A las tres de la mañana seguía paseándome cómo desquiciada por la casa, Alexei no aparecía, no contestaba y nadie lo podía ubicar joder, juro que cuando lo encuentre, le voy a acomodar el cerebro del tamaño de un maní que posee y después lo voy a abrazar, porque me tiene con el alma en un hilo.
— Señora, hay problemas con la bodega, el jefe suele hacerse cargo, pero cómo no está...
Vladimir y otro problema.
Perfecto.
— Cuéntame.
Suspiré.
— Hay mafias aquí en Rusia además de la nuestra, pensaron que sería buena idea robar mercancía y distribuirla por sus pequeños territorios — asqueado— esas ratas asquerosas...
— ¿Las atraparon?
— Sí, pero hay que hacerse caro de ellas.
Asentí.
— Dame cinco minutos y nos vamos.
— Sí jefa.
Asentí, di media vuelta y volé por las escaleras, me vestí con rapidez, pedí que le pusieran un ojo a Alek y subí al auto, llegando al lugar dónde tenían esos sujetos, tres sentados en el piso, atados de pies y manos, y uno colgado de cabeza en el centro de las puertas del galón, atado de una de las vigas.
— Vaya, vaya, vaya ¿A quién tenemos aquí?
Acercándome a ellos.
— Están jugando los hombres, ve a preparar el té a otro lado, mujer.
Mencionando mi genero con asco.
Me acerqué a él decidida, pateando su rostro con fuerza, viendo como escupía uno de sus dientes y escupía sangre.
— ¿Te acomodé los pensamientos, hijo de puta?
Me observó atemorizado.
— ¡Estás loca, perra!
Dos hombres de Alexei lo golpearon esta vez.
— Cuidado con tu boca, es la jefa con la que hablas.
Señaló uno de ellos.
— Yo sabía que el líder de La Mafia Rusa, era hombre — sonrió con sorna el que estaba colgado de cabeza— a menos de que se haga un cambio de género, no veo posible que seas tú, más bien, encuentro patético que el gran Alexei se oculte tras una mujer.
— Mira, no voy a gastar palabras contigo — observándolo— No estoy de humor. Chicos — observando a mis hombres— Creo que un par de golpecitos con el auto lo haría entrar en razón.
— ¡¿Qué?!
Cambió su semblante a uno aterrado en segundos.
— Cualquiera, mátenlo, atropéllenlo, ahóguenlo, golpéenlo, hagan lo que quieran con él. Entreténganse con su culo si quieren, no me importa.
Restándole importancia.
— Sí señora, será un placer.
Mis hombres sonrieron con malicia, acercándose a ese hombre que no paró de gritar hasta que por fin se murió, joder... que buenos pulmones tenía.
— Ustedes dos — viendo a los únicos sujetos con vida, el otro se murió en algún punto— ¿Quién los envió?
— El j-jefe, n-nuestro jefe quería un poco de mercadería, nos envió, yo...
— ¡Sólo seguimos ordenes! ¡Perdónenos la vida por favor!
Lloró desesperado.
— Mmm... veamos — dando un paso lejos de ellos— Vladimir ¿Cuántos hombres se necesitan para enviar un mensaje?
Sacó su arma de la cintura de su pantalón.
— Una.
Apuntando.
— Ten los honores.
Palmeando su hombro, dando media vuelta para salir de ahí.
El disparo resonó antes de poder subir al auto, di la orden para que desaparecieran los cuerpos y dejaran ir al idiota con suerte, el chofer me llevó de vuelta a casa.
Antes de entrar, vimos un auto negro estacionado justo fuera del portón, y un hombre sentado en el piso justo fuera de este.
— Quédese en el auto, señora.
Bajó el chófer, cargando el arma.
— Espera, espera, sé exactamente quien es.
Bajé del auto, mirando al chófer, pidiéndole de manera silenciosa que volviera al auto, y lo hizo, entonces me planté delante del hombre sentado en el piso, ocultando la cabeza entre las piernas.
