Solange

By KryzizBonny

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Solange nació en una familia de cazadores de vampiros legendaria, y por tanto, es su deber formarse como una... More

Advertencia
Prefacio
Capítulo 1 - Una Segunda Vida
Capítulo 2 - Emblemas
Capítulo 4 - Liderazgo y Confrontación
Capítulo 5 - Equipo Integrado
Capítulo 6 - El Punto Débil
Capítulo 7 - Vida Mortal
Capítulo 8 - Iniciación
Capítulo 9 - Cabeza Fría
Capítulo 10 - Siguiente Nivel
Capítulo 11 - Dulces 16
Capítulo 12 - Corazón Roto
Capítulo 13 - Delirio
Capítulo 14 - Jack de la Morte
Capítulo 15 - Promesas, Secretos y Dudas
Capítulo 16 - Historias que se Tocan
Capítulo 17 - El Innombrable
Capítulo 18 - Doble Pérdida
Capítulo 19 - Rostros Amigables
Capítulo 20 - Recompenza
Capítulo 21 - Verdades
Capítulo 22 - Confianza
Capítulo 23 - Convivencia
Capítulo 24 - Rivales
Capítulo 25 - Invitada
Capítulo 26 - Vándala Juvenil al Volante
Capítulo 27 - Verdades que Destruyen
Capítulo 28 - Un rostro extraño
Capítulo 29 - Colapso
Capítulo 30 - Torn el Vampiro
Capítulo 31 - Ayuda
Capítulo 32- Bloqueos y Reuniones Secretas
Capítulo 33- Fuego, Lluvia y Burbujas
Capítulo 34- Revolución
Capítulo 35 - Cosas que se ganan, cosas que se pierden.
Epílogo
Créditos

Capítulo 3 - Fracasos y Conquistas

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By KryzizBonny


⚔️ Antes de empezar: Además de la imagen de arriba, cada capítulo tiene un audio por si lo quieren escuchar al tiempo que leen. Solo hagan swipe izquierda en cada imagen y den play al video.

—No te preocupes —le dijo Nolan, quien la había esperado en el marco de la puerta—. Es una disciplina difícil.

Solange seguía con cierta amargura tras todo aquello, pero el chico parecía amable y justo eso necesitaba. No recordaba otra situación en la que se hubiese sentido tan identificada con un pez fuera del agua.

—¿Cómo te fue? —preguntó ella.

—Bueno, acerté 15 de 20 pero no es como pensé que sería. Me esforcé tanto que me duele la cabeza —le dijo arrugando la nariz.

—¿15 de 20? —preguntó Solange impresionada—. ¿Crees que obtendrás un emblema?

—No, pensé que sí pero tenemos un grupo con buenos mentalistas. Pude ver mayores puntajes. Miranda, la de las trenzas, incluso creo que sacará primer lugar.

—¿Primer? ¿Sabes qué puntaje sacó? —pregunto Solange.

—Sí, estaba frente a mí en la fila. 20 de 20.

—¡¿20 de 20?!

—Vi a otros cinco que sacaron más de 16. Pero está bien, conseguiré el emblema en las siguientes semanas.

—¡Al demonio con la lectura mental, eso no nos va a mantener vivos allá afuera! —se quejó Julieta, la chica rubia malhumorada pasando justo en medio de ellos y saliendo del salón en agresivas zancadas.

Solange volteó a ver al escritorio de la profesora. Había ya otro papel en el montón de los inneptos. Probablemente el de Julieta.
Al menos tenían algo en común.

Y no fue en la única disciplina en la que pasó vergüenzas, al parecer la pequeña Solange además de no tener talento innato para leer mentes, no se le daba memorizar y carecía de muchos conocimientos básicos.
Lo que más le dolía era no haber quedado en primeros lugares en esa última prueba, era raro pero erróneamente pensó que la literatura y películas de vampiros estaban apegadas a la realidad.
En varias de las preguntas, se quedó en blanco, otras se las calificaron mal. ¡Si tan solo su padre le hubiera enseñado más que solo disciplinas físicas! Aunque bueno, tampoco fue para preguntarle a su madre o a Garret. Asumir le había costado mucho.

