—Jin tiene razón, eres un completo idiota.
—Por favor, sabes que jamás quise lastimarlo, pero joder, yo hace años que jamás había tenido algo con alguien.
—¿Y por eso actuaste como imbécil con él? Sabes que Jin tiene razón en algo. Y me da miedo hasta reconocerlo, pero estás actuando como tu abuelo.
—¡BASTA MALDITA SEA!
Aventó su trago contra la pared totalmente furioso, odiaba cuando era comparado con su abuelo, lo odiaba muchísimo.
—No grites, Jin se preocupará.
—Es que maldición sabes que odio que me compares con ese maldito bastardo —escupió con enojo.
—Entonces deja de comportarte como él, Jimin es un chico lindo, tierno, sensible, alguien con quien jamás has lidiado y lo digo de buena manera, escucha. Siempre has tenido relaciones de conveniencia, es decir, siempre las mujeres y hombres venían a ti solo por tu dinero —Jeon asintió— Tuviste esa mala imagen del amor o sentimientos. Sin embargo no es excusa para hacerlo sentir menos.
—Bueno, siempre fue lo mismo para mí, no me tomo nada del amor en serio.
—Entonces por qué trajiste a Jimin contigo si sabes que nada más lo vas a lastimar. Ese chiquillo está enamorado de ti, Jin me lo dijo, incluso te invito a esa cita que fue un gesto muy amable de su parte mostrarte cómo sería tener una cita normal sin todos esos lujos.
—Lo sé.
Murmuró con pesar. La había cagado en grande con el rubio después de aquello, Jimin no le dirigía la palabra, solo se ocupaba de Soobin y su hermano y después se iba con Seokjin, aquí sabe dónde.
Se sentía mal de hacerle estás cosas, él no se merecía este tipo de tratos.
—Solo toma esto como un consejo Jeon, eres mi amigo, casi mi hermano y sabes que te quiero. Lo digo directo y sin rodeos: si no vas a tomar a ese chiquillo en serio en tu vida, deja lo ir, tal vez alguien más lo merezca.
Namjoon miró a su amigo, pero no dijo nada. Tomó sus cosas para ir por su esposo quien estaba arriba con su hijo.
Volteo a ver a su amigo y dijo:
—Piénsalo. Ya perdiste a Ji eun, no pierdas a Jimin. Si es que sientes algo por él.
Lo dejo solo con su atormentado corazón. Sí jamás se ha enamorado como lo hizo con difunta esposa Ji eun, tampoco había tenido la oportunidad de salir a esos lugares que en su adolescencia deseó.
Su Abuelo jamás lo dejó ir a esos lugares, ni tener amigos, controlaba su vida como si fuera un maldito títere, y ahora se daba cuenta de que le estaba haciendo lo mismo a Jimin.
Tenía que disculparse con el rubio, tenía que rogar por su perdón. Y lo haría de la mejor manera. Dándole el verdadero anillo de madre.
♚𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀♛
Jimin había tomado la decisión de irse de la mansión de Jeon. Estaba en un gran debate mental sobre su decisión apresurada. Pero qué sentido tiene quedarse en un sitio que nada más le traería un gran sufrimiento, firmó un trato si, pero y qué, de qué le vale haber firmado si sería infeliz toda su vida. Lo único que lo mantenía aquí era Soobin, ese pequeño al que quiere mucho.
No!, No, su mente le repetía una y otra vez, no quería dejar solo a Soobin y menos ahora que cumpliría años, no quería eso para él. Sus sentimientos por Jeon no cambiarían de la noche a la mañana, le dio su rechazo, pero aún así le quería en su vida.
Realmente el rubio no sabía qué hacer, se sentó en la cama mirando el anillo de compromiso en su dedo anular, se lo quita mirando lo hermoso que era. La sensación de casarse con alguien jamás cruzó por su cabeza, siempre pensó que estaría solo o moriría solo.
Hasta que fue raptado por el mayor.
Recordó las palabras de su padre cuando él tenía 4 añitos; una caminata te hará tomar una buena decisión. Su padre era sabio y sabía lo que decía, tal vez eso era lo que le hacía falta, una caminata para pensar bien las cosas.
