Por más despistado o inocente que JungKook fuera, no podía dejar pasar el ambiente pesado que se había creado. Ya había vivido eso una vez, no quería ni siquiera pensar en una pelea entre los hermanos.
Era lo que intuía al ver la mirada del más grande allí, aquellos ojos que parecían tirar fuego, y que eran el contraste perfecto al resto de su rostro, el cual casi se encontraba inexpresivo.
—Espérame abajo, Kook, prometo no tardar.
Pero antes de siquiera moverse, volvió a tomar la mano de TaeHyung, apretando un poquito el agarre.
—No quiero que discutan, hy-hyung, de verdad no vayan a hacerlo. No quiero que nuestro hijo nazca por haber tenido un susto con ustedes.
En otras semanas, probablemente hubiera estado exagerando, pero no en la que estaba.
—Créeme que incluso ahora no tenía planeado hacerlo, bonito.
El alfa no negaría que, en aquellos momentos, desde sus instintos más animales, tenía ganas de arrancarle la yugular a su hermano menor; pero tampoco dejaría de lado su parte razonal, aquella que no lo dejaba ser tan bruto.
Al menos no sabiendo que habrían consecuencias más graves de las que esperaría, y que estás se relacionaban a su omega como a su hijo.
JungKook recibió un apretón de regreso en su manita, quedándose un poco más tranquilo.
Soltó su mano poco después, haciendo una pequeña reverencia a ambos mayores. Por alguna razón, se sentía avergonzado de lo que había acabado de pasar.
Aún si no había tenido la culpa de nada, simplemente no lo pudo evitar.
Se acercó a las escaleras, y antes de que alguno de ellos pudiera hablar, se apresuró a hacerlo él.
Ya había sentido la mirada de ambos alfas sobre sí.
—P-puedo hacerlo solo, está bien que me ejercite un poco.
Se sintió calmado al no recibir reproches hacia él, y mucho más al no escuchar nada de disturbios, sólo la puerta de una habitación cerrándose.
Aunque eso le costara que ahora su respiración estuviera bastante agitada, que sus piernas temblaran un poco y que un pequeño dolor llegara a su vientre.
No, en definitiva no necesitaba ejercicio.
Se sentó en el sofá como pudo, sólo entonces obteniendo un poco de paz para su cuerpo.
Si para el regreso no era cargado para subirlas definitivamente no sabía cómo lo haría para llegar a su habitación.
Esperando a TaeHyung, no pudo evitar quitar una de sus zapatillas, apenas como pudo, para dejar pequeñas caricias y masajes en su tobillo. Rápidamente, una expresión de relajo apareció en él.
Fue en aquellos momentos cuando la presencia de la madre de TaeHyung llegó al salón.
Y su expresión cambió.
Se puso alerta, sin poder evitarlo.
—¿Vas a salir con mi hijo, JungKook?
—A-ah, sí, voy a salir con TaeHyung hyung al médico... —mientras hablaba, con lentitud y de forma disimulada, volvió a colocarse su zapatilla—. Es mi última cita.
—Ya veo... Bueno, qué bueno que me aclaraste que era con TaeHyung, contigo no se sabe.
El castañito sintió un amargo sabor en su boca.
Pero estaba bien, era verdad que también salía mucho con Jimin, quería pensar que la señora se refería a eso y no a ningún comentario con mala intención.
Aún así, sentir el aroma de TaeHyung acercarse hizo que tanto él como su omega dejaran de sentirse ligeramente ansiosos.
—Vamos, bebé, ya estoy. Ah, hola mamá —el chiquillo ni siquiera protestó cuando fue tomada su mano, muy por el contrario, se sintió protegido—. Saldremos al médico, no vamos a tardar.
—Hm, suerte, espero que todo vaya bien con su hijo...
TaeHyung lo ayudó a levantarse del sofá, pero antes de que siquiera pudiera avanzar, la señora dejó ciertos papeles en su manita restante.
—Oh, JungKook, antes de que te vayas, déjame entregarte algo aprovechando que estás aquí y no encerrado en tu habitación.
JungKook esperó de todo.
Pero nunca aquellas revistas de casas y departamentos en venta.
Lo sintió como un baldazo de agua fría, que, por inercia, hizo que sus ojitos se abrieran un poco más de lo normal, y que sus labios se sintieran resecos.
—Bueno, viendo que no falta mucho para el parto y teniendo en cuenta los últimos acontecimientos... Creo que te va bastante bien. No me los tienes que devolver, no te preocupes.
No pudo evitar apretar un poco aquellos papeles.
¿Es que acaso la mujer tenía razón?
¿Por qué entonces se sentía tan idiota?
—Revísalos bien, hay buenas ofertas... No creo que se te haga difícil pagar uno de ellos. Y quién sabe, después de dar a luz podrías ir directamente a alguno.
La sonrisa en el rostro de la mujer era tan... Frívola.
