Capítulo 5:
Scott.
Todavía recordaba esa noche de hace un año.
La noche en la que Aly y yo nos besamos.
Cuando cierro los ojos, puedo sentir sus labios sobre los míos y el roce de nuestras lenguas.
Las manos en su culo redondo...
Me fijé en ella desde el primer día y me entró por los ojos desde el primer momento.
Y el que esté con Aiden no va a frenarme.
Que me follara cada noche a una diferente no significa que se me pasen las ganas de ella.
Noté un brazo al rededor de mi cintura y abrí los ojos y entonces me acordé.
Tenía a una chica en mi cama.
-Buenos días- dijeron a mi espalda.
-Vístete y sal de aquí- dije sin darme la vuelta.
-¿Que?
-Que te vistas y te largues- repetí.
La chica no protestó otra vez, simplemente se vistió y se fue.
Ni siquiera me acordaba de su nombre, pff ¿Para que?
Cogí mi móvil y me metí en instagram, vi que Aly había subido una historia y me metí para verla.
Era una foto de la ventanilla de un avión y ponía; De vuelta a Londres.
Eso fue hace dieciocho horas, así que ya estaban aquí.
Me levante de la cama, me puse los calzoncillos y salí del cuarto.
Tyler estaba en la cocina vestido.
-¿Donde vas?- pregunté acercándome a la nevera.
-A ver a Aly y Aiden.
Sonreí.
-Voy contigo- cerré la nevera.
-¿Estas tonto? Voy a casa de Aiden.
-¿Y que? Soy su amigo también, puedo ir a verla.
Lo vi suspirar.
-Haz lo que quieras, es tu vida la que está en juego, no la mía- dijo encogiéndose de hombros.
Volví a mi cuarto para vestirme sonriendo.
**
Aly.
-No veo donde está el problema- dije poniéndome su camiseta.
-Pues que no tengo ganas de visitas.
-Hace semanas que no nos ven, no te vas a morir por pasar la mañana con ellos, que te recuerdo que son tus amigos.
-Lo dices como si fuese el malo.
-Cállate ya y vístete.
Se levantó resoplando, pero se terminó vistiendo, aunque quejándose.
Desayunamos en la cocina algo rápido y cogí del cuarto todos los regalos para tenerlos a mano.
El timbre sonó y eran Sebastian y Amber que se tiró encima de mi como si no nos viéramos desde hacía miles de años.
-No te vayas más, perra- dijo abrazándome.
Sebastian saludo a Aiden que estaba sentado en el sofá y que no tenía intenciones de levantarse.
El timbre volvió a sonar y ya sabia que era Tyler, pero lo que no sabía era que venía acompañado.
-Hola, preciosa- dijo Scott.
Se va a liar.
Miré por encima de mi hombro a Aiden y por su postura supe que se había puesto tenso.
-Hola- respondí.
Tyler me abrazó y yo le devolví el abrazo agusto, pero Scott fue el siguiente en abrazarme y no se me paso por algo que pusiera las manos en la parte baja de mi espalda.
-Tenemos cuentas pendientes- susurró en mi oído.
En ese momento me despegué y fui con los demás.
Me senté al lado de Aiden quien no tardó en pasarme el brazo por los hombros.
-Traemos regalitos- dije emocionada.
Empecé a darles a cada uno su bolsa y lo abrieron.
A todos le gustaron lo que les traje y eso era un alivio.
Scott saco el videojuego y me guiñó un ojo.
Este quiere morir joven.
-¿Para cuando otra partida?- preguntó mirándome.
-Veo que tu cara a recuperado su forma normal ¿Quieres que vuelva a partírtela?- le contestó Aiden tenso a mi lado.
Le puse la mano en el muslo para que se tranquilizara.
-No es nada malo, solo es una partida a la play entre amigos- le dijo Scott.
-Los amigos no se besan- afirmó Aiden.
-Estábamos borrachos- dijo Scott quitándole importancia.
-Ella si, tu no, y lo sabes.
-Bueno ¿Que tal el viaje?- preguntó Amber para cambiar de tema.
Les contamos un poco sobre nuestro viaje, aunque la verdad no hicimos mucho.
Éramos unos vagos, pero si les conté que había conocido a más personas de mi familia y que se caían mutuamente bien.
Aiden los invitó a todos- menos a Scott -a la supuesta fiesta que celebraba su padre para pasarle el cargo.
-Ya tengo que ir de compras- dijo Amber.
-Tenemos- le corrigió Tyler.
Sonreí.
Los había echado de menos.
A la hora de comer se fueron todos y Aiden me miró con cara de gruñón.
-No sabia que iba a venir- dije levantándome del sofá.
-¿Segura?
-¿Por que iba a mentirte?
-No lo sé, a lo mejor es que te va el rollo a ti también.
Me di la vuelta para mirarlo.
-¿Que a mi me va el rollo? ¿Te estas escuchando?
-No se, parecías encantada de que te invitara a jugar a la play, no has dicho nada al respecto.
-Ya lo habías dicho tú.
Volví a darme la vuelta para ir a la cocina.
-¿Que te apetece comer?- pregunté abriendo la nevera.
-No tengo hambre- dijo serio.
-No seas idiota.
-No lo soy, no tengo hambre.
-Si que tienes, pero tú orgullo es más grande que tú.
Lo miré.
Estaba mirando a la tele, pasando de mi.
