━ENCUENTRO━
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Cerré mi ojo inhalando aire.
Necesitaba tranquilizarme, no se porqué motivo o razón mis manos no dejaban de temblar. Podía ser por la ira y el enojo que sentía en lo profundo de mi pecho al saber que dentro de poco tiempo estaré frente a frente con aquella persona que me traicionó y nos entregó al enemigo. O posiblemente sea la ansiedad e inseguridad que comenzaba a sentir al escuchar sobre ella después de tanto tiempo.
No sabía cuál de las dos era, pero ahora era un problema. No podía acomodar mis shuriken en el porta-armas de una manera ordenada para guardar mis cuchillas, papel bomba, bombas de humo, de luz, entre otras cosas más.
Exhale el aire sintiendo mi respiración ligera y mis manos poco a poco dejaban de temblar. Necesitaba relajarme. No era el momento de perder el control por algo que aún no sucedía. Abrí mi ojo y sin perder más tiempo, acomodé en orden mi equipamiento ninja colgando está en mi espalda baja. En mi pierna derecha abroche el porta-armas para kunais.
Me vi en el espejo, tuve que cambiar mi ropa por la de las misiones, pues no tenía misiones y había ido a visitar al Hatake para que no estuviera solo. Tomé de mi peinador de madera mi banda de regulación colocándola en mi frente, no me quedaba ni grande, ni pequeña, era ajustada.
Por último, pasé mi mechón de cabello por encima de mi ojo izquierdo.
──Es hora. ─murmuré saliendo de mi habitación.
Salí de mi casa y con un paso moderado caminé a la entrada de la aldea. Iba a tiempo, todavía faltaba unos minutos para la hora acordada, pues Banri igual tenía que cambiarse y prepararse además de que últimamente no quiere separarse de Kata o eso es lo que he escuchado por parte de mi hermano y Kurenai.
Lady Tsunade nos mencionó que nos iba asignar a dos chunin, no dijo sus nombres, solo que los íbamos a ver en la entrada junto a ella y Shizune.
Llevé mi mano a mi porta-armas sacando la cajetilla de cigarros, no había fumado desde hace días. Encendí el cigarro dando una calada profunda caminando sin mirar a los lados.
──¡Chouji eso era mío!
Escuché un grito proveniente a unos metros míos. Venían del BBQ. Giré mi cabeza observando al equipo de mi hermano y del Hatake comiendo, por lo que veía, Asuma y el Nara también se encontraban.
──¿No pueden comportarse por uno momento? Que fastidio.
Miré al Nara, él estaba recargado en la mesa mirando a sus compañeros pelear. Estaba tan sumida observándolo que inconscientemente hice que el viento se moviera ligeramente hacia él, dando una brisa suave y fresca. Cómo si supiera algo, frunció el ceño al sentir la brisa e inmediatamente comenzó a buscar a alguien.
Antes de que me viera, aparecí en el techo siguiendo observando su ceño fruncido al no encontrar a esa persona.
──¿Sucede algo, Shikamaru?
──No, solo son imaginaciones mías. ─dejó de buscar para prestar atención a las nubes.
Solté un suspiro dejando salir humo de mis labios para desaparecer del techo llegando a la entrada. Por lo que parecía era la primera en llegar o eso creí hasta sentir un aura oscura a mi espalda.
Mierda. ─pensé sintiendo su mirada.
──¿Cuántas veces te he dicho que no fumes? ─para cuando me di cuenta, me quitó el cigarro de mis labios.
──Yo que sé, ¿muchas? ─me crucé de brazos sin mirar a Banri. ──. Perdí la cuenta después del regaño n° 30.
──Y aún así no dejas de fumar. ─me encogí en mi lugar sin mirarlo, sabía que estaba enojado. ──. Mírame cuando te hablo, jovencita.
──Tsk. ─chasqueé dándome por vencida a ir en contra suya, lo miré.
