ᴡɪʟᴛᴇᴅ ʟᴏᴠᴇʀꜱ ── ᴋʟᴀᴜꜱ ᴍ. [e...

Af Winchesterxmikaelson

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❛ Es una masa de contradicciones. desafortunadamente, eso sólo parece aumentar su atractivo. soy una perra en... Mere

✧ 𝐂𝐀𝐒𝐓 ✧
✧ 𝗣𝗥𝗢𝗟𝗢𝗚𝗢 ✧
✧ 𝐀𝐂𝐓𝐎 𝐢 ✧
𝖚𝖓𝖔. For the Next Millennium
𝖉𝖔𝖘. You Hung the Moon
𝖙𝖗𝖊𝖘. I'll See You in Hell or New Orleans
𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔. A Walk on the Wild Side
𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔. The Axeman's Letter
𝖘𝖊𝖎𝖘. Beautiful Mistake
𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊. Out of the Easy
✧ ᴀᴄᴛᴏ ɪɪ ✧
𝖔𝖈𝖍𝖔. The Other Girl in New Orleans
𝖓𝖚𝖊𝖛𝖊. Savior
𝖉𝖎𝖊𝖟. A Ghost Along the Mississippi
𝖔𝖓𝖈𝖊. Wild at Heart
𝖉𝖔𝖈𝖊. Dead Angels
𝖙𝖗𝖊𝖈𝖊. Heart Shaped Box
𝖈𝖆𝖙𝖔𝖗𝖈𝖊. A Streetcar Named Desire
ᴀᴄᴛᴏ ɪɪɪ

𝖖𝖚𝖎𝖓𝖈𝖊. An Old Friend Calls

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Af Winchesterxmikaelson




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Evangeline no sabía cómo podía ser posible que alguien abandonara por completo a aquellos que los querían, era algo de lo que estaba segura que nunca haría ya que le había ocurrido en muchas ocasiones.

Aunque sus hermanos consideran que fue ella quien los abandonó, Evangeline cuenta la historia de otra manera. Ella los dejó cuando se convirtió en vampiro, ella necesitaba encontrarse a sí misma y aceptarse.

El conde esperaba que Aurora encontrara un hombre adecuado y fuera una Reina. Mientras que cada vez que Evangeline hablaba de un pretendiente que había conocido su padre le dirigía una mirada de decepción y le decía que nunca distinguiría entre un hombre honorable y alguien que limpia las calles, sus calles.

Era una pesadilla estar viviendo en un condado donde lo único que importaba era la felicidad y la satisfacción de los dirigentes.

La pelirroja se sacudió el sentimiento nostálgico de encima y volvió a su libro. No sabía qué era lo que hacía resurgir esos sentimientos, tal vez era ella abandonando a Tristan o el deseo de decorar la pared junto a su ventana con el corazón de Aurora.

O el hecho de que había estado evitando a Klaus. Nadie podía culparla, ella decía odiarlo y, sin embargo, lo besó. Además, sus acciones no eran las que una chica podía olvidar con un beso. No le pisó el pie, la obligó a convertirse, algo que con el tiempo aprendió a querer pero Evangeline hubiera agradecido tener el control sobre el camino de su vida aunque fuera para acabar con la misma.

Una vez más fue sacada de sus pensamientos, Evangeline levantó la vista para encontrar a Klaus de pie en su puerta aclarándose la garganta. —Pasa. —murmuró poniendo su libro en la mesita de noche.

—En realidad voy a salir, así que lo que sea que quieras decir, dilo después. —Evangeline dijo caminando hacia la silla de su tocador, tomando su abrigo rojo y poniéndoselo rápidamente. —Sólo voy a comprar café, ¿te traigo algo?

—Está bien, iré contigo.

Evangeline quería decirle que sería mejor que no viniera, pero, ¿mejor para quién? No es que odiara estar cerca de él, simplemente no sabía qué decir después de su último incidente y habría sido bipolar de su parte volver a insultarlo en cada encuentro.

