Lysander notó que Cassie salió apresuradamente al terminar la clase de Jouvet y en ese breve instante, por su cerebro pasaron mil pensamientos apresurados, la mayoría centrados en su hermana, quien se había sentado del lado opuesto del auditorio; no obstante, su cuerpo se movió antes de que pudiera plantearse confrontar a Selene y siguió a Cassandra afuera.
Sí, en ese momento él no deseaba nada más que despejar su mente y liberar su estrés, yendo con Cassandra habían más posibilidades de conseguir eso que quedándose por su cuenta o hablando con su hermana.
Él jamás culparía a Selene por las desgracias que ocurrieron en sus vidas cuando eran más jóvenes, no, la culpa de aquellos actos caían en sus padres y, por sobre todas las cosas, en su madre.
Lysander se apartó un mechón de cabello blanquecino que se le cruzaba en la visión.
— Cassandra.
Extrañamente le parecía mucho más lindo su nombre completo que apelativo por el que había escuchado que la llamaban.
Ella se detuvo.
Y el chico que caminaba a su lado también.
Para Lysander era demasiado evidente que aquel hombre quería tener algo con Cassandra, aunque él no fuese lo suficientemente valiente para decírselo o invitarla a hacer algo... Por otro lado, habían dos opciones, o Cassandra era el tipo de mujer que pasaba por alto cualquier indicio de que alguien estaba interesada en ella o lo ignoraba deliberadamente, lo cual sería muy triste para el chico de ojos marrones y por alguna razón que Lysander no quería admitir del todo, le sentaba bien a él.
—¿Sí? —respondió ella, girándose hacia él.
Hoy llevaba el cabello rojizo suelto y ligeramente ondulado.
—¿Podemos ir a...? —comenzó a decir él al mismo tiempo que su amigo decía:— Recuerda que que Amely e Ian nos esperan en la cafetería.
Cassie parpadeó.
Lysander se sintió decepcionado.
— Creo que olvidaste que Amely está en un taller ahora mismo —aclaró Cassandra, cortando al chico, y luego se giró hacia Lysander — ¿Ir a dónde?
Charles, evidentemente disgustado, suspiró mientras se pasaba una mano por el cabello marrón y se despidió: — Sí, tienes razón, entonces imagino que nos vemos luego.
El susodicho se fue sin esperar una despedida de regreso mientras agitaba su mano.
Lysander lo observó irse por el pasillo.
— Pensé que, si tienes hambre, podemos ir a la cafetería — propuso él — yo invito.
Ella lo pensó un instante, debatiéndose entre las cosas que tenía pendientes por hacer.
— Sí, siendo sincera, hoy no he comido bien.
Lysander sonrió.
Justo cuando Cassandra le respondió, gracias su visión periférica notó a su hermana salir del auditorio y clavar su mirada en ellos. La columna se Lysander se tensó y imaginó que su hermana haría una rabieta en cuanto llegase hasta él, menos mal estaba acostumbrado pero ahora mismo, no quería lidiar con ella.
De hecho, estaba cansado de lidiar con ella.
Selene era mayor y aún así parecía la menor, siempre al pendiente de él, siempre esperando que toda su atención fuera para ella. Lysander se regañó mentalmente, en parte era su culpa que Selene se hubiese acostumbrado a ser el centro de atención, desde la muerte de su madre, él y Andrew la trataron como una reina, satisfaciendo todos sus berrinches y atendiéndola como si fuese una muñeca frágil.
Selene no era frágil.
Aunque fuese difícil de creer hubo un tiempo en el que Selene era quien reconfortaba a Lysander, cuando su madre lo trataba como una niña.
Lysander miró fijamente a Selene.
Cassandra notó como la sonrisa se borró del rostro del joven dejando a su paso una tensa línea en sus labios, además, se formó una repentina rigidez en su postura y volvió la mirada. Desde que Lysander había admitido que le gustaba, Cassie quería tener la oportunidad de pasar más tiempo a su lado, pensando en conocerse en primer lugar y si las cosas resultaban, quizá algo más... Pero parecía que el destino jugó en su contra cuando llegó Selene a la clase de Jouvet y ahora hacía su segunda jugada, haciendo que se enfrentara a ellos a poca distancia en el pasillo.
Cassie debía admitir que para ella era incomodo reconocer la dependencia emocional que tenía Selene con su hermano, pero lo entendía hasta cierto punto, dada su enfermedad mental.
No obstante, ahora que veía a Selene acercarse con determinación notó que su mirada estaba despierta y centrada, contrario a otras veces que la había visto con una chispa de demencia, había algo diferente en la hermana de Lysander.
