Promise┊Chaelisa

By PassionKisser

147K 11.2K 6.5K

Donde Roseanne y Lalisa son amigas desde pequeñas, y mantienen la promesa de no olvidarse jamás. ➷Personajes... More

Prólogo
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
48.
49.
50.
52.
53.
54.
55.
56.
57.

51.

1.7K 141 112
By PassionKisser

Capítulo M.

Era el lunes por la mañana, Jisoo no tenía clases conmigo hoy, sin embargo, me acompañaba por los pasillos de la universidad. Ella decía que era porque no quería quedarse sola en casa, no obstante, yo estaba segura de que el hecho de que la clase de la mañana solo la compartíamos Jennie y yo tenía algo que ver. Ella le decía gobernada a Lisa, pero era casi igual. Por supuesto, mi novia también nos acompañaba.

Nos posamos frente a la puerta de la clase esperando a Jennie y Lisa, cuando vimos a la castaña aparecer por el pasillo con la mochila sobre su hombro derecho y sus audífonos. Iba moviendo la cabeza al ritmo de la música sin prestar verdadera atención a nada.

No obstante, cuando logró visualizarnos sonrió con picardía y empezó a cantar. Se posó frente a Jisoo y, dando media vuelta, empezó a hacerle twerk mientras mi amiga reía.

My butt cheeks, she likes to grab —cantó, moviendo el trasero.

(Mis nalgas, le gusta agarrar)

Terminando aquella corta estrofa, se quitó los audífonos y le dirigió a mi amiga una mirada divertida, apresando su labio inferior entre los dientes.

—¿Te gustó el espectáculo?

Jisoo levantó los hombros con una sonrisa divertida.

—Muy corto para mi gusto.

Jennie se echó a reír, pasando un brazo por la cintura de mi amiga y acercándose lentamente.

—Más tarde te daré un espectáculo privado.

—Me gusta cómo suena eso.

Y cuando Jisoo enrolló los suyos en el cuello de la castaña, se fundieron en un tierno y lento beso, que terminó con Jennie llevando la cabeza hacia atrás.

—Dios, nena. ¿Qué traes hoy? ¿Es fresa? —le preguntó con una sonrisa.

La pelinegra asintió.

—El tuyo es sabor cereza, ¿no?

Su novia le guiñó un ojo.

—Correcto.

Finalmente, pareció reconocer mi presencia y se separó levemente de su novia, permitiendo que la saludara como se debía, plantándole un beso en la mejilla.

—Buen día, Rosé.

—Buen día, Jen. ¿Y Lisa?

—Oh, me pidió que te diera esto —recordando algo, sacó una caja de chocolates de su mochila y la extendió hacia mí—. Las compró para ti ayer, y quería dártelas pero su familia la llamó. Es cumpleaños de su primo y debe saludarlos a todos antes de su clase más tarde y el trabajo.

—Entiendo, gracias.

—¿Por qué tú no me traes chocolates? —Jisoo llevó ambas manos a su cintura e hizo un puchero.

—Porque planeaba llevarte a comer chocolates yo misma —tomando su mano, Jennie sonrió—. Después de esta clase, por supuesto. Son sólo dos horas, nos da tiempo de tomar un desayuno.

—Suena perfecto —mi mejor amiga le devolvió la sonrisa—. ¿Nos acompañarás, Rosie?

—Me encantaría, pero sé que ustedes apreciarán más su tiempo a solas. Además, tengo algunos trabajos que quiero adelantar.

Iba a decir que quería ver a Lisa, pero también debo darle su espacio. Si ella está con su familia no debo interrumpir, necesitamos tiempo a solas también.

No obstante, y pese a mi mentira a medias, se observaron entre ellas con cierta incredulidad durante unos instantes.

—Claro —murmuró Jennie, no tan convencida.

Sin embargo, la profesora Sunmi llegó a nuestro lado con un café en la mano y su bolso en la otra, y sonrió deseándonos unos buenos días.

—Señorita Kim Jisoo, ¿otra vez por aquí? Sabes muy bien que tu horario de clase conmigo no es sino hasta la tarde.

