Estaría mal odiarlo ¿No?
Se cuestionaba Takashi mientras se mordía la uña del pulgar y sostenía el celular en su otra mano, inquieto por el último mensaje que había recibido de Hakkai.
«Taiju quiere verme»
Chasqueó la lengua y revisó la última vez de su amigo. Era ayer, justo después de enviar aquel mensaje.
— ¡Maldición Hakkai! ¡no puedes desaparecer así después de enviar un mensaje como ese, idiota!— suelta al levantarse de la cama y arrojar el celular sobre su colchón.
¿Debería llamar a Yuzuha?
Estaba por tomar su celular de nuevo, cuando escuchó como la manija de su puerta se giraba y volteó para observar las traviesas cabelleras de sus hermanas asomarse. Sonrió.
— me pregunto ¿Quién estará en mi puerta?— grita al aire, dándose la vuelta y fingiendo no haberlas visto.
— ¡ni-chan cubrete los ojos!— ordena Luna.
— ¡Sí, hazlo, hazlo!— apoya Mana.
Takashi levantó una ceja y suspiró con diversión. Se cubrió los ojos con ambas manos.
— ¡Listo!— avisa, abriendo un poco los dedos para ver lo que sus hermanas tramaban.
— ¡Sin trampas!— gritaron al unísono.
— ok, ok...— rió levemente y volvió a juntar los dedos.
Por el sonido de la vela al encenderse tuvo una idea de lo que sus hermanas planeaban.
— con cuidado Mana— las escuchaba susurrar.
— ¡es que lo vas a tirar Luna!
— no voy a tirar nada, hazte para allá.
Peleaban entre susurros y Takashi arrugó el entrecejo con preocupación.
— callense las dos que arruinan la sorpresa— la voz de su madre se unió a su pelea entre susurros.
Mamá...
Takashi sonrió, después de todo su mamá no lo había olvidado.
— ¡Contamos tres y puedes abrir los ojos!— le avisa Luna y el solo asiente con la cabeza.
— 1...
— 2...— por la voz de su hermanita sabía que estaba más emocionada que él mismo.
— ¡3!— el sonido de muchas voces junto a la explosión de serpentinas y confeti, lo confundió un poco.
Se quitó las manos del rostro y lo primero que notó fueron las velas iluminando su rostro, sobre un enorme pastel con el dibujo del dragón que Draken y él compartían.
Levantó la mirada, a parte de sus hermanas y su madre se encontraban sus amigos. Takemichi sonreía ampliamente sosteniendo una de las serpentinas junto a Chifuyu, Mikey le metía un dedo a su pastel siendo golpeado por Draken, Peyan sonreía como un tonto mientras Smiley y Angry cargaban su pastel, que en algún momento se lo que quitaron a sus hermanas.
— chi... chicos, no me la esperaba— suelta más por el hecho de ver a toda esa gente en la puerta de la habitación y no haberlos escuchado al entrar.
— ¿Qué esperas, imbécil? ¡Sopla la vela!— exige Smiley con su característica sonrisa.
— ¡No lo apures Smiley, tiene que pedir un deseo!— se apresura a decir Angry con una cara de pocos amigos.
— Puedes pedir mejor gusto para decorar ¡Tu habitación es un asco!— se burla Mikey, siendo golpeado nuevamente por Draken.
Takashi sonrió un poco incómodo por la repentina sorpresa y todos los ojos sobre él.
¿Qué deseo? Tal vez aprender a pelear o... saber dónde demonios está Hakkai. P mirando alrededor y no encontrando a su subordinado.
Sin decidirse sopló las velas.
Los que invadieron su habitación aplaudieron y nuevamente lanzaron serpentinas sobre él.
— ¿Qué pediste, qué pediste?— insiste Takemichi acercando más su rostro.
— es secreto hombre— sonrió, barriendo su hombro con la mano.
— Bien, podemos ir a la sala de estar ahora— alza la voz su mamá y es obedecida enseguida por todos— puedes ir con ellos cariño, yo limpiaré aquí.
— no, tranquila yo lo hago. Debes estar cansada— le sonrió con los dientes a su mamá.
La señora Mitsuya besó su mejilla y salió de la habitación. Después de limpiar su habitación, cambiarse de ropa y arreglarse un poco se unió a sus amigos en la sala de estar que desde hace un buen rato estaban haciendo un escándalo.
La señora Yoshida me hará problema por esto. Piensa con desgano.
— ¡Hasta que llegas!— suelta Draken desde el sofá, sosteniendo una bolsa de papas— apresúrate o devorarán todo— señaló la mesa de centro la cual se había convertido en un campo de batalla entre todos sus amigos.
Cada quien veía cuánto podría tomar y robar de cualquiera de sus amigos. La mesa y el suelo eran un revoltijo de dulces, caramelos, papas, bocadillos.
En verdad espero que estos idiotas limpien.
— bastardos...— murmuró, apretando el puño— ¿De quién mierda es el cumpleaños entonces!—grita soltandole un golpe a Takemichi y Chifuyu y quitándoles lo que habían conseguido. Los demás se rieron y escondieron su parte del enojado Takashi.
— ¡Oye!
— ¡No! ¡Mi botín!
— cierren la boca, es mi maldito cumpleaños— bufó y se hizo un espacio entre ellos en el suelo. Se echó un bocadillo a la boca— ¿Y? ¿Cuáles son los planes para qué me hagan sentir especial en mi día?— pregunta sonriendoles en burla.
