Hola!!!
Siento la tardanza, pero es que estoy liada con la autoescuela y he tenido poco tiempo.
Un besazo❤️.
Capítulo 28:
Aly.
-¿Sabes que creo?
-¿Que?
-Que el navajazo que el pollagorda le dio a Scott fue demasiado poco para todo lo que se merece.
Sonreí.
Tyler había venido a verme y bueno... a quejarse también de su vida amorosa.
Pero yo como buena amiga, estaba escuchándolo. Aunque se había desviado del tema para hablar de Scott y Alexa.
-¿Me estás escuchando?- preguntó arqueando una ceja.
-Pues no- para que iba a mentir.
-Desde que estás embaraza, estás más tonta.
Aiden lo miró.
-¿Me callo o te contesto?- le preguntó Aiden desde la cocina.
-Contesta, te dejo expresarte- le contestó Tyler.
Aiden suspiró.
-Desde que naciste, eres insoportable.
Me reí.
-Ahg, que ataque más feo- se puso una mano en el corazón fingiendo que le había dolido.
-Comeme los huevos- se sentó a mi lado.
-¿Cuándo y dónde?- sonrió Tyler.
-¡EH!- le tiré un cojín -No te pases.
-Ha empezado el.
Suspiré.
Parecen niños pequeños.
Terminaron tirándose cojines el uno al otro hasta que Aiden se hartó y lo echó de casa.
Solía tener poca paciencia con Tyler por que le sacaba de quicio día si día también.
Ya podía imaginarme a Aiden perdiendo la paciencia con los mellizos.
Sonreí mirándolo.
Estaba loca por verle con ellos en brazos...
Podía enfadarme con el, podía llegar a odiarlo en cierto momento por pesado, podía gritarle, podía picarme, podía tirarle zapatos o trozos de pizzas, podía quejarme de que fuese tan sobreprotector, pero jamás, podría vivir sin el. Por que el me ha dado lo que ahora quiero más en la vida; mis bebés junto a él.
No podría vivir sin el, y ahora lo tenía claro. El era mi vida y jamás podría olvidarme de todo lo que me ha dado.
Mi felicidad.
-¿Como puedes ser amiga de Tyler? Es insoportable.
-Pues que yo sepa, ya era amigo tuyo cuando os conocí- me reí.
-Que estuviese en el grupo no significa que fuese mi amigo.
-No seas así, es un amor.
-Es un pesado- me corrigió.
-Pero en el fondo, te cae bien.
-En el fondo, muy fondo- afirmó.
Que exagerado es...
Su móvil comenzó a sonar y al ver el nombre de "papa" me tensé.
No se si lo he dicho ya, pero cada día que pasa nos acerca más al día de darles la noticia a la familia de el...
El que más miedo me daba era su padre, pero Alexa también estaría, y tu reacción hacia mi me preocupaba. No por mi, si no por los bebés.
Esa tía estaba loca y de ella podía esperarme cualquier cosa.
No contestó delante de mi, se fue al cuarto para hablar y eso me daba coraje.
¿Por que no hablaba delante de mi? Aggg.
Fruncí el ceño agudizando el oído intentando escuchar la conversación.
Incluso le baje la voz a la tele.
Lo sé, soy una cotilla también, que le vamos a hacer...
-No, papa.
Silencio.
-No quiero dramas en la cena, tenemos que hablar de un tema importante.
Volvió el silencio.
-No tiene nada que ver con Alexa no se por que coño tiene que estar. Dije cena familiar y ella no es de la familia.
Ahora si escuché como su padre levantaba la voz.
-No, no lo es. Alexa no es mi mujer. Aly si, esa es la diferencia.
¿Mi mujer...?
Dios...
Mi corazón latía tan rápido que casi pude notar que se salía del pecho.
Que bien sonaba esas palabras en su boca...
Mi mujer.
Sonreí.
Se te cae la baba, controla tus hormonas amiga.
No me arruines el momento.
Cuando escuché los pasos de Aiden por el pasillo, subí de nuevo el volumen de la tele para disimular.
-No la subas, se que has estado escuchando- dijo entrando al salón.
Me puse roja.
-Para que luego me llames; Mr. Cotilla a mi.
-Es que no se por que te vas a hablar por teléfono al cuarto, pienso que me ocultas algo- me defendí.
-Si, mi cuenta bancaria, no te jode- suspiró -si no hablo delante tuya, es para que no te preocupes de nada, aún que ya visto lo visto da igual por que lo escuchas todo.
-Supongo que por eso hacemos tan buena pareja, por que somos iguales.
-¿Hacemos buena pareja?- preguntó arqueando una ceja.