Selene avanzó... Y alguien que había tras ella la frenó en seco, casi ganándose una bofetada que se detuvo a medio camino.
Cassie observó al chico que había salido del auditorio tras la joven, no podía decir que lo conocía ya que nunca había tratado con él, sin embargo, si tenían algunas clases en común. El chico tenía el cabello marrón oscuro, casi negro, lacio y corto, su tez era ligeramente morena y sus ojos almendrados, bajo una capa de espesas pestañas, se vislumbraba una tonalidad miel en sus iris.
La mano de Selene se frenó en seco en el aire, como si reconociera que golpear a alguien solo por tocarla en el hombro sería un poquito excesivo y Cassie imaginó que la joven se había quedado con la mente en blanco al ver el chico ante ella.
Cassandra debía admitirlo, él era bien parecido.
— Vámonos — instó Lysander de repente.
— ¿Qué... —comenzó a decir Cassie pero Lysander tomó su mano y la llevó con él, doblando en el siguiente pasillo con rapidez.
— Puede sonar odioso, pero no quiero tratar con mi hermana ahora mismo —admitió él — Estoy cansado... Cansado de que mi vida gire en torno a ella y a nuestro pasado.
Cassie no supo la razón por la que no refutó: si era porque la voz de Lysander sonaba especialmente agobiada, si era porque la confesión sonó dolorosamente sincera y abrumadora... O si era por su propio egoísmo, ya que realmente quería pasar tiempo a solas con él, sin importar que fuera evidente que su hermana quería hablarle.
Cassandra caminó al compás de Lysander y no dejó ir su mano, ella era realmente consiente de sus dedos entrelazados aunque parecía que Lysander no lo notaba realmente, estaba demasiado enfocado en caminar rápido y alejarse lo más que pudieran del auditorio y de su hermana.
Lysander caminó con ella hasta la cafetería, la cual se componía de varias secciones, y dejó ir su mano para señalar las opciones que habían: — ¿Quieres algo en particular?
Cassie aún lo notaba tensó pero decidió seguirle el juego al cambio de tema para que pudiese despejarse: — Eso se ve rico.
Ella señaló una ensalada de frutas, Cassie realmente no quería comer nada pesado, si había una razón por la que había estado comiendo mal es que su estómago no se sentía del todo bien ese día.
Lysander asintió, pidió la ensalada y un Frappé para sí mismo.
Una vez les entregaron la comida, Lysander se dirigió hacia el segundo pisó de la cafetería con Cassie siguiéndole los talones y escogieron una mesa al fondo, donde no había tanto cuchicheo de las otras personas en el lugar y podrían hablar con más tranquilidad y privacidad.
— Gracias — dijo Cassie en cuanto se sentaron.
— No hay de qué.
Cassie se metió una cucharada de frutas a la boca y decidió que evitaría por completo el tema de Selene a menos de que Lysander decidiera abordarlo, comenzó con la pregunta más aleatoria que le llegó a la mente para iniciar la conversación: —¿No te parece cliché que nos conociéramos por esas libretas?
Su pregunta al azar tomó por sorpresa a Lysander pero le vio relajarse y finalmente soltar una risa.
— Fue algo raro —admitió él dándole un sorbo al Frappé— debo admitir que cuando leí el relato de la muñeca quedé impresionado.
— Muchas veces siento que no tengo el talento suficiente para estar aquí — aceptó Cassie, exponiendo sus pensamientos sobre sí misma — Es decir, hay personas en el curso de escritura con un gran talento e incluso sé de un par que tienen publicaciones ya.
— Tú eres muy buena — resaltó Lysander — por lo menos se nota que lo amas... Para mí el dibujo es algo donde puedo exponer como me siento y ya, ni siquiera me quiero dedicar a eso, solo vine aquí para tener un tiempo para pensar y un espacio para mí... Sé que mi padre quería que escogiera una profesión de inmediato al terminar el colegio pero no podía.
— Aunque eres realmente bueno dibujando y me parece bien que decidieras tener ese tiempo para ti, es importante darse un tiempo para pensar — sopesó Cassie.
— Estar aquí era liberador, contrario a estar en mi hogar, pero mi hermana tenía que aparecer y destruirlo todo... como siempre.
Cassie se quedó sin palabras al ver la tristeza nadando en sus fríos ojos azules.
— ¿Quieres hablar de eso?
♡♡♡ Gracias por leer ♡♡♡ ¿Qué te pareció el capítulo?
¿Qué crees que pasará?
Recuerda dejar tu voto y se agradece tu comentario, nos leemos en la próxima actualización.
Y si quieres leer una historia ya terminada, te invito a ir a mi perfil y leer ILUSIÓN.
Dedicación: sígueme y se escoge entre los comentarios ♡