Siguió penetrándome repetidas veces, ambos gemíamos llenos de placer, juntos llegamos al orgasmo y se dejó caer a mi lado.
Quería hacerlo sentir bien, así que después de que mi respiración se regulara, me acerqué a su miembro y lo acaricie levemente
–Oh mierda, Narissa –gimió echando su cabeza hacia atrás.
Sus gemidos me inspiraban a seguir, no me detendría tan rápido.
Lamía de arriba, abajo pasando mi lengua por toda su longitud, sus gemidos se iban acelerando hasta que se corrió y todo su líquido entró en mi boca.
Lo trague y sentí caliente mi garganta, al ver lo que hice Ashton sonrió.
Tomó mi cintura y y me hizo sentarme encima de él, esto se estaba poniendo bueno.
Comenzó a moverse de arriba a abajo acariciando todo mi cuerpo, mientras yo movía mis caderas y enterraba mis uñas en su pecho.
Minutos más y llegamos a nuestro segundo orgasmo juntos.
-~-
– ¡Narissa, Narissa!, ¡Narissa, despierta!
Abrí mis ojos para encontrarme con Ashton, él se veía muy preocupado.
– ¿Qué pasa? –pregunté con terror.
–No usé condón anoche –me dieron ganas de reír, pero sería muy cruel.
–Tranquilo, tengo pastillas anticonceptivas.
Su cara se tranquilizó.
–Menos mal... Espera, ¿por qué tienes pastillas de esas?
–Prevención –contesté segura, él se encogió de hombros.
Me levanté de la cama y me di cuenta de que solo llevaba puesta una playera de Ashton.
Me acerqué hasta el estante que estaba cerca de la puerta del baño y me estiré para alcanzar las pastillas, pero con mi estatura no lo logré.
–Lindo trasero.
Maldición, al estirarme se me levantó la playera y me vio todo. Nada que no haya visto ya.
–Deja de mirarme pervertidamente y ayúdame a bajar las malditas pastillas.
Rió y se acercó hasta donde estaba yo. Estiró tan solo un poco su brazo y las alcanzó, tan solo el medía 20 centímetros más que yo. Me dio el paquete de pastillas y luego un corto beso en los labios mientras reía.