—¿Por qué dijiste eso, Noona?
Luego del incómodo almuerzo, Jisu dice que no se siente en condiciones de asistir a su próxima clase, por lo que Taehyun preocupadamente le sugiere ir al patio a tomar algo de aire.
Jisu tiene un semblante completamente diferente a su usual alegría. Se ve pensativa y un poco decaída mientras están sentados en una banca bajo la sombra de un enorme árbol. Es justamente la clase de expresión que se veía aterradoramente preocupante en alguien como Jisu.
—Lo siento.
—Hey, quita esa cara. —reprende Taehyun con el ceño fruncido— Es raro verte así, no me gusta.
Jisu lo mira.
—No debí haber dicho eso frente a tus amigos. —se lamenta— De verdad lo siento.
—Noona, tranquila... ¿Estás bien?
—Siempre soy tan impulsiva... —suspira— Lo dije porque te veías tan desanimado que... Lo siento.
Taehyun comprensivamente palmea su hombro, haciendo que Jisu pegue un brinquito en el lugar. Ambos se miran por varios segundos y después Taehyun sonríe.
—No te preocupes, sé que no lo decías en serio. No te angusties tanto.
La chica parpadea, mordiendo su labio y forzándose a sonreír de vuelta.
—Sí... No era en serio.
No puede evitar recordar el tacto suave del cabello de Taehyun entre sus dedos aquel día que el chico yacía en su regazo.
—¿Te sientes mejor, Noona? ¿Quieres que te traiga leche de fresa?
Jisu asiente con una sonrisa leve. Taehyun se levanta y sale corriendo hacia las máquinas expendedoras acomodadas en una de las paredes del edificio principal. Desde la distancia, Jisu puede ver como el chico introduce las monedas en la máquina y toma dos botellitas de color rosa.
—Kang Taehyun... Eres muy lindo como para que sigas llorando por un chico que tiene novio. —murmura para nadie en particular.
+×÷=
El agua fría del grifo impacta las manos de Huening Kai, pero él realmente ya dejó de lavarlas hace unos minutos. Sigue malgastando agua porque sus pensamientos están en realidad en otro lugar. Sus manos siguen completamente inmóviles bajo la llave, sus ojos perdidos en el espejo sin ver su reflejo.
¿Esa chica era en realidad la novia de Tae? ¿Por qué no parecen una pareja? ¿Taehyun estaba haciéndolo por desquite?
—Hace rato que estás mirando a la nada.
Huening Kai pega un brinquito, inmediatamente cerrando la llave y volteándose para encarar a la persona quien le habló.
Un chico de algún grado superior lo está mirando con gracia, como si aguantara las ganas de reírse. Sus facciones son bastante afinadas, Kai probablemente lo haya visto antes por los pasillos. El chico está apoyado en la puerta del baño, pero Incluso así Kai puede notar que es más o menos de su altura.
—Uh...
El chico se incorpora, acercándose hasta el lavabo y abriendo la llave contigua a la que estaba usando Kai. Lo sigue mirando extrañamente a través del espejo.
Kai se siente muy intimidado como para decir algo.
—Hay rumores de que sales con Choi Soobin.
Traga saliva nervioso.
¿Qué? ¿Ahora lo van a golpear o algo? Ya están en el siglo veintiuno, es ridículo estar en contra de la homosexualidad.
Sin embargo, en vez de alguna reacción agresiva o de asco, el chico solamente ríe en voz baja, cerrando la llave y agitando sus manos para quitar el exceso de agua. Las gotas salpican la cara de Kai, quien pasa su manga sobre su rostro para secarse. Cuando mira de nuevo al frente, el chico sigue mirándolo.
—Sunbae, ¿Sucede algo? —suelta entre dientes.
—No te alteres, no tengo malas intenciones. —bromea.
Kai no se siente nada cómodo. Inconscientemente baja su mirada hacia el identificador del chico.
Lee Heeseung.
—No te preocupes, no le diré a nadie sobre su relación.
El menor lo mira con algo de duda. Heeseung no parece tener nada más que decir, así que sonríe inocentemente mientras seca sus manos con una toalla de papel. Kai finalmente opta por hacer una reverencia y salir del baño lo antes posible.
