Bizarre [JaeYong]

By ariaroseyong

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Cuando SungChan conoció a su padre biológico, no esperaba para nada lo que pasó. Nadie lo esperó. • Parejas ... More

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s e i s
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d i e z
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⚠️ PAUSA BREVE ⚠️
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⚠️ Aviso ⚠️
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⚠️ ESTO ES UN SPOILER ⚠️
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By ariaroseyong

Decir que estaba nervioso por su cena con TaeYong, era poco. Estaba terriblemente nervioso. Había estado hablando a diario con él, pero nunca le mencionó en donde había hecho la reservación.

Al llegar a su casa luego de un largo día de trabajo, se encontró con su hermano, quien comía pizza y veía la televisión.

—Hola, hyung—saludó sin apartar la vista del televisor—. Pensé que saldrías con tu novia.

—Iré a cenar. ¿Tú tienes planes?

—Una pequeña fiesta con los chicos. Ya sabes, los de siempre.

—¿Quieres que te lleve?

—No, gracias. Me iré en autobús.

YoonOh asintió y subió a su habitación para darse una ducha y ponerse su ropa más bonita y su colonia más exquisita.


Al bajar, su hermano seguía en la misma posición, solo que esta vez estaba comiendo una copa de helado.

—Ya me voy—pasó a su lado y alborotó su cabello. Su hermano rio y le deseó suerte en su velada.

Al llegar a casa de los Lee, fue recibido por un TaeYong sonriente. Se acercó tímidamente a él y depositó un corto beso en sus labios.

—Ho-hola—TaeYong no pudo ocultar su sonrojo.

—Hola—saludó seguro—. No me dijiste en donde íbamos a cenar, así que espero estar vestido correctamente—miró sus zapatos.

—Estás perfecto—abrió más la puerta y se hizo a un lado para que entrara.

—¿Y los niños?

—Ellos están aquí, pero no nos acompañaran en la cena.

—¿Por qué no? —preguntó extrañado. Él le había dicho a TaeYong en más de una ocasión que no le molestaba que los pequeños se unieran a ellos.

—Ven... —YoonOh le hizo caso y lo siguió hasta el comedor.

El menor no pudo evitar sonreír de oreja a oreja en cuanto entró a la habitación. El lugar estaba decorado con distintos tipos de flores, las lámparas que estaban sobre la mesa desprendían una luz tenue. Sobre la mesa había un par de velas y un arreglo de rosas en el centro.

—¿Y...? ¿Te gusta el lugar? —preguntó bajito.

—Me encanta—rio tiernamente y besó su mejilla—. Es perfecto—se sorprendió cuando los pequeños lo saludaron al unísono.

—¿Me permiten sus abrigos? —Jun se acercó y extendió sus brazos hacia ellos. Ambos se quitaron las prendas y se las dieron cuidadosamente al pequeño.

—Tomen... asiento—Jeno alejó las sillas de la mesa para que pudieran sentarse—. En un momento les traigo... —miró pensativo hacia arriba—. ¡La carta!

YoonOh y TaeYong tomaron asiento y esperaron pacientemente por el pequeño. Jeno volvió con una hoja llena de dibujitos y colores. Era una carta con un único menú, así que ordenaron el "especial de la casa" y el pelinegro desapareció prometiendo que no tardaba.

—¿Nos van a servir toda la noche y no van a cenar? —susurró inclinándose hacia el mayor.

—Cenaron antes de que llegaras—rio y el castaño asintió.

XiaoJun y Jeno aparecieron con un par de platos de espagueti. Los pusieron frente a la pareja y volvieron a la cocina.

YoonOh degustó la comida y la halagó de inmediato. Desde que probó los macarrones con queso del mayor el día que se conocieron, quedó asombrado por su sazón.

—Está delicioso—lamió la salsa que quedó en la comisura de sus labios.

—¿De verdad? —lo miró tímidamente de reojo y jugó con sus manos debajo del mantel. El de hoyuelos asintió repetidamente y él pudo sentirse realizado de cierta forma.

