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Franco : ¿Elizabeth? - me acerco a ella muriendo de preocupación - ¿dios que hice? Reacciona por dios - la muevo un poco con miedo - Elizabeth lo siento, siento ser tan idiota - le digo mientras aparto su cabello y veo sangre en un costado de su cara.
Desesperado y preocupado la llevo lo más rápido que puedo a la hacienda. Al llegar la bajo en estilo nupcial y me es imposible no quedarme embobado con su belleza mientras corro hacia la casa.
Eva : por dios...¿Que paso? - pregunta preocupada al verme entrar con ella inconsciente en mis brazos.
Franco : peleamos y se cayó del caballo - le explicó brevemente mientras la acuesto en mi cama - llame al doctor porfavor Eva - le pido y ella sale de habitación unos minutos después - ¿Como acabemos así? - le pregunto mientras me arrodillo en el suelo para estar cerca de ella - se que es mi culpa y no sabes lo que me duele el no tenerte a mi lado - le digo sin saber si de verdad me escucha - yo hace tan solo unas horas pensaba que ya estabas olvidada, pero cuando llegue y te vi de espaldas, tu hermoso cabello rubio, como hilos de oro todo se derrumbó - suspiró y acarició su rostro con delicadeza.
Están hermosa que podría verla siempre sin cansarme, se ve más madura desde de la última que la vi. La miro fijamente sintiendo miles de sensaciones.
Franco : pero mi orgullo me gano y no te hable bien - me acerco más a ella aún arrodillado - bueno ya, no te vayas a despertar y te vuelvas otra vez modo bruja - le digo mientras me levanto y la observó desde una esquina con devoción.
A los minutos llega una doctora y salgo de la habitación para darle privacidad aunque Eva se quedo con ella.
Quintina : la verdad señorito franco, la señorita está mucho más rechula que cuando se fue - me dice pues ella también está esperando a que la doctora salga - estoy segura que ustedes acabarán juntos - me dice y sonrió por ver ese hecho tan lejano en este momento.
Franco : ¿Como está tan segura quintina? - le pregunto.
Quintina : porque cuando la vio sus ojos brillaron especialmente, cuando ella lo vio hace unos días sus ojos tenían un brillo único y porque lo que dicen por sus bocas no llega a sus ojos y eso significa que mienten - me contesta y algo se remueve en mi.
¿Aún tengo ese brillo en mis ojos?
Suelto un suspiro lastimero mientras espero. ¿La sigo amo? No se, siento que la debo cuidar, proteger velar por ella y no soportaría que ella estuviera con otro me destrozaría tanto que no se de que sería capaz.
En conclusión ella no miente, caí rendido a sus pies y un año no basta para eliminar todos mis sentimientos son demasiado fuertes. Aunque me duele.
Doctora : ella está bien solo fue un golpe superficial, no tardará en despertar, de todas formas le dejé unos analgésicos a su esposa para el dolor - me dice al salir de la habitación.
Pero espera...¿Esposa?
Franco : muchas gracias pero ella no es mi esposa doctora ni siquiera mi amiga - ella me ve sorprendida.
Doctora : pues disculpe yo pensé que eran esposos por la preocupación que cargabas - me explica y no sé qué decirle -en ese caso disculpe y pues si eso es todo con permiso.
Franco : propio - digo sólo y ella se va al igual que Eva para acompañarla.
Sin esperar más entro a la habitación pero Elizabeth ya está despierta y con una expresión de enfado.
Elizabeth : ¿Que demonios paso? - pregunta con molestia - ¿Y donde carajos estoy? - pregunta mientras se levanta enfrentándome.
Franco : te caíste del caballo - le digo y se queda unos segundos en silencio como recordando - y la traje a mi casa concretamente mi habitación - le digo con una sonrisa burlona por su expresión.
Elizabeth : gran atrevido - me golpea el pecho y solo dejo que lo haga - como se atreve a traerme a su casa y más a su mugrosa habitación - se separada de mi y me lanza una lámpara que por poco y no logro esquivar.
Franco : ¿Esta loca o que? - le pregunto sorprendido.
Pero ella no responde si no que me lanza todo lo que hay a su alrededor mientras me dice un insulto tras otro. Me acerco a ella encerrando la en mis brazos para besarla ferozmente pero lo que sorprende es que no me niega el beso.
Y dios cuanto extrañe sus labios. Preso de la pasión la alzó en mis brazos mientras nuestras bocas están en una guerra por obtener el mando del beso. Me separo por falta de aire y bajo mis besos hacia su cuello un jadeo se escucha de su parte y joder...