──Esto te matá, Yumei. Te destruye por dentro. ─dramatizó haciendo gestos con sus manos. ──. Yo trato de mantenerte sana y tú no colaboras.
──Solo fue uno y hace días que no lo hago. ─aclaré.
──Aún así, es muy dañino. ─rodé mi ojo. ──. Y no me voltees el ojo. ─bufé, esté extendió su mano. ──. Dame la cajetilla.
──No.
──Ahora. ─me miró severamente y pude ver como su cabello estaba a punto de ser elevado.
──Tsk. ─sin decir nada le entregue esta. ──. Los Uzumaki dan miedo. ─murmuré por lo bajo.
──He escuchado eso antes. ─soltó con una risa guardando la cajetilla. ──. ¿Qué te puedo decir? Son los genes Uzumaki.
──Banri, Yumei. ─nos pusimos derechos al escuchar a la Hokage llegar. ──. Lamento la tardanza.
──No se preocupe, acabamos de llegar. ─aclaró el pelirrojo.
──Bien, aquí están los dos chunin disponibles de última hora en su horario que te asignare. ─detrás de ella estaban Izumo y Kotetsu. ──. ¿Hay algún inconveniente?
──Ninguno.
──Ellos ya están al tanto de la misión. ─comentó mirándonos. ──. Si hay algún problema, no importa cual sea, pidan refuerzos. Tendré a uno preparado.
──Entendido.
──Eso es todo. ─nos miró a todos. ──. Tengan cuidado. No deben tomar a la ligera a los Akatsuki.
──No sé preocupe, Hokage-sama. ─habló Banri ──. No pienso morir hoy. ─sonrió en grande, como siempre lo hace.
La Hokage se quedó en silencio por unos segundos para después soltar una leve sonrisa.
──Eso espero, Banri. ─lo miró. ──. Es hora. Vayan con cuidado.
──Hai. ─dijimos a la vez segundos antes de desaparecer frente a sus ojos.
Los cuatro saltamos las ramas con Banri al frente suyo, yo iba a su derecha y su izquierda iba Izumo, Kotetsu se encontraba en el centro. La aldea Motoyoshi no se encontraba lejos, podíamos llegar en medio día o en uno entero.
Miré de reojo a Banri, él parecía ir más rápido de lo que acostumbra a ir. Algo me decía que no era por ver a Suki.
──¿Me dirás cual es tu prisa por volver a Konoha? ─rompí el silencio con mi mirada al frente.
──Lo notaste, ¿eh? ─me sonrió mirándome de reojo.
──Te conozco, Banri. ─dije saltando la rama. ──. Desde que era niña, ¿me lo dirás?
──Es solo que no quiero dejar sola a Kata. ─lo miré de reojo.
──Escuche que dejo el ANBU.
──Sí, pensamos que era lo mejor. ─fruncí mi ceño, a ella nunca le ha gustado ser ama de casa, que solo se la pasaba atendiendo a su esposo.
──Eso sí que es muy inusual. ─murmuré mirando al frente nuevamente.
──Es que hace tres meses que no nos hemos visto, Yumei. ─comentó sintiendo su mirada en mí. ──. Ambos hemos estado en misiones por eso quiero que vengas a casa a cenar cuando terminemos la misión.
Lo miré de reojo, realmente parecía muy feliz con lo que sea que esté pensando. Miré de reojo a los chicos y ellos se daban una mirada de cómplices, como si supieran que es lo que Banri escondía.
──Supongo que no tengo opción. ─dije, él sonrió mostrando su dentadura regresando la mirada al frente.
Solo espero que no sea una estupidez.
Solté un suspiro.
Hace poco habíamos llegado a los límites de la aldea Motoyoshi.
Decidimos no adentrarnos a la aldea hasta saber la ubicación de los Akatsuki. Para ello, Banri invocó a Shiro; un lobo ninja quien se encargaba de rastrear el aroma de Suki, tuvimos que hacerle olfatear una blusa que el Hyuga nos "prestó".
