Keith : ... Ah... Mi cabeza...
El peliazul se quejaba mientras empezaba a despertarse.
Keith : ¿Que ha pasado? No recuerdo nada después de esta mañana.
Ena : Cinco minutos más...
Keith : ¿Eh...?
Keith miró a su lado y vio a Ena a su lado. Solo había un pequeño detalle que hacía que la situación fuera incómoda. Y es que Ena estaba desnuda. Entonces Keith se dio cuenta de que él también estaba desnudo.
Keith : ¿¡Que ha pasado aquí!?
Rosie : Hmm... ¿Por qué gritas?
Keith miró hacia el otro lado y vio a Rosie, la cual tampoco llevaba ropa.
Keith : ¿¡Tú también!? ¿¡Pero que ha pasado!?
Rosie : ¿No lo recuerdas?
Keith : No...
Ena : Déjame decirte una cosa. Cuando quieres eres toda una bestia.
Keith : No me digáis que... ¿Hemos...?
Las dos : Si.
Keith : Y yo que quería llegar virgen al matrimonio.
Rosie : No hay problema, podemos casarnos ahora si quieres.
Keith : Gracias pero no. Voy a recoger mi ropa y a vestirme.
El peliazul se levantó y recogió su ropa para luego dirigirse al baño.
Ena : Tengo que admitirlo Rosie, esos polvos que le diste a Keith son increíbles.
Rosie : Lo se, me esforcé mucho para hacerlos.
Ena : El único problema es que ahora me duele el trasero.
Rosie : Je je... Bueno, cosas que pasan. Nosotras también deberíamos vestirnos.
Ena : Tienes razón.
Un rato después, lo tres estaban reunidos en la sala de estar.
Rosie : Oye Keith, tal vez debería comentarte algo.
Keith : ¿El que?
Rosie : Cherry me llamó, me pidió que te buscara.
Keith : Si ha tenido que recurrir a alguien es que está muy desesperada.
Ena : ¿No crees que deberías volver a casa?
Keith : ...
Ena : ¿Y bien?
Keith : Estoy pensando.
Rosie : ¿Y bien?
Keith : *suspiro* Volveré a casa. Pero con dos condiciones. La primera es que vosotras dos me acompañéis.
Ena : Trato echo. ¿Cual es la segunda?
Keith : Volveré por la noche, prefiero hacerlo cuando las chicas se hayan ido a sus casas.
Rosie : Me parece bien. ¿Que hora es?
Keith : Las dos de la tarde.
Ena : Pues aún tenemos unas horas.
Rosie : ¿Y qué hacemos mientras tanto?
Keith : ¿Vemos una película?
Rosie : Me parece bien.
Ena : Iré a hacer palomitas.
Y así los tres pasaron el resto del día viendo películas, hasta que llegó la noche. Keith volvió a su casa acompañado de Ena y Rosie.
Keith : Bueno, aquí estoy... De vuelta en casa. Solo espero que mi hermana no se vuelva loca.
Ena : Tranquilo, nosotras estamos a tu lado.
Keith : Bien. *abre la puerta* Miku, estoy en ca-
Antes de terminar la frase Miku se abalanzó sobre Keith para darle un fuerte abrazo.
Miku : ¡Keith! Menos mal que has vuelto. ¿Dónde has estado? ¿Sabes lo preocupada que me tenías?
Ruby : Hola Keith. M-me alegro de verte.
Keith : Hola Ruby. Yo también me alegro de verte.
Miku : ¡Oye! ¿Y yo que? ¡Que soy tu hermana!
Keith : Si, tienes razón. También te he echado de menos.
Miku : Ahora responde a mi pregunta, ¿dónde has estado?
Keith : He estado con Ena.
Miku : ¿Con quien?
Ena : Conmigo. Hola, yo soy Ena.
Miku : Hola, soy Miku, la hermana de Keith.
Rosie : Y yo soy Rosie.
Miku : Ah, tú eres la chica que Cherry dijo que nos ayudaría a encontrar a Keith.
