Mordió su labio inferior cuando el dedo de Soobin llegó tan profundo dentro de él que no pudo evitar soltar un sonido vergonzoso. Sentía su erección doler mientras estaba recostado boca abajo sobre el escritorio en el que se había escondido anteriormente, dejando su entrada a la completa merced del peliazul.
─Debería estar bien ahora ─HueningKai dijo entre jadeos, notando que por fin los dedos del contrario salían de su interior, sintiendo que el lubricante comenzaba a resbalar por sus muslos.
─¿Desde cuando llevas contigo un condón y lubricante? ─preguntó con algo de gracia el más alto, desabrochando su propio pantalón porque su erección atrapada comenzaba a doler.
─C-cállate... Es solo por si acaso ─dijo en un susurro, porque en realidad todo el lugar estaba en silencio y cualquier mínimo ruido se escuchaba con claridad ─Y apúrate ¿quieres?
Soobin soltó un bufido ante la exigencia del castaño, sus manos apoderándose de la cintura de HueningKai mientras se inclinaba tanto que su erección chocó con la entrada del contrario, frotándose con el exceso de lubricante.
En medio de un sonido húmedo, el peliazul se hizo paso dentro del contrario, jadeando al mismo tiempo que su cuerpo se tensaba al ser rodeado por tal estrechez, tan cálido. HueningKai sintió que sus piernas perdían la fuerza en su totalidad al mismo tiempo que los suaves gemidos se escapaban de sus labios.
─U-uh... Se s-siente bien ─murmuró, con las mejillas encendidas en un tono carmín y su voz algo acolchonada por ocultar su rostro entre sus brazos.
Pero no, en realidad Soobin seguía empujando dentro de él de manera que parecía interminable y lo hacía gimotear cada vez con más fuerza, porque estaba yendo tan profundo que su interior se sentía lleno.
─¿Es mi impresión u hoy está más suave? ─el más alto dijo a su oído, inclinándose hacia él cuando estuvo completamente dentro, logrando que la respiración de HueningKai se entorpeciera ─Es decir, sigue algo estrecho pero, quizás algún día podremos hacerlo sin lubricante ¿no crees?
El castaño se estremeció, porque mientras Soobin hablaba, comenzaba a empujar contra él con cada vez más fuerza haciendo que no ser ruidoso fuese una actividad realmente imposible.
─E-en serio, ngh, c-cállate ─HueningKai habló en medio de gemidos, sintiendo sus orbes llenándose de lágrimas ante lo bien que se sentía con pequeñas corrientes recorriendole el cuerpo cada vez que su piel chocaba con la del contrario por culpa de las embestidas.
Una parte del castaño se sentía extraño haciendolo en un lugar como ese, follando con Soobin mientras el resto de personas trabajaban y existía el riesgo constante de ser descubiertos... Sin duda estaba excitado. Esa adrenalina sólo hacía que su erección se pusiera incluso más dura que antes, al mismo tiempo que se sentía un tanto más sensible.
Y a diferencia de su primera vez, ninguno de los dos sentía algo vergüenza, así que cuando el peliazul le pidió al contrario que se diese la vuelta éste lo hizo, recostandose en el mismo escritorio en el que antes estaba sosteniéndose.
Su anatomía removiendose al ritmo en el que el peliazul empujaba contra él, su ceño fruncido porque en realidad sentía que su orgasmo llegaría en cualquier instante y sus dedos aferrándose a la madera debajo de él.
─Creo que usé demasiado lubricante ─escuchó la voz de Soobin en ese tono algo ronco que siempre lo hacía estremecer, solo así entrabrió los ojos, observando al mayor sin que éste dejara que arremeter contra su entrada ─Cuando empujo dentro de ti... ese sonido me encanta ─dio una estocada especialmente dura, que le robó el aire a HueningKai por un instante, mientras los dedos de sus pies se contraían y se sentía malditamente lleno.
El castaño bajó su mano hasta su erección, sintiendo que en cualquier instante podría correrse mientras el contrario seguía embistiendolo con más profundidad que antes, incluso sosteniendo sus piernas porque éstas habían comenzado a temblar con insistencia.
─Quería decir esto antes, pero... ─Soobin se inclinó hasta que el rostro de HueningKai estuvo a pocos centímetros de distancia, dejando de moverse un momento para que el más bajo recuperara un poco el aliento. Ver de cerca su rostro sonrojado y su frente ligeramente aperlada por el sudor que comenzaba a humedecer su cabello al mismo tiempo que sus labios estaban entreabiertos soltando algunos jadeos fue un verdadero privilegio ─...Haces mucho ruido cuando te follo.
Cuando HueningKai estaba a punto de quejarse, el peliazul unió sus labios, callandolo mientras empezaba a embestirlo y ayudaba a atrapar sus jadeos y gemidos entre su labios. Sus cálidas lenguas conociéndose mientras los brazos del más bajo se aferraban a los hombros del contrario.
─¿Éste es tu método para s-silenciar mis gemidos...? ─preguntó Kai tan pronto se separaron para recuperar aire y Soobin asintió con una sonrisa ladina.
Apenas iban a unir sus labios por segunda vez cuando algunos golpes dados a la puerta de la sala donde estaban, haciendo que el cuerpo del castaño se tensara mientras emitía un jadeo muy bajito y Soobin le decía que guardara silencio.
─Uhm... soy yo. Yeonjun ─habló el mencionado, al otro de la puerta ─Disculpen por interrumpir pero... parece que tu representante olvidó algo que compró en el mini supermercado.
HueningKai tardó menos de un segundo en recordar que dejó caer unos dulces mientras huía del pelirrosa, mordisqueando su labio con nerviosismo bajo la mirada reprobatoria que Soobin le dirigió en silencio.
