Capítulo 20:
Aiden.
Me tiré toda la noche sin dormir.
La cabeza me iba a explotar.
No podía parar de pensar en todo lo que conllevaría tener a ese niño.
Por un lado tenemos a Scott, quien no ha dado señales de vida desde que pasó lo que pasó. Pero estoy seguro que no dejará tranquila a Aly.
Por el otro, tenemos a la garrapata, quien no para de amenazar a Aly una y otra vez. Y ya no está solo Aly, también está ese bebé quien necesita la misma protección.
Después tenemos a mi padre, que insiste en que debo estar con Alexa frente a la prensa.
También teníamos el miedo de si podríamos con ese niño, si realmente estábamos preparados para ser padres.
Estaba cagado de miedo por Aly y por el bebé, y encima ayer la cagué con ella.
No quería decir que ese niño es un problema, pero no supe cómo explicarme por lo nervioso que estaba.
Por supuesto que me hacía ilusión ser padre y aún más con ella, pero eso no quita que no quisiera serlo más adelante.
Somos unos putos críos que no saben nada de la vida y que ahora van a ser padres.
Estaba agobiado por todo, pero sobre todo por ellos, por que no podía permitir que algo les pasara.
Había pasado una noche de mierda y más aún sabiendo que Aly dormía en el sofá.
De madrugada salí para verla y estaba dormida con una mano en la barriga, eso me encanto.
Cogí mi móvil y le envié un mensaje a mi secretaria diciéndole que faltaría al trabajo por asuntos propios.
Aly tenía ginecólogo y no la iba a dejar sola.
Me levante de la cama para preparar el desayuno y saqué de la nevera un bote de suero que tenía que beberse Aly.
Me acerqué al sofá y le toqué la mejilla para despertarla.
-Despierta, ojitos- dije bajito.
Ella abrió los ojos y me miró.
-¿Que pasa?- preguntó estirándose.
-Tomate esto, estoy preparando el desayuno. ¿Tortitas, huevos o bacon?
-Todo- dijo sentándose -tengo hambre.
-No me entraña, ayer no comiste nada.
Volví a la cocina e hice el desayuno para ambos.
Aly parecía más relajada y eso me relajó a mi.
Puse el desayuno en la mesa del sofá y nos pusimos a desayunar.
Cuando acabamos ella se metió en la ducha y yo me puse a vestirme.
Iríamos en mi coche, pero Lucas y Marcos nos seguirían en el otro.
Cuando ella acabó bajamos al parking y nos montamos en el coche.
Aún no habíamos dado la noticia a nadie, por que sinceramente ni nosotros mismos lo habíamos asimilado.
Por lo menos, yo no.
Conduje hasta el hospital y una vez allí fuimos a la planta de maternidad.
Madre mía. Planta de maternidad.
Nos sentamos en los sillones y miré a nuestro al rededor, éramos la pareja más joven.
Después de un rato de tensión, nos llamaron, bueno la llamaron a ella pero igualmente yo entré.
-Buenos días, soy Alicia y seré tu ginecóloga- dijo la mujer sentada tras el escritorio blanco.
-Hola- dijo Aly nerviosa.
-Bien, Aliyana. Siéntate en la camilla que te voy a examinar.
Ella hizo lo que le pidió y la ginecóloga le subió la camiseta arriba para echarle un líquido azul.
-Puedes acercarte- me dijo Alicia.
Me acerqué a ella y miré a Aly, estaba temblando.
Le cogí la mano y le miré sonriendo.
Alicia encendió una máquina y puso como una especie de tubo encima de la barriga de Aly.
Lo fue moviendo a los lados mientras miraba a la pantalla que tenía la maquina.
Yo me fui poniendo más nervioso por el silencio y la cara que Alicia ponía.
Ella arrugó la frente y ahí me preocupe.
¿Algo iba mal?
-¿Algo va mal?- Preguntó Aly como si pudiese leerme la mente.
Alicia no contestó.
Siguió moviendo el tubito por la barriga de Aly hasta que...
-Quería estar segura- dijo sonriendo -serán papas de dos bebes.
¿Dos bebés?
Dos bebes...
-Miren- dijo Alicia señalando la pantalla- Aqui hay uno- señaló - y aquí hay otro.
Aly estaba con las mejillas mojadas llorando.
-Serán dos...- dijo Aly.
-Así es, aún no puedo decir que serán, pero si puedo decir que serán mellizos.
-¿Mellizos no son cuando es niño y niña?- pregunté.
-No, puede ser niña y niña, niño y niña o niño y niño- contestó Alicia.
Cogió papel y se lo dio a Aly para que se limpiase.
Pero ella seguía temblando y la limpié yo.
Alicia se fue a su silla para escribir algo en un papel.
-Esta es la siguiente cita, nos veremos en tres semanas para una revisión y después, nos veremos en otras cuatro semanas y ya podré deciros que serán- dijo Alicia -espero que todo vaya muy bien, nos vemos pronto.
Aly cogió el papel y yo abrí la puerta para irnos.
-Aliyana- la llamo Alicia antes de salir -No quiero preocuparte pero, estar embarazada de mellizos es más complejo que de un solo bebé. Intenta no estresarte y tomarte la vida con calma. Cualquier cosa que para ti sea una tontería, para ellos puede ser importante.
Aly asintió y Alicia sonrió.
**
-No tenemos por que decirlo aún- dije en el coche.
-Tenemos que decirlo. A nuestros padres, a Sebastian, Amber, Tyler...
-Podemos esperar.
-¿No quieres que lo sepan?- preguntó.
-No, no quiero que te estreses y empieces a volverte loca. Tenemos tiempo, relájate y ya hablaremos con todo el mundo. Cada cosa a su tiempo.
La vi suspirar y apoyar la cabeza en la ventanilla.
Puse una mano al volante y la otra en su muslo.
Al llegar a casa, se sentó en el sofá y me quede mirándola.
-¿Que?- preguntó.
-Todavía no asimilo que estes embarazada de mi. Osea vas a ser madre y yo padre, y lo seremos juntos...
-¿A que viene eso?
-A que nuestras vidas están apunto de cambiar.
-Si ¿y?
Suspiré.
-Que eres la mujer de mi vida.
Ella sonrió.
-¿No te da miedo? Por que yo estoy cagada- preguntó.
-Mucho.
-¿Como crees que se lo tomara tu padre?
¿Eso era lo que le preocupaba?
-Me da igual como se lo tome, y a ti te la debería de sudar también.
-Es tu padre.
-Y tu mi novia y ahora la madre de mis hijos y espero que en un futuro no muy lejano seas mi mujer.
-Amber y Sebastian se volverán locos y Ni que decir de Tyler. Serán los tíos que consentirán a los bebés.
-Ya me imagino a Tyler...
Me senté a su lado.
-Siento mi reacción de ayer- dije.
-No pasa nada, fue un golpe para ambos.
-Si, pero no tenía derecho a comportarme así.
-Fuiste un poco capullo.
-Lo sé y lo siento.
Sonreí.
-¿Me hubieras pedido abortar?
-Jamás. Es un bebé nuestro, es la mitad de cada uno de nosotros.
-En realidad, son dos.
-Si, eso. Dos...
-Madre De Dios, que puntería tienes...
-Pues en el momento no te quejaste.
-Y sigo sin quejarme.