Dejó el anillo de compromiso sobre la cama, se dirigió a su armario para sacar un suéter y por de salir y pensar las cosas con claridad. Salió de la mansión y los guardias al verlo hicieron una reverencia ante él.
—¿Saldrá algún lado amo Jimin? ¿Podemos mandarle una escolta?
—No gracias quiero estar solo, sé cuidarme.
—Pero el amo Jeon...
—Solo dile que fui a caminar.
Los guardias lo miraron incrédulos, Jimin salió por la gran puerta caminando a dónde el viento fresco de la noche lo llevará. Unos de los guardias no se convenció del todo en dejarlo solo así que lo siguió a escondidas.
Si le pasa algo al rubio, ellos mueren en manos de su jefe.
Tras caminar un poco por las calles oscuras de Japón, Jimin llegó a un parque demasiado tranquilo. El viento golpeaba su rostro, las pequeñas gotas de lluvia lo hacían sentir vivo, esto era justo lo que quería el rubio en ese momento.
Paz interior, para sentirse bien consigo mismo.
¿Qué voy a hacer? ¿Volvería con él? ¿Qué pasaría con su contrato? ¿Todo se iría a la mierda por sus sentimientos? Desearía en ese instante tener un amigo con quien compartir una plática y que le aconsejará que hacer, pero estaba absolutamente solo en un país que no conocía y dónde no tenía amigos.
En ese preciso instante una hermosa rubia tomó asiento a su lado, suspirando y mirando el enorme lago de enfrente. Jimin le dio una mirada rápida y ella a él, ambos conectaron sus miradas uno con el otro, sintiéndose extraños de repente.
—Lo siento, ¿querías estar solo? —Le dice en japonés a punto de levantarse.
—No... Es buena una compañía, no quiero estar solo -le responde de igual manera.
Le dice con voz suave, ella le regaló una sonrisa.
—Me llamo Ester, Ester Expósito mucho gusto —tendió la mano al rubio y este tímidamente la tomó.
—Me llamo Park Jimin.
—Un gusto, Park Jimin.
Se soltaron la mano aún sonriendo uno con el otro. Él silenció, se hizo presente ante ellos, sentían una vibra extra uno con el otro como si ya se conocieran, aunque era una locura, ella no parecía ser japonesa y Jimin menos.
—Y dime Jimin, ¿qué haces aquí solo? ¿Te pasa algo?
Quería hacer una conversación, ya que la situación era algo incómoda.
—Solamente... salí a dar un paseo y pensar cosas.
—Umm... ya veo.
Murmuró ella.
—¿Eres japonesa?
La rubia negó riendo.
—Soy española, nací en Madrid, pero estoy de visita en Japón, ¿Y tú?
—Soy Coreano y también estoy de visita en Japón.
Mintió. Pero no iba a decirle que fue secuestrado para casarse con un mafioso y por eso vivía ahora en Japón.
—Oh vaya... coreano qué sorpresa —murmura con pesar— Yo vengo de Corea precisamente.
Ambos seguían hablando en japonés.
—¿Sabes muy bien el idioma? —quiso saber ya que su japonés no era muy bueno, apenas y podía hablarlo.
—En realidad sé 6 idiomas, hablo español; mi lengua natal, mandarín, japonés, francés, coreano e inglés.
El rubio, quedó super sorprendido, él nada más sabía coreano y japonés a duras penas. Así que le habló en su lengua natal.
—Vaya sí que eres buena con los idiomas, yo solamente sé japonés y eso porque en mi clase de la universidad me lo exigía.
—Universitario, que bien. Yo sé los idiomas porque mi trabajo lo requiere, además que amo viajar y saber la lengua natal del país al que vengo es algo que me satisface escuchar.
—Pues eso es genial, tal vez tome clases de idiomas la próxima vez.
Ambos ríen ante el comentario del rubio, la incomodidad se fue, pero el sentimiento de Jimin se reflejaba en esos ojos verdes hermosos. Ester se dio cuenta de ello y preguntó.