Un sonido entre las ramas nos hizo ponernos en guarda, nos relajamos al ver a Shiro salir de las hojas.
──La encontré. ─esas palabras fueron más que suficiente para seguirle el paso.
No estaban muy lejos de nosotros, fueron aproximadamente media hora para ver a dos Akatsuki sentados en una roca teniendo una plática de lo más normal.
──Deidara ya tardo más de lo esperado. ─escuchamos la voz de Suki, parecía que no había cambiado mucho, su cabello seguía igual de corto y su lado derecho era cubierto por su fleco.
Lo que resaltaba era la cicatriz en su rostro y aquella esmeralda que dejaba ver como si fuera su color real. Inconscientemente llevé mi mano a mi ojo izquierdo. Estábamos escondidos en un árbol a unos metros retirados de ellos.
──Deidara-senpai es un llorón, seguramente se enfadó por decirle que parecía chica. ─escuchamos al Akatsuki de la máscara hablar, su tono era muy infantil.
──Y nos abandonó aquí. ─suspiró cerrando sus ojos.
──Suki-chan.
──Lo sé, Tobi. ─abrió su ojo.
Sabíamos que nos sintieron. Banri dejó salir sus cadenas de chakra enviándolas directo a ellos. No había forma de esquivar.
Pero, no lograron su cometido.
Suki había desaparecido y aparecido a unos metros lejos de allí, las de su compañero solo lo atravesaron. Él desapareció adentrándose a la roca apareciendo junto a la Hyuga.
──¿Viste eso, Kotetsu?
──Sí, desapareció en un microsegundo.
No eran los únicos sorprendidos por aquella velocidad. Banri y yo nos miramos por unos segundos, esa velocidad era imposible o al menos eso creíamos. Ni siquiera yo la puedo igualar combinando la velocidad de todo mi equipo.
Los cuatro aparecimos frente a ellos.
──Sabían que eran ustedes. ─sonrió. ──. Yumei.
Entrecerré mi ojo mirando con frialdad a la castaña.
──Suki. ─pronuncie su nombre.
──¿Eh? ─el Akatsuki me miraba para después mirar a Suki. ──. ¿Conoces a estas personas, Suki-chan?
──Es mi antiguo equipo. ─dijo sin dejar de verme. ──. Mi sensei y compañera. Aunque falta uno, cierto... está muerto. ─sonrió con burla.
Banri me tomó de la muñeca antes de abalanzarme contra ella.
──Sabes porqué estamos aquí, Suki. ─habló seriamente. ──. Y siendo honesto, no quiero lastimar a un alumno mío. Así que te pido que no intentes algo contra nosotros.
──Ya veo. ─susurró. ──. Le puedo preguntar algo, sensei. ─lo miró. ──. ¿Qué significó para usted?
──A pesar de todo lo que hiciste, Suki, eres mi alumna y te veo como una hija. ─sus palabras fueron tan cálidas y honestas, que una parte mía dolía, al ver como sigue apreciándola aún después de todo. ──. Sin embargo, no significa que no estoy decepcionado. Te enseñé tanto para que te convirtieras en una gran kunoichi, pero preferiste el poder antes que la amistad.
──Eso creí. ─lo miró sin su sonrisa. ──. Dime algo sensei, ¿mi madre qué significaba para usted? ─por primera vez en mi vida vi a Banri abrir sus ojos sorprendido de aquella pregunta. ──. Dígame, sensei, ¿Uchiha Minari fue importante en su vida?
Fruncí mi ceño al escuchar por primera vez el nombre de su madre. Uchiha. No sabía que su madre pertenecía al clan Uchiha.
No se supone que es hermana de Neji.
──¡Por supuesto que me importa! ─no tardó en decir, podía ver un extraño brillo en sus ojos, ¿amor o dolor? ──. Nunca olvido a mi compañera de equipo y... ─cerró sus ojos sin decir aquello.
