Querido diario:
Ya estoy en casa, Emma me había preguntado qué me pasaba y qué era lo que estaba escribiendo, tuve que decirle que era una tarea de otra materia y que sabía como hacerla yo solo. Había asentido con la cabeza y siguió en lo suyo.
La había observado como Joshua me dijo, la verdad no había notado nada raro hasta que en un momento, a la hora del descanso, hizo algo raro. Al menos para mí lo fue. Su cabello estaba suelto y lo acomodaba varias veces seguidas, lo extraño era que no había ni una pizca de viento ni nada que la hubiera despeinado.
La miré disimuladamente y me di cuenta de que me estaba mirando, cuando puse mis ojos en los de ella, había corrido la mirada muy rápido y sus mejillas se pusieron rojas.
Joshua, que también se encontraba ahí —solo que él se la pasaba hablando —me había dado una mirada junto con una sonrisa y sé a lo que se refería. Él cree que Emma actúa así por mí.
Pero no creo causar nada así en Emma, no creo que pueda gustarle.
Nunca tuve una novia, pero sí he salido con alguna chica antes. Tampoco soy de fijarme mucho en ellas, no es algo que me importe realmente. Así que si Emma está sintiendo algo por mí, no creo que sirva de nada.
No creo que yo pueda sentir algo por Emma Page.