La dejo en la cama mientras me pongo encima de ella entre sus piernas con ya mi notable bulto entre las mías y la veo a los ojos. Por un momento veo a esa Elizabeth de puros sentimientos que me dio todo. La vuelvo a besar aprisionandola contra la cama todo lo que puedo y cuando la ropa iba a desaparecer me empuja haciendo que caiga al suelo con una mueca de dolor.
Me levanta poniéndome enfrente de ella y está roja con la respiración agitada, me mira para después salir de la habitación y en vez de seguirla me quedo como estúpido viendo su figura desaparecer.
Llego a mi hacienda minutos después hirviendo en enojo por ser tan débil por dejarme vencer tan fácil. Odio sentir lo que siento y más después de todo lo que me hizo.
Entro por la parte de tras de la hacienda y veo como mi madre regaña a olegario así que una vez ella se va me acerco.
Olegario : señorita me tenía preocupado - me dice y lo miro confundido - es que sultán llegó a la hacienda sin usted y estaba apunto de decírselo a la señora Gabriela - me dice y suspiró de alivio al saber que el caballo de mi papá no se perdió.
Elizabeth : ya, es que me distraje y el hecho a correr - miento - y gracias a Dios volvió no me hubiera perdonado que se hubiera perdido - le digo sincera.
Olegario : la verdad que ese caballo es muy listo - sonrió.
Elizabeth : ¿Que ocurrió con mi madre olegario? - le pregunto.
Olegario : los reyes hicieron un cercado y la señora Gabriela se acaba de enterar - me explica y yo asiento como si no supiera nada - además llegó una invitación de los rosales por su aniversario y doña Gabriela la rompió porque los reyes asistirán, eso la enfado más - asiento y dos ideas cruzan por mi mente.
Elizabeth : ¿Y cuando es esa fiesta? - le pregunto sonriendo por mis ocurrencias.
Olegario : según escuché esta noche a las ocho - me contesta - ¿Pero porque pregunta señorita? - pregunta.
Elizabeth : por nada importante olegario - le sonrió - prepare a doce vaqueros que debemos ir a los límites y que me ensillen a sultán - le ordeno y el asiente diciendo un pequeño con permiso.
Sonrío lista para poner en marcha una de mis ideas, la cual le va hacer saber que no se pueden meter conmigo.
Elizabeth : como estás bonito - le digo a sultán cuando un vaquero me lo trae - gracias - le susurró al vaquero que lo trajo y que también me ayuda a subir.
Vaquero : de nada señorita - me dice mientras se quita unos segundos el sombrero.
Olegario : ya está todo listo señorita Elizabeth - me dice subido en un caballo al igual que los doce vaqueros que le pedí.
Elizabeth : muy bien, síganme muchachos - ordeno mientras sultán empieza a correr.
El viento azota mi rostro como siempre me siento libre y en paz.Minutos después estamos en los límites de mi hacienda dónde está el dichoso cercado.
Elizabeth : ¡so! - detengo a sultán y este obedece - bien muchachos, ¡quiero que tumben este maldito cercado no quiero ver ni un solo palo en pie! - ordeno fuerte y enseguida acatan la orden.
Miro siempre hacia los terrenos de los mugrosos reyes por si veo alguno, pero cuando están por acercarse trabajadores de los reyes nosotros ya hemos destruido todo su maldito cercado y damos media vuelta para irnos.
Al llegar a la hacienda cada quien se va a sus quehaceres y yo me quedo unos minutos acicalado a sultán para después ir a la casa.
Dominga : que bien que ya llegó señorita - me recibe - su familia la está esperando en el comedor para cenar - me dice y le doy las gracias para ir a la mesa.
Me siento al lado de Jimena cenando en silencio hasta que mi abuelo lo rompe.
Don Martín : no estoy de acuerdo contigo Elizabeth - me dice mientras agita su tenedor - esa acción tuya en lugar de favorecernos nos puede perjudicar - dice y no sé quién demonios le fue con el chisme.
Elizabeth : no me iba a quedar de brazos cruzados permitiéndoles la instalación de ese cercado abuelo - le digo mirando mi comida y el niega.
Norma : ellos están es todo su derecho de hacerlo - defiende.
Elizabeth : no como a ellos se les de la gana - le digo - primero debieron pedir permiso - bebo agua.
Gabriela : tienes razón - me apoya - no podemos permitir que ellos nos atropellen y mucho menos que vengan hacer lo que les de la gana - puntualiza.
Jimena : quién las entiende - suspira - se alarman y hecha cruces porque son sus vecinos pero hay mismo corren a provocarlos - dice mirando a Gabriela - aver Elizabeth - me dice y la miro al igual que ella a mí - había necesidad de llegar a esos extremos y tumbarles la cerca - pregunta.
No me da tiempo a responder.