──Si dice que fue importante en su vida, ¿por qué la dejó morir? ─su ceño se frunció con indicios de enojo. ──. ¡¿Por qué dejó que el clan Hyuga la asesinara?!
Me sorprendí al escuchar aquello. No era la única, mis compañeros y sensei abrieron ligeramente sus ojos, pero los de Banri eran diferentes.
──¿C-cómo... lo sabes? ─tartamudeo sin entender. ──. No deberías de saberlo. ─murmuró.
Suki se soltó a reír falsamente.
──Qué cómo lo sé, ¿pregunta? ─cerró su ojo. ──. Eso es lo de menos. Ahora sé la verdad sobre la muerte de mis padres... y sé la razón por la cual fui sometida a la rama secundaria injustamente. ─abrió su ojo.
Pero, no era mi esmeralda.
──¿Q-qué significa esto? ─pregunté sorprendida de ver aquellas aspas en su ojo. ──. ¿Por qué tiene el Sharingan?
Fijé mi vista en Banri, él no parecía creer lo que miraba, por primera vez lo vi tan sorprendido.
──Pero, no se supone que ella es una Hyuga. ─habló Kotetsu igual de confundido.
──Si, pero... No olvides que mencionó que su madre fue asesinada por los Hyuga's y era una Uchiha. ─nos recordó Izumo.
Cerré mis ojos. Mi cabeza en cualquier momento iba a explotar por tanta información. Por lo que sabía su madre era una Uchiha que fue asesinada por el clan Hyuga, a simple vista se ve que su padre si fue un Hyuga y por eso salió con los mismos rasgos.
Pero, esto significa que no es hermana de sangre de Neji. Eso puede explicar el porqué fue sometida a la rama secundaria, mencionó que fue injustamente.
Y puede que solo por tener sangre Uchiha me quitó el ojo, para saber si poseía el Sharingan... si no es así, no tengo otra explicación.
──Eres la viva imagen de tu madre. ─habló Banri. ──. Con la misma personalidad, pero naciste con las fracciones de tu padre; Hyuga Hiroshi.
Miré a Banri al escucharlo.
──¿Tú eres...? ─la miré sin creerlo, con solo escuchar ese nombre se quien es ella. ──. La princesa del Byakugan. La antigua futura heredera del clan Hyuga.
Ahora lo entendía, ella fue a quien secuestraron y al no tener padres, su clan no movió ningún dedo por ella. Nunca entendí porque la rechazaban, cuando ella por derecho era la heredera al ser la hija del líder del clan de ese entonces. Pero, ahora que mencionó que su madre era Uchiha, puede que esa haya sido la razón por el rechazo.
Y aún así, no entiendo nada. Mi cabeza no procesaba la información muy lento.
Lo único que comprendía es que por culpa de ella, mi hermano y su esposa murieron. Solo por salvar a la hija de su difunto sensei.
──Oh, veo que después de todo aún me conocen como princesa. ─soltó con burla. ──. Y lo iba hacer, si no hubiera sido por tu hermano que asesinó a mi padre.
──¿Qué? ─pregunté sin entender. ──. Mi hermano jamás haría algo así. Él no tendría razones para asesinar a su sensei. ─apreté mis puños con coraje de que lo acusara. ──. Yo soy la que debería de estar molesta, por tu culpa mi hermano y su esposa murieron. Por salvarte, bastarda.
──¿Salvarme, dices? ─frunció su ceño. ──. ¡Tú no sabes nada! ─su chakra se elevó, sentí como si todo se detuviera por segundos, hasta ver que un dragón de fuego se acercaba a mi.
Ni siquiera hizo un sello de manos, solamente apareció.
No podía hacer nada, mi viento era inferior al fuego. Y no tenía tiempo para contrarrestar con un jutsu de la misma naturaleza.
Cuando reaccionamos, el jutsu impactó contra nosotros.
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Bueno... supongo que algunos piensan que arruine la historia por lo de Suki.
Los siento por eso.