Renacimiento © ✓

By MariaAparcio

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Serie Las Dos Caras de la Luna: Libro III "Nadie es dueño de tu vida. Tú decides quien quieres ser y como viv... More

Introductorio
Prólogo
Capítulo 1: Regresión
Capítulo 2: Choque de intereses
Capítulo 3: Punto muerto
Capítulo 4: Advertencias
Capítulo 5: La manada
Capítulo 6: Cara a Cara
Capítulo 7: La confrontación
Capítulo 8: Desolación
Capítulo 9: La feria
Capítulo 10: La confesión
Capitulo 11: La historia
Capítulo 12: En la mira
Capítulo 13: La telaraña
Capítulo 14: El vecino
Capítulo 15: Amigo sorpresa
Capítulo 16: La oveja
Capítulo 17: El regreso
Capítulo 18: Punto y cierre
Capítulo 19: Catarsis
Capítulo 20: El espejo
Capítulo 21: Un paseo animado
Capítulo 22: Noctámbula
Capítulo 23: Lo bueno y lo malo
Capítulo 24: La declaración
Capítulo 25: Las motivaciones
Capítulo 26: El tormento
Capítulo 27: Heridas abiertas
Capítulo 28: Las sospechas
Capítulo 30: Clase y práctica
Capítulo 31: Realidad y fantasía
Capítulo 32: Posibilidades
Capítulo 33: El gato y el ratón
Capítulo 34: La caja de Pandora
Capítulo 35: Bertram
Capítulo 36: El monstruo
Capítulo 37: Luchar y sobrevivir
Capítulo 38: Renacimiento
Capítulo 39: El despertar
Capítulo 40: Única
Capítulo 41: Hija de la Luna
Capítulo 42: Mis chicos, mi familia
Capítulo 43: Una nueva realidad
Capítulo 44: Resiliente
Epílogo
Capítulo Extra (Rick)
Playlist- Renacimiento
Curiosidades sobre Renacimiento
Cosas Extras
Agradecimiento y nota de la autora

Capítulo 29: Punto de partida

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By MariaAparcio

Logré dormirme a las tres de la mañana. Pero me desperté a las siete, del día siguiente, —gracias al viejo reloj-despertador— y me sentía fatal y solo había dormido pocas horas. Además de eso, mi periodo había llegado un día antes por la noche y tuve que correr a buscar toallas femeninas y tomé pastillas para el dolor. Me levanté un poco atontada, pero luego tuve una rápida urgencia de ir al baño, y me cepillé los dientes. Me refresqué el rostro pero no quise darme un baño, a pesar del ánimo que tenía, solo usé el desodorante.

Maldije mientras me cambiaba y los pantalones los sentí, un poco apretados en la cintura, pero realmente en estos momentos no me importaba. Además, hacia un clima agradable hasta oí pájaros cantar. Me hice un moño desordenado, solo para acomodarme el cabello. A duras penas, logré bajar a la cocina y cuando llegué, miré el calendario puesto con imanes en el refrigerador; miércoles, quince de abril.

>>> Cinco días más y será veinte de abril...<<<, pensé mirando el calendario y me mordí el labio

—Y así, estaré a un mes de mi cumpleaños número dieciocho. —susurré y suspirando me fui a la mesa para desayunar.

Lo chicos estuvieron hablando de cosas banales cómo deportes (Ethan y Chad), sobre recetas de cocina y sobre los especiales que había en Food Network (Joel y Will), sobre motocross y motocicletas (Zack y Lucas) o de computadoras y videojuegos (Will, Zack y Chad) ¡Lo normal! Solo papá y yo estábamos tranquilos, aunque sabíamos que los chicos solo tratan de seguir con algo de normalidad, ante lo que había pasado en estos últimos días. Cuando concluyó el desayuno, y los chicos iban a irse a la ferretería, miré a mi papá, mientras él se terminaba su café, cerca de la encimera y Joel con Will peleaban, por quien debía lavar los platos.