─¿Podrías por favor dejarlo frente a la puerta? ─dijo el peliazul, elevando la voz al mismo tiempo que daba una nueva estocada dentro de HueningKai, haciendo que se sorprendiera.
─O-oye ─dijo el castaño en un susurro tan suave como pudo, sintiendo que su piel se erizaba por culpa del lento pero profundo ritmo del contrario ─Espera, d-detente... S-soobin...
─Bueno, lo dejaré aquí entonces... ¿Adiós? ─Yeonjun dijo, algo confundido, porque su reunión debía ser tan importante que ni siquiera podían salir de la sala.
─Gracias por t-traerlo ─empujó con un poco más de rapidez, disfrutando de la forma en la que la entrada del castaño se contraía alrededor de su miembro y logrando que HueningKai mordiera sus labios con fuerza, sin soltar ningún sonido muy evidente.
─N-no, es en serio ─el castaño estrujó la ropa de Soobin ─Estamos haciendo demasiado, mgh... D-demasiado ruido. Alguien n-nos encontrara de, u-uh, verdad...
El más bajo usó su mano para retener todos sus gemidos, sintiendo que su espalda se arqueaba sobre la madera cuando los movimientos de Soobin comenzaron a chocar una y otra vez contra ese punto que estaba logrando que las lágrimas se escaparan de los orbes del menor.
─¡B-bin, espera...! ─dijo, alejando su mano porque su mente se nubló por completo cuando el peliazul lo sostuvo mientras embestia con rapidez ─¡D-de... ahm, uh... en s-seri...! ─ni siquiera podía formular una oración coherente, no sí el más alto empezaba a masturbarlo al mismo ritmo en el que golpeaba su interior.
Soobin se inclinó, dándole un casto beso para callarlo y, en medio de un beso, HueningKai se corrió con fuerza, manchando su abdomen entero de semen mientras toda su anatomía se contraía y las lágrimas seguían humedeciendo su cabello.
Segundos después de eso, Soobin se corrió mientras aún lo embestía y besaba, llenando el preservativo con su esencia.
─Oye, Minho ─el fotógrafo, Jisung, llamó la atención del estilista de aquella sesión, mientras ambos observaban al asistente de Soobin arreglar el cabello del peliazul ─No me di cuenta hasta que se cambió, pero Soobin... Tiene algo distinto...
─No creo que sea eso ─dijo, observando al chico que parecía absorto de la existencia de aquella platica sobre él ─Creo que es él quien está un poco diferente hoy.
─¿Y si probamos un ambiente distinto en él? Ya sabes, en lugar de enforcarnos en su usual apariencia honesta y moderada... ─Jisung lo observó con algo de duda ─No será un gran cambio, así que mantendremos su vestuario. Estaba pensando en algo como lo que Vogue publicó en septiembre hace unos años...
Llamaron a Soobin para saber si le agradaba la idea, todo bajó la mirada un poco perdida de HueningKai.
El castaño todavía sentía sus mejillas calientes y sus piernas temblando a penas un poco, mientras veía completamente embobado a Soobin portando ese hermoso, y probablemente súper costoso, traje negro, con algunas rayas grises y una camisa blanca, todo tan apegado a su cuerpo que se veía genial.
Ese día la sesión de Soobin fue sin duda uno de sus mejores trabajos. El enfoque en su atractivo sexual fue tan exitoso que las revistas con su portada se agotaron tan pronto estuvieron en el aparador de cualquier tienda.
Con los días pasando, sólo siguieron realizando las instrucciones que la aplicación les daba. Entre ellas había juegos que a ninguno de los dos se les había pasado por la cabeza realizar, como el favorito pero al mismo tiempo más odiado de HueningKai, aquella vez que tuvo que subir a subterráneo con un vibrador dentro de él y Soobin intentando acabar con su paciencia. Con toda honestidad, la vergüenza entre ellos era algo que ya no existía.
Por suerte, la agenda del peliazul estaba tan llena que no se habían encontrado con Yeonjun desde su pequeño incidente en el mini supermercado.
Ese día era habitual, HueningKai recibiendo llamadas de citas de negocios para Soobin, las cuales tenía que verificar y acomodar en la agenda del contrario para evitar que se perdiera alguna. Además, estaba asegurándose de dejar algunos espacios de descanso entre estas, porque aquella semana el peliazul había alterado demasiado su ciclo de sueño.
─Bin, tienes buena suerte ─Kai tocó el hombro del chico que dormitaba en el sofá, sentado a su lado ─Conseguí que atrasaran la entrevista de hoy hasta las seis, así que puedes dormir un poco más. Intenta descansar, ¿sí?
Choi asintió con un ruido vago, cerrando de nuevo los ojos y cayendo en brazos de Morfeo una vez más. Gracias a la fortuna que atraía esa extraña aplicación, el modelo estaba posicionándose en los primeros lugares de todo, sin ningún problema o escándalo.
HueningKai realmente se preguntaba que es lo que Soobin pensaba de todo eso, porque nunca daba más que sus respuestas sarcásticas o burlonas.
Cuando el peliazul abrió los ojos de nuevo fue porque la vibración en su teléfono lo molestó y además, quería asegurarse de que las seis no hubiesen pasado o HueningKai lo mataría.
Se alivió un poco porque aún tenía una hora para descansar, pero los nuevos mensajes que la aplicación le envió no le permitieron relajarse demasiado.
«Tengo buenas noticias»
«Esta es tu oportunidad de eliminar la aplicación»
«Encontré un chico que te reemplazará»
Algo se removió dentro de él cuando una foto de Yeonjun apareció por toda la pantalla.
«Si quieres puedo hacer que la aplicación se transfiera a él ♡»
Nos vemos el marteeeeeees (^_-)