—Lo sé, pero no podía esperar para verla —Jisoo le guiñó un ojo y la maestra no pudo evitar rodar los suyos.

—Siempre tan encantadora.

A pesar de su comentario sarcástico, una sonrisa se escondió detrás de sus labios cuando bebió un sorbo de su café. Sunmi era una de las mejores profesoras en toda la facultad de ciencias empresariales y también la maestra favorita de Jisoo. Francamente, pese a su forma directa y fría de ser, era un amor de persona cuando te acercabas un poco a ella. Claro que yo lo había hecho gracias a Jisoo, pero la conocía al fin y al cabo.

Jisoo le lanzó un beso al aire y la maestra, rodando nuevamente sus ojos, empezó a avanzar dentro del salón de clases.

—Vamos dentro, es hora de empezar la clase.

Las tres ingresamos después de ella y poco a poco todos los estudiantes empezaron a llegar también. Sunmi dio un poco de tiempo mientras arreglaba sus cosas, pero desafortunadamente fue aprovechado por alguien completamente desagradable.

—Jisoo.

Minho se acercó a nosotras con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón holgado, sonriendo ladinamente. Pff, como si esa sonrisa de cazador hiciera algún efecto en tres lesbianas.

—¿Te transferiste a esta clase? —llevó una de sus manos hacia su cabello, echándolo hacia atrás y mordió su labio inferior.

Quizá, si no tuviera a Lisa y no me sintiera más lesbiana que nunca, esa acción habría provocado algo en mi interior. Pero no era así y él era un idiota.

Jisoo levantó una ceja hacia él.

—No —se limitó a contestar.

Minho se inclinó sobre el asiento de la pelinegra y le guiñó un ojo, su voz tornándose un poco más baja con el fin de ser seductora.

—Es una pena. Amaría ver tu hermoso rostro por aquí cada lunes.

Jennie frunció el ceño.

—Si sigues diciéndole esas cosas a mi novia, lo único que verás serán estrellas por el golpe que voy a darte. Muévete —actuó rápidamente y, halándolo de su camisa, lo echó hacia atrás.

Él sonrió socarronamente.

—Estrellas son las que verá ella cuando yo-

Pero, siendo más rápida nuevamente, la castaña se levantó de su asiento y le dirigió una mirada de muerte.

—Atrévete a terminar esa frase y no respondo.

Jisoo levantó las cejas y miró preocupada a su novia.

—Jennie-

—¿Qué está pasando ahí atrás?

Afortunadamente, Sunmi se había dado cuenta de la disputa que estaba iniciando y se dispuso a interrumpir todo desde su escritorio, observándonos por sobre sus lentes circulares.

—Señores Kim, ¿Debo recordarles que están en un salón de clases? Un santuario para el estudio y el conocimiento, no para barbaries como la violencia física. Si tienen algún problema, lo solucionan dialogando. Ambos son, legalmente, adultos ya. Actúen como tal.

Jennie, completamente avergonzada, bajó un poco su cabeza y, dando un paso hacia atrás, asintió.

—Lo siento, señorita Sunmi.

Sunmi asintió en reconocimiento, volteando luego hacia Minho, como si esperara una disculpa por su parte también. Pero claro, no la iba a conseguir.

Él sólo rodó los ojos y, siguiendo con su actitud coqueta, habló.

—Como sea, yo sólo estaba dándole la bienvenida a Jisoo.

—La señorita Kim Jisoo no hace parte de este grupo de clase.

—¿Y qué hace aquí entonces? —levantó una ceja—. Si no es de esta clase, usted tiene el derecho de sacarla, ¿no?

Jennie y yo intercambiamos una mirada. Primero le da la bienvenida y ahora quiere que la saquen, ¿qué pretende?

—Tengo la potestad de sacarla, sí. Pero sucede que la señorita Jisoo está aquí para aprender, y tiene mucho más entusiasmo que la mayoría de ustedes, por lo tanto, le permito continuar escuchando mi clase. Ahora tome asiento, estoy por empezar.

