Eran las 12:00 de la noche cuando me desperté por un fuerte ruido, como si fuera de golpes.
Decidí levantarme de la cama e ir averiguar por que se escuchaba el ruido que no me permitía dormir.
Camine hacia la salida de mi habitación y escuchr atrntamenete para guiarme por el sonido.
Llegue a la habitación de Adrián.
El ruido se escuchaba cada vez más fuerte y también lograba escuchar cosas rompiendo se, me asusto solo el hecho de que a Adrián le estuviera pasando algo.
Intente abrir la puerta, pero tenía seguro, baje al primer piso corriendo y me caí, volví a levantarme y fui a donde tenían todas las llaves, empecé a buscar la llave de la habitación.
Cuando la encontré subí corriendo de nuevo al segundo piso y trate de abrir la puerta pero la mano me temblaba demasiado.
Al abrir la puerta encontré un gran desastre.
Todo estaba roto, desordenado.
Adrián estaba rompiendo todo y golpeando la pared.
Las manos las tenía llenas de sangre, toda la habitación estaba echa un completo desastre.
Estaba parada en la puerta de la habitación paralizada sin saber qué hacer y sin que Adrián me hubiera visto aún.
No sabía qué hacer, me puse a pensar las posibilidades de lo que podría hacer, pero nada se me ocurría.
Adrián seguía golpeando la pared, aventando cosas y rompiéndolas.
-Disculpe-dije acercando me ha él, ya que sus manos estaban cada vez más llenas de sangre.
-Vete de aquí, no te llame y si no te llamo es porque no te necesito-dijo volteando a verme-que te ¡vayas! ¡largo!-grito levantando los puños a su pecho y logre ver que estaban todas llenas de sangre.
-Señor, por favor ya no haga nada más, venga a sentarse en la cama para curarle las heridas, limpiarle la habitación y que pueda dormir-dije tomando el brazo de Adrián y llevándolo a la cama.
-¡Te dije que te fueras! ¡Largo! ¡No necesito tu ayuda!-dijo soltándose de mi.
-Señor por favor, vamos a curarle las manos y limpiarle la habitación-dije tomando de nuevo su brazo.
-¡Que me dejes! y te largas de aquí te he ¡dicho!-grito y tomo el reloj que ya se encontraba en el suelo y lo estrello en la pared.
Di un pequeño salto en mi lugar, pero no pensaba marcharme, algo le pasaba a Adrián y yo lo iba a averiguarlo, él estuvo conmigo cuando lo habia necesitado y yo trataría de estar con él.
-Por favor señor, acompáñeme a sentarse para poder curarle las heridas, vamos por favor-dije mostrándole la cama
-¡Que te largues de aquí eh dicho!-grito en mi cara.
Sabía que de convencer a Adrián para que me hiciera caso iba a hacer muy difícil pero no me iba a rendir, fui a la puerta, la cerré y le puse seguro para que nadie entrara ni supiera lo que sucedería en la habitación.
-Es la última vez que le digo, que me acompañe a la cama para curarle las heridas y limpiar su habitación-dije tratando de controlarme porque oh si no explotaría.
-¡Te dije que te fueras! ¡Largo!-volvió a gritarme y empezó a golpear la pared con sus manos ensangrentadas.
-Deje de golpear la pared por favor-dije tratando de calmarme.
-¡Que te largues te eh dicho!-grito pero no dejo de golpear la pared y como la pared era blanca se estaba manchando de sangre al igual que la ropa de mi jefe.
-¡Eh dicho que deje de golpear la pared!-grite muy fuerte.
Adrián se detuvo y se me quedo observando.
-¿Y quién eres tú para decirme que es lo que debo de hacer y qué no?-pregunto.
-Nadie...
-Exacto no eres nadie y ¡te largas de aquí ahora mismo!-grito
-No soy nadie pero me preocupo por usted y si sigue así le tendrán que apuntar las manos y también si sigue rompiendo todo, mañana yo seré la que limpié y no quiero limpiar algo, que usted pudo impedir y aparte usted provoco. No sé por qué lo quiero ayudar pero lo haré y no me iré de aquí hasta que se calme y pueda curarle las heridas- dije sentándome en la cama y esperando que él se sentará a un lado mío.