┈━ ◇ ━┈

—Mira, Nik, no puedo dejar de recalcar que tu paranoia a veces se pasa de la raya. —empezó Evangeline cuando él terminó de hablar. Se sintió como en los viejos tiempos, como cuando él venía a ella por unas palabras de sabiduría. —No puedes probar que no hay más roble blanco y no puedes vivir con miedo de algo que tal vez no exista.

—Odio sentirme tan indefenso... —empezó Klaus antes de que ella le interrumpiera.

—No tienes que decirme eso a mí de entre toda la gente. —Evangeline rió suavemente bajando la mirada a sus tacones. —Sentirse indefenso te hace hacer cosas estúpidas, Nik. Tú deberías saberlo mejor que nadie.

—Hace unas décadas, mientras me perseguía incesantemente, Mikael desapareció sin dejar rastro. Ninguna bruja podía encontrarlo. Claro, yo vivía como si acechara detrás de cada esquina, hasta que un día, yo también desaparecí. Corté todos los lazos y me esfumé.

—Lo recuerdo. —asintió ella, recordando cómo a duras penas encontró a Elijah para intentar ponerse en contacto con Kol o con Rebekah y nunca funcionó. —Le dijiste a Elijah que te deshiciste de los cuerpos de tus hermanos y se vio obligado a odiarte y a alejarse.

—Pero ya no puedes hacer eso, Nik. No puedes volver a ser ese tipo. —comenzó Evangeline suspirando profundamente. —En ese entonces estabas solo y ahora tienes mucho que perder.

—Tienes a Hope... y esa niña es la única a la que no puedes obligar a alejarse de ti. —terminó frotándose las manos mientras se detenían en la cafetería.

—¿Sólo ella nunca se alejaría de mí? —Klaus le preguntó enfatizando mientras entraban en la pequeña cafetería.

—Es tu hija, ¿no? —Evangeline se encogió de hombros exhalando bruscamente. —Bueno, ella y Freya... y Hayley y Elijah. Tengo una lista bastante larga.

—Una lista incompleta.

La pelirroja asintió pensando en su respuesta mientras le decía a la camarera su pedido y se sentaba en una mesa. —No creo que esté incompleta. Dale tiempo.

Evangeline y Klaus pasaron la mañana en la pequeña cafetería mal decorada, al sentir la incomodidad de ella Klaus optó por no discutir ningún asunto y simplemente disfrutar de unos momentos de tranquilidad a su lado.

Mientras caminaban por la calle DeMaine y volvían al recinto Klaus tuvo de repente una sensación extraña y se detuvo en seco, Evangeline frunció el ceño confundida y volteó hacia él. Siguió su mirada al otro lado de la calle y vio a un hombre de pie mirando al híbrido con una sonrisa de satisfacción.

Sin embargo, varios coches pasaron por la calle impidiendo temporalmente ver al hombre por un momento. Después de que los coches pasaran Klaus observó que el hombre había desaparecido y puso una cara de preocupación. —¿Viste eso?

—Sí... ¿Soy demasiado positiva para pensar que posiblemente sea un acosador y no uno de tus muchos e incontables enemigos?

┈━ ◇ ━┈

Klaus y Evangeline estaban en el recinto Mikaelson informándole a Freya y a Elijah lo que habían visto ya que la paranoia de Klaus, sin saberlo, estaba sacando lo mejor de él. —Fue él. Gaspar Cortez.

—Supongo que es alguien de tu caja de cartas —Freya suspiró asumiendo mientras Evangeline asentía.

—El menor de una familia especialmente vil de caudillos con el que lidié en el siglo XVII.

—¿No quemaron ese chiquero filisteo? —Elijah preguntó comprobando con desagrado.

—Oh, Rebekah fue bastante descriptiva sobre lo feo que era. —la pelirroja sacudió la cabeza.

—¿Chiquero? ¡Belaga era mi retiro preferido como artista! Alguien debía pagar por eso, así que maté al bruto del padre de Gaspar.

—¿Y? —Freya preguntó sintiendo que obviamente había más en la historia.

—Y a uno o dos...