Después de toda esa humillación, al fin entraron al salón que le interesaba. El salón de las armas. Solange sintió un alivio enorme. No importaba si no estaba entre los primeros, al menos por primera vez en todo el día, se sentía familiarizada y sabía exactamente qué debía hacer.

—Muy bien, bienvenidos. Soy el profesor Deepak. Para la prueba todos van a enseñarme sus habilidades en las tres armas que gusten de las 24 armas de los cazadores. Tienen quince minutos para practicar. Elijan bien y tengan cuidado —dijo el profesor—. No sé cómo hayan entrenado en casa, pero aquí las armas están afiladas en grado de cazadores. Si se rebanan algo, no les dolerá y no lo notarán hasta que pierdan demasiada sangre. No queremos a nadie en el hospital, ¿ok?

Solange realmente no necesitaba la práctica pues entrenó toda la noche anterior.
Varios instrumentos se ocuparon de inmediato. No había pasado un segundo y ya había una línea enorme para practicar puntería con los shuriken así como también muchos habían acaparado las estacas.

Se sentía confiada en su fuerza y puntería, por tanto, solo fue hacia las espadas, que estaban desiertas.
Tomó una katana y comenzó a hacer sus formas musicales. Las espadas de los cazadores usadas bien, cortaban el aire y hacían sonidos como de silbidos. Se podían manejar de forma que sonaran como tonadas fantasmales y se decía, hipnotizaban o al menos reducían la concentración de ciertos vampiros.

Solange empezó una que le había enseñado su hermano Garret hace tiempo y por primera vez en toda la mañana, se sintió relajada. Aún le dolía la cabeza y el cuello por el estrés pero su mente estaba en otro lugar. Concentrada en cada corte que le hacía al aire, en perfecta coordinación con su cuerpo, su respiración marcando un ritmo perfecto...
No supo cuándo sucedió pero a mitad de su práctica todos la contemplaban con los ojos bien abiertos. Todos habían detenido lo que hacían. El profesor incluido.

Ella paró en seco. ¿Había escuchado mal las instrucciones y estaba haciendo el ridículo? ¿Las espadas no estaban permitidas todavía? ¿Por qué la miraban así? Terminó el giro que estaba haciendo y guardó la espada en un movimiento de vuelta a su funda.

—Muy bien, Soleil —le felicitó el profesor—. Siga así —y volvió a observar a los demás que poco a poco reanudaban en las armas elegidas.

¿Qué estaba pasando?

Nolan se acercó a ella.

—¿Te enseñó tu hermano? —preguntó él.

Ella asintió.

—Quizá luego puedas enseñarme. Aunque seguro no podré hacerlas sonar hasta dentro de unos años.

—¿No puedes? Creí que era normal.

—No, las armas no se me dan. Mi madre decía que eran mis manazas de gorila —añadió sonriendo avergonzado—, pero no es solo eso. Es raro para novatos.

Y así fue, en cuanto comenzaron las pruebas, se dio cuenta que no era normal. La mayoría, aún en sus armas elegidas tenían un nivel por debajo de lo que había esperado. Ahora podía ver cómo sus otros compañeros la vieron en las otras pruebas.

Las armas más elegidas fueron los shuriken. Con Julieta Taiyou y Solange en primero y segundo lugar. Miranda, la chica de trenzas quedó en último, no logrando siquiera llegar a tocar la tablilla de marcas, sino con todos los shurikens en el piso a medio camino, excepto el que se clavó en la mano.

Las estacas fueron un arma que casi todos subestimaron. Debían insertarse con ángulo y fuerza perfectos. Varios salieron lastimados cuando al estacar la pared de madera, lo hacían mal y la estaca se les rompía en las manos.

Casi todos usaron la cuerda metálica como su tercer arma. Era solo hacer nudos y restringir movimientos. Muy fácil, la cuerda era tan buena que prácticamente hacía todo el trabajo.

Solange y unos cinco más usaron la espada, pero de todos ellos, ella fue la única que pudo sonarla en su presentación. El resultado final fue un promedio de esas disciplinas y por fin, Solange consiguió un primer lugar y su primer emblema.