Suspiré yendo hacia Michael. Lo llamé y le pregunté, si podíamos hablar afuera un momento. Él dejó su taza para salir conmigo, y aunque no pude verlas, supuse que los chicos nos debían estar mirando, cuando salimos al porche. Casi salté los escalones y me quedé en el patio. Me sentía inquieta y movía las manos por toda mi ropa.

— ¿Liz?

Reaccioné y miré a mi padre, con el ceño fruncido.

— ¿Qué pasa?

Respiré e intenté estar tranquila, pero sinceramente, no podía hacerlo después del correo de anoche.

— ¿Elizabeth...? — empezó Michael

—Me enviaron un correo anoche, papá y con una foto...—le interrumpí con rapidez

Mi papá se puso tensó y me miró, entre asombro y horror

— ¿Qué es? ¿Qué decía? — preguntó

Sentía pesado el estómago y le descargué a mi padre, todo sobre el correo con mensaje pero le conté sobre la sobre la foto de Sean y yo, dándonos un beso, para el final. Puso la cabeza de lado, mirándome con interés, aunque parecía avergonzado.

— ¿Están saliendo?

Hice una mueca y miré hacia el suelo. Resoplé, y levanté la mirada.

—Más o menos —murmuré incómoda y agregué: —Pero no es nada serio, papá. ¡Te lo juro! —

Mi papá hizo una mueca y solté una risa nerviosa.

— ¿Estás segura? — preguntó. Asentí. —Uhm, bueno, solo quiero estar seguro de que...tengas cuidado con los chicos— repuso algo incómodo. — Y bueno, tú sabes de esas cosas, hija... —dijo levantando las cejas

Me mordí el labio y tardé un segundo en entender sus palabras.

— ¡Oh! — exclamé algo incómoda. — Mmm, pues, papá...Yo...pues yo...— tragué. — Uhm, pues...

Michael aclaró la garganta.

—Lizzie, eres hermosa — señaló. — Una chica hermosa y joven. No era de esperarse que algunos chicos...te miren. Y tú...—repuso

—Mmm —le interrumpí y añadí: — Entiendo, que te preocupes por eso, papá, pero estoy bien. Sean y yo...—murmuré

Michael me miró y cruzó los brazos, sobre el pecho

— ¿Has hecho algo, hija? — preguntó moviendo su bigote

Negué con la cabeza

—Él y yo somos amigos, papá —le expliqué. — Me cabe bien y además, es agradable tener un amigo, además de Ellie y Lacey, pero te juro que no hemos hecho nada más, aparte del beso que te mencioné — le aseguré, encogiéndome en hombros. — Es la verdad— afirmé.

Mi papá vaciló un momento y preguntó curioso:

— ¿Ni siquiera con Rick hasta tenido sexo, Lizzie?

Chillé ante eso.

— ¿Qué? —gemí. — ¡No, no, no! ¡Por supuesto que no, papá! —exclamé sintiendo calor en las mejillas. — Fuimos novios, pero te juro por la memoria de mi madre, que él nunca me obligo a nada — le aseguré exasperada

Mi papá pensó un momento y entonces, pregunté:

— ¿Te importa más que allá tenido relaciones sexuales con Rick o que me allá besado con Sean en la camioneta?

Michael vaciló

—No sé —respondió inseguro. — Aunque, si uno de los dos te tocará, o hiciste algo que tú no quisieras o cualquiera, se atreviera a hacerte daño, todos los chicos y yo, te juró, que lo mataríamos por hacerte algo, hija —masculló con dureza. —

>>> Oh, Dios <<<, pensé sorprendida

— ¿Hablas en...? —empecé

—Hablo en serio, Liz—repuso con autoridad.

Maldije ante la expresión que tenía; el ceño fruncido y los brazos cruzados. Miré hacia otro lado, pensando en lo que acababa de hablar con mi papá. Y aunque fuera algo normal hablar de sexo en la casa, era muy diferente para mí. Aparte de Rick, nunca había tenido ninguna relación con alguien antes, y tal vez, había sido la razón por la que estuve con Rick tanto tiempo; no había tenido una relación con alguien y tampoco, mi primer beso.