Klaus iba a responder antes de que Elijah cerrara los ojos con frustración interviniendo. —Cinco-

—Cinco de sus sanguinarios hermanos. —el híbrido se encogió de hombros mientras Evangeline y Freya intercambiaban una mirada poco impresionada.

—No olvides a la amante.

—¡Eso fue un accidente! —Reclamó el rubio híbrido original a su hermano claramente ofendido.

Elijah puso los ojos en blanco mientras la pelirroja reprimía una carcajada y ambos voltearon hacia Freya. —Lo importante es que Gaspar no era nadie.

—Hasta que se convirtió en vampiro, y empezó a perseguirme.

—Es un astuto, famoso por obligar a desamparados a ayudarlo en sus tareas. —Klaus dijo sacudiendo la cabeza. —Esto es exactamente lo que me preocupaba. Demonios de todo tipo saliendo de sus grietas para atacarme.

—Bueno, para ser justos, si fuiste un poco duro. —Evangeline se cruzó de brazos y antes de que él pudiera responder se oyeron pasos y murmullos que se acercaban desde el piso inferior.

—Hablando de eso...

Klaus bajó las escaleras a velocidad vampírica hacia el patio y Evangeline suspiró exasperada. —Algún día tendremos que ponerle una correa. —dijo dirigiéndose hacia Elijah y Freya.

Freya rió mientras Elijah respondía.
—Me he sentido inclinado a ese pensamiento más de un par de veces.

—Bueno, ¿vamos a ver el drama? —Evangeline sugirió encogiéndose de hombros mientras guiaba el camino bajando las escaleras.

Llegó al final y casi se desmaya al ver a un Kol Mikaelson bastante vivo. —¿Cómo...? ¿qué...? —Evangeline se apresuró a ir al lado de Klaus levantando las cejas mientras esperaba una explicación.

—Nik, atacaste a mi chica. —Empezó a hablar y Evangeline reaccionó notando a Davina a unos metros detrás de Kol.

—No puede ser.

Davina dio unos pasos posicionándose junto a Kol y dijo. —Es Kol. Cuando rompí tu vínculo, se creó una fuente de poder.

Freya miró a Davina con frialdad y murmuró. —Tú robaste el nexus vorti.

Davina puso los ojos en blanco con frustración descontenta de que no estuvieran más agradecidos por lo que había hecho por ellos. —¡Y traje a tu hermano de la muerte!

Kol la defendió. —Deberían agradecerle, de verdad.

Evangeline negó con la cabeza murmurando. —Cállate.

Él levantó una ceja confundido antes de que ella se lanzara hacia él envolviéndolo en el mayor abrazo que pudo dar. —Has vuelto de la muerte, idiota. Las peleas pueden esperar.

Kol rió devolviéndole el abrazo con la misma fuerza. La última vez que pudo verlo fue antes de su muerte, cuando no dejaba de hablar sobre la llegada de Silas a la Tierra, algo que ella no podía creer hasta que se enteró de su muerte a manos de un cazador de la hermandad de los cinco.

Evangeline se separó con una sonrisa amplia y brillante en su rostro y le envió a Davina una pequeña inclinación de cabeza en señal de agradecimiento, no muy a favor de sus métodos pero sí contenta con los resultados. Klaus y Kol se quedaron mirando fijamente antes de que el híbrido, sorprendentemente, siguiera el ejemplo de la pelirroja y se lanzara a abrazar a su hermano, lo cual le alegró y sorprendió.

Una vez que se separaron Kol giró hacia Elijah saludándolo. —Hola, Elijah.

—No envejeciste nada.

El más joven de los originales en la sala asintió y se giró hacia la bruja rubia. —¿Y tú...?

—Freya.

—Sí. La hermana mayor perdida. —asintió recordando y preguntó. —Hablando de giros en el árbol genealógico, ¿dónde está Rebekah?

Evangeline inhaló poniéndose visiblemente tensa y Klaus dijo. —Es una larga historia. Reservada para la familia. Davina puede salir sola.

Kol hizo una mueca mirando a Klaus con exasperación y confusión. —Uh, ¿estás—?