¿Y ese chico qué?
El resto de su día transcurre sin ningún otro inconveniente, lo cual es un alivio. Las clases avanzan tranquilas, y apenas suena el último timbre del día, se apresura a correr hasta la cafetería para encontrarse con Soobin.
Ambos habían creado esa especie de rutina. Aún si compartían habitación y prácticamente permanecían inseparables la mayor parte del tiempo, quedaban en encontrarse todos los días en la cafetería, para hablar por un rato antes de empezar las tutorías o que Kai tuviese que ir a entrenar.
La verdad es que la parte favorita del día de Kai es entrar al pequeño local y encontrar al alto chico sonriendo desde una de las mesas como si fuese un bebé, agitando su mano en un saludo y después recibir varias preguntas amorosas sobre su día.
Justo ahora, Soobin sorbe silenciosamente un vaso de café helado mientras lo mira con ojitos curiosos. Hyuka no puede aguantar la risa y suelta una leve carcajada mientras ve a su novio.
—¿Por qué me miras así?
—Tienes algo. —acusa Soobin, afilando su mirada— Es por lo de Taehyun, ¿No?
—Hyung, no quiero hablar de eso. —balbucea el menor, tomando un trago gigante de su café para evadir cualquier otra pregunta.
Soobin bufa, resignándose.
—Mañana tengo examen. —anuncia sin ánimos— Todavía no termino las tareas...
—Oh... ¿Quieres que estudiemos un poco? Sé que hoy no es día pero si empezamos ya mismo podría alcanzar a ayudarte antes de ir a entrenar.
—Hyuka, no te preocupes. Estudiaré por mi cuenta.
—Umm... ¿Estás seguro? Podría pedirle a alguien que me sustituya hoy y—.
—No tengo cinco años. —ríe el mayor— En serio, deberías ir a entrenar ya. Lamento no poder acompañarte hoy...
Kai hace un pucherito, pero asiente obedientemente ante las palabras de su novio. Soobin le sonríe mostrando dos pequeños hoyuelos, después estira su mano y acaricia la mejilla ajena con cariño.
+÷×=
El entrenamiento lo deja cansado al extremo. No sabe si es que el ejercicio fue más fuerte de lo usual o el hecho de que no está un dulce Soobin animándolo desde la banca, sosteniendo una botella de agua para él e incluso acompañándolo a dar vueltas por la cancha.
Una vez que todos sus compañeros salieron de la cancha y se dirigieron a los vestidores, Kai se toma su tiempo para estirar un poco mientras recoge conos y pelotas tiradas por ahí. Después de todo, prefería estar solo para el momento en el que se cambiara de ropa. No le gustaba tanto el bullicio de los chicos.
A esa hora de la noche, la cancha está muy oscura. Apenas hay un par de faroles irradiando luz, por lo que no se da cuenta de la persona que estaba sentada en las gradas y que ahora caminaba a paso lento hacia su dirección.
—Juegas bien.
Kai se gira rápidamente asustado. Heeseung está de pie frente a él, ofreciéndole una botella de agua y sonriendo levemente. De verdad no notó su presencia durante todo el entrenamiento. Sabe que sería grosero si rechaza la botella del mayor, así que la toma con ambas manos y hace una reverencia.
—No sabía que estaba aquí, sunbae.
Heeseung sonríe, girando la cabeza hacia un lado levemente.
—Me gusta el fútbol, pero usualmente no vengo a ver el entrenamiento sino el partido. —explica— Hoy decidí venir a verte.
Kai muerde su labio nervioso. La verdad es que ese comentario estaba muy fuera de lugar y lo hizo sentir bastante incómodo. Ese chico lo seguía mirando de una forma que no tenía un significado fijo, y su sonrisa ladina lo hacía sentir como un objeto de burla.
—¿Por qué me tienes miedo? —ríe el mayor— Sólo intento ser amigable.
Puede intentar ser amigable con otra persona.
El menor no responde nada. Sigue mirando al mayor con un poco de miedo, haciéndolo levantar una ceja. Heeseung parece notar que no es muy del agrado de Kai, por lo que descarta inmediatamente las intenciones que tenía de acompañarlo a su habitación y solamente se despide.
—Nos vemos mañana, Huening Kai.