Helena Heavensbee
Ese es mi nombre...
Y mi relación con mi lugar de nacimiento es algo mas que complicada.
Panem, donde la opulencia del Capitolio contrasta brutalmente con la austeridad de los distritos, las vidas de las personas se entrelazan de maneras inesperadas.
En este mundo donde la supervivencia es una batalla diaria y el entretenimiento está teñido de sangre, surgen historias ocultas, tan sorprendentes como subversivas.
Comenzando por el echo de que mi padre es del capitolio...
Plutarch Heavensbee, un vigilante mas de los Juegos del Hambre, desempeñaba su papel con una astucia que ocultaba su verdadero propósito. Aunque oficialmente era un leal servidor del Capitolio, en su interior ardía un deseo de justicia y cambio. En su posición privilegiada, conocía a muchos vencedores, pero una en particular capturó su atención de una manera que ni siquiera él había anticipado.
Mi madre del distrito 2.
Lo sé, que escandalo.
Una vencedora del Distrito 2, para mi era la encarnación de la fuerza y la determinación.
Había ganado sus Juegos con una habilidad y ferocidad que la convirtieron en un símbolo de poder en el distrito y en un peón valioso para el Capitolio. Sin embargo, detrás de su fachada implacable, albergaba dudas sobre el sistema que la había convertido en una campeona y en una herramienta de opresión.
A pesar de vivir bajo la tiranía del gobierno totalitario de Snow, crecí en el entorno mas protegido del distrito 2, visitaba a mi padre 2 veces por semana oculta de la vista de todos.
Crecí viendo a mi padre trazar planes para derrocar al régimen desde dentro y a mamá entrenarme desde antes de lo permitido en secreto, enseñándome habilidades de supervivencia y combate.
Confiaba en que no seria elegida para los juegos, pero mi familia querían tomar precauciones.
Y tal vez yo confiaba demasiado.
Mi familia...
De parte de mi padre solo lo tengo a él, aunque las cosas se ponen mas interesantes del lado de mi madre.
Mi familia por parte de mi madre tiene un extraño legado. La mayor linea de sangre de vencedores.
Pero yo no solo tengo su legado y no solo herede la astucia de mi padre y la destreza de mi madre, sino también su deseo de libertad y justicia.
A medida que los años pasaban, desarrolle una comprensión profunda de los juegos de poder que definían mi mundo y una voluntad firme para cambiarlo.
En fin, dejando el drama de lado hoy cumplo 18. Lo que significa que este año será mi ultima cosecha y seré libre.
Lo mas que se puede ser en Panem...