― ¿Dónde estás? ―me preguntó Lydia. Estaba hablando con ella en el celular, obviamente.
―Estoy estacionando a Volbee.
―O sea que aún no lo has visto
― ¿Ver qué?
―Anoche atacaron a alguien en el autobús. La policía está acá y también hay ambulancias. Parece una escena sacada de una película de terror.
Una escena sacada de una película de terror.
Eso fue lo único que asimilé de lo que dijo. Odio las películas de terror, odio la sangre, odio las muertes.
― ¿A quién atacaron? ―pregunté.
―No tengo idea ―escuché el sonido de los tacones que hacia Lydia al caminar―. ¿Ya entraste?
―Sí, acabo de pasar las puertas.
―Genial, te veo donde siempre ―sin decir más, cortó la llamada.
Cuando te tienes tanta confianza con alguien, se pierden las formalidades.
―Sudaba como loco y no podía respirar ―me acabo de dar cuenta de que he entrado justo detrás de Scott y Stiles. El primero es el que hablaba―. Nunca he tenido un sueño en el que me haya despertado así antes.
― ¿En serio? Yo sí. Generalmente acaba de manera distinta ―una de las cosas que jamás habría querido saber era esa.
―Por favor, no hablen de ese tipo de sueños tan temprano en la mañana, acabo de desayunar y no lo quiero regresar ―dije pasando por su lado.
―No deberías de escuchar conversaciones ajenas ―dijo Stiles con las mejillas sonrosadas.
―No deberías de hablar de las fantasías que tienes con Lydia, pensé que esas cosas eran privadas, más si es que sueñas con la novia de otro.
El color en las mejillas de Stiles se intensificó.
Él estaba a punto de responder algo, pero me fui antes de que lo hiciera. Aún tenía que encontrarme con Lydia, si me demoraba, me mataba.
💙
Nuestro punto de encuentro era uno de los baños del segundo piso. Casi nadie iba por ahí, así que era perfecto para nosotras. Podíamos conversar sin ser vistas. Además de que Lydia amaba poder retocarse el maquillaje cada vez que podía, ahí no había nadie que la fuera a molestar.
Cuando llegué al baño, Lydia me recibió con un abrazo.
―Al menos sé que no fuiste tú la atacada en ese bus.
― ¿Por qué pensarías que era yo?
―Porque tú eres un ratón de biblioteca, tal vez te quedaste hasta tarde en el colegio y te atacaron.
―Y, ¿por qué entraría a un bus? Tengo a Volbee, ¿recuerdas? ―dije mostrándole las llaves de mi hermoso bebé.
―Porque un atacante no va a ser considerado de matarte en tu carro.
Podía sentir lágrimas formándose en mis ojos, sé que no era la intención de Lydia provocar que llorara, pero ese fue el resultado.
―Mia, lo siento tanto, no pensé en lo que decía.
―Está bien ―dije mientras limpiaba las lágrimas―. Es solo que recordar no es agradable.
― ¿Quieres hablar al respecto? ―negué con la cabeza.
Me acerqué al lavabo para mojar mi cara, sentía cómo Lydia me inspeccionaba.
―Nunca has querido hablar sobre ello.
―Es algo que no quiero recordar.
No lo había mencionado antes, pero mi madre no murió de una manera pacífica, ni por una enfermedad. Ella fue asesinada hace exactamente cinco años. No sé quién fue, solo recuerdo un par de ojos rojos. Sí, lo recuerdo porque yo estaba ahí. Presencié la muerte de mi madre. Nadie más que Lydia, mi papá y el alguacil Stilinski saben esto. Bueno, algunos más de la comisaria y encargados del hospital deben de saberlo. Con 'saberlo' me refiero a que yo estaba presente. Todos saben cómo murió mi madre, pero no que yo lo vi.
― ¿Me dejarías ponerte un poco de brillo labial? ―preguntó Lydia, sé que trataba de apaciguarme.
―No ―dije sonriéndole, no quería que pensara que estaba mal.
― ¿Algún día me dejarás hacerte el maquillaje? ¿Un día que sea solo porque tú lo quieras?
―Tal vez en mi boda. Ya sabes, luego de conocer a Zac Efron.
―Pensé que querías a Jeremy Irvine.
―Sí, pero también a Zac, ¿qué clase de mejor amiga eres? No sabes nada de mí.
―Sé todo de ti.
Era verdad, si había alguien que me conocía, esa era ella.
―Será mejor que nos vayamos, sino llegaremos tarde a nuestras clases ―asentí.