—Pero, ella-

Sunmi suspiró irritada y ajustó sus lentes.

—Mire, señor Minho, no sé usted, pero la mayoría de los presentes pagaron por tener una buena educación y yo no voy a arruinarlo sólo porque usted crea que es innecesaria la presencia de alguien en este salón de clases. Si no le gusta mi modus operandi, entonces es más que bienvenido a retirarse de la clase, no tendré ningún problema con eso. Pero si no quiere hacerlo, entonces le sugiero mantenerse en silencio y respetar mis decisiones. Cuando tenga su título y su propio salón de clases, podrá hacer lo que quiera; mientras tanto, tendrá que abstenerse de inmadureces.

Sonrojado por la vergüenza, Minho nos lanzó una última mirada antes de tomar asiento en la parte de atrás junto a varios de sus amigos.

Antes de voltearse para empezar la clase, la maestra nos dio un guiño y empezó la clase.

—Sip, mi maestra favorita —Jisoo llevó ambas manos detrás de su cabeza y se acomodó en el respaldo de su silla con una sonrisa.

...

Después de la clase, Jennie, Jisoo y yo nos separamos. Ellas se fueron a por su desayuno, mientras yo me quedé en casa —gracias al aventón que me habían dado— haciendo algunos trabajos. O terminando, más bien.

Ahora me encontraba sentada en el sofá; sobre la mesa papeles se encontraban regados y mi laptop encendida, mientras comía unos trozos de manzana.

De repente, la puerta principal sonó y me tuve que levantar a atender —pues claro, no lo iba a hacer Dalgom—.

—¡Rosie pooh! —en cuanto abrí la puerta, me llevé la sorpresa de encontrar a mi novia de pie—. Jennie me dijo que estabas aquí.

—¿Lisa?

—La misma —guiñó un ojo y me sonrió—. ¿Puedo pasar?

—Oh, claro —me hice a un lado para que pasara y cerré la puerta detrás de mí cuando lo hizo—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—¿Qué? ¿No me querías aquí?

—¡No! ¡No, por supuesto que sí! Es sólo... Jennie me dijo que estabas ocupada con tu familia, así que decidí tomar algo de tiempo. Necesitamos tiempo separadas, después de todo.

Ella, quien me observaba expectante con ambas manos en la espalda cuál niña pequeña, se irguió y el dolor que empañó su rostro entero me desconcertó. Estuve a punto de preguntar, cuando ella volvió a hablar.

—Estás... Tú quieres... ¿Quieres que nos demos un tiempo?

—¡¿Qué?! —chillé, entendiéndola al instante, y me posé rápidamente a su lado—. ¡No! No es eso lo que estoy diciendo, mi amor. No quiero que nos demos un tiempo, ¿por qué pediría algo así?

—¿Segura?

—Completamente, no quise que lo interpretaras así —le di un corto abrazo, separándome para poder ver su rostro, ya un poco más calmado—. Me refería a que está bien si a veces estamos ocupadas. No necesitamos pasar todo el tiempo juntas, eso no es sano. Respeto tu privacidad así como sé que tú respetas la mía. Sé que estabas ocupada con tu familia, así que quise respetar eso.

Ella, un poco más calmada, suspiró y me devolvió el abrazo.

—Me asusté tanto cuando dijiste eso... Por favor, trata de ser más clara la próxima vez. Mi corazón no resistirá otro ataque así.

Me eché a reír levemente, pero asentí, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura.

—Lo prometo —enrollando las manos en la camiseta sobre su espalda baja, apoyé mi frente contra su hombro, sintiendo sus cálidos labios posarse sobre mi coronilla—. Y lo siento, no quise que lo vieras así.

—Está bien, lamento ser tan dramática —sentí la vibración de su risa y le planté un beso en el hombro en respuesta.

—De acuerdo, drama queen —bromeé, separándome lentamente de ella, aunque no totalmente, pues nuestras manos permanecieron fuertemente unidas—. ¿Cómo te fue con tu familia?

Sus ojos brillaron al momento de contestar.

