Capítulo 7:
Aiden.
Me suena el despertador a las seis y media de la mañana, como cada día.
Lo apago rápido para no despertar a Aly y la miro unos segundos.
Me encantaba verla dormir.
Tenía mi camiseta puesta sin nada de bajo y los pelos por toda la almohada.
Antes de levantarme le doy un beso en la frente y me voy directo a la ducha.
Salgo en toalla y me acerco al armario para coger unos vaqueros y una camisa blanca. Me arreglo en el baño para no despertarla y cuando acabo, antes de salir del cuarto vuelvo a acercarme a la cama para darle un último beso antes de irme.
Le cierro la puerta del cuarto y me preparo un café y a ella unas tortitas.
Cojo el móvil, las llaves, la cartera, las llaves del coche y me voy.
**
Al llegar a la empresa me recibe mi secretaria, la que antes era la de mi padre, ahora es la mía.
-Buenos días, Sr. Holt- dice cuando paso por su escritorio.
-Buenos días.
Cuando entro a mi despacho, ya estaba mi padre y el de Alexa esperándome.
-Llegas tarde- dijo mi padre mirando su reloj.
-Dos minutos- contesté sentándome en mi silla.
-Eres el director, tienes que dar ejemplo.
Suspiré.
¿Esto era lo que me esperaba a partir de ahora?
-¿Que hacéis aquí?- pregunté.
-Venimos a hablar contigo- dijo Alexander, el padre de Alexa.
-Os escucho.
-Queremos que hagas pública tu relación- volvió a hablar Alexander.
-Ya lo tenía pensado. Presentaré a Aly en la fiesta donde mi padre me nombrará director y dueño oficial de la empresa.
-No. Creo que no me has entendido- Alexander apoyo los codos en mi escritorio -tu relación con mi hija, Alexa.
Miré a mi padre.
-Creía que ya estaba este tema zanjado- dije mirando a mi padre.
-No, Aiden. Aliyana es una gran mujer, pero no será la tuya- dijo mi padre negando con la cabeza.
-Será Alexa- dijo Alexander.
-Será la que yo elija, que para eso soy yo quien va a estar con ella.
-Será la que te elijamos nosotros y ya lo hemos hecho, así que deja las tonterías y céntrate en lo que importa- me contestó Alexander subiendo el tono de voz.
¿Quien se cree este?
-Alexander, escúchame por que sólo te lo diré una vez- me puse en pie apoyando las manos en el escritorio para inclinarme hacia delante -he estado aguantando las tonterías de tu hija durante años, incluso he estado a punto de perder a mi novia por su culpa, pero déjame decirte algo; Alexa nunca estará conmigo, ni tampoco se casará, así que dile a esa maldita garrapata que deje de hablar de nuestra supuesta relación frente a la cámara por que si no tomaré otras medidas. Te tengo el respeto que te mereces, has estado durante toda tu vida al frente de esta empresa con mi padre, pero acepta que se acabó, ahora yo soy el director y dueño de HT, así que sea la última vez que le ordenas y le levantas la voz a tu superior.
Mi padre se quedó en silencio y Alexander me miraba callado también.
-No voy a permitir que menosprecien a Aly simplemente por que no sea Alexa. Y menos mal que no lo es, por que Alexa no le llega ni a la suelta de los zapatos a Aly. Si hay alguien que tiene que dejar las tonterías, son ustedes. Si quieren ayudarme a dirigir la empresa, de acuerdo, pero no olviden quien manda ahora- levante las manos del escritorio poniéndome recto- ahora, si está todo claro, lárguense que tengo cosas que hacer.
Los dos se levantaron y salieron del despacho sin decir ni una palabra.
Estaba hasta la polla de que me metieran a Alexa por todos lados.
Ya dije todo lo que tenía que decir, así que espero no tener que volver a repetirlo.
El resto del día me lo paso encerrado en mi despacho con miles de papeles.
La cabeza me dolía de leer y modificar planos de edificios, no había tenido tiempo ni de comer, ni siquiera había podido pedir la comida.
