(Narra Vegetta)
-Disculpe, pero creo que me voy a tener que ir ya que usted esta siendo un PERVERTIDO- Le dije al Dr. Ismael.
-Estoy muy seguro que va a volver algun día, nadie se resiste a mi.-
Sin más que decir abandoné la habitación.
¿No le vas a contar? No ¿Por qué? Por que conozco a Willy y lo dejaría en el piso. Pero ese idiota se lo merece. Sí, pero no quiero problemas. PERO SE LO MERECE, ES UN HIJO DE PUTA MAL CRIADO. Ya basta, no me jodas.
Tener una discución conmigo no es nada lindo, mi subconsiente es demasiado terca. Sabes que puedo escucharte,¿no? YA CÁLLATE.
Decidí visitar a Willy, aunque algo en mí decía que debía contarle, pero no iba a hacerlo. No resistiría verlo mal de alguna manera. Llegué a la habitación y me encontré con el Dr. Ismael seduciendo a... ¿SEDUCIENDO A WILLY? CABRÓN. Willy estaba sentado en su cama con sus codos apollados en sus rodillas, mirando al Dr. desde abajo y sonriendo. El doctor estaba apoyado en la mesa del televisor con sus brazos cruzados adelante, con una mirada pervertida en su rostro dirigida a mi novio.
-¿Qué estás haciendo aquí?- Pregunté al Dr. entre dientes.
-¡Samuel!- Willy me miró con una sonrisa. Pero yo no quitaba mi vista del otro presente.
-Solo quería visitar al señor Díaz y revisar su estado, todo bien.- Me sonrió con ironía.
-Quiero que te vayas. Necesito hablar con Willy, mi novio.-
-Oh, ¿hablar? ¿Acaso no tienes algo que contarle?-
-¿Algo de qué?- Preguntó Willy mirándome, con un signo de interrogación en la cara.
-Nada, ahora largo.-
-Pero no creo que sea tan importante como para sacarme de la habitación, ¿o sí?- El Dr. se acercó a mí aún con sus brazos cruzados. Iba a romperle la cara.
-¿Qué es tan importante, Samu?-
-Dr. vamos a hablar afuera.-
-Podemos hablar aquí.- Se me puso adelante. Y se volvió para caminar a la camilla. -Adivino, Samuel. ¿Quieres contarle de tu accidente?
-¿Accidente? ¿Cuál accidente?- Se notó la preocupación en Willy. Miré al doctor con el seño fruncido, ¿de qué habla? Es una trampa. ¿Eh?
-Yo también estaba presente, Willy.- Se sentó en la camilla.- Demasiado cerca, para presenciar...
-¿De qué estás hablando, imbécil?- Me acerqué amenazadoramente al Dr.
-Samuel, para. ¿Qué cojones está pasando? ¿Que intentan decir?
-No niegues que casi me besas, Samuel.- ¿Que yo quéeee?
-¿D-De qué habla?- Dijo Willy mirando al doctor
-NO ES VERDAD.- me adelanté.- Willy, está mintiendo.
-Por favor, en la otra habitación. Dijiste a quién preferías más, dijiste que desconectáramos a Willy antes de que siga sufriendo. Y dijiste que te quedarías conmmigo si algo llegara a pasar.
-No es verdad, tú dijiste eso, no yo. Dijiste que no me resistía a ti, y casi me besas.
-Samuel...- Miré a Willy, ya estaba llorando. Haber pasado tanto tiempo luchando inconsciente con su vida, y que a la hora de despertar se encuentre con estas escenas debe ser mucho para él. Y sentí su agotamiento.
-MIRA LO QUE HICISTE.- Golpeé a el Dr. en la cara. El respondió con otro puño en mi estómago.
-SAMUEL, ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?- Willy intentó pararse. Guardias y enfermeras llegaron para separarnos. Tiré al doctor al piso y comencé a pegarle en el rostro una y otra vez, con muchísima rabia. Un policia me tomó por los brazos y apoyó mi cara contra el piso mientras ponía las esposas en mis muñecas. Miré a Willy desde abajo, me miraba con preocupación, enojo, pero con una total decepción.
-No es cierto Willy. Te amo.- Bien hecho, idiota. La cagaste.
Lo último que vi fue una enfermera ayudando al Dr. a pararse, él mirándome con una sonrisa de triunfo en la cara. Y mucha sangre.
Holis, aquí un nuevo capítulo. Mañana vamos a tener otro si es posible, estoy segura que sí porque es domingo. Gracias de todo como siempre. Un besaso y chau chau.
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