Los pequeños aparecieron para llevarse los platos vacíos y volver con unos llenos de lasaña. Comieron mientras charlaban principalmente acerca de sus empleos y de los niños.

Jeno miró desde lejos como su padre terminaba el ultimo bocado de lasaña y apareció con una sonrisa radiante.

—¿Quieren postre? —el de hoyuelos asintió entusiasmado, mientras su padre asentía menos emocionado.

—Le dije que me dejara cocinar el postre, pero el quiso darnos la sorpresa—rio—. De antemano lamento si es algo desastroso.

Y así fue.

Jeno apareció con un gran tazón lleno de helado de vainilla, cubierto de chocolate y decorado con chispitas de colores, galletas y gomitas de ositos.

—Esto se ve delicioso—dijo YoonOh mientras TaeYong solo pensaba en como rayos quitaría las manchas de chocolate de la camisa de su hijo y de cómo encontraría la cocina luego de eso.

Terminaron de comer el helado y los pequeños recogieron todo para llevarlo a la cocina.

—¿Quedaste satisfecho?

—Sí, gracias—acarició su estómago.

El mayor asintió y se disculpó para ponerse de pie y salir del comedor. Volvió con un par de cajitas envueltas de papel rojo y azul y adornadas con moños que combinaban a la perfección.

—Feliz cumpleaños—le dio la cajita azul—. Y feliz San Valentín—le dio la cajita roja.

YoonOh las tomó con una sonrisa y comenzó a abrirlas. Su regalo de cumpleaños fue un brazalete en color plata. Lo miró y de inmediato miró al mayor.

—Sentí que te lo debía—rio.

—Gracias—miró de nuevo el brazalete y se lo puso con ayuda del mayor. Abrió la otra cajita y sonrió al ver un collar con una linda piedra roja como coldije—. Es muy lindo, gracias—cerró la cajita y se puso de pie—. Yo también te traje algo, pero lo dejé en mi abrigo.

—¡Jun, amor! —lo llamó con voz dulce y el pequeño chino apareció—. Por favor trae el abrigo de YoonOh.

—Solo necesito una cajita que está en la bolsa de adentro, por favor—esbozó un sonrisa y el menor asintió.

XiaoJun volvió con una cajita azul pastel y se la dio al castaño, quien de inmediato se la dio a TaeYong. Éste la abrió y sonrió al ver un collar con un coldije de una rosa.

—Siempre hueles a rosas y... y la cicatriz de tu ojo parece una—susurró algo avergonzado. Tenía pensado darle otro regalo, pero quería hacerlo más tarde, cuando estuvieran a solas.

YoonOh y TaeYong intercambiaban miradas y sonrisas, hasta que su hijo pequeño, se estiró y susurró algo en el oído de su padre.

—Sí, mi amor. Vayan...

El joven miró extrañado cuando se fueron, pero no pudo ocultar una sonrisa en cuanto volvieron. Los niños cargaban un pastel cuidadosamente.

—¡Feliz cumpleaños, papi! —Jeno lanzó un poco de confeti hacia arriba y dio un saltito emocionado, mientras su hermano dejaba el pesado pastel en la mesa con ayuda de su padre.

—¡Gracias! —correspondió el abrazo efusivo que el menor se los Lee le daba y se llevó una grata sorpresa cuando el chino le dio un abrazo, aunque con menos emoción.

—No pudimos comprarte un regalo porque no tenemos trabajo, papi—Jeno miró triste hacia el suelo.

—No es necesario—acarició su melena negra—. La cena y la sorpresa son de los mejores regalos que he recibido en toda mi vida—una sonrisa se formó en los labios de todos los Lee—. ¿Podemos partirlo?

—Antes tienes que pedir un deseo—TaeYong colocó una velita y la encendió. El menor cerró los ojos y pidió su deseo desde lo más profundo de su corazón.