Rosie : ¿Eh? Oh, si, eso. No ha sido nada.
Miku : ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
Rosie : No, no hace falta, solo lo he hecho por hacerle un favor a una amiga.
Miku : Por cierto, ¿que estabas haciendo con mi hermano?
Ena : ¿Eh? Pu-pues ya sabes, pasar el rato, como amigos.
Keith : E-eso, pasar el rato.
Miku : ¿Y por qué os ponéis tan nerviosos?
Keith : ...
Ena : ...
Miku : ¡Oh Dios mío! ¿¡Otra más para el harem!?
Rosie : De echo... Dos más.
Miku : ¿¡Tú también!? ¿Te dejo solo dos días y ya estás enamorando a más chicas?
Keith : Miku, deja que te lo explique.
Miku : *respira hondo* ¿Sabes que? Está bien, no voy a enfadarme.
Keith : ¿En serio?
Miku : En serio, voy a mantenerme calmada.
Ruby : Bueno, ya que es de noche, ¿queréis quedaros a cenar?
Ena : Vale.
Rosie : Ok.
Un rato después los cinco estaban cenando sentados en la mesa. Ninguna de las cuatro chicas apartaba su mirada del chico, lo que lo ponía algo incómodo.
Keith : Esto... Chicas, ¿por qué me miráis tan fijamente?
Las cuatro : Por nada.
Keith : Va-vale...
El chico siguió comiendo mientras que las chicas seguían mirándolo. Y así siguieron hasta que terminaron de comer. Keith se ofreció a lavar solo los platos, así las chicas podrían hablar tranquilamente.
Miku : Bueno, ¿y desde cuándo estáis con mi hermano?
Rosie : Desde ayer.
Ruby : No es por nada, pero, ¿que hacíais con Keith?
Ena : Pues me dijo que necesitaba esconderse y le dije que podía quedarse en mi casa.
Rosie : ¿De que quería esconderse exactamente?
Miku : ...
Ruby : De nosotras.
Ena : ¿Y eso?
Miku : Nos hemos pasado un poco de posesivas, seguro que le asustamos.
Rosie : Nos comentó que había varias chicas detrás de él, ¿cuantas sois exactamente?
Miku : Pues estoy yo, Ruby, vosotras dos, Cherry, Carol, Sarvente, Monika, FL Chan, Ayana, Sky, Emily y Cassette Girl.
Ruby : En total trece. Normal que estuviera asustado, imagínate a trece personas persiguiendote.
Rosie : Bueno, también tiene a sus amigos, ¿no?
Miku : Si, suele hablar mucho con su mejor amigo, Pico.
Keith : Chicas ya he terminado de lavar los platos, si me disculpais me iré a la cama.
Las cuatro : Buenas noches.
Ruby : Ya que es tarde, ¿por que no os quedáis a dormir?
Ena : No me gustaría abusar de vuestra hospitalidad.
Miku : No, no, quedaos, insisto.
Rosie : Está bien, si te pones así.
Miku : Solo una cosa...
La peliazul dejó de lado su sonrisa y en su lugar apareció un rostro muy serio.
Miku : Queda completamente prohibido acercarse a mi hermano. ¿Entendido?
Ena y Rosie : E-entendido.
Miku : Bien. Tendremos que compartir cama, Rosie dormirá conmigo y Ena dormirá con Ruby.
Ena : Me parece bien.
Miku : Bueno, *bostezo* yo me voy a dormir.
Rosie : Si, es tarde, deberíamos irnos a dormir.
Y así las chicas decidieron ir a dormirse.
Mientras tanto, Keith volvía a tener uno de sus sueños raros.
Keith : Otra vez andando en el mismo sitio. No se si subo o bajo, no se si voy hacia delante o hacia atrás. ¿Por qué rayos sigo apareciendo aquí?
?? : Keith...
Al oír su nombre Keith se dió la vuelta, pero en lugar de ver a una persona vió una puerta.
Keith : ... ¿Por qué siento la necesidad de abrir esa puerta?