Sarita : aver yo lo único que se es que con pelear las cosas empeoran - dice - porque no mejor dialogan y se ponen de acuerdo para limitar los terrenos - aconseja y ya lo que me faltaba hablar con ellos.
Gabriela : yo no hablo con delincuentes - le contesta - si ellos lo que quieren es obligarnos a dialogar pierden su tiempo no pienso caer tan bajo, para mi ellos no son vecinos mejor dicho no son nada - finaliza en un tono fuerte y mis hermanas la miran como si tuviera un tercer ojo pero esta vez estoy de acuerdo con madre.
(...)
Cuelgo la llamada con Hernán para mirarme en el espejo y me doy mi propia aprobación al verme perfecta para ir a la fiesta de los rosales y si voy a ir solo para amargar a los reyes con mi presencia también para ver su cara por lo del cercado.
Vestimenta :
Bajo las escaleras con cuidado por los tacones y nada pisar el segundo escalón veo a mi madre junto a mi sobrino.
Elizabeth : hola hermoso bebé - le digo a David mientras le hago cariñitos y él ríe.
Gabriela : ¿En donde es que vas así?- me pregunta.
le doy un beso a David para mirarla y si me niego a llamarlo Juan David.
Elizabeth : saldré a dar un paseo a cenar por ahí - miento y joder se a vuelto una constumbre ya.
Ella me ve no muy convencida así que yo le doy un beso en la mejilla y salgo de casa antes que pueda decir algo. Subo a mi auto y prendo camino hasta la hacienda rosales. Al llegar se ven varios coches y personas con vestimentas finas entrando y saliendo. Salgo de mi auto y camino hacia la entrada con mi frente en alto.
Dinora : que sorpresa tan agradable - me recibe en la entra con la sonrisa falsa al igual que su prima Belinda - nos da mucho gusto tenerte aquí Elizabeth pasa y sientete como en tu casa - me dice y le sonrió como bivora.
Elizabeth : muchas gracias por tu cortesía Dinora - le digo para entrar haciendo sonar mis tacones.
Entro a la casa y apesar de sus justos vulgares y estravagantes la fiesta se ve bastante bien. Agarro una copa de champán de un mesero y siento una potente mirada que sin mirar ya se quién es. Me giro encontrándome con los potentes ojos azules de franco reyes. Levanto la copa en mi mano hacia el con una sonrisa cínica. Amo molestarlo.
Veo como se acerca con pasos tranquilos y yo miro todo desinteresada.
Franco : ustedes los Elizondo nos tachan de que nosotros somos los salvajes pero el hecho de hoy dice todo lo contrario - dice con su voz potente detrás de mi.
Giro a verlo con una sonrisa y él también sonríe sin estar molesto.
Elizabeth : ¿Que paso? - pregunto cínicamente y el suelta una carcajada.
Franco : lo sabes muy bien - se acerca a mi - pero aunque mil veces hechen abajo la cerca mil veces la levantaremos - me advierte y aprieto mi copa sin dejar de sonreír.
Siento una mirada y miro hacia ella disimuladamente para encontrar me a la prima de Dinora, belinda y en su mirada veo celos.
Elizabeth : dios...- mumuro mientras río - parecer ser que tienes una enamorada - le digo burlona.
Franco : ¿Celosa? - pregunta.
Elizabeth : ¿De ella? No cariño - río - ¿Ya la viste? - pregunto por su forma de vestirse y su aspecto.
No me gusta meterme con la gente por su aspecto pero en este caso me es imposible no soltarlo.
Franco : si pero como dicen la belleza está en el interior - me contesta.
Elizabeth : pues suerte buscando en su interior - me despido mientras le doy dos palmaditas en la espalda.
Pasa media hora y hay miradas que me queman, como la de Óscar y Ricardo reyes pero la que más la de franco reyes. En ningún momento sus ojos me han abandonado y hay veces que los míos han estado en el. Belinda ha estado conmigo evitando dejarme sola y estoy casi segura que es para que no me acerque a franco.
Zacarías : atención - pide y lo miro al igual que todos - les tengo una sorpresa que se que les va a encantar - informa sonriendo - espero que la disfruten - sonrió - y se trata de una artista reconocida internacionalmente que ha venido expresamente hacernos que gozemos con sus canciones - explica - señoras y señores se trata de la única inigualable y hermosísima rosario montes - presenta y mis ojos arden.
espero aver escuchado mal pero todo se va al caño cuando la veo entrar.Todos aplauden y ella camina dando las gracias, asco es que lo que siento al verla...
¿Que pasara con nuestro triángulo amoroso junto?¿Arderá la cosa?
Dar un vistazo a edits ya que he añadido las portadas, besos!!!