YoonOh cortó el pastel y luego de que TaeYong se levantara a la cocina por platos y tenedores, comenzaron a comerlo en el comedor.

YoonOh de nuevo quedó fascinado por el buen sabor que tenía el pastel.

Los pequeños terminaron de comer y fueron directo a la sala para ver la televisión, mientras que la pareja limpiaba el desorden en la cocina. Aunque TaeYong le dijo que no se preocupara y que el limpiaría al día siguiente, YoonOh se negó a esa idea y comenzó a ayudarle.

—¿Tomaste clases de gastronomía o algo por el estilo? —preguntó mientras secaba los platos.

—De hecho, cuando adopté a Jeno estaba estresado constantemente, ya que era muy complicado cuidarlo. De verdad es el bebé más llorón que he visto en mi vida—rio—. Johnny me dijo que él lo cuidaría ciertos días para que yo pudiera salir a hacer algo para mí y encontré clases de cocina. Comencé a tomarlas y me hice muy amigo de mi maestro, así que me enseñó repostería, ya que era su especialidad.

—¿Nunca quisiste dedicarte a eso?

—Sí—suspiró—. Mi maestro quería que fuera su aprendiz y yo estaba encantado, pero haría una especie de gira por todo el continente y yo no podía andar paseando a un bebé por medio mundo—rio—. Johnny me dijo que él lo cuidaría, pero no quise dejar a mi bebé—se encogió de hombros.

YoonOh sintió aún más admiración por él y fue inevitable imaginárselo criando a SungChan.

—¿Por qué no retomas las clases?

—Falta de tiempo...

—Yo puedo cuidarlos.

—¿Qué? —rio.

—Sí. Si buscas clases nocturnas, yo puedo ayudarte a cuidarlos—sonrió.

—Lo pensaré, gracias...

Alcanzaron a los niños en la sala y se sentaron en el sofá de dos plazas para ver "La casa de Mickey Mouse".

YoonOh estiró su mano por el respaldo del sofá y TaeYong lo tomó como una invitación a acercarse más a él y recargarse en su brazo. El menor se sentía feliz de que su táctica de película romántica haya funcionado.

El móvil del mayor comenzó a sonar, terminando con el ambiente que se estaba formando. En cuánto vio de quién era la llamada, se asustó y se incorporó, alejándose de YoonOh.


—¿Qué sucede? ¿Está todo bien?

—Yeri está bien—eso en definitiva calmó al mayor—. Es que... —suspiró— invité a mis amigos a la casa de los señores Seo y bebimos. En ningún momento descuidé a Yeri—aclaró—. SungChan resbaló de las escaleras y abrió su cabeza—TaeYong miró rápidamente a YoonOh.

—¿Cómo está?

—Está consciente, pero dice que comienza a dolerle. N-no sé si sea posible que viniera... Llamaríamos a su familia, pero sus hermanos están con sus parejas y no quiere molestarlos.

—Voy para allá—colgó la llamada y se puso de pie llamando la atención de todos.


—¿Qué pasó?

—No te asustes—susurró—, pero tu hermano tuvo un accidente en casa de Johnny.

—¿Qué hace en casa de Johnny?

—YangYang está cuidando de Yeri.

—¿Por qué no me llamaron? —miró su celular y notó que no tenía llamadas.

—SungChan no quiere molestar a sus hermanos porque están con sus parejas...

YoonOh lo pensó con la cabeza fría. Si iba con TaeYong, su hermano preguntaría porque habían llegado juntos, y si llegaba en lugar del mayor, SungChan no confiaría en su padre biológico por haberle contado a su hyung.

—Sí, mejor me quedo con los niños.

—Mis niños, tengo que salir, pero YoonOh se quedará con ustedes, ¿de acuerdo? —sus hijos asintieron y de inmediato regresaron su atención a Mickey Mouse.

—Te mantendré al tanto, no te preocupes—acarició su hombro y salió corriendo.