— Entra. Tú y yo tenemos mucho de qué hablar.
Levantó la cabeza de golpe, observándome con sus ojos enrojecidos en inflamados, estaba pálido.
— Entra.
No le dije nada más, regresé al auto y esperé a que este me llevara dentro, le pedí a todos que se fueran a la cama y esperé a Alexei, quien llegó cinco minutos después, iba a gritarle, pero sólo se arrodilló frente a mí, viéndome suplicante.
— ¿Por qué demonios no llegaste a la casa? ¿Te costaba demasiado enviar un mensaje y decir que estabas bien?
Vladimir entró a la casa, probablemente venía tras de mí, él está a cargo de mi agenda, necesitaba estar dónde yo estuviese, pero al ver la situación, dio media vuelta y se marchó.
— Estuve dando vueltas por el área hasta que se me acabó la gasolina — se le quebró la voz, mirando al piso— No era capaz de mirarte a la cara, no después de lo que te hice, no me siento merecedor de ti... Luka... él me contó que tu madre dejó el país, yo... joder... soy de lo peor...
Fue por eso...
Fue la culpa...
— ¿Te dije yo que te culpaba por algo? Mi mamá se fue, es cierto, pero ¿Crees que puedo soportar todo yo sola si tú te vas también? Me dejaste sola en nuestra primera noche de casados, me dejaste sola hoy, todo el día, solucioné tus problemas de la pandilla, me enteré por sorpresa que Alek comenzaba la escuela, Charlie y Luka no estaban aquí, y para más remate, estuve de reunión en reunión, conociendo bastardos que me subestimaban por tener vagina, fue un día... de mierda, un días asqueroso, todo porque a ti no te tenía, porque no sabía si estabas bien, no vuelvas a hacerme esto nunca.
— Perdón Yura... perdón... esto se me salió de las manos, es que yo... no sé...
Me arrodillé frente a él, secando las lágrimas que quedaron atascadas en sus mejillas, él realmente se sentía mal por lo sucedido.
— Shhh... ya todo está bien — abrazándolo— Sólo... no vuelvas a dejarme sola, yo te elegí por sobre todas las cosas Alexei, así que no hagas esto otra vez, habla conmigo, no desaparezcas.
— Averigüé dónde está tu mamá, podemos ir y convencerla, puedo darle todas las pruebas que necesite para saber que jamás nada te pasará.
Negué sonriendo triste.
— Conozco a mi mamá, si se fue, es porque no quiere ser encontrada, ella se enojará mucho más con nosotros si vamos a su nueva casa, dejemos que pase el tiempo, si ella quiere volver a tener contacto conmigo... lo hará, si no es así... no volveré a molestarla.
— Lo siento Yura, de verdad lo siento...
— Dejemos ese tema — fingiendo mi mejor sonrisa— Ahora acompáñame a comer, estaba tan preocupada por tu paradero que todo lo que comía lo vomitaba, ahora sí tengo hambre.
Levantándome del piso, trayéndolo conmigo.
— Ahora que lo dices... yo también tengo hambre, no he comido nada durante el día.
— Las chicas están dormidas a estas horas, pero preparemos algo rápido para comer ¿Qué opinas de unos sándwiches con todo lo que encontremos?
Entrando a la cocina.
— Está bien, me gusta la idea.
Sus tripas se retorcieron sonoramente a modo de respuesta, avergonzándolo.
— Bien, manos a la obra, lava la lechuga y pícala mientras yo corto salame.
— Está bien.
Quitándose la chaqueta del traje, doblando las mangas de la camisa para estar más cómodo.
— ¿Quieres el pan caliente?
— Por favor.
Asentí, metiendo el pan dentro del horno para que se calentara.
— Esto va a quedar delicioso.
Relamiendo mis labios.
— Te traje un regalo, casi lo olvido.
Fue hacia su chaqueta, tomando una larga caja de terciopelo azul, dentro, había un precioso collar con una gran lágrima de diamantes, acompañado de pequeños diamantes, la misma cantidad por cada lado.