—¿Pasa algo? Te miras demasiado apagado.
El rubio mordió su labio suspirando con total decepción, hablar de este tema con una extraña era algo que podía ponerlo en peligro, pero al mirarla le daba una tranquilidad enorme, que extrañamente le hacía sentir en confianza.
Podría obtener un consejo de alguien y ella parecía demasiado experimentada.
—Bueno yo... Estoy sufriendo por amor, un amor no correspondido. —empieza a decir.
—Ya veo... ¿Él no corresponde tus sentimientos? —el menor asintió— Me quieres contar, prometo que te daré mi mejor consejo.
La mira y siente, que podía perder.
—Lo que pasa es que el hombre que me gusta no siente lo mismo por mí, traté de enamorarlo a mi manera.
—¿Y cómo fue eso?
—Pues...uhm.. Sonara tonto, pero yo use cosas para... provocarlo —sus mejillas se tornaron rojas y la mujer rubia no pudo evitar sonreír y negar con la cabeza.
—Vale, ¿Y qué pasó después? —dijo más interesada.
—Creí que él me deseaba de la misma manera en que yo lo deseo, pero todo resultó en mis falsas ilusiones. Hace unos días lo lleve a una cita fuera de lo "común", él es alguien fino, elegante en su forma de ser, tuve la genial idea de llevarlo a una cita a un parque y comer comida chatarra de Mcdonald's, pero él rechazó mi cita, quería que él mirara algo diferente, que experimentará cosas que jamás había hecho. Todo se fue a la mierda y me moleste con él y me encerré en mi habitación sin hablarle, ahora no sé si seguir insistiendo o rendirme, él es alguien frío y a veces me siento como un objeto.
Una pequeña lágrima resbaló sobre su mejilla, la rubia se sintió tan mal de verlo de esa manera.
—Suena que es un idiota —el rubio asintió con una pequeña sonrisa— Tu intención fue buena, hay veces que las personas no valoran esos pequeños momentos que les entregamos con mucho amor. Me recuerdas a mí cuando era joven.
—¿Qué pasó con usted?
Ester no tenía problema en contarle sobre su pasado, total era solo eso, pasado. Y el rubio quería oír su historia para saber qué hacer.
—Tómalo como un consejo —el rubio asintió— Cuando yo era joven tenía como unos 17 años, me enamoré de un chico coreano —el rubio la miró sorprendido—, era un chico increíble y recuerdo que yo solo estaba ahí por las vacaciones de verano. Mi padre dijo que debía conocer el país de mis abuelos, ellos no son coreanos, pero ellos se enamoraron en Corea. El punto es que ahí mismo me enamoré de ese chico, jugaba ajedrez y era demasiado bueno, un día lo rete y le propuse que si ganaba me daría una cita, él se sorprendió porque hable en Coreano y me dijo que aceptaba.
El rubio oía atento al relato de la rubia.
—¿Ganó?
—Perdí, y me dijo que no lo molestara más. Fueron muy duras sus palabras, pero no me rendí. Un día en una fiesta que fui invitada por una amiga, él estaba ahí con sus amigos divirtiéndose; yo era una imponente de la moda, esa noche llevé una falda corta de cuero, un crop top diminuto y los tacones altos con mi chaqueta de cuero roja. Desde muy joven tenía un cuerpo que le causaba envidia a cualquier adolescente en especial de las coreanas, toda esa noche me miraban mal y los chicos no apartaban la mirada de mí.
—Mi cabello rubio y ojos verdes llamaban la atención demasiado, así que aproveché eso para divertirme y bailar con cuánto chico se me acercó. Miraba al chico que me gustaba verme de una manera sería y molesta. Comprendí que estaba celoso, hasta que un guapo chico me invitó a bailar y en ese preciso instante él se me acercó y dijo, ella viene conmigo.
Jimin imaginó la escena, le recordó cuando Jungkook fue posesivo con él en la subasta, donde todos los extranjeros lo miraban con deseo.
—¿Y qué pasó después?