—¡Conduce con cuidado! —el mayor asintió desde lejos y YoonOh volvió a la sala con los pequeños.






En cuánto YangYang guardó su teléfono, todos los pares de ojos estaban atentos.

—Ya viene en camino—se hincó frente a su amigo y miró con una mueca a Winter, quien tenía su suéter en la frente del más alto mientras ejercía presión.

Aunque los minutos parecían horas, trataban de mantenerse tranquilos.

TaeYong entró a la casa agitado y miró toda la escena con la boca abierta, ya que había sangre en el suelo, SungChan tenía su camisa manchada y la chica que estaba a su lado, también tenía sangre escurriendo por sus manos, y en las puntas de su cabello.

—Tú—señaló a Jisung—. Ayúdalo a ponerse de pie y acompáñalo hasta el auto y tú—señaló a Chenle— cambia de lugar con ella.

Los menores hicieron lo que el señor Lee les pidió y llevaron a su amigo hasta el auto. El mayor les pidió que lo metieran en la parte de atrás y también pidió que alguien lo acompañara, para que siguieran cubriendo su herida. La rubia se ofreció y subió corriendo.


TaeYong condujo hasta el hospital más cercano y en cuanto llegaron, los recibieron con una camilla y llevaron al chico a la zona de emergencias.

SungChan rezó para que lo atendiera algún doctor nuevo.

—Buenas noches—saludó uno de los que llamaba "tío"—. ¡SungChan! ¡SooJin! ¡Llama al doctor Jung! —se acercó a él y comenzó a examinarlo—. Necesitas puntadas, niño—suspiró y miró a los acompañantes—. Lo que sigue se ve un poco feo, así que, si gustan, pueden esperar afuera.

TaeYong asintió y llamó la atención de la hermosa chica para que lo siguiera. Ambos se estremecieron en cuanto escucharon a SungChan soltar un quejido.


YoonOh

Ya lo está atendiendo un doctor, pero mandó a llamar a tu papá.

Espero que no se lo coma vivo.


El mayor detuvo a una enfermera que pasaba por ahí y le preguntó por los baños. La mujer le dio indicaciones y se fue.

—Deberías ir a lavarte—la linda chica se abrazó a sí misma y asintió—. Seguramente en la cajuela de mi auto tengo algo de ropa—buscó las llaves y se las dio—. Busca algo para que te cambies—la chica tomó las llaves tímidamente y salió del hospital.

—Hey, hola—saludó YunHo—. ¿Qué haces por aquí? ¿Todo bien con tus niños? ¿Tu sobrina?

—S-sí... Traje a SungChan.

—¿Tú? —preguntó extrañado sin sonar grosero.

—YangYang cuidaba de mi sobrina cuando pasó el accidente y me llamó para que les ayudara.

—Gracias—palmeó su hombro—. Y lamento que hayas interrumpido tu cita...

El rostro de TaeYong se tornó rojo carmesí. Tenía prácticamente a su suegro enfrente.

—¿YoonOh se quedó con tus pequeños? —TaeYong asintió—. ¿Es bueno los niños? —recibió una positiva por parte del pelinegro—. Me tengo que ir porque tengo un hijo al que reprender para volver en paz a mi trabajo—TaeYong sentía curiosidad, así que entró detrás de él y de quedó en silencio a una distancia considerable.

YunHo esperó a que su colega terminara de cocer la cabeza de su hijo y golpeó su pierna.

—¡Ah! —su hijo comenzó a sobar su pierna—. No sé si lo notaste, pero estoy herido.

—De la cabeza, no de la pierna—y soltó otro golpe—. Hueles a alcohol.

—Vi que el doctor usaba mucho para curarlo...

El doctor miró a TaeYong ofendido, pero al notar su expresión y la de SungChan, asintió.

—Lo siento, se me pasó la mano—sonrió y salió del pequeño consultorio.

—¿Ya agradeciste, Chan?

—Gracias, señor Lee—susurró algo avergonzado.