Con aquella victoria fue muy animada a la siguiente clase, pues también estaba dentro de sus fortalezas.
La profesora Alemina, la misma profesora de Lectura Mental, entró al aula tras ellos y se quitó la sudadera. Podía ver que tenía los brazos definidos y fuertes. Era la clase de lucha cuerpo a cuerpo.

—Los voy a dividir en dos grupos y vamos a hacer un tipo de torneo. Más que intentar ganar, quiero ver su técnica porque van a ir en mi contra —dijo con una sonrisa traviesa—, y no van a ganar. Será un minuto de técnica, pasado el minuto tienen que evitar que los inmovilice. Mientras más tiempo aguanten, mejor su puntuación, ¿entendido? —preguntó y todos asintieron—, quiero que calienten y en quince minutos harán dos filas. Veamos qué fila gana.

No le fue tan mal en esa prueba pero su cefalea seguía siendo un problema, con el mínimo toque en su cuello o parte izquierda de la cabeza, se le desataba un dolor punzante por toda la espalda y columna. Su fila no ganó, pero hubo mucha fluidez en su combate y la profesora Helios no pudo derribarla tan rápido como a otros.
Aunque estuvo lejos del primer lugar que obtuvo Paris, sí pudo obtener el emblema con su sexto lugar.

Y no fue el último. Aunque Bimori humilló a todos en la prueba de velocidad, sacándoles ventaja de tres vueltas, al punto de que en su última, hasta se sacó los zapatos y siguió corriendo perfectamente. Solange aún así logró hacerse con su tercer emblema y eso la animaba. Toda la noche anterior le había preocupado no obtener alguno y que por tanto, nadie la eligiera en la formación de equipos. Ahora, pese a que seguía nerviosa, al menos tenía tres habilidades sobresalientes y eso le daba ventaja sobre varios de sus otros compañeros.

Después de pasar las pruebas, tuvieron un descanso para comer en la cafetería central. Todos usaban unas planchas de calor repartidas en las mesas para pegar sus emblemas a la ropa.

Lo que seguía era la elección de equipos y Solange seguía sin poder ingerir alimento. Su ansiedad social la hizo formarse cinco veces en la fila de la comida. Veía cómo los demás interactuaban con facilidad y se sentía muy celosa. Jamás había tomado la iniciativa en esas cosas. Siempre alguien le hablaba primero o era presentada por su familia o amigos.

Buscó con la mirada al chico rubio agradable, Nolan, pero él fue prácticamente arrastrado a una de las mesas, al punto que ni siquiera pudo ir por su comida. A cambio, las chicas y chicos en la mesa, le compartían de la propia al tiempo que llegaban y platicaban con él. No había un solo asiento disponible en esa mesa y Solange no quería quedarse de pie luciendo rara.

—Niña, ¿vas a querer algo o no? ¡Es gratis. Puedes tomar lo que gustes! Llevas formándote todo el tiempo. ¿No te has decidido? —le preguntó la señora de la cafetería.

—Lo siento —dijo ella sintiendo un tirón de estómago y tras ello, salió de la fila avergonzada. Buscó rápido un lugar donde sentarse. Había una mesa con solo un chico ahí. Alguien que no había hablado con nadie y seguía sin hacerlo, pues traía los auriculares mientras ingería casi toda la fruta que encontró en la barra de ensaladas. Solange recordaba que su nombre era Kim, de apellido algo similar al de Julieta.

Solange se acercó y después de una sonrisa tímida con su cara del color de la sandía, se sentó en la orilla opuesta tanto horizontal como verticalmente de él.
El chico asintió como en un saludo breve y siguió comiendo su mango sin prestarle atención.
Ella no lo había notado siquiera hasta que empezó a quedar dentro del top de los mejores en cada disciplina. Fue el único que logró tal hazaña.

Solange miró al reloj y pegó sus emblemas por combate, armas y velocidad.
Seguía decepcionada de no haber logrado el de puntería, el dolor de cabeza había sido peor a la luz del día, donde hicieron la práctica, y su séptimo lugar no le permitió estar en el rango.