—Ellos están bien. Todo fue genial. Bambam está más viejo ahora, pero aparte de eso, nada interesante y nuevo ha pasado. Oh, la abuela y mis padres te mandan saludos. Y... También puede que la mayoría de la familia quiera conocerte ahora.

—¿Qué? —abrí mis ojos exageradamente.

Ella soltó una risa avergonzada.

—Eso fue culpa mía. A la abuela se le escapó un comentario al respecto y todos empezaron a hacer preguntas. No pude ocultar lo asombrosa y perfecta que eres.

Me sonrojé fuertemente y solté una de sus manos, para propinarle un ligero empujón en su pecho.

—Basta, sabes que no lo soy.

—¿Cuántas veces debo decirte que lo eres para que lo creas? —inquirió.

—Eso no va a pasar.

—Bueno, tampoco voy a dejar de decirlo.

Siendo tan madura como siempre, me sacó la lengua y se echó a reír al verme rodar los ojos.

—¿Necesitas ayuda con tus trabajos? —preguntó, instantes después.

Negué con la cabeza, ligeramente apenada.

—No, ya los terminé. En realidad sólo estaba buscando una excusa para dejar a Jennie y Jisoo solas... Y evitar pensar en ti.

Ella sonrió como si estuviera orgullosa de rondar por mi mente todo el tiempo.

—Esa podría no haber sido la opción más adecuada. Pudiste ir conmigo.

—Lisa, ya te lo dije. Respeto tu privacidad.

Esta vez, ella fue quien rodó los ojos.

—Oh, no me ruedes los ojos jovencita —posé ambas manos en mi cintura y levanté una ceja—. No puedo creer que quieras discutir para que irrespete tu privacidad.

—Bueno, puedes irrespetarme de otras formas —sonrió seductoramente.

Logró que me sonrojara, pero no iba a evitar mi regaño.

—¡Lisa! ¡Esto es serio!

Ella rodó los ojos.

—Bien, bien. Cielos, ¿estás segura de que tienes veintiún años? Pareces mi mamá —volvió a sonreír de aquella forma—. Tal vez podría llamarte-

—No, ni lo pienses. Copiar a Jisoo no te ayudará.

—Bien —bufó y, dando media vuelta, tomó asiento sobre el sofá—. Ahora, si ya terminaste de ser una cascarrabias, ¿podemos acurrucarnos aquí antes de ir a almorzar?

Entrecerré los ojos, pero suspiré y asentí.

—Bien... Pero tú invitas.

—¿Eh? ¿Por qué yo? —inquirió.

—Porque me hiciste enojar.

Aunque no era del todo cierto, no iba a dejárselo pasar.

—Bueno... si eso te hace olvidar tu enojo, entonces-

—Oh, no. Ni creas que lo he olvidado.

Ella hizo un puchero que pude visualizar por el rabillo de mi ojo, justo antes de pasar un brazo por mis hombros e inclinarse para plantar un casto y húmedo beso detrás de mi oreja, haciéndome jadear ante el corrientazo de electricidad que me invadió.

—¡Lisa! —me quejé, sonrojada.

—¿Qué? ¿No te gusta?

—Si lo que tratas de hacer es distraerme, te informo que no- que no está- que yo- ¡Ya para!

Continuó besando ese punto detrás de mi oreja que sabía que me volvía loca para, acto seguido, tomar el lóbulo de mi oreja entre sus dientes, mordisqueándolo levemente antes de lamerlo con sensualidad.

Mordí mi labio inferior para evitar gemir.

—Lisa —murmuré débilmente—. No tenemos tiempo para esto...

—Por favor, será rápido —susurró roncamente en mi oído y llevó ambas manos a mi cintura, rasguñando a los costados con sus uñas.

—Lisa... —jadeé, cerrando mis ojos cuando recordé que aquella acción la hacía cada vez que nosotras...

—No has dicho que no —su voz me sacó ligeramente del trance.

Entonces, me empujó suavemente sobre el sofá, de forma que quedaba acostada sobre él y ella sobre mí.

—Prometo que será rápido —detuvo sus acciones lo suficiente para mirarme a los ojos y hacer un puchero—. Por favor.