—No puedo creer que hayan hecho que el señor Lee interrumpiera lo que sea que estuviera haciendo—bufó.

—Lo lamento...

—Está bien—esbozó una sonrisa.

—Espérame y en una media hora te llevo a casa.

—Yo puedo llevarlo... si quieren.

—Por mí, genial. Gracias—estrechó su mano y se dispuso a salir de la habitación, pero chocó con la rubia quien vestía un suéter negro que le quedaba grande.

—Lo siento—se disculpó mientras YunHo la analizaba con la mirada.

—¿Y ésta linda chica quién es? ¿Es tu cita?

—¡Papá! —los rostros de los menores se tiñeron de rojo y negaron en silencio. El doctor asintió y salió del cubículo.

—Se lo devuelvo enseguida lo lave—la chica señaló lo que vestía.

—No te preocupes—sonrió—. ¿Ya quieren que nos vayamos? —al ver a los chicos asentir, ayudó a SungChan a bajar de la camilla.

Mientras que SungChan y la chica caminaban con cuidado hasta la salida, él sacó su móvil y le envió un mensaje a YoonOh para decirle que ya habían salido del hospital y que llevaría a casa a los jóvenes.


Una vez que salieron del estacionamiento del hospital, TaeYong encendió la radio y condujo de vuelta.

—¿En dónde vives? —le preguntó a la rubia, quien le dio su dirección y por suerte vivía a unas cuadras de SungChan.

Dejaron a la rubia en la puerta de su casa y esperaron hasta que entrara. El trayecto a casa de los Jung se tornó un poco incómodo, pero ninguno de los dos decía nada.

TaeYong aparcó el auto frente a la casa y SungChan no se movió ni un centímetro. Estaba armándose de valor para poder hablar.

—Su camisa es bonita—carraspeó y el mayor agradeció con una sonrisa nerviosa—. ¿Estaba en una cita?

—Sí—al ver la mueca del menor, siguió—, pero no te preocupes, mi novio me dijo que viniera.

El menor asintió y comenzó a tronar los dedos de sus manos.

—¿Cómo pasó? —quiso romper la tensión que se había creado.

—Creo que bebí demasiado y cuando quise ir al baño, me resbalé—tiró su cabeza hacia atrás—. Perdón por arruinar las escaleras de sus amigos y bebernos sus botellas.

—No te preocupes—rio tiernamente—. Llamaré a YangYang para que me diga que botellas se bebieron y pasaré a comprarlas antes de volver.

—Gracias—susurró—. N-no sé si mi hyung lo contacto, pero le dije que lo hiciera.

—No lo hizo—hablaban a diario, pero en ningún momento mencionó a SungChan, así que no, técnicamente no lo había contactado.

—Es que... —tragó saliva—. No sé si quiera seguir siendo parte de mi vida—habló bajito. El simple hecho de mencionarlo, lo avergonzaba—. Qu-quisiera que lo fuera.

TaeYong no podía creerlo, ya que, se había rendido con respecto a eso.

—Sí, aún me gustaría—respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

—A-aún necesito tiempo porque es un poco difícil.

El mayor sacó una libretita de su guantera y anotó su número para arrancarlo y dárselo al joven.

—Cuando quieras—SungChan tomó el papelito con una sonrisa, agradeció de nuevo por todo y salió del auto.

TaeYong vio como entraba a la casa, se aseguró de que las ventanas estuvieran cerradas y soltó un grito de emoción.


Llegó a casa de sus amigos luego de comprar las botellas que los jóvenes se habían terminado.

—¿Y Chan? —preguntó Shotaro en cuánto vio que no entraba su amigo.

—¿¡Murió?! —cuestionó Chenle con un tono nada sutil.

—No—rio—. Lo dejé en casa—puso las botellas en su lugar—. Igual dejé a la chica rubia en casa—inspeccionó la casa y notó que todo estaba en orden y el suelo que previamente estaba manchado con sangre, ya estaba limpio—. Ustedes también deberían ir a casa, chicos.