-¿Sabes que? Que no te voy a rogar, ¿No quieres comer? No comas, que te den- dije cerrando la nevera.
Me fui al cuarto cabreada.
No era mi culpa que Scott viniera, ni siquiera lo sabia, había sido una sorpresa para ambos.
Me metí en la ducha y llené la bañera con agua caliente y espuma.
Me puse música y me metí dentro.
Joder que bien se estaba.
Cerré los ojos y me relaje.
No se cuanto tiempo paso, pero estaba empezando a arrugarme y el agua estaba empezando a ponerse fría, así que abrí el grifo y me duché.
Me puse una toalla al rededor del cuerpo y los pelos me los seque un poco con otra toalla y Los dejé sueltos.
Salí del baño y busqué mi pijama en el armario.
Al parecer no teníamos pensamientos de salir, así que me puse el pijama y colgué la toalla para que se secara.
Enchufe el secador y me seque los pelos.
No iba a irme al salón con el, por que estaba enfadado y ahora lo estaba yo también con el.
Cogí mi móvil y pedi un McDonald's solo para mi y me senté en la cama con la espalda pegada al cabecero.
Puse la tele y busqué una película en Netflix.
Veinte minutos después pegaron a la puerta y fui a pagar mi comida.
-Gracias- dije antes de cerrar y andar hacia el cuarto.
-¿Que haces?- preguntó Aiden desde el sofá.
-Tu no tendrás hambre, pero yo si.
-No me refiero a eso.
-Pues entonces no se a que te refieres.
-¿Por que te has puesto el pijama?- preguntó arqueando una ceja.
-Por que no vamos a salir.
-Pero ¿por que no llevas mi camiseta puesta?
Suspiré.
No voy a entrar al juego.
Lo ignoré y entré en el cuarto.
Sus pasos se escuchaban por el pasillo y en segundos lo tenía en el cuarto.
-Quítate el pijama.
-¿Perdón?
-Que te quites el pijama- repitió el.
-Estas loco.
-No hagas que te lo arranque yo.
-No me voy a quitar el pijama solo por que a ti te de la gana.
-Que te quites el pijama, Aliyana- dijo suspirando.
-No me da la gana.
Suspiró más fuerte y se acercó a mi.
Me quito la bolsa del McDonald's de la mano y la puso en el mueble que teníamos al lado y tiró de mi camiseta quitándomela a la fuerza.
Luego se agachó para quitarme los pantalones agarrándome las piernas mientras pataleaba y me quito los pantalones de un tirón.
Se quitó la camiseta que llevaba puesta y me pa puso a la fuerza.
-Lista- dijo cuando ya tenía su camiseta puesta.
-¡¡ERES IDIOTA!!- grité.
-Lo que tú digas, pero no te la vayas a quitar- dijo quitándose los pantalones quedándose en calzoncillos.
-¡¡NO TE AGUANTO!!
-Deja de gritar- dijo tranquilo.
-¡¡NO ME DA LA GANA!! ¡¡ME TIENES HARTA!!
-¡¡PUES SI TAN HARTA TE TENGO VETE CON SCOTT!! ¡¡A LO MEJOR OS ENTENDÉIS MEJOR YA QUE OS PARECÉIS!!- contestó gritando.
-¿¡A QUE COÑO TE REFIERES CON QUE ME PAREZCO A EL!?
-¡¡A QUE TE ENCANTA QUE SE TE INSINÚE!!
-¿¡QUE ME ENCANTA QUE SE ME INSINÚE!? ¿¡TE ESTAS ESCUCHANDO!? ESTAS MAL DE LA CABEZA.
-¡¡A VER COMO ESTARÍAS TÚ SI YO HICIERA LO MISMO CON ALEXA!!
-¡¡PERO ES QUE NO ENTIENDO QUE ES LO QUE HAGO!!, ¡¡DÍMELO!! ¡¡POR QUE CREO QUE NO ESTOY HACIENDO NADA MALO!!
-¡¡NO TE QUIERO VER CON EL Y PUNTO!!- gritó a un más y suspiró. -No me da buena espina, ojitos. No me gusta que esté cerca de ti, por que no me fío de él. Lo conozco, y se que no se acerca a ti para ser simplemente tu amigo. Como también se que no se dará por vencido. Así que, por una puta vez desde que nos conocemos, hazme caso y aléjate de él antes de que sea tarde.
Parecía preocupado de verdad.
-Solo quiero protegerte, pero me es imposible si me lo pones tan difícil- dijo cogiéndome la mano.
-No necesito que me protejas, se hacerlo sola- dije quitándome su mano de la mía.
-¿Por que eres tan cabezona?
-Por que no necesito a ningún hombre para que me proteja. Eres mi novio, no mi guardaespaldas.
-Pues por eso mismo, como soy tu novio, tengo que protegerte, igual que tú a mi. Es algo mutuo, puta loca feminista- dijo riéndose.
Sonreí.
No podía enfadarme con el si en medio de la discusión me decía cosas bonitas o sonreía.
Era imposible.
-Para loca ya tenemos a Alexa, no necesitamos a otra- dije.
-Pero ella no es mi loca. Tú en cambio, si.
Volví a sonreír.
Miró la bolsa del McDonald's que todavía estaba en la mesa y me miró.
-¿Solo has pedido para ti?- preguntó.
-Tu no tenías hambre- me encogí de hombros.
-Pues ahora si tengo.
-Pues ahora te jodes.
-O también puedo comerte a ti.