Capítulo 26:
Aly.
[-No vas a tenerlos.
-Déjame en paz.
-No preciosa, esos niños deberían ser míos y no de él.
-Que me sueltes.
-Debiste quedarte embarazada de mi.
-Scott, por favor...
-No van a nacer]
Abrí los ojos.
Mi respiración estaba agitada, mi pecho subía y bajaba a gran velocidad y estaba sudando.
Solo era una pesadilla.
Me puse la mano en la barriga por inercia y me levanté de la cama.
Miré el reloj; las cinco de la mañana.
Fui hasta la cocina a beber agua.
Cogí un vaso, pero de reojo vi una sombra y el vaso terminó en el suelo, hecho pedazos.
-Joder, Aiden. Me has asustado- dije dándome la vuelta.
-No te muevas. Vas descalza y te vas a cortar.
Hice lo que me pidió por que no tenía ganas ni fuerzas para discutir.
Recogió el vaso roto con la escoba y yo me senté en la encimera con otro vaso de agua.
-¿Por qué no estás en la cama, durmiendo?
-Podría preguntarte lo mismo- solté el vaso en la encimera.
-He notado que no estabas.
-No podía dormir- mentí.
-¿Por que no me dices la verdad?
-¿Crees que miento?
Joder.
-No lo creo, lo sé.
Suspiré.
-Pesadilla- confesé.
-Gracias por llamarme así, muy romántico.
¿Que?
Me reí.
-Que he tenido una pesadilla, inútil.
-Y ahora me llama inútil- se hizo el ofendido.
-Madre De Dios que paciencia.
-Venga ya enserio, ¿de que era la pesadilla?
No quería decírselo por que se iba a preocupar y ya bastante tenía encima como para añadirle más peso.
El era el que estaba pendiente de todo. De mi, de los bebés, de nuestra seguridad, de buscar casa, de su trabajo, de mi estado de ánimo, de que no falte nada en casa... y mil cosas más.
Pero era Aiden, no iba a aceptar un no por respuesta.
-Contesta- insistió.
-Con los bebés- me limite a decir.
No tenía por que saber toda la verdad, solo una parte.
-Continua.
-Solo eso, los bebés...
Se acercó a mi y me dio un beso en la frente y puso una mano en mi barriga.
Sonreí ante ese gesto.
-Tengo ganas de que se note aún más- dijo sonriendo.
-Pf... me voy a poner enorme...
-Estarás preciosa.
"preciosa"
La voz de Scott se me vino a la cabeza.
-Si, preciosa. Como una bola de billar.
-No seas tonta.
Bostecé.
-Anda vamos a la cama- me cogió en brazos.
**
Después de eso, me levanté a las una de la tarde. Si, a las una.
Estaba sola en la cama, pero no en la casa.
Se escuchaban los gritos de Aiden por toda la casa, eso significaba que estaba trabajando.
Me levante de la cama con los pelos revueltos, no me quería ni mirar en el espejo, seguramente tendría mala cara.
Fui hasta el salón y me encontré con un Aiden dando vueltas por el salón sin camiseta y con el móvil pegado a la oreja, gritando.
-¡HE DICHO QUE NO! ¿¡ERES SORDO APARTE DE TONTO!?- estaba cabreado -¡PUES YA SABES QUE HACER!
Colgó.
Pobre el que estuviese al otro lado del móvil.
Me quedé mirándolo.
-¿Te he despertado?- preguntó.
-No, tranquilo.
Se sentó en el sofá y abrió el ordenador. Tenía un montón de papeles encima de la mesa, papeles con un montón de dibujo, números y letras.
En fin, nidea.
-Hoy saldré- comenté andando hacia la cocina.
-Perdona ¿que?
-Lo que escuchaste.
-Creo que escuche mal.
Suspiré.
No tengo ganas de pelear.
-Quiero ir a comprarme ropa y avisaré a Amber y Tyler- le informe sacando zumo de la nevera.
Eso no le gustó, lo supe por la forma en cerrar la pantalla del ordenador.
-¿Sabes que existen tiendas online?
-¿Sabes el coñazo de que algo no te quede bien? Voy a salir, te guste o no. No te estoy pidiendo permiso, te estoy informando.
¿Me había cabreado?
Eso parece.
-Me da igual que sea un coñazo, no vas a salir y menos sola, quítatelo de la cabeza- volvió a abrir la pantalla del ordenador.
-Ya te he dicho que no te estaba pidiendo permiso.
Cerré la nevera de un portazo y me fui a vestirme al cuarto.
Iba a salir, sola con mis dos mejores amigos, sin el.
Le envié un mensaje a Amber y Tyler por el grupo que teníamos los tres.
*Amber: nos vemos en unos minutos*
*Tyler: ya estoy cogiendo el coche*
Genial.
Me metí en la ducha y me duche rápido. Me fui en toalla hasta el armario.
Aiden se iba a enfadar, eso estaba claro, pero ya estaba harta y hoy me había levantado cabreada. Así que, necesitaba salir para que me diera el aire.
Me puse una falda ancha -por que no me cabía otra cosa- y una camiseta con una chaqueta de Aiden.
Me peine con una cola alta y cogí el bolso con todo dentro.
Salí del cuarto y Aiden seguía con el ordenador.
-Nos vemos luego- dije cogiendo la llave.
-No vas a salir.
Lo ignore abriendo la puerta.