TaeYong esperó a que todos se fueran, pero antes los regañó un poco, ya que habían sido muy irresponsables por haber bebido de esa forma. Su condición para dejarlos ir fue que sus familiares los recogieran, incluso pidió las identificaciones de las personas que conducían los autos.

—¿Puede llevarse a Yeri?

—¿Qué?

—N-no estoy calificado para cuidarla. Es mejor que se la lleve.

—Ya hubiera querido yo montar una fiesta y que el bebé que cuidaba saliera ileso—rio—. El accidente de SungChan no fue tu culpa. Apuesto a que, si no hubiera pasado, seguirían de fiesta y la bebé seguiría bien porque fuiste responsable en lo que cabe y no bebiste—palmeó su hombro—. Si sigues sintiéndote así, llámame y vendré por ella.

El medio alemán asintió y acompañó al señor Lee hasta la puerta.




En cuánto TaeYong entró por la puerta de su casa, YoonOh comenzó a hacerle preguntas.

—Está bien—rio, ya que le había mandado al menos cinco mensajes diciéndole eso—. ¿Los niños?

—Subieron a ponerse su pijama.

—Bien... Se me antojo un té, ¿quieres? —el menos asintió y ambos caminaron hacia la cocina. TaeYong se disculpó con él para subir a decirle a sus pequeños que ya había llegado.

YoonOh veía como comenzaba a hervir el agua en la tetera de vidrio. TaeYong llegó y vertió un par de hojas de menta.

—Perdón, no te pregunté si te gusta la menta.

—Está bien—rio—. ¿Ya se durmieron?

El mayor asintió y se acercó a él. Se hizo espacio entre sus brazos y YoonOh lo abrazó.

—Gracias otra vez.

—¿Por qué? —preguntó contra su pecho.

—Por todo. La cena, los regalos, el pastel y por lo de SungChan.

—No agradezcas.

Se quedaron en silencio esperando a que el té hirviera lo suficiente y TaeYong lo sirvió en un par de tazas. Cada uno tomó su taza y se dirigieron a la sala.

Se sentaron en el sofá de tres plazas frente al televisor y lo encendieron. Dejaron el canal de caricaturas a volumen bajo y comenzaron a beber el té despacio.

—¿YoonOh?

—¿Sí?

—¿Por qué no me dijiste que SungChan quería hablar conmigo?

—No quería hacerlo por teléfono, así que iba a esperar para decírtelo hoy después de la cena, pero no conté con que comeríamos pastel y veríamos a Mickey Mouse—rio—. Lo lamento.

—Está bien. Fue mejor oírlo de su boca—sonrió y le dio un buen trago a su té.

Terminaron de beberlo y YoonOh miró su teléfono una y otra vez. TaeYong lo notó y de inmediato imaginó que a quien quería llamar era a su hermano.

—¿Por qué no lo llamas?

—Sabrá que me dijiste.

—¿Por qué no llamas a tu papá?

Un foquito se prendió en la cabeza se YoonOh y llamó a su padre. YunHo le dijo que no se preocupara, ya que había vuelto a casa y él cuidaría del menor de los Jung.

—Hasta mañana—dijo el mayor antes de colgar la llamada.

Mientras YoonOh hablaba con su padre, TaeYong aprovechó para revisar si tenía algún mensaje.


Número desconocido

Espero que hayas tenido un buen San Valentín con tu nuevo novio, precioso.

¿Deseas bloquear este número?

Sí / No

Número bloqueado


—Y-ya es algo tarde... podrías quedarte si quieres.

YoonOh lo miró extrañando, ya que no era ni media noche.

—¿Qué sucede?

—Me envío mensaje de nuevo.

—¿No lo has bloqueado?

—Consiguió otro número.

YoonOh torció la boca y suspiró.

—Me quedaré contigo, no te preocupes, pero si sigue acosándote deberías ir a la policía para poner una orden de alejamiento. Yo te acompañaré.