Volvió al reloj una vez que sus parches se enfriaron y pudo volver a ponerse la sudadera, había pasado solo como un minuto. ¡Aquello era una tortura! ¿Por qué iba tan lento?

La campana finalmente sonó, después de haber revisado la hora unas mil veces, y Solange desapareció casi al instante de la cafetería para ir hacia el salón de actividades varias.

Se colocó justo en el centro, así podrían verla y ella ver a los demás. Intentó recordar a los mejores para armar un plan y elegir a gente sobresaliente pero su misma incompetencia social la saboteaba.
Había estado tan preocupada por sus propios puntajes que se olvidó de prestar atención a los demás.

Los profesores que les hicieron las pruebas ingresaron cuchicheando entre ellos, dirigiendo miraditas curiosas a los novatos, emocionados por ver quién quedaba con quién al tiempo que subían al pequeño escenario. La profesora Alessandra, de la disciplina de puntería fue al podium, tomó el micrófono y la profesora Mina le entregó una lista.

—Bienvenidos futuros cazadores. Estamos orgullosos de los talentos que mostraron hoy. Nos tienen muy emocionados y honrados de ser sus primeros guías en este camino, que no es fácil.
Sus familias los han instruido bien, ahora queda en nosotros completar su educación. Les deseamos un aprendizaje rápido y exitoso así como una larga vida.
Bien, ha llegado el momento. Han observado las habilidades de sus compañeros durante todo el día —volteó a ver con una sonrisita a los demás profesores—, ahora mismo eligirán sus grupos definitivos. Necesito que armen grupos de cinco.

Aquello era importantísimo. Los equipos eran definitivos, pues se lograba mayor éxito cuando todos se coordinaban y entrenaban juntos a través de los años. Solange se volvió a forzar para recordar cada disciplina y el top seis... o al menos el top tres. Se sentía estúpidamente intimidada y nerviosa, la prueba real para ella sería hablarles y convencerlos de estar en su equipo... pero la profesora no acabó de decir eso cuando todos se agruparon de inmediato, casi corriendo.

Solange se quedó de pie, congelada en el centro y volteó a su alrededor confundida. ¿Cómo es que habían hecho eso? ¿En qué basában sus decisiones? ¿Lo habían acordado previamente? Veía incluso gente con solo un emblema, ya en un equipo.

Nolan estaba en otro grupo, prácticamente se habían peleado entre dos equipos por él, pero en cuanto la vio de pie sola, se disculpó con ese equipo y fue hacia ella. Otro chico, Ernesto, de inmediato corrió a cubrir el lugar que se había abierto en ese equipo.

—¿Compañeros? —le preguntó. Nolan tenía el emblema del combate cuerpo a cuerpo, el de fuerza y el de estrategia.

—¡No tienes que hacerlo! —le susurró Solange en casi un chillido. Estaba en los límites de su ansiedad social por el día. Todos voltearon a ver curiosos y ella solo se quería tirar a un pozo.

—¿De qué hablas? Quiero hacerlo —dijo él sonriendo confundido. —¿O no quieres ser mi compañera?

Ella inhaló y exhaló intentando calmarse, era como si el oxígeno no bajara a sus pulmones. Debía tener compostura. Catrina siempre le recordaba respirar lento, darse tiempo, entender lo que la otra persona le decía, dejar de balbucear y agradecer.

—Gracias —lo apreció ella, aunque le vino una culpa enorme por quizá haber hecho sentir al chico cierta lastima y ahora tenerlo en un equipo que ni siquiera estaba completo.
Sus vidas dependían de ello y acababa de tirar todo por la borda—. Sí, quiero ser tu compañera. Lo siento, soy muy mala para estas cosas. 

—No creo que seas mala, solo que todos eligieron equipos con sus conocidos. A mí me impresionó tu manejo de la espada. Creo que tengo mucho que aprender de ti, por eso quiero estar en tu equipo.

—Solo practiqué mucho antes de venir —dijo ella.

—Sí, todos lo hicimos —le aclaró él con una sonrisa amable.