Tan cínica.
El castañito no se sentía capaz de seguir ahí.
—T-te espero en el auto, TaeHyung hyung.
Dejó de lado su estado y salió lo más rápido que pudo de la casa, cerrando la puerta de forma automática. Aunque ni siquiera así dejó de escuchar la discusión que se había producido.
Cerró sus ojitos.
Desde que se mudó por primera vez, desde el día de su boda que sabía que no lo querían en esa casa... Pero nunca se lo habían dicho tan explícitamente, no como ahora.
No a días de dar a luz.
Su estómago se sentía revuelto, y sus manos picaban. Una vez se prometió a sí mismo que, si algo así llegaba a pasar, no les daría el gusto de verse afectado... Pero simplemente no podía evitarlo.
Todavía era tan débil.
Volvió a abrir sus ojos cuando TaeHyung salió de la casa, poco después de que el bullicio cesara. Sus manitas estaban apretadas, y no supo ni siquiera qué decirle.
Mucho menos cuando se acercó a él, lo suficiente como para sentir su respiración mezclarse con la suya.
—¿Te había dicho algo así antes? ¿Ella o mi padre?
—Hy-yung.
—Respóndeme, JungKook.
¿Hace cuánto que no veía a TaeHyung actuar de forma tan seria frente a él?
—No l-lo había hecho, tu papá tampoco, ellos... Ellos simplemente no me hablan, y-yo también me sorprendí-
—¿Me estás diciendo la verdad? ¿No estás tratando de defenderlos, verdad? —el alfa tomó ambas de sus manos, su semblante casi no tenía expresión alguna, pero no era uno que buscara asustarlo o hacerlo sentir intimidado.
—No... No l-los estoy defendiendo, además yo... u-usted sabe bien que dije que lo haría, no es t-tan descabellado que me haya dado esas revistas... Y... Y...
Y tenía razón.
Él lo había dicho, hace algunos meses.
Pero entonces, ¿por qué sus ojos picaban? ¿Por qué estaba tan angustiado? ¿Por qué ni siquiera podía hablar bien?
—¿Y si no lo dijo con mala intención? S-soy el padre de su n-nieto, puede que-
No pudo terminar de hablar.
Antes de poder hacerlo, los labios de TaeHyung habían aprisionado los suyos, en un romántico beso que lo hizo retroceder un poco, y que fue suficiente para poner su mente en blanco.
Cómo siempre pasaba tratándose del alfa.
Se sostuvo como pudo de sus hombros, ladeando un poco su cabeza para poder corresponder de mejor forma, y soltando pequeños suspiros ante los constantes toques a su cintura que el mayor repartía.
¿Había tocado el cielo de nuevo?
—Pero ella ni nadie tiene directo a hablarte así.
TaeHyung juntó su frente a la del pequeño, escuchando satisfecho la respiración acelerada de este, y cómo sus labios estaban ligeramente más rojizos que de costumbre.
—Te creo si me dices que es la primera vez que pasa, pero si se repite, quiero me lo digas. Por favor, bonito.
JungKook solamente pudo asentir, se sentía hipnotizado por aquellos ojos que lo veían como si fuera la persona más bonita de todas.
De nuevo volvía a sentirse así.
Y de nuevo volvía a sentirse cuidado.
Cómo si ya todo estuviera bien, y su angustia se hubieran ido al menos casi en su totalidad.
¿Qué tanta magia le había hecho Kim TaeHyung que un par de acciones suyas eran capaces de reconfortarlo casi por completo?
—Lo haré... —sabiendo que se acababa el tiempo para llegar temprano al consultorio, se apresuró a hablar una última vez, en ningún momento sin soltar la mano de su mayor—. ¿T-tantas ganas tenía de callarme de un beso, hyung?
Casi sintió que chillaría al ver un pequeño sonrojo en las mejillas contrarias.
—Tantas ganas tenía de sentirte mío de nuevo, bebé.
Sus piernas temblaron un poco, y los latidos de su corazón volvieron a acelerarse tanto como si pudiera sentirlo querer salir de su pecho.
Dejó que TaeHyung lo abrazara de los hombros, y que de aquella misma forma lo llevara hacia su auto, que ya los estaba esperando.
Por un momento, JungKook se sintió como si todo fuera como antes.
Cómo si todo estuviera volviendo a su lugar lentamente.
No estaba pensando en lo malo, sólo en lo feliz que se sentía por tener cerca al alfa que tan enamorado lo tenía.
Ni siquiera pudo percatarse de cierta señora que veía con el ceño fruncido la escena de ellos dos a través de la ventana principal, pareciendo tener tanto enojo acumulado que pudiera explotar en cualquier momento.
primera actualización del año, feliz, feliz<3
me habían incluso más alegre si dejan muchos muchos comentarios bonitos a lo largo del capítulo, me gusta muchísimo leerlos TT
¡trataré de actualizar así de seguido siempre!