— sorprenderte en tu casa con un pastel— explica Takemichi.
— si ¿Y?
— ¿Y qué?— pregunta Mikey echándose a la boca un puñado de papas.
— era lo único que teníamos planeado— confiesa Chifuyu— ¿Alguna idea para pasar tu cumpleaños?
¿qué tal si todos se van de mi casa?
Soltó un suspiro pesado y se llevó un caramelo a la boca.
— las chicas vendrán pronto— anuncia Draken mirando su celular.
Chicas... entonces vendrá Yuzuha.
Se sintió un poco más animado de repente y jugueteó con el caramelo en su boca.
— oigan...— llamó la atención de sus amigos que estaban a punto de empezar a pelear por una trivialidad— ¿Dónde está Hakkai?
Hubo un momentáneo silencio hasta que los que no sabían responder a la pregunta volvieron a lo de antes.
— pues... desde ayer no sé nada de él— dice Takemichi tomando el celular de su bolsillo— intenté marcarle hoy, estuvo toda la semana emocionado por tu cumpleaños; pero no me contestó.— le enseñó el historial de llamadas.
Takashi hizo una mueca de disgusto y mordió el caramelo entre sus dientes con molestia.
— tampoco me responde— dice Chifuyu guardando su móvil.
Ok, esto ya es muy raro.
Pensaba que tal vez Hakkai estaba huyendo de él, por el temor a ser regañado al aceptar verse con Taiju de nuevo. Taiju, aquel hombre.
¿Y si le había hecho algo?
La idea rondó por su cabeza unos instantes, mientras llenaba su boca de bocadillos; tratando de calmar su creciente ansiedad.
No sería capaz ¿Cierto?
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre. Se levantó enseguida y rápidamente fue hacia la puerta, esperando encontrar la sonrisa torpe y despreocupada de Hakkai acompañada del cariñoso apodo que se la pasaba repitiendo.
Emma, Yuzuha y Hina le sonrieron, está última levantando un melón entre sus manos. Sonrió, sin embargo no pudo ocultar su decepción al ver a Yuzuha sin su hermano menor.
— ¡Feliz cumpleaños, Mitsuya!— Yuzuha saltó a sus brazos con alegría, por un instante recordandole a Hakkai.
— oh, muchas gracias ¡Me alegra que hayan venido! — devolvió el abrazo estrechandole la cintura con cariño.
En cuanto la Shiba se alejó, Hina y Emma se lanzaron miradas cómplices y cuchichearon entre ellas.
— ten, es de nuestra parte. Feliz cumpleaños— Hina fue un poco más cordial que Yuzuha, debido a que había mantenido muy pocas conversaciones con el cumpleañero y no eran tan cercanos. Le extendió el regalo con una sonrisa.
— ¡Feliz cumpleaños!— le felicitó Emma con entusiasmo.
— muchas gracias, la verdad no hacía falta— agradeció tomando el presente.
Sin poder evitarlo sus ojos buscaron a alguien más detrás de ellas, pero no encontró nada o mejor dicho a nadie. Suspiró.
— las llevaré con los demás.
Y así durante el resto de la tarde comieron golosinas e improvisaron un par de juegos en la sala de estar de los Mitsuya. A la hora de servir el pastel fue llamado por su madre, se levantó de su lugar no sin antes amenazar a sus a sus amigos con la mirada; ellos solo sonrieron con nerviosismo.
— ¿En serio te tienes que ir?— preguntó, con un sutil tono de tristeza en su voz.
— solo pedí permiso un momento, lo lamento cariño— se disculpa apenada— dile a tus amigos que pueden quedarse hasta la hora que quieran.
— será mejor no decírselo o se quedarán a vivir aquí— Takashi soltó una risa nasal— que te vaya bien.— abrazó a su progenitora con cariño— no trabajes demasiado.
— feliz cumpleaños cariño— le acarició el cabello, luego lo asió por los hombros para apartarlo con suavidad y sonreírle con calma— anímate, Hakkai-kun seguramente llegará en cualquier momento.
Takashi dio un respingo y sus mejillas lucieron rojas. Su madre lo había notado y ahora se reía levemente.
— ¿A-A qué te refieres?
— te noté un poco inquieto, si te soy sincera yo también lo estoy. Fue raro no escucharlo gritar "Taka-chan esto" o "Taka-chan esto otro" ¡Su ausencia se siente mucho en la casa!— la señora Mitsuya apoyo una mejilla en su palma— no lo conozco mucho, pero no se perdería tu cumpleaños a menos que tenga una muy buena excusa— besó la mejilla de su hijo— no te sientas mal, te deje un regalo debajo de tu almohada. Pásala bien, la vecina cuidara de Luna y Mana hoy, ya sabes para que la pases bien— Takashi sonrió— saluda a Hakkai-kun de mi parte cuando llegue.
No sé perdería mi cumpleaños ¿Eh?
Despidió a su madre en la puerta y se quedó quieto en el umbral. Confiaba en Hakkai, sabía que llegaría en cualquier momento, sin embargo; lo extrañaba. No recuerda un solo cumpleaños suyo sin su compañía, desde que se conocieron. Se sentía extraño al no tenerlo detrás de si todo el día, llamándolo por ese molesto apodo.
Hakkai ¿donde estás? Se pregunta mientras suspira con pesadez.
No la estaba pasando nada bien en su día.
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Ya pasó el cumpleaños del wawa, pero lo escribí en su día, aún cuenta ah
atrasado, pero feliz cumpleaños flaco <3