—¿Alguien inconforme con el equipo que les tocó? Es la última oportunidad de hacer cambios —vociferó la profesora Alessandra para que todos escucharan. Solange miró ambos atuendos y los emblemas que llevaban. A Nolan y a ella les faltaban los de puntería, agilidad, conocimientos y mentalista, pero fuera del de conocimientos básicos, ambos habían estado MUY cerca de ganar los otros. La variación de talentos era importante y tan solo entre ellos estaban balanceados.
Tras eso, pudo respirar de nuevo, no importa a quién les pusieran en su equipo, estarían bien.

Nadie dijo nada, nadie tenía deseos de cambios pero era obvio que ellos seguían incompletos y que había otros tres novatos perdidos entre el mar de gente.

—Ok —dijo la profesora haciendo algunas anotaciones en su lista—. Eh... Solange, Nolan —dijo mirándolos y luego volteando hacia otros lados—, Miranda... Julieta y Kim. Ustedes no se agruparon a nadie así que estarán juntos en el equipo E. ¿Tienen alguna objeción?

Solange miró incrédula a los demás mientras aparecían tras los otros equipos.
Miranda era la chica que había acertado cada carta con la profesora Alemina pero que lucía como si el corazón se le fuera a salir. Tenía incluso los ojos llorosos en ese momento, aunque no la culpaba, aquello era muy estresante. Llevaba tres emblemas, el de mentalista, memoria y el de conocimientos. Ahora veía por qué la rechazaban, creían que era el estereotipo de mentalista inútil que tendrían que cuidar y que no podría defenderse físicamente de nada, pero sacar notas perfectas en esas tres disciplinas había impresionado mucho a Solange, seguro se complementarían bien.

Juliet era la rubia de mala actitud que probablemente fue adoptada por los Taiyou, la que se quejó de las cucarachas del orfanato. Le faltaban solo tres emblemas, el de mentalista, velocidad y conocimientos generales, que fuera del de mentalista, quedó muy cerca de obtener los otros.

Y Kim, bueno... era el chico que no había dicho ni pio a nadie desde que llegó y que había compartido su mesa, el único ahí con cada emblema en existencia.

Solange se sorprendió. Quedarse al último le había dado cierto pánico, un terror de que quizá no tendría a los compañeros indicados, pero la verdad, es que todos en ese grupo eran MUY sobresalientes... su único problema era que ninguno (fuera de Nolan) ganaría algún concurso de popularidad.
Todos parecían ser un desastre socialmente, justo como ella.
Y eso mismo la hizo sonreír.

Los cinco negaron tener alguna objeción.

—Bien, está dicho. Manden a uno de ustedes por su llave con Kathy y empiecen a mover sus cosas. Su primera clase mañana será a las 9am.

Su habitación era circular, pequeña pero acogedora. Le gustaban los ventanales grandes que tenían.
La torre estaba dividida en niveles. Cada nivel era ocupado por un año diferente. Ellos eran el año uno y se les asignó el piso 3, tendrían ese piso hasta terminar academia, de 5 a 7 años o más si llegaban a elites. En cada piso, habían cinco habitaciones enormes y dos baños grandes, uno para mujeres y otro para hombres. Cada uno con cubículos separados de regadera y escusados, como cuartos que daban completa privacidad.

Por equipos compartirían cuarto, comerían juntos y harían todo juntos. Tenían que conocerse y sincronizarse.

Sería todo un verano intensivo. Al terminar el verano, se les asignarían misiones varias de acuerdo a sus habilidades, acompañados de un tutor.
Tras el verano, podían regresar a sus habitaciones la noche que quisieran, aunque todos preferían regresar a casa, pues estaban más cercanas a sus escuelas normales. El siguiente año sería su iniciación oficial y volverían ahí cada verano a cursos hasta ser profesionales.

Se les permitió llevar sus propias ropas de cama y decoraciones. Tan solo con eso, y particularidades al ordenar la habitación, pudo notar diferentes detalles sobre las personalidades de sus compañeros.