Evangeline puso los ojos en blanco reprimiendo una réplica cuando Klaus lo interrumpió. —Como siempre, nuestra familia enfrenta muchas amenazas. Cuanto antes sepas de ellas, mejor. No quiero que te distraigas.

Kol tomándose la última parte de forma ofensiva respondió. —¿Por Davina? Si pudieras sacar tu cabeza de tu...

—Kol, está bien. Me iré. —dijo su novia interviniendo antes de darse la vuelta y dirigirse a la puerta.

Kol negó con la cabeza siguiéndola mientras Evangeline se frotaba el brazo con la mano deseando que la pelea terminara ya. No podía culpar a Klaus ya que Davina no era una amiga de la familia, ni siquiera una simple conocida, era la misma bruja que rompió su linaje días atrás y no dudó en lanzar a Evangeline contra una pared para terminar el trabajo y tener su venganza.

Kol se despidió de la bruja con un beso antes de que se fuera y Evangeline sonrío sabiendo que era realmente feliz con ella. Algo que siempre había deseado para él desde que conoció su relación con el resto de sus hermanos años atrás.

┈━ ◇ ━┈

—No es como que yo le haya dicho que viniera a pedir ayuda cuando lo hizo. —Evangeline dijo hojeando otra carta de Klaus con Kol mientras platicaba con él poniéndole al corriente sobre lo que había pasado desde que pisó Nueva Orleans.

—¿Pero fue una buena distracción? —Kol enarcó una ceja mientras ella le lanzaba una mirada golpeando ligeramente su pecho. —Niégalo todo lo que quieras, sé cuando estás mintiendo.

—No estoy mintiendo, Kol. Salí con Stefan durante tres años y fueron los mejores de mi vida, así que no es como si él pudiera aparecer y yo simplemente voy fingir que nada sucedió. —se defendió recogiendo otra carta. —Además me quitó de la cabeza el hecho de que Nik me besó. Y ahora que Stefan se fue de la ciudad tengo que pensar en eso de nuevo.

—Espera... ¿qué acabas de decir? —Kol dijo levantando ambas cejas mientras Evangeline se encogía de hombros.

—¿Stefan dejó la ciudad?

—No te hagas la tonta, Eva. —puso los ojos en blanco sacudiendo la cabeza. —Besaste a Nik.

—Bueno, si lo pones así... —Empezó a decir cerrando los ojos. —Mira, él me besó y yo sólo... no sé, ¿estaba viviendo el momento? Se sintió bien no tener que atacarlo por una vez.

—¿Así que eso es todo? ¿Ahora están juntos?

—No, por supuesto que no. —Evangeline negó enérgicamente con la cabeza. —Fue un maldito beso, nada más y probablemente mucho menos

—Eva... —empezó él mientras ella resoplaba recostándose en la cama en la que estaban sentados hojeando las cartas recopiladas de Klaus. —Me duele verte después de todos estos años, tantos altibajos, y aún sigues colgada de un enamoramiento. Quiero decir, puedes mentirle a todo el mundo. Puedes mentirte a ti misma pero no a mí.

—No estoy mintiendo, Kol. —descartó Evangeline sentándose de nuevo. —Mira... me he sentido sola últimamente después de lo que pasó con Tristan y Aurora. Ellos nunca estuvieron realmente allí pero solía pensar que cuando necesitara a alguien podía confiar en Tristan y cuando te sientes tan sola y alguien aparece en tu puerta diciendo que nunca te dejará... como que te rompes.

—Bueno, tú no eres nadie. —se burló él agarrando sus dos manos para tener toda su atención. —Cariño, eres Evangeline de Martel.

—Y eso significa que me tengo que aguantar y salir adelante. —terminó ella por él sonriendo suavemente. —Me alegro mucho de que hayas vuelto.

—No más que yo, cariño.

Evangeline asintió sonriendo antes de recordar algo. —¿Por qué demonios enviaste a Davina Claire para que la ayudara a... no sé... posiblemente matar a Nik?

Kol rio. —No la envié para que la protegieras o ayudaras, esperaba que la convencieras de cambiar de opinión.