—Bailamos. Yo estaba feliz de haber llamado su atención, pero las cosas se me salieron de control porque después de aquello nos subimos a una habitación e hicimos ya sabes —el rubio se sonrojó al saber a qué se refería— Pasó lo que tenía que pasar y así fue durante mis vacaciones en Corea, fuimos amantes de noche y extraños de día. Yo me estaba hartando de esta situación porque yo quería algo más que solo sexo, así que se lo dije y me mandó al diablo.
Recordar eso le dolió mucho. El rubio hizo un gesto de dolor.
—Al final me arte de él, me quedaba un mes para ir me dé Corea. Así que salí con muchos chicos, él le partía la cara a quien me invitaba a salir, yo le reclamé por supuesto hasta que me enteré de que él tenía un matrimonio arreglado con alguien más.
—Cielos... —musitó el rubio.
—Me dolió saberlo, la chica no era tan bonita. Esa era la razón de su rechazo, él no sabía que sentía por mí y me estaba volviendo loca, era dulce un día y un maldito conmigo al otro. Estaba así como tú ahora mismo, tomé la decisión de alejarme de él y cuando me vine a mi país Madrid, lleve mi vida normal como si eso no me hubiera hecho daño, pero me mentí a mi misma. Me dolió como el infierno, y después descubrí que estaba embarazada.
Jimin abrió la boca incrédulo mirando a la rubia.
—¿Y qué hizo?
—Pues... Contacte con él por carta, le dije que estaba esperando un hijo de él y él lo aceptó, pero mi padre no. Me iba a obligar a que lo abortara y yo no quería. Al final me dejó tenerlo, pero él lo mandaría a un orfanato. En cuanto supe aquello yo le dije a mi Ex novio lo que pasaría y él dijo que lo cuidaría. Cuando lo tuve el vino a España por él y se fue con él, me dijo que si me amaba y que se sintió tan idiota de haberme dejado ir como así. Fue lo último que supe del porqué papá me mandó un internado de monjas a Londres. Jamás volví a saber de mi hijo.
—Su historia es muy triste pero comprendo.
—Perdón me pediste un consejo y te conté toda mi historia.
—¡Claro que no!, de hecho fue muy fuerte lo que pasó. ¿Usted quería a su hijo?
—Así es, yo quería, amaba a mi hijo. Mi padre era muy estricto conmigo, jamás supe más de aquel chico y de mi hijo. El punto de esto Jimin es que jamás te dejes pisotear por amor, incluso si él te promete las estrellas, yo me sentí humillada por él, sentí que no valía nada, me sentía un objeto que solo tenía el propósito de sexo y no amor.
Justo como se sentía el rubio con Jungkook, aunque sin el sexo. Su relación nada más era un trato, un pedazo de papel en donde decía que sería su esposo y criaría a su hijo, como si él no valiera nada, se sentía utilizado de alguna manera. Él sentía algo fuerte por él, pero si así sería toda su vida a su lado, siendo despreciado y sin derecho a amar a otra persona, casi como un trofeo en una estantería, solo sacado para presumir y luego encerrado para seguir siendo el objeto de su lujoso aparador.
—No sé muy bien tu historia con él ese hombre, pero si te sientes un objeto e insuficiente es mejor dejarlo ir por mucho que te duela.
—Gracias por sus palabras, supongo que él me lo dijo. Sus palabras fueron claras desde el principio, no te enamores de mí, dijo él.
—A eso me refiero pequeño, haz lo que sienta tu corazón que sea correcto, no eres un objeto, tienes derecho a amar a alguien y tal vez ese alguien no es él.
Quería creer él que no sería así, el poco tiempo que ha estado con Jeon solo le causó confusión, dolor, y ansiedad.
¿Qué hago corazón?
—Me tengo que ir, fue un gusto conocerte Jimin, espero volvernos a ver.
—Igualmente, señora Expósito. Y gracias por sus consejos, ya tomé mi decisión.
—Que bueno, espero que sea lo que hayas decidido te dé la felicidad —le da su tarjeta con su número— Por si quieres hablar, tienes mi número contigo, adiós Jimin suerte.