Era precioso y brillante.
— ¿Te gusta? — preguntó levantando el collar— Lo compré hoy temprano, sé que... no es manera de pedir perdón, pero no se me ocurrió otra manera.
Reí por lo bajo y negué, tomando el collar.
El almuerzo con las esposas de los inversionistas me dejó mucha información, cómo este regalo, ellos siempre dan ostentosos regalos cuando la cagan, es su esencia.
— Gracias, está muy bonito.
— ¿De qué te ríes?
Contagiándose con mi sonrisa, ayudándome a colocarme el collar.
— Aprendí mucho hoy y recordé algo gracioso, eso es todo.
Me abrazó por detrás, besando mi mejilla.
— No tienes que ir todos los días a trabajar, yo no lo hacía, hay un director a cargo de todo, te rendirá cuentas cada tanto, lo de hoy fue para que te conocieran y sepan que hay un nuevo rostro en los centros comerciales.
— Me parece bien, de esa manera podré trabajar en diversas cosas y no estar centrada solo en una, tú sabes que me gusta hacer de todo o me aburro.
— ¿Cuándo comenzarás tu viaje con Julian?
Cierto... Las Academias.
— Apenas Cass y Jeff organicen todo, me marcharé, pero no pienso quedarme tanto tiempo en ningún lugar, planeo destruirlo todo y salir de ahí.
Regresando a nuestro sándwich.
— Bueno, tú sabes que yo te apoyaré con todo.
— Deberías ir conmigo para destruir La Academia Rusa, velo como nuestra luna de miel de acción ¿Qué dices?
Sonriendo en su dirección.
— Hecho, sólo díganme el día y la hora, pondré a todos mis hombres a tu disposición, nos divertiremos.
— Nos divertiremos cariño.
Ambos nos estiramos para besar al contrario y luego terminamos nuestra cena-desayuno en plena madrugada, nos devoramos todo lo que teníamos sobre la mesa, lavamos lo que ensuciamos y fuimos a la cama, durmiéndonos juntos, cerca de las cinco de la mañana, tarde, pero con la compañía del otro.
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YO SIENTO QUE REVIVO SOLO PARA ESCRIBIR Y LUEGO ME VUELVO A MORIR JAJAJA
ESTA VEZ LES TRAJE EL CHISME COMPLETOO
YA SABEMOS POR QUÉ ALEXEI SE FUE Y DÓNDE ESTUVO, EL POBRE SE SENTÍA CULPABLE :c POBRECITO, ME DUELE EL ALMA VERLO ASÍ DE DOLIDO CON LO SUCEDIDO, ÉL NUNCA QUSIO QUE LAS COSAS LLEGARAN A ESE NIVEL
YURA SABE QUE NO LO HIZO CON MALA INTENCIÓN, ES MÁS, ELLA SIEMPRE LO APOYÓ, SIEMPRE LE DIJO QUE ÉL ERA SU NUEVA ELECCIÓN, SU MADRE... ELLA SABE QUE ESTARÁ BIEN DÓNDE SEA QUE ESTÉ (Y SE ASEGURARÁ DE QUE ASÍ SEA, PERO A LA DISTANCIA) ALEXEI LE DIO TODO LO QUE TIENE, LITERALMENTE YURA ES DUEÑA DE TODO, Y EN EL IDIOMA DE NUESTRO MAFIOCITO SEXY, ESO ES DEMOSTRARLE CUANTO LA AMA, CUANTO LA RESPETA Y CUANTO VALORA A SU MUJER
YURA ESTABA TAN ENOJADA QUE NO TUVO PIEDAD CON LOS HOMBRES QUE QUISIERON AVERGONZAR A ALEXEI ROBANDOLE CUANDO TODOS ESTABAN OCUPADOS BUSCANDOLO, YURA ES DE TEMER
NOS LEEMOS LA PROXIMA VEZ MIS AMORES
UN BESOTEEEE