—Y yo hice el peor trabajo en eso. —se encogió de hombros inhalando bruscamente mientras él negaba con la cabeza.

—En realidad hiciste un trabajo demasiado bueno, la desafiaste para que se sintiera más obligada a seguir adelante con el hechizo.

Evangeline suspiró cuando Elijah entró en la habitación.

—Vaya bienvenida. Ya a merced de Niklaus y justo a tiempo para ayudar a limpiar su desorden. ¿No extrañas estar muerto?

Justo en ese momento Klaus entró con una copa llena de sangre. —Sigue quejándote incesantemente y seguramente lo extrañará. —Le tendió la copa a Kol. —Ten.

Los ojos del recién resucitado Mikaelson se abrieron de par en par al ver la sangre fresca. —Obligué a la mucama.

Kol parecía dividido entre su hambre y su promesa a Davina y se quedó mirando el vaso durante un largo momento mientras Klaus se lo agitaba en la cara de forma tentadora pero antes de que Kol pudiera hacer un movimiento para agarrarlo, Evangeline alargó la mano y agarró el vaso de sangre dando un sorbo.

—La próxima, una bolsa de sangre estará bien. —Kol suspiró pareciendo agradecido de no tener que romper su promesa a Davina. —No debo consumir de la fresca.

—Las dietas de sangre animal podrían estar en tus planes futuros. —Evangeline sugirió tomando otro sorbo.

—¿Intentas ser un mejor hombre para tu novia? —Klaus preguntó.

—Preferiría estar con esa novia, pero como tus enemigos volvieron buscando venganza, supongo que deben ser asesinados. —Kol le dirigió una mirada negando con la cabeza.   —Recuérdame, ¿quién era Cortez?

—Su familia diezmó Belaga. —afirmó el híbrido mientras Kol comenzaba a reír.

—¡Uf! Belaga. Ese lugar era horrible.

Elijah, feliz de escuchar que alguien estaba de acuerdo con su opinión sobre Belaga sonrió y le dirigió una mirada de suficiencia a Klaus.
—¡Gracias, Kol!

Evangeline rió sacudiendo la cabeza mientras Klaus miraba a los tres exasperado y decepcionado por sus opiniones. —No tienen gusto. Ninguno de ustedes.

—Tal vez seas tú el que no tiene gusto. —la pelirroja se encogió de hombros sonriendo.

—Tranquilo. —Kol se puso de pie recogiendo las cartas. —Sé cómo encontrar a tus enemigos. Si nuestra nueva hermana no se enoja si le enseño un hechizo rápido.

Levantó las cartas en sus manos.
—¿Puedo quemarlas?

┈━ ◇ ━┈

Kol y Freya estaban de pie uno al lado del otro en la mesa de la sala de estar del piso superior, Kol estaba empezando a quemar las cartas que Klaus utilizaba como trofeos mientras Elijah, Evangeline y Klaus observaban de cerca. 

—Mezclar las cenizas de esas cartas con tu sangre, Nik, nos mostrará dónde están tus enemigos. —dijo machacando las cenizas. Freya le entregó una copa de oro con la sangre de Klaus. 

Kol espolvoreó las cenizas en la copa antes de devolvérsela a Freya y ella dejó caer la mezcla de ceniza y sangre sobre un mapa que estaba sujeto por velas blancas mientras su hermano menor sacaba un hechizo escrito en un pergamino del bolsillo de su chaqueta y se lo entregaba sonriendo. —Ahora, con sentimiento.

Evangeline sonrió ante su interacción antes de que Freya respirara profundamente y comenzara a hacer el hechizo. —Calaste piso tal tras es tros. Calaste piso tal tras es tros.

La sangre comenzó a separarse en once pequeñas gotas, las cuales se dispersaron por el mapa. Se detuvo en cuatro lugares en total de América del Norte; uno cerca de Chicago, Illinois; uno en Nueva Orleans, Luisiana; uno en el sur de California, y uno en el centro-sur de México. Una en el sureste de Brasil; tres en Europa; Bélgica, sur de Italia y oeste de Rusia. Dos en África; uno en Nigeria, otro en Sudáfrica y otro en lo que parecía ser Corea del Sur. 