Le acarició el cabello sintiéndose extraña. El rubio de igual manera le hizo una reverencia ante ella.
Se despide la rubia caminando hasta desaparecer de la vista de Jimin, el rubio estaba seguro de lo que haría y de la decisión que tomaría. Se abrigó más el cuerpo y caminó hacia el centro del parque donde había un hermoso puente de madera. Se recostó ahí mirando el agua cristalina iluminada por las pocas luces y los peces koi.
A su lado llegó alguien pero el rubio no se inmutó en voltear, pero la voz con la dijeron su nombre hizo su corazón detenerse, giró lentamente su rostro con sus ojitos brillosos.
—¿Hanbin?
♚𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀♛
Jungkook llegó a su mansión, miró la hora en su móvil notando que era casi la una de la mañana. Uno de sus guardias lo llamó, pero Jeon solo quería llegar pronto a la habitación de su rubio.
Tocó la puerta llamando su nombre, pero Jimin no contestaba.
—Jimin, soy yo, Jungkook —volvió a tocar, pero el rubio no le daba señales— Habré la puerta quiero hablar contigo.
Sin respuesta alguna.
—Jimin, por favor ábreme la puerta, quiero pedirte disculpas por lo que pasó.
Giró la manija notando que estaba abierta, abrió la puerta poco a poco mirando que la habitación estaba oscura, se acercó al apagador y prendió la luz mirando que la cama de Jimin estaba perfectamente tendida. No había señales de que el rubio estuviera ahí. Algo brilló en la cama, así que se acercó mirando el anillo de compromiso que él le dio a Jimin.
Su corazón comenzó a latir con fuerza como si tuviera taquicardia, el miedo seco su garganta. La ansiedad de perder al rubio fue tan grande que salió despavorido de la habitación bajando las escaleras como alma que lleva el diablo.
Miro a unos de sus guardias llamarlo y no tardó en preguntar por su rubio.
—¿Dónde está mi prometido? ¡¿Adónde fue maldita esa guardia 11?! —sus ojos casi salían de sus cuencas, estaba desesperado.
—El amo Jimin salió.
—¿Salió? ¿Con quién salió?
—Salió solo.
Tomó del cuello del guardia apretándole con fuerza, el pobre hombre temía por su vida, su amo y jefe parecía el diablo cuando se ponía de esa manera.
—¿Por qué demonios lo dejas salir solo de la mansión!?
—Sé... señor Jeon, espere, el guardia 13 lo siguió.. Él sabe dónde está el amo Jimin.
Jeon lo soltó y el hombre pudo respirar mejor.
—Ven conmigo y dile al 13 que me dé su ubicación ¡Rápido!
El guardia 11 asintió y rápido llamó a su compañero para saber dónde estaba el rubio; subió al coche y en transcurso del camino sentía que pasaban horas.
No quería perder a Jimin, se comportó como el maldito imbécil más grande del mundo, temía salir lastimado otra vez que lastimó a rubio, quien únicamente le brindó su amor y comprensión. Jimin no era como las demás personas, por eso lo eligió, por eso lo trajo con él.
Quiso estar con él incluso cuando le dispararon, su Jimin, su rubio de sonrisa de ángel, mejillas abultadas, unos labios regordetes preciosos. Jimin era perfecto, Jimin es su amor.
Si amor, su amor.
—Llegamos, amo Jeon, el joven amo está por el puente de peces koi, pero está...
No lo dejó continuar pues salió del auto corriendo hasta aquel puente, corrió incluso si la lluvia golpeaba su cuerpo. Pero cuando llegó se quedó estático en su lugar, miro a su rubio ser besado por alguien más.
El sentimiento de dolor que sintió el pelinegro al ver aquello, le destrozó cualquier esperanza.
Rubio no parecía incómodo con el beso, y Jeon solo se dio la vuelta recordando las palabras de Seokjin.
Si, no vas a querer a Jimin como es, entonces déjalo ir, tal vez alguien más haya fuera si lo valore.