En primera, Kim les hizo quitarse los zapatos y dejarlos a la entrada para no ensuciar el piso. A todos les dio unas sandalias nuevas de diversos motivos que había comprado al azar. Rositas con cerezas para Solange. A Miranda le tocaron unas blancas de gatitos, que por cierto, le quedaron enormes con sus piecitos pequeños. A Nolan, Kim le dio las más grandes, unas sandalias de dinosaurios, que aunque le encantaron, le quedaron muy chicas y le hicieron ver el pie como un tamal mal amarrado. Julieta tomó unas rojas sencillas y Kim se quedó con unas sandalias negras y sobrias.

Nolan abrió las ventanas y respiró el aire fragante con una sonrisa. Habían algunos pinos cercanos y su aroma perfumó toda la habitación.

Solange notó que Miranda era una de las suyas. Pudo ver diversos objetos de varias series o películas que a ella también le gustaban. Tenía incluso la taza de tardis para café más hermosa que hubiera visto jamás y estaba segura que sus sábanas eran de Sailor Moon.

Por otro lado, Julieta no traía muchas pertenencias, quizá por lo de que la habían dejado en un orfanato.
Su ropa de cama era de un color neutral y lo más personalizado que poseía era una manta negra que se veía muy cómoda. Le daba cierta tristeza pero también le daba mucho miedo como para decirle algo, y eso que Solange era de carácter fuerte en situaciones de confrontación.

En cuanto a los chicos, Nolan llevaba varios comics y cosas sobre hockey de hielo. Su ropa de cama era de colores rojo, azul y blanco. Y en su mesita de noche colocó una foto de su familia enmarcada.
Tenía una pequeña banderita de Noruega y otra de Colombia, que pegó justo arriba de su cabecera, en la pared.

Kim poseía las decoraciones más sobrias y modernas, pero entonces lo vio guardar paquetes y paquetes de golosinas en sus cajones. Al verla espiarlo, le dirigió una media sonrisa asintiendo y le lanzó una pequeña botellita de plástico. Al atraparla, lo único que pudo leer en ella fue "since 1974".
A Solange le rugió el estómago y se acordó que no había comido en todo el día, por tanto la abrió de inmediato y se la bebió casi de un shot. Aquello fue la cosa más maravillosa, era algo como leche sabor plátano. Aún estaba fría de la pequeña hielerita en la que se había encontrado.

—Gracias —le agradeció.

—De nada —contestó él, aquello fue lo primero que le escuchó decir. Tenía un acento marcado, como si acentuara las palabras al final y estuviera preguntando en lugar de contestando.
Su voz era agradable e infantil pero notaba que la pubertad ya le comenzaba a hacer cambios.

—Bien, yo ya terminé. ¿Alguien necesita ayuda? —preguntó Nolan.

Todos negaron.

Entonces Nolan vio el folleto con sus tareas como equipo que les habían entregado con la llave.
—Según lo que dice aquí, debemos de presentarnos. Nombre, apellido, algo que nos guste, algo que no nos guste, de dónde somos y familia —señaló él mostrando el tríptico donde  sonreían y se abrazaban cinco adolescentes en ropas negras.

Julieta lo vio fríamente sin pronunciar palabra.

—¿Alguien quiere empezar?

Todos se miraron incómodos.

—Ok, no hay problema, yo empiezo —dijo él—. Soy Nolan Naineblanche, antes Nolan Lys. Me gustan mucho los comics, son bienvenidos a leer el que gusten cuando gusten —señaló a su mueble—. No me gusta el frío. Vivía en Colombia porque mi madre era originaria, ella pertenecía a la familia Ignis. Mi padre era parte de la familia Lys de Noruega pero hizo su entrenamiento de cazador en Colombia y decidió quedarse ahí. Después de sus muertes, vine a vivir aquí con mis tíos lejanos. Un placer conocerlos.

—Siento tu pérdida —dijeron Kim y Miranda al mismo tiempo en cuanto terminó. Solange asintió, ya le había expresado su sentir, aunque fuese interrumpida por Kathy.

Él asintió de vuelta agradeciendo.