El mayor asintió y ambos se levantaron del sofá para poder subir a dormir. Pasaron por el cuarto de los pequeños, en dónde ambos ya estaban perdidamente dormidos. Jeno literalmente con la cara embarrada en la almohada y con su boquita abierta babeando un poco, mientras que Jun dormía boca arriba con el rostro tranquilo.

—¿Tendrás un cepillo de dientes de sobra? —susurró detrás de él y TaeYong asintió y lo guio hasta el baño.

Para su suerte, solo tenía cepillos para niños, así que YoonOh terminó lavando sus dientes con un cepillo de "Paw Patrol".


Era una noche fría, así que TaeYong buscó algunas cobijas calientitas para ayudar al de hoyuelos a ponerlas en la cama. Se sentaron en el borde y se quedaron en silencio un buen rato.

—No te preocupes... —YoonOh rompió el silencio usando un tono dulce.

—Es que lo conozco muy bien y sé que es capaz de todo—se abrazó a sí mismo aterrado.

—¿De qué? —preguntó con cautela. Tenía curiosidad del porque su novio le tenía tanto miedo.

TaeYong suspiró con pesadez y comenzó a contarle todas las barbaridades de las que fue víctima. YoonOh contuvo sus ganas de maldecir, así que solo apretó su puño con fuerza hasta que sus nudillos se pusieran blancos y abrazó al mayor con toda la calidez que su cuerpo pudo brindarle.

—¿Qué dices si me quedo contigo esta noche?

El rostro de TaeYong se encendió en un intenso rojo y negó tímidamente. Aunque él quería dormir en la misma cama que el menor desde el primer día que lo vio, no esperaba que pudiera cumplir aquella fantasía.

—Vamos—el castaño extendió su mano y TaeYong la tomo con la inseguridad que lo caracterizaba al tomar una mano ajena.

La cama de TaeYong era enorme, así que ambos estaban un poco tranquilos de que no tendrían que estar uno sobre el otro. Y si se sentían incómodos se cierta forma, podrían alejarse sin problemas.

Al acostarse, ninguno se sentía incómodo, de hecho, al helarse más la noche, se juntaron un poquito más para que sus cuerpos se dieran calor mutuamente.

Ambos se quedaron dormidos luego de susurrar un: "buenas noches".

A mitad de la noche, despertaron. TaeYong fue despertado por su hijo menor y YoonOh despertó al sentir como el mayor se levantaba de golpe.

—Papi—el menor se los Lee estaba llorando—. Soñé feo.

—Solo fue un sueño, mi amor—encendió la lámpara de la mesita de noche—. Fue una pesadilla y ya te expliqué que no son reales—acarició su mejilla. El menor parecía no tener intenciones de irse, así que TaeYong levantó el cobertor para invitar a su pequeño a qué se acostara con él.

Jeno subió a la cama, pasó por encima de su padre y se recostó entre él y YoonOh.




Jun estaba tiritando de frío en su cama, así que se levantó y pensó en acostarse con su hermano, pero el menor no estaba en su cama, así que fue a la habitación de su padre. Al ver a Jeno en la orilla de la cama, la rodeó para quedarse del otro lado del mayor.

—Papá, hace frío. ¿Puedo quedarme contigo? —encendió la lámpara y soltó un gritito al ver a YoonOh.

—Creo que tu papá se paró al baño... —se incorporó en la cama despacio.

En ese preciso momento, TaeYong entró a la habitación y vio la silueta de su hijo.

—¿Qué pasó, mi amor?

—Nada...

—Tiene frío.

—¿Es cierto, Jun?

—Sí, pero ya no quepo. Voy a usar las cobijas de Jeno...

—Mi amor, siempre hay espacio para ti. Ven aquí.

Jun esperó a que su padre cargara a Jeno y lo acomodara para poder acostarse y quedar entre su hermano y su papá.

Definitivamente ninguno paso frío y ninguno tuvo pesadillas.