Ambas salimos del baño, ella antes que yo, así que me sorprendí al escucharlo hablar una vez que habíamos cruzado las puertas.
―Lydia, hola, ¿cómo est...?
Ella ya se había ido por el pasillo contrario al que yo tomaría.
Sentí a Stiles caminar detrás de mí.
― ¿Qué es lo que quieres? No estoy de humor para hablar tan temprano en la mañana.
―Solo que acabo de comprobar que sí eres amiga de Lydia.
―Ya te he dicho que no lo soy.
―Sí lo eres, pero no lo admites, ¿por qué? Todos quieren ser amigos de ella
―Sí, y algunos más que amigos ―dije deteniéndome y enfrentándolo―. ¿Puedes por favor dejar de seguirme y dejarme en paz? No voy a responder tus preguntas ―dicho eso seguí mi camino.
―No dejaré de insistir, quiero respuestas.
―Pensé que me odiabas, si es así, deberías dejarme en paz
― ¿Te molesta que te siga?
― ¡Sí!
―Bueno pues, entonces estoy haciendo bien mi trabajo ―sonrío ampliamente, pero a mí solo me provocó golpearle la cara.
―Déjame en paz, Stilinski, no lo repetiré.
― ¡Mia! ―gritó Danny―. ¿Te está molestando?
―Sí, la verdad es que sí.
―No te estoy haciendo nada ―dijo Stiles.
―Tu simple existencia me molesta ―respondí. Oí a Danny reír a mi lado. Sé que él no es el mayor fan de Stiles.
Stilinski puede llegar a ser demasiado desesperante, sarcástico y tonto. Creo que solo Scott lo soporta.
Gracias a Danny pude zafarme de Stiles, le estaré eternamente agradecida.
💙
Estaba en clase de química, con mi profesor favorito, el Sr. Harris.
¡Ja! Por favor, no crean eso. Odio a ese hombre más que a Stiles Stilinski.
En fin, esta clase es la que más odio, eso no significa que no sea buena. Después de Lydia, tengo la mejor calificación, pero igual odio la materia. Solo me va bien porque estudio, sino, tendría F.
Danny era el que se sentaba en la carpeta a mi lado, él era la persona más social del universo, así que no era extraño que en ocasiones sea visto conversando conmigo. Aunque eran muy pocas las veces en que nos atrapaban hablando.
―Hay algo que te he querido preguntar desde hace días ―susurró.
Me incliné un poco a él para poder conversar mejor. ― ¿Qué cosa?
―En la fiesta de Lydia, te vi abrazada de Stiles.
Si hubiera estado tomando algo, lo habría arrojado.
― ¿Estás saliendo con él? Pensé que se odiaban.
―Nos odiamos, tiempo presente. Él solo me ayudó a zafarme de un acosador.
― ¿Por eso te abrazó? Ambos parecían cómodos ―dijo con una sonrisa en el rostro.
― ¿Por qué me preguntas eso? Tú no eres el mayor fan de Stiles.
―No, claro que no, ese chico me saca canas verdes. Pero solo te digo lo que vi.
―Bueno, no, no estamos saliendo ni lo haremos nunca. Ambos nos odiamos ―hablar de Stiles era algo que detestaba.
―Sr. Stilinski -dijo Harris, no me había dado cuenta de que había dejado de escribir en la pizarra―. Si ésa es su idea de hablar en voz baja, debería de quitarse los audífonos de vez en cuando. Pienso que usted y el Sr. McCall les convendría distanciarse un poco, ¿sí?
―No ―respondió Stiles rápidamente.
Él y Scott tuvieron que cambiarse de lugares. Miré a Danny, ambos estábamos aliviados de que Harris no nos hubiera dicho nada a nosotros. Era algo bueno que Harris odiara a Stiles, así siempre le gritaría a él antes que a mí.
―Oigan, creo que encontraron algo ―dijo una chica que estaba al frente del salón.
Todos se pusieron de pie, incluido Danny. Yo no quería ver ese bus ni lo que sea que hayan encontrado. Odiaba las escenas policiales.
De pronto todos empezaron a gritar y Scott se alejó del grupo, Stiles se colocó a su lado.
―Esto es bueno ―dijo mi peor enemigo―. Se levantó, no está muerto ―miró a Scott―, los muertos no pueden hacer eso.
La respuesta que dio Scott fue lo que me sorprendió. ―Stiles... yo hice eso.
― ¿Qué? ―dije un poco muy alto. Ambos me miraron, luego intercambiaron miradas entre ellos y volvieron a fijarse en mí. Los dos parecían asustados.
¿Qué diablos hizo Scott?