—Julieta Taiyou —dijo ella cortante cuando todos guardaron silencio —. Me gusta el combate, no me gusta hablar por hablar. Soy de México. Fui adoptada por los Taiyou, Mi familia anterior fueron los Grian.

Hubo un jadeo colectivo, ella solo giró los ojos molesta. Ahora sabían porqué no buscaba venganza como Nolan.

Los Grian se habían vuelto vampiros voluntariamente, tras ello abandonaron a sus hijos dejando una nota aclarando que jamás quisieron ser padres y huyeron antes de las vacaciones de invierno.

Los cazadores estuvieron buscando a los siete hijos de los Grian hasta que encontraron a algunos en diversos orfanatos, aunque el hermano menor, tan solo con un año, aún no aparecía.

A Julieta, la mayor de los siete, la habían encontrado solo unos días antes de que entraran a la academia porque se sabía de memoria el teléfono de la familia Taiyou. Y pese a que los Grian la habían internado pidiendo que no se le diera acceso al teléfono o internet, ella logró infiltrarse en una de las oficinas y así pedir ayuda.

Solange jamás pensó conocer a la niña Grian. Los Grian habían sido de las primeras familias que habían roto vínculos amistosos con los Soleil pero no quitó que escuchara sobre el incidente por algunos meses, había sido la comidilla de los cazadores.

—Miranda Lux —dijo ella con una sonrisa tímida—. Me gusta leer, no me gusta sentir miedo. Soy de México. Mi familia, de parte de mi padre son los Lux, de mi madre los Sun. Kathy, la instructora, es prima mía.

Solange la miró a detalle. Aquello era una mezcla interesante. Los Lux eran del tipo de cazavampiro como los Soleil. Muy activos en combate y disciplinas físicas, mientras que los Sun eran muy talentosos en disciplinas mentales.
Era claro que Miranda había obtenido más de las habilidades de los Sun, pero sabía la reputación de los Lux y lo exigentes y duros que podían ser con sus hijos. Se sentía mal por ella. Era evidente que no disfrutaba ese tipo de cosas.

—Kim Taeyang dijo él. Solange notó de nuevo su peculiar forma de hablar acentuando raro las palabras como alargando el final y comiéndose algunas letras. Era bastante lindo. Me gustan los dulces, no me gusta hablar en público — sonrió tímido—, soy de Corea del Sur. Eh... Los Taeyang, nos mandan a diversas cedes del mundo porque no hay vampiros en Corea del Sur desde 1993... o bueno, quedan muy pocos.

—¿Es cierto que fue Corea del Norte?— le preguntó Miranda después de ver hacia todos lados y en casi un susurro.

Kim la miró perplejo por unos segundos, le sonrió y rió.

—Eso dicen los rumores, pero no sabemos. Vampiros fueron encontrados después en otros lugares pero decían que quisieron mudarse y que no saben qué les sucedió a los demás. Es muy raro. Eh... mucho gusto.

Todos miraron a Solange expectantes.

—Solange Soleil —dijo ella—, me gusta correr, no me gusta... —se detuvo, no quería decir nada que sonara antisocial, recordó lo que le dijo su hermano, Catrina no estaría ahí para facilitarle amistades ¡pero no le venía nada a la mente!—, eh... los... calcetines mojados —ok, sí a nadie le gustaban, pensó ella—, soy de México. Eh... mi familia son los Soleil —volteó a ver a todos. Eso era todo.

—Ok, muy bien —dijo Nolan cuando terminó—. Ahora tenemos, según las tareas, que elegir un líder.

Todos lo miraron.

—Tienes mi voto —le dijo Solange encogiéndose de hombros. La verdad es que liderear no era lo suyo. No le gustaba tener que pensar o poner más esfuerzo. Jamás lo hacía en la escuela y no iba a empezar ahí.

—Concuerdo. Creo que serías buen lider —le dijo Miranda.

Kim asintió.

Nolan sonrió honrado.

Julieta por su parte le dirigió una mirada de muerte a cada uno de los presentes.

—¿De verdad? —arqueó una ceja y se cruzó de brazos—. ¿Cómo es que siquiera votamos sin conocer las habilidades de todos?