Lo miré seria.
-Eso dicen.
-¿Eso dicen? ¿Tú no lo piensas?
-¿Sabes lo que yo pienso?
-¿El que?
-Que simplemente somos nosotros, pero no somos una pareja más, somos "nosotros". Y no quiero que hagamos buena pareja o que seamos la pareja perfecta. Quiero que tú, mi pareja, nunca me faltes.
Que romántica estas.
-¿Sabes lo que pienso yo?- sonrió.
-¿El que?
-Que eres la mujer de mi vida. Y que por lo tanto, una vida sin ti...no sería vida.
Lo atraje hacia mi del brazo y lo besé.
Agarró mi cintura con las dos manos, indicándome que me pusiera encima de él.
Lo hice, pero sin dejar de besarlo.
-Te quiero- dijo sobre mis labios -os quiero- corrigió poniendo su mano en mi barriga.
Podía notar como mi corazón se hinchaba de felicidad.
-Nosotros también te queremos- contesté susurrando.
Sus labios volvieron a invadir mi boca y noté como comenzaba a sonreír a mitad del beso.
Me encantaba cuando hacía eso.
Tiré del bajo de su camiseta para quitarse, obligándole a separar unos segundos de mi.
Se levantó conmigo aun encima y me puso debajo de el sin apoyar su peso encima de mi.
Me quitó la camiseta que llevaba de el y yo le baje los pantalones junto a los calzoncillos.
El bajó mis bragas mientras seguía besándome.
Entrelacé mis dedos en su pelo negro y le rodeé la cintura con mis piernas.
Pocos segundos después, lo noté dentro de mi y un pequeño suspiro salió por mis labios.
Estaba completamente empapada por el y eso lo hacía todo más fácil.
Empezó a moverse cada vez más rápido y acompañó el movimiento de su pelvis con su dedo pulgar en mi clitoris.
Eso era lo que me llevaba al cielo.
Y el lo sabía, por eso lo hacía, para torturarme.
-Cuando yo te diga- ordenó acercándose a mi cuello.
Dejó un rastro de besos en mi cuello y clavícula mientras seguía acelerando el ritmo.
Entonces me cansé de estar en esa postura y me incline obligándolo a sentarse y dejarme a mi encima.
Sabía que eso a él le gustaba, pero lo que no le gustaba es que yo llevase el control de la situación.
Empecé a moverme encima de él con sus manos en mi cintura impulsándome una y otra vez.
Se acercó a mis pechos y empezó a jugar con su lengua y uno mis pezones.
Lo chupaba, lamia, lo succionaba y cuando se aburría de ese, pasaba al otro.
-Dios...
Sonrió con mi pezón en la boca.
Aceleré el ritmo, iba a explotar.
-Aiden...
-¿Si?- se hizo el loco.
Lo miré.
Negó con la cabeza sonriendo y yo me mordí el labio inferior.
Mis manos se agarraban a su pelo con fuerza.
Dejó mis pechos y me agarró del cuello obligándome a mirarlo.
-Correte- ordenó en el tono frío con el que siempre me hablaba mientras lo hacíamos.
Las palabras mágicas hicieron su efecto y me corrí encima de él, al mismo tiempo que el dentro de mi.
Apoyé mi cabeza en su hombro y empecé a recuperar poco a poco el aliento.
Mientras yo recuperaba el aliento, el me acariciaba la espalda desnuda.
Cuando pude respirar adecuadamente, me despegué de el y al mirar hacia bajo, vi mis pechos llenos de moretones.
-¡AIDEN!- grité.
-¿Que?- se hizo el tonto.
-¿Se puede saber que te pasa? ¿Por que me has llenado los pechos de chupetones?
-No me he dado cuenta, tampoco es para tanto.
-No eres un perro para que tengas que ir mancando territorio.
-A veces no está de más marcarlo.
Suspiré.
-Ademas, ahí no se ve. Preocúpate más por los que tienes en el cuello.
¿QUE?
¿CUELLO?
Me levante de encima de el y fui hasta el espejo del pasillo para mirarme.
En el cuello tenía tres morados.
Madre De Dios.
-¿Eres consciente que dentro de tres días cenamos con tu familia?- pregunté cuando apareció detrás de mi.
-Para entonces ya se habrán quitado- No le dio demasiada importancia.
-No, Aiden. No se habrá quitado.
-Pues te echas maquillaje.
-¿Tu lo ves todo muy fácil no?
-Y tú demasiado difícil.
Dios dame paciencia.
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Este capítulo está dedicado con mucho amor para @palmerlazorra ❤️.