El sol aún no salía cuando Jeno despertó. Pasó por encima de su hermano hasta llegar a su papá.

—Papi—susurró y comenzó a picar sus mejillas—. Papi—insistió más alto.

—¿Hm?

—¿Me ayudas a hacer hot cakes para papi?

TaeYong abrió los ojos y al notar que el cielo seguía oscuro, gritó internamente. Definitivamente a su hijo le faltaba un tornillo.

—Claro, mi amor—se levantó con cuidado de no mover mucho la cama, se puso sus pantuflas, tomó las de su hijo y lo cargó para llevarlo hasta la cocina.

Prepararon el desayuno entre risas y bromas que consistían en embarrarse de harina las mejillas.

El sol comenzaba a salir cuando terminaron de cocinar y acomodaron todo muy bien en una mesita especial para comer en la cama.

TaeYong le dijo a Jeno que los despertara con cuidado y el pequeño lo entendió como: "despiértalos gritando y saltando sobre la cama", ya que fue eso lo que hizo.

Jun despertó algo malhumorado y no tanto por la acción de su hermano, sino porque notó que su brazo estaba sobre el pecho de YoonOh.

—¡Buenos días! —el menor de los Lee se dejó caer de pompis en la cama.

—Buenos días—YoonOh saludó con una sonrisa.

—Mira, papi, yo hice estos—señaló un par de hot cakes pequeños y un poco deformes.

—Déjame probarlos—tomó un plato, tomó un hot cake deforme y luego de ponerle chocolate, se llevó un pedazo a la boca—. Delicioso.

Comenzaron a desayunar, mientras hablaban de cuan deliciosos estaban y Jeno decía que estaba listo para abrir su restaurante en dónde solo serviría hot cakes y leche.

Jun se puso de buenas luego de ese gran desayuno, tanto que se ofreció a ayudar a su padre a recoger el desorden.

Jeno se recostó en el pecho de YoonOh y comenzó a acariciar su barbilla.

—¿Te gustó tu regalo, papi?

—¿El desayuno sorpresa? —el pequeño asintió—. Me encantó.

—¡Sí! —exclamó con emoción y se levantó para salir corriendo de la habitación

YoonOh aprovechó la ausencia para hacer la cama y llamar a su padre.

La llamada fue corta. Solo preguntó cómo estaba su hermano y prometió llegar a tiempo para su fiesta de cumpleaños con su familia. Caminó hasta el baño para lavar sus dientes y miró el cepillo de perritos con una sonrisa.

—No tenías que hacer la cama—TaeYong llamó su atención al salir del baño

—No hay problema. ¿Y los niños?

—Preparando sus cosas para salir. Iremos al cine. ¿Quieres venir?

—Me encantaría, pero mi familia me tiene preparada una fiesta para esta tarde—torció una sonrisa.

—Que te diviertas.

—Gracias. ¿Puedo despedirme de los niños?

—Claro. Están en su habitación.

YoonOh pasó rápido por el cuarto de los niños para despedirse. Jun como siempre, aunque era muy cortante con él, se despidió con amabilidad y Jeno con un tono triste preguntando porque no los acompañaba al cine.

TaeYong lo acompañó hasta la puerta, en dónde se despidieron con un beso tierno.

—Nos vemos después—YoonOh susurró sobre su oído y besó su mejilla para alejarse con una sonrisa.

TaeYong se quedó estático si entiendo sus piernas tan firmes como un par de fideos y solo asintió con una sonrisa y un sonrojo.







🌹 🌹

Lo prometido es deuda y aquí están sus dos capítulos

Gracias por la espera 💕

El spoiler que había dado para este capítulo era porque Jaehyun se iba a enlistar en el ejército y por eso, Taeyong dice esto:

Pero se viene algo muy feo y ya sería mucho sufrimiento para Taeyong y aunque no lo crean, sí tengo corazón 🤧



Nos estamos leyendo uwu

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