>>> No hecho nada todavía pero la Internet me ayudado <<<, pensé y me toqué el puente de la nariz

Tampoco era un tema ajeno en mi vida, porque gracias a Ellie y Lacey, debido a sus conversaciones sobre tener una vida sexual responsable. Sabía de ante mano todo lo suficiente del sexo; tuve mis dudas sobre eso cuando era más adolescente, pero ahora, ya no era algo tabú para mí. Estaba tan concentrada sobre ese tema, que no sentí la mano de Michael en mi hombro.

— ¿Lizzie?

Inquieta, miré a mi papá

—Liz, escúchame, confió en ti —aseguró él

—Lo sé—repuse y respiré. —Y espero algún día darte muchos nietos con un hombre que ame de verdad, papá. Quiero ser madre —afirmé

Michael hizo una pausa.

—Por eso rompiste con Rick, ¿verdad? —comentó él. —Porque es estéril, ¿cierto?

Observé a mi papá. Además de Will, nadie sabía del porqué había terminado con Rick, aunque ellos tenían sus sospechas, pero mi padre confirmó una de las razones; la incapacidad de Rick para tener hijos. Murmuré una maldición.

—Sí—repuse. —Esa es una de las razones, pero no quiero hablar de eso, papá. ¿Por favor? — le pedí

—Está bien—comentó mi papá. — ¿Lizzie?

— ¿Sí?

— ¿Has pensado en lo que hablamos ayer? — preguntó

—Uhm—murmuré y me sentí algo abrumada por ese tema

Suspiré y asentí.

—No estoy segura, papá —confesé.

Él asintió y se rascó su bigote.

—El lunes busqué algunos papeles viejos, con los nombres de algunos miembros del Concejo de Ancianos y los investigué por Internet —me informó. — Investigué su nombre en redes sociales y encontré uno de ellos.

— ¿De los que mencionaste antes? —inquirí. — ¿Hablaste con tu amigo?

Michael negó con la cabeza.

—Sí, su nombre es Robert Castle. Le escribí y recé para que me respondiera. Fue raro pero me contestó; empezamos a hablar por correo electrónico— me comunicó. — Son de la manada de Maryland, específicamente de la ciudad de Baltimore. Le sorprendió que me comunicara con él después de tantos años, por supuesto, después de que me expulsaran —suspiró. —Le expliqué la razón, porque buscaba su ayuda. Pero ahora su manada tiene problemas de liderazgo, aunque entendía mi situación.

— ¿Problemas de liderazgo? — pregunté. — ¿Tienen problemas con su Alfa?

—Sí — suspiró mi papá. — Robert y su esposa, Meredith se van a volver son Ancianos. Es como una forma de decir, que se van a jubilar. Y ahora, sus hijos quieren liderar la manada. Pero por lo que le entendí a Robert, sus dos hijos quieren liderar la manada. Es su derecho de nacimiento, pero el segundo al mando y algunos de miembros estaban en desacuerdo con ellos y ahora están buscando la forma solucionar todo esto—explicó él con una mueca.

Asentí, entendiendo la situación.

—Castle — repetí. — Uh, ¿acaso ellos tienen algo que ver con Cornelius Cashel, papá? Suenan parecido —comenté.

—Sí, nena —afirmó. —La familia de Robert son descendientes de Cornelius Cashel, pero con el tiempo modificaron el apellido y se volvió Castle —confirmó mi papá

—Mmm—repuse. —Pero, ¿en qué quedaron ustedes dos? —pregunté

—Acordamos en que me volvería a llamar en unos días, pero todavía no es nada seguro, cielo—me informó. — No es nada oficial, solo es una opción para ver si te...aceptan un tiempo con ellos en Maryland— repuso

Apreté los labios.

— ¿En serio quieres que me marche? —le pregunté y lo enfrenté.

Michael me miró con una ceja levantada y exhaló.

—Sigo pensando que sería lo mejor para ti, Liz —contestó con una exhalación. — Solo tal vez por unos meses, hasta que esta amenaza pase y sepamos a qué nos enfrentamos —

Hice una mueca, mientras pensaba.

—Uhm...—murmuré

—Puedes elegir, hija —señaló mi papá y lo miré con atención. —Puedes irte a Baltimore o irte con tu hermano, Axel y Charlotte a Francia—

—Entiendo, papá — repuse con seguridad

Michael me sonrió y se acercó a mí para darme un abrazo. Me apretó y olí su loción.

