tome el elevador, gracias adiós que esto estaba vacío o podría liarla con la policía.
Al llegar al piso, este se abrió dejando ver dos tipos más en el pasillo, dispare con la p99 caminando despacio mientras ellos caían al piso con su patético intento de dispararme.
Para ser guardias tardaban siglos en sacar sus armas, pise un poco de sangre ensuciando mi zapato dejando mi huella. Abrí la puerta como si fuese mi casa, los perros que faltaban comenzaron a disparar contra mí, me oculte en la pared de la sala, me asome para disparar y justo le di en el pecho y lo remató con otro disparo en la cabeza.
Él que falta corre adónde el señor Hirai, quien estaba molesto, furioso y sorprendido de verme llegar, lo miró con hastío.
─¡Aléjate de mí, no querrás morir después! ¡No sabes de lo que soy capaz de hacer muchacho! ─me grito. Sabía que no tenía oportunidad, me alegro que se haya confiado.
Forme una fina línea con mis labios y él me arrojo una mirada llena de reproche, ¿qué no debía ser al revés?
─Dime dónde está tu hija y no te mataré, aunque no lo prometo.
Se ríe como si hubiera hecho un puto chiste, ¿acaso estoy bromeado?
─Tú matarme a mí ─vuelve a reír─ Por favor, yo soy alguien importante en Japón y si me matas irán tras de ti, sabrán que tú mataste al ministro de Japón ─se sentía tan confiado: pobre iluso.
─¿Y tú sabes quién soy yo? ─le pregunto, pero él niega, el guardia lo cubría─ Soy el esposo del mafioso más grande, el gran Jeon Jungkook.
Se quedó perplejo, su guardia me mira como un corderito directo al matadero.
Trago saliva, pude ver su manzana subir y bajar. Estaba seguro de que moría de miedo.
─No te diré dónde está, igual me vas a matar y si lo haces no sabrás dónde se oculta.
No lo pensé dos veces cuando le disparó al tipo en la cabeza y en el pecho más de tres veces. El señor Hirai salto del susto en un grito, no por un hombre mayor, grito como una vieja hiena.
Su cuerpo temblaba, me acerque al apuntado con el arma, mi mirada era fría, incluso me desconocía. ¿Este era el Jimin que ocultaba dentro de mi? Creo que me gusta.
Me daba miedo.
─Si te mato, perderás todo y ella se quedará sin su padre, aun si no me dices donde está, la buscaré bajo tierra, mar y cielo. Soy un Jeon, ¡soy el esposo de puto rey de la mafia! -grite- Deberías temer y rogar por tu maldita vida porque no tendré piedad de ti maldito hijo de puta, así como la zorra de tu hija no el tubo con mi hijo.
Mirada perturbada, un odio infinito calaba en mis huesos.
Volví a disparar dándole en la pierna, gritó tomando su pierna herida. Me acercó al él tomado su cabello gris haciéndolo hacia atrás apuntando con mi arma a su frente.
No estaba jugando si eso pensaba.
─¿Dime lo que quiero oír o de lo contrario mueres y ella también?, no estoy de humor, así que yo que tú me lo decida rápido, pierdo la paciencia y cuando lo hago me pondré a divertirme contigo y no querrás saber que te haré, ahora ¿dónde la ocultas?
Me miraba tan aterrado que sentí que se moría ahí mismo, o se haría pipí.
─Pre... Prefiero que me mates, no te diré donde está.
Dijo seguro y yo estoy impaciente.
─Como gustes.
Estaba por jalar el gatillo, el sudor en su frente se quedaba congelado, tembló, sus dientes castañeaban, el olor a miedo me hacía gozar cada segundo. Estaba por disparar cuando me detuvo.
─¡Está bien te diré donde está! ─Su voz sonó entrecortada. Un poco hombre que le da la espalda a su propia hija, una pena, pero justo para mí.
─Escucho.
No lo solté, seguí apuntándole con mi arma, si intentaba algo le mató.
─Está en Roma, se oculta en la iglesia Franciscana falsa, ahí está ella, pregunta por la iglesia, ella viste de monja.
Lo suelto para levantarse y sacudir mi ropa, bajo la mirada, empuñando sus manos por lo que me ha dicho.
─Me... Me dejarás ir. ─suplico, mire sus ojos ver el arma de su estúpido guardia. Sabía sus intenciones.
Asiento. Pero sería injusto dejarle con vida, ¿no? Será la peor metida de pata que podría hacer.
Me di la vuelta dispuesta a irme, pero me volteo rápidamente y le disparó en el pecho, hombros en todo su maldito cuerpo. La sangre salía de boca, en más por todo él, fue divertido mientras duró, cayó al piso con los ojos abiertos muriendo de esa forma.
─Que rece por su vida porque voy por ella. No habrá lugar donde te ocultes Hirai Momo, estás muerta en vida... Por ahora.
Espero que les haya gustado, nos vemos pronto con otro capítulo.
Me inspire en Mafia el videojuego, amo ese juegazo.