Keith empezó a caminar hacia la puerta, una vez que llegó la abrió con algo de miedo. Al abrirla estaba en una sala extraña, aunque por lo menos no era un espacio vacío.
Keith : ¿Que es este lugar?
En ese momento Keith escuchó como alguien llamaba a la puerta.
Keith : Eh... ¿Quien es?
Pico : Soy yo, déjame pasar.
Keith : Oh, Pico, pasa.
El pelinaranja abrió la puerta. Keith se sorprendió al ver que iba vestido con esmoquin.
Pico : ¿Estás listo?
Keith : ¿Listo para que? ¿Y por qué vas así vestido?
Pico : Venga hombre, no te hagas el tonto, sabes qué día es hoy.
Keith : Lo siento, pero estoy algo confundido.
Pico : ¿Es en serio?
Keith : Si...
Pico : Hermano, hoy es el día de tu boda.
Keith : Que hoy es... ¿¡Que!?
Keith miró su ropa y vió que él también llevaba un esmoquin.
Pico : Venga hombre, todos nos están esperando.
Pico agarró la mano de Keith y empezó a arrastrarlo por un pasillo, para luego detenerse delante de una puerta.
Keith : Espera Pico.
Pico : ¿Que pasa?
Keith : Déjame hacerte una pregunta. ¿Quien... ¿Quien es mi esposa?
Pico : ¿Tu esposa? Pues... Bueno, míralo tú mismo.
Pico abrió la puerta y Keith vio que en el altar estaban todas las chicas, todas con un vestido de novia.
Keith : Dios mío, ¿en qué me he metido?
Pico : En tu boda, y nada menos que con trece chicas. Mucho ánimo.
Pico le dió una palmada en la espalda y le dió un pequeño empujón hacia delante. El peliazul caminó hacia delante con muchos nervios, sentía como su sudor recorría su cuerpo.
Keith : ¿Skid? ¿Pump? ¿Que hacéis vosotros dos aquí?
Skid : ¿No te acuerdas?
Pump : Nosotros somos los sacerdotes.
Keith : Ah, va-vale.
Keith se quedó estático, como su la situación no fuera ya lo bastante descabellada, resulta que las personas que lo iban a casar eran dos niños. "Por lo menos son majos", pensó.
Skid : Mamá, pon la música.
Lila : A la orden.
Lila empezó a tocar la típica música de las bodas.
Skid : Pump, ¿empiezas tú?
Pump : Vale. Ejem. Señoras y señores, nos hemos reunido aquí para unir en santo matrimonio a este señor y estas trece señoritas.
Skid : Si alguien tiene algo que decir, que hable ahora o calle para siempre.
Keith esperaba que alguien dijera algo. Alguien, cualquier persona. Miró a la gente que estaba allí reunida y vió a sus amigos. Pico, Whitty, Hex, Ruv... Esperaba que alguno de ellos se levantara en el último momento y dijera algo para salvarlo... Pero no fue así, nadie dijo ni una sola palabra.
Skid : Bien, entonces podemos proseguir. Señoritas, ¿aceptáis a Keith como vuestro esposo?
Las chicas : Si, acepto.
Pump : Y tú, Keith, ¿aceptas a estas chicas como tus esposas?
Keith : ...
Por la mente del peliazul solo rondaba una única palabra, un rotundo "No". Todo eso le parecía una locura, quería decir que no, pero, por alguna razón, no pudo hacerlo.
Keith : Si, acepto.
En cuanto Keith dijo eso, todo el lugar empezó a temblar y a venirse abajo.
Ruv : Que conste en acta que esto no es culpa mía.
Keith miró hacia arriba y vió como parte del techo caía sobre él. Por suerte para él se despertó justo antes de ser aplastado.
Keith : ¿Qué rayos acabo de soñar?
Keith miró la hora y vio que ya era por la mañana.
Hasta aquí el capítulo, pero antes de acabar les dejo una pregunta :
¿Quien quieren que sea la primera en tener un lemon con Keith?