—Aunque no tengas mi sangre, te quiero y eres mi única hija —dijo en tono suave. Me reí. — Soy viejo pero necesito saber que puedo proteger — afirmó

Suspiré

—Lo sé, papá —le aseguré y entonces, se me ocurrió una idea y lo llamé.

Él me soltó y me miró.

— ¿Qué?

Respiré, pensando que tal vez podría ser una mala idea pero tenía que intentarlo, de todos modos. Le pregunté si podía ayudarme con algo y él confundido, me preguntó qué cosa.

—Papá, quiero tú y los chicos me enseñen a defenderme de los vampiros—declaré

***

Al principio me pareció una buena opción, pero por la expresión que hizo mi padre, me di cuenta de que tal vez era una estupidez.

— ¿Qué? ¿Por qué quieres aprender a matar vampiros? — preguntó frunciendo el ceño

Suspiré

—Quiero saber—le expliqué. —Sé que soy humana pero tampoco quiero ser inútil, papá.

Michael hizo una mueca, mientras se rascaba la cabeza.

—Mmm —repuso

Me puse firme e intenté ser valiente pero sentí el palpitar de mi corazón.

—Papá, yo...—empecé pero me detuve y respiré

—Sería peligroso —comentó

Negué con la cabeza.

—Está bien, pero puede ser importante— señalé

Michael parecía dudoso y apreté los labios.

—No soy una niña —objeté

—Lo sé, cielo pero es que...—vaciló

Intenté pensar en una manera en que papá fuera más flexible conmigo, con respecto a eso y se me ocurrieron algunas ideas pero vino una idea mejor: los chicos. Hice una media sonrisa ante eso, y mi papá debió notarlo. Michael me miró y me preguntó, en qué loca idea estaba pensando ahora. Y sin decir nada, me giré y corrí a la casa. Mi padre gritó mi nombré y lo escuché detrás de mí. Volé por los escalones y abrí la puertecilla de red. Paré en la cocina y miré a todos. Los chicos todavía no se habían marchado pero estaban por hacerlo.

— ¡Lizzie! —llamó mi padre pero lo ignoré

— ¿Qué pasa, papá? — preguntó Chad y nos miró a los dos. — ¿Lizzie?

— ¡Escuchen! —grité y los chicos dejaron lo que estaban a haciendo para mirarnos

Lucas me miró.

—Liz, ¿qué...? —empezó pero levanté la mano y se calló

— ¡Quiero que me enseñen a defenderme de los vampiros! —exclamé

Escuché un plato romperse y el televisor se silenció.

— ¿Qué? ¿Qué estás diciendo? —inquirió Chad con extrañeza, mirándome. — ¿Papá?

De reojo, noté a Michael encogerse en hombros

—Ya la conoces, hijo —repuso mi papá. —Está siendo terca —resopló

Chad suspiró y Lucas hizo una mueca. Zack dejó el televisor en silencio, pero no se levantó del sillón. Will y Joel dejaron los platos, y se acercaron nosotros

¿Reina? — llamó Joel. — ¿Por qué quieres aprender eso? —preguntó él con tono dudoso

—Quiero aprender a protegerme, Joel —repuse. —No quiero irme sin saber cómo puedo protegerme.

— ¿Irte? —repitió Lucas, extrañado. — ¿De qué hablas?—

Sentí a Michael a mi lado

—Luego te lo explicaré, Luke—comentó mi papá. —Tú hermana, quiere aprender cómo cuidarse de los vampiros. Bueno, al menos una parte de eso, hijo —afirmó. Hizo una pausa. — Aunque no estoy seguro.

—Mmm —murmuró Zack con vacilación

Miré a mi papá.

—Mmm, tal vez no sea mala idea —comentó Chad. Escuché a mi papá, gruñir y mi hermano tragó saliva. — ¿Eh? ¿Mala...idea? — probó con balbuceó

Papá resopló.

— ¿En serio quieres saber cómo matar un Seivia, Lizzie? —preguntó Will y yo asentí. —Mmm, no creo que debas, nena. Es muy...