La pelirroja se quedó mirando el mapa pensando en que si nunca hubiera venido a Nueva Orleans ella podría haber estado en ese mapa situada en Francia, París. Oh, los últimos meses la habían cambiado mucho o le habían sacado de la cabeza lo que su hermano trató de implantarle sobre los Mikaelson. 

—Contempla tus grandes éxitos, Klaus. Por todo el mundo. Pero aquí sólo hay uno. —Freya suspiró señalando el mapa. —Lo que significa que la legión de enemigos que te preocupaba es un ejército de uno.

Pasaron unos minutos mientras discutían lo que habían obtenido del hechizo de Freya antes de que Kol señalara una gota de sangre que estaba justo en Nueva Orleans. —Seguro que este es tu Gaspar Cortez.

Antes de que alguno pudiera responder Klaus recibió un mensaje de texto y salió corriendo mientras Evangeline asentía para sí misma mojándose el labio inferior mientras le respondía a Kol. —Es la suposición más cercana.

Había pasado más tiempo, Elijah se fue después de que Marcel lo llamara y sólo estaban Freya, Evangeline y Kol hablando de la reciente relación de Kol con algunas felicitaciones antes de que escucharan un ruido de goteo. Evangeline fue la primera en llegar a la habitación y observó el mapa horrorizada. 

—¿Por qué siguen moviéndose...? —Evangeline preguntó mirando las gotas de sangre. —Eso no es buena señal, ¿verdad?

—No, significa que vienen. Todos ellos.

┈━ ◇ ━┈

—Espera un segundo. —Evangeline levantó la mano interrumpiendo a Elijah. —¿Cómo íbamos a saber que hay un club de odio contra Nik?

—Sólo necesitaban saber que el roble blanco todavía existe. —Klaus dijo suspirando. —Y ahora lo saben.

—Así que esto es una parte de tus enemigos potenciales. —declaró Elijah brevemente levantando la vista del mapa. 

—En retrospectiva, podrías haber sido más amable. —Kol rió. —O al menos haber dejado menos supervivientes.

—No conocemos todas sus motivaciones. La mitad podría querer dispararte para terminar la guerra de linajes. —Klaus afirmó dirigiéndose a Elijah.

—Bueno, no tienes precisamente un ejército dispuesto a morir por ti.  —Evangeline suspiró mientras él le dirigía una mirada, a la cual ella se encogió de hombros. 

—Evangeline tiene razón. Las únicas personas que se preocupan por protegerte están en esta misma sala. —Elijah dijo mientras seguía mirando los puntos del mapa, algunos se movían más rápido que otros. 

Elijah miró a Klaus con seriedad por un momento antes de continuar. —Como sabes, Niklaus, hay otra forma.

Klaus suspiró pero no contestó. Freya parecía confundida por un momento antes de darse cuenta de lo que querían decir.  —¿Vas a huir?

El híbrido rió ante la pregunta de Freya antes de corregir. —Hubo una época en que el nombre Klaus Mikaelson era poco más que un rumor. Una sombra que asustaba hasta los huesos de los que oían un suspiro de él. Yo no huyo, hermana.

—Desaparece. —Evangeline afirmó mirándolo antes de exhalar con frustración. 

—Y esta noche, ustedes cuatro lo harán posible. —Klaus levantó un saco con manchas de sangre en él y Evangeline dedujo que aquello era la cabeza ensangrentada de Cortez.

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Evangeline se separó de Hayley y le sonrió a la morena. —Cuida a la pequeña por mí. —dijo besando la frente de Hope.

—Así que... ¿vas a volver a París? —Hayley preguntó subiendo la cremallera de su chaqueta.

—Lo creas o no, París no es divertido sin compañía. —La pelirroja suspiró cruzando los brazos. —Creo que me quedaré un tiempo.

—¿Algo cambió? —Hayley preguntó notando la mirada no muy sutil de Evangeline mientras Klaus acomodaba a Hope en su portabebés en el asiento trasero del coche.

—Eso creo... Cuídate, Hales.

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