Amber estaba en la puerta esperándome.
-Justo iba a pegar- dijo riéndose -vamos?
-Si- dije.
-No- dijo Aiden levantándose.
-Ignóralo- le dije a Amber.
Pero cuando iba a comenzar a andar Aiden me cogió del brazo.
-Aly, escuchame- me pidió.
-Aiden, solo voy de compras y no voy sola, voy con Tyler y Amber y encima vienen Marcos y Lucas. No voy sola, tranquilízate.
Me solté del agarre y llamé al ascensor.
-Tranquila cuñi, yo te la cuido- escuche decir a Amber.
-si, gracias, ya me quedo más tranquilo- le contestó Aiden con ironía.
Amber se metió conmigo en el ascensor y detrás de ella, Marcos y Lucas.
-No me quitéis el ojo de encima- les advierte Aiden.
Las puertas del ascensor se cerraron.
Cuando salimos del edificio, Tyler estaba esperándonos en su coche sonriendo.
-Vamos, babys. Las tiendas nos esperan- dijo desde su asiento.
Amber entró primero y yo me puse delante.
Marcos y Lucas fueron en su propio coche siguiéndonos de cerca.
-¿Como has conseguido que Aiden te dejé salir sola?- preguntó Tyler riéndose.
Suspiré.
-Da gracias que he salido- comenté.
Había tráfico, era viernes y la gente salía. El coche de los guardaespaldas no se apartaba del de Tyler y en el fondo me sentía segura saber que venían conmigo.
Unos veinte minutos después, Tyler entró en el parking del centro comercial y aparcó.
Lucas aparcó el coche justo al lado y me abrió la puerta.
-No hacía falta- le dije.
-No me cuesta nada- contestó.
Al subir a la primera planta no pude evitar entrar en un Starbucks a por una tarta de chocolate y un café.
-Tia don las una y media de la tarde, si te comes eso luego no comerás- me dijo Amber.
-Si comeré- afirmé.
-Recuerda que ahora come por tres- Tyler se rio.
Subimos a la segunda planta y Amber entró en una tienda.
Los demás la seguimos.
Vi un pantalón que me encantó y que no dude en coger mi talla e ir a probármelo.
-Joder- dije al intentar abrochármelo.
-¿Te traigo una talla más grande?- preguntó Tyler desde fuera.
-Esta es mi talla, debería entrarme.
-Era- me corrigió- No lo volverá a ser hasta que nazcan los mellizos, acéptalo.
Apreté los dientes.
Tyler terminó trayéndome una talla más y este si me cerraba, pero me quedaba demasiado ancho de piernas y ya no me gustaba.
Salí del probador cabreada.
Deje el pantalón en su sitio y salí de aquella tienda.
Escuché hablar a Marcos por teléfono con Aiden. Informándole de mi estado.
Me acabo de ir joder.
Amber si se compró un pantalón y un top y Tyler una camiseta.
Fuimos tienda por tienda y nada me gustaba o mejor dicho, lo que me gustaba no me estaba bien y la talla más grande me quedaba muy fea.
-Aun queda una tienda- dijo Amber pasándome el brazo por los hombros.
-No, me niego.
-¿Prefieres quedarte sin ropa?- Tyler se unió y se agarró con su brazo al mío.
Suspiré.
-No...
-Pues vamos- Amber tiró de mi.
Entramos en la tienda premama y me deprimí.
Todo lo que había era como de persona mayor, yo no era una madre mayor, apenas había cumplido los veinte...
-No está tan mal, hay cosas bonitas- Tyler me miró.
No tube más remedio que comprarme unas camisetas y algún que otro pantalón y falda.
Al final no estaba tan mal, aunque seguía prefiriendo las tiendas normales, era lo que me tocaba.
Amber me escogió un vestido que según ella era precioso y me estaría perfecto.
Tyler seguía mirando por la tienda y yo me enamoré de un conjunto que le vi a un maniquí de dos bebes.
Era un pijama blanco con un gorro a juego y en la parte de delante ponía; "Double Trouble" con dos donut dibujados abajo.
Sin pensármelo, fui hasta la dependienta.
-Me llevo ese conjunto de bebés.
Amber y Tyler pusieron todo lo demás en el mostrador y pagué sonriendo.
Me encantaba el conjunto.
Después de salir de la tienda, Tyler propuso comer juntos y yo propuse ir al Mc Donald's.
Lo sé, tengo una extraña obsesión.
Después de comer Tyler nos llevó a casa y Marcos fue quien cogió las bolsas del maletero.
-Nos vemos, babys- dijo antes de irse.
Me despedí de Amber en el ascensor por que ella salía antes y yo subí hasta mi planta.
Cuando abrí la puerta, Aiden seguía con el ordenador y la mesa llena de papeles.
-Hola- dije.
No sabía si seguía enfadado o no...
Marcos puso las bolsas en la encimera de la cocina y salió.
-Hola, ojitos- dijo levantándose.
Pues no tiene pinta de estar enfadado.
Yo lo único que quería era enseñarle lo que le había comprado a los mellizos.
Cogí la bolsa y saqué el conjunto.
-No he podido resistirme a comprarlo.
-¿Double Trouble?- preguntó sonriendo- me encanta, es perfecto.
Me dio un beso en los labios y sonreí aún más.
Ya no estaba cabreada, ahora estaba feliz.