Tuve que decirle a mi secretaria que no me pasara llamadas ni reuniones por que no me daba tiempo a nada.
Los planos que había pedido, estaban mal y tuve que hacerlos de nuevo, pero ya sabemos el dicho "si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo"
Cuando me dio por mirar el reloj eran las doce y media de la noche.
Joder.
Miré el móvil y tenía tres llamadas perdidas de Aly y varios mensajes.
Deje todo por medio cuando salí del despacho y era el único que estaba en la empresa, aparte de los seguridad.
Cogí el coche y acelere hasta llegar a casa.
Cuando abrí la puerta de casa, me encontré a Aly tumbada en el sofá viendo la tele.
-Ojitos, lo siento. Se me ha ido la hora en la oficina.
-Tienes la cena en el microondas- es lo único que contestó.
¿Estaba enfadada?
Solté las cosas en la encimera de la cocina y saqué la cena del microondas.
Vi que ella se levantaba del sofá y se iba al cuarto.
Cené rápido y me fui con ella.
-¿Estas enfadada?- pregunté desabrochandome la camisa.
-No.
-No mientas.
-No miento.
Me quedé en calzoncillos y me metí en la cama con ella.
-¿Puedo follarte?
-¿Que?- preguntó sorprendida.
-Bueno, para que pregunto ¿no?
Tire de ella hacia mi y la besé poniéndome encima.
Le abrí las piernas con una mano y tire de sus bragas con la otra.
Me quite los calzoncillos y no deje que se quejara cuando ya había entrado dentro de ella.
-Dios... Aiden...- dijo gimiendo.
Me encantaba escuchar mi nombre mientras gemía.
Aumenté el ritmo de las embestidas mientras que con un dedo le acariciaba el clitoris.
Puse la otra mano en su nuca para acercarla a mi boca y besarla.
Debe de acariciarle el clitoris, no quería que se corriese tan pronto.
Me di la vuelta colocándola a ella encima y empezó a moverse encima de mi.
Mis manos volaron a su cintura para darle impulso y que me sintiera entero.
-Madre... De Dios...Voy a...
-Ni se te ocurra- la corté- aun no.
-Que... tortura...joder...
-Aguántalo.
Aumenté el choque de nuestros cuerpos, sabiendo que eso la llevaría al límite, pero quería que lo aguantase un poco más.
-Aiden... por favor...- dijo suplicando.
Sonreí.
-Correte- le ordené.
Y lo hizo, se corrió encima de mi y yo me vacié dentro de ella.
**
Aly.
[ Tenía a un hombre encima de mi, sudando y desnudo.
Y no era Aiden.
Espera ¿En que momento he decidido yo follar con el?
Creo que nunca.
-Ábrete para mi- dijo moviéndose encima de mi.
-No, déjame.
Cuando me di cuenta de quien era, temblé; era Scott.
-Venga, Aly. No te hagas la Santa conmigo.
-Scott aléjate de mi.
-Te avise de que mi paciencia tenía un límite y lo has sobrepasado.]
-Ojitos, despierta- escuche a Aiden y note su mano en mi brazo zarandeándome -es una pesadilla.
Abrí los ojos y lo vi a mi lado, en ese momento volví a respirar.
Solo había sido una pesadilla.
-¿Estas bien?- preguntó preocupado.
-Si.
-Estabas hablando en sueños y estás sudando.
-Estoy bien- le aseguré.
-Has dicho el nombre de Scott- dijo el.
Me quede callada.
-¿Estabas soñando con el?- volvió a preguntar.
-No- mentí -Ni siquiera recuerdo el sueño.
Sigue mintiendo.
-Esta bien, vuélvete a dormir, aún es temprano- dijo abrazándome.
Todavía seguíamos desnudos, no sabia la hora que era, pero era de madrugada.
Lo abracé con fuerza, a su lado me sentía protegida, pero realmente no sabía por que tenía la necesidad de sentirme protegida por el.
Scott no iba a hacerme daño, solamente era un sueño.
O puede que no.