—Debe saber cómo defenderse, Mike —pronunció Ethan y todos lo miramos, hacia arriba de las escaleras.

Ethan regresaba de preparase para el trabajo o al menos aparentaba. A veces iba para allá y otras veces no.

—No puedes protegerla para siempre, Mike —señaló Ethan y se detuvo frente a mi papá. — No es una niña, y debería aprender cómo protegerse. O por lo menos saber lo básico. ¿No crees? —comentó

Ethan y mi papá se miraron un momento, pero había un aire tensó entre ellos, pero al parecer nada grave. Ethan se apartó de Michael con una petulante sonrisa, y miró a su alrededor. Y todos lo miramos.

—Caballeros —articuló él con dominio. — Finalmente, los vampiros están por empezar una guerra y nosotros estamos aquí, como si nada pasara y actuamos como si fuéramos normales, y ¿saben qué? No lo somos. ¡Somos Hombres Lobos! ¡Licántropos! —señaló con fuerza. —Y ahora, debemos...—

—Y ahora, debemos calmarnos —interrumpió Chad y se acercó a Ethan. —Sé los riesgos que podríamos enfrentar en el futuro, McCall pero no significa que debamos empezar la guerra nosotros. —murmuró con autoridad. —Pero si quieres hacer una escena, pues adelante, Ethan. Te reto a que la hagas.

— ¿Es un reto de liderazgo por la manada, Corbett? —insinuó Ethan con un sonrisa

—Tal vez lo sea, McCall —repuso Chad. — ¿A menos que quieras? —masculló

Ethan resopló sin dejar de mirar a Chad Los dos no dejaban de mirarse. Era obvio, que ambos querían probar quién de ellos, era el más fuerte o cual era más intrépido.

>>> Postura recta y hombros derechos. Casi sacan el pecho <<<, pensé mirándolos y analizando la situación.

—Ya basta los dos —gruñó mi padre

—No es el momento para pelear entre nosotros, muchachos —alegó Lucas

Chad se relajó y mantuvo cerca de papá, mientras Michael lo miraba. Movía su bigote, tal vez estaba molestó y cruzó los brazos, sobre su pecho. Todos se callaron y yo suspiré. ¡Carajo! ¿Por qué todo se complicaba cuando se trataba de mí? Así qué me harte.

— ¡De acuerdo! ¿Pueden no decir nada por un momento mientras hablo, por favor? — les pedí fastidiada. Hubo silencio y respiré. — Quiero aprender a defenderme, porque no quiero estar desamparada, y no me importa lo que crean o lo que piensen, si es correcto o no, pero es mi vida y quiero saber cómo puedo o por lo menos intentar, aprender de qué manera, puedo cuidarme...—les expliqué. Suspiré — ¿Por favor?

—Somos tu familia, reina — comentó Joel en español. — Siempre te protegeremos...

—Joel tiene razón, Liz —señaló Zack.

Lo miré y él me guiñó el ojo, tratando de ser gracioso pero no le creí. Fruncí el ceño.

—Lo sé, pero de todas formas, quiero hacerlo —insistí con firmeza, aunque sentía que me temblaban las manos. — ¿Papá? — llamé y él me miró. —Por favor. Aunque no sea una mujer lobo o cualquier animal, también soy parte de esta familia y no quiera estar de lado, aunque sea tan riesgoso para matarme—le expliqué a mi papá. —

Michael se quedó en silencio un momento y exhaló con gran pesadez. Algunos se miraron con expresiones dudosas.

—Está bien, cariño —aceptó. —Pero quiero que alguien la ayude. ¿Voluntarios? — propuso

Todos se miraron con inseguridad, cómo si no quisieran hacerlo pero al final solo uno se ofreció.

—Yo lo haré, Liz —expresó él

Sentí su mano sobre mi hombro e intenté no sonreírle mucho a... Ethan. 

___________________________

Hola, he estado desaparecida un rato y por eso hice un pequeño maratón (◠‿・) Junto come está imagen, que dice mucho de lo que está pasando ahora jajajajaja (≧▽≦)

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