—Pero... las vimos en el ranking —dijo Miranda en voz casi audible.

—¡No así! Me refiero en uno contra uno. A mí me gustaría ser lider —demandó ella.

—Bien, yo voto por ti —le dijo Nolan con una sonrisa relajada.

—¡Y yo voto por mí! —dijo ella como si aquello fuera una discusión.

Hubo un silencio incómodo.

—Uh... aún así, Nolan tiene 3 votos —murmuró Miranda al tiempo que dirigía la vista a sus sandalias de gatitos.
Julieta gruñó provocando que la chica jadeara aún sin verla y luego volteó hacia Nolan señalándolo.

—Propongo un duelo, combate cuerpo a cuerpo, es justo.

—Si significa tanto, puedo votar por ti —le dijo Solange con sequedad.
Solo quería comer, darse un baño e ir a la cama, y esa rubia malhumorada estaba a punto de arruinar sus planes además de desatarle una cefalea permanente.

—No necesito tu lástima. Se los demostraré. ¡SERÁ UN DUELO! —vociferó Julieta.

—Ok... malagradecida —murmuró Solange.

—Bien, acepto el duelo —le dijo Nolan extendiendo la mano—. Será un honor.

—Vamos entonces —dijo ella volteándose sin tomar su mano y saliendo de la habitación en sus zancadas características.

—¿Qué haces? ¡Está claramente loca! —le murmuró Solange a Nolan. Miranda y Kim, quienes también se petrificaron ante aquella escena, asintieron con cara de terror. Él se acercó a ellos.

—Solo está herida. Necesita sacarlo todo y saber que puede confiar en nosotros. Es parte de nuestro equipo y nos esperan muchos años juntos —les dijo Nolan en voz discreta. Solange no pudo evitar dejar caer la mandíbula. Era como escuchar a su amiga Catrina. Ese era el tipo de cosas cursis que ella decía.

—Ok... bien, solo no la lastimes mucho. No sabemos qué nos tengan preparado mañana y necesitamos juntar todos los emblemas posibles cuanto antes —le pidió Solange.

Julieta había pasado como tercera en combate cuerpo a cuerpo, bajo Nolan y Paris. Pero Nolan era mucho más musculoso y con menos control que la profesora Alemina, que fue quien los clasificó. En cualquier descuido Nolan podría lastimarla y tener un miembro menos en un equipo de cazadores era como tener una silla sin una de sus patas.

—Estoy seguro que puede cuidarse sola —le dijo Nolan en voz calmada y una sonrisa amigable. Pero los otros tres se dirigieron miradas de preocupación.

Notas de la Autora

Notas de la Autora

Sección de Comentarios Spoiler de Catrina ❤️

Sección de Comentarios Spoiler de Solange 💀

Hola :D Espero estén disfrutando la historia. Solo vengo a decirles que si buscan apoyo visual (son muchos personajes) pueden ir al instagram oficial de Solange :D
@ solangecazadora (todo junto) o seguir haciendo scroll hacia abajo.

Equipo A.
De arriba a abajo. De izquierda a derecha: Paris Son - E.U.A
Galiel Seren - México
Luis Izar - México
Alex Tauraro - Venezuela
Enrique Ster - México

Equipo B.
De arriba a abajo. De izquierda a derecha:
Bimori Ariche - México
Juan Sao - Perú
Alberto Vuur - Brazil
Sara Kintana - México
Wayan Bituin - Filipinas

Equipo C.
De arriba a abajo. De izquierda a derecha:
Georgina Tuli - Chile
Vania Vatra - México
Rosa Nina - México
Marlo Stea - Argentina
Carlo Stea - Argentina

Equipo D.
De arriba a abajo. De izquierda a derecha:
Quinn Moto - México
Lorena Tähti - Honduras
Ernesto Fuoco - República Dominicana
Patricio Ulduz - Bolivia
Romina Estare - México


Equipo E.
De arriba a abajo. De izquierda a derecha:
Julieta Taiyou - México
Solange Soleil - México
Nolan Naineblanche - Colombia
Kim Taeyang - Corea del Sur
Miranda Lux - México

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