—Bien, pero-

Sin dejarme terminar, empezó a quitar mis shorts y mis bragas ligeramente húmedas.

—Espera, así no puedo hacerlo bien —frunció el ceño—. Siéntate.

—¿Qué? —mareada como estaba gracias a la excitación que me embargó, me pareció haber escuchado mal.

—Siéntate, amor.

Parpadeé confundida pero acaté su orden y me senté correctamente sobre el sofá, sólo para que mis caderas sean deslizadas hacia la punta del mueble, con Lisa entre mis piernas.

—Mmm, perfecto —susurró roncamente.

—Lisa, debemos ir a almorzar para ir a clase. ¿Segura que tenemos tiempo para esto? —pese a mis reclamos, estiré mis manos y las enterré en su sedoso cabello rubio, apretando ligeramente las hebras doradas entre mis dedos.

—No te preocupes, sólo necesitaré cinco minutos —sonrió socarronamente.

No obstante, antes de que tuviera oportunidad alguna de decir algo al respecto, su lengua en mi intimidad me hizo callar. Se deslizaba lenta pero desesperadamente, trazando el contorno delicadamente, cuando llegó al sensible clítoris y envolvió los labios alrededor, succionando, mi cabeza dio vueltas. La llevé hacia atrás y apreté el agarre en su cabello, sollozando de placer.

Lisa me observó con sus ojos oscurecidos por el deseo y soltó mi clítoris hinchado sólo para continuar ayudando a las otras partes de mi intimidad. Sus dedos, que reposaban sobre mi abdomen, empezaron a arañar débilmente, haciéndome estremecer.

Desafortunadamente, llevábamos tanto tiempo sin tener relaciones que todo empezó a descarrilarse. Sólo se necesitó de un par de besos y succiones más para acercarme a la cumbre de mi orgasmo.

Cubrí mis manos con vergüenza por acabar tan rápido, cuando escuché la risa de Lisa.

—Bueno, eso definitivamente fue más rápido de lo que pensé.

—Lo siento, llevábamos tanto tiempo sin hacerlo que yo... Lo lamento.

—Hey, está bien, princesa. Te entiendo.

Dejó un beso sobre mi muslo interno, para luego pasar su lengua sobre aquella parte, lamiendo con lentitud las restos de mi desgarrador y rápido orgasmo.

—¿Otra vez?

Quise decir que no, porque no quedaba mucho tiempo, pero el latido entre mis piernas me delató. Estoy segura de que me sentí apretar alrededor del aire.

Lisa sonrió diabólicamente y volvió a posar su cabeza entre mis muslos.

Si de algo estaba segura, es que no íbamos a salir pronto.

«Oh, Dios mío...»

Salut, Mes amours. Lamento mucho no haber actualizado, pero no me encontraba en condiciones para hacerlo. Como algunos deben saber, tuve la desgracia de contagiarme de Covid; mi tía falleció, gran parte de mi familia se contagió, incluyendo a mi madre y hermanos, mis abuelos tampoco están bien y regresé a clases. En fin, todo es un caos.

Afortunadamente, pude encontrar un poco de tiempo e inspiración para escribir este capítulo. Muy cortito, pero espero que haya sido suficiente para que no se olviden de mí :(
O de la historia xd.

Espero encontrar pronto más espacio para poder escribir y actualizar mis otras historias. Mientras tanto, cuídense, coman bien, tomen agua, hagan ejercicio, usen su tapabocas, vacúnense. 

Bye bye <3

Continue Reading

You'll Also Like

7.8M 467K 96
Esta es la historia de Katsuki Bakugou y _____. Dos adolecentes con una misma meta, ser héroes profesionales, pero también un mismo sentimiento. ¿Qué...
101K 12.4K 29
Itadori descubre una debilidad del rey de las maldiciones. Su esposa Natsumi Pero para eso debería entender la historia de ambos que se remonta en la...
89.2K 10.4K 64
➵ CARREFOUR - au ➵ Todo es humor.
202K 13.4K 50
"No te vayas, hay muchas pero no hay de tú talla"