bad boy โ”โ” [#1] jeon jungkook

By thebidoom

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โ”โ”๐—•๐—”๐—— ๐—•๐—ข๐—ฌ โel chico malo no era tan maloโž Jeon JungKook quiere esconder sus problemas detrรกs de su fa... More

ใ€Œ BAD BOY ใ€
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Jeon JungKook

Quiero dormir. Necesito dormir.

La imagen mental de Cleo June durmiendo sola en mi cama era lo único que me motivaba a no dejarme caer en este mismo pasillo y dormir sin horario hasta mañana. Eran las cuatro y algo de la mañana, me sentía destruido. Ya no siento la misma energía con la que antes podía aguantar la noche sin dormir y fácilmente ir a clases al día siguiente. Pero ahora siento que necesito de mis siete horas de sueño.

Lo había comenzado a notar hace tiempo, el mayor cansancio y la necesidad para dormir más de normal. Aquello fue cambiando desde que concilie mi sueño gracias a Cleo June, desde que junto a ella puedo dormir en paz. Ahora mi ciclo de sueño era el de... una persona normal.

¿Eso era malo? Por supuesto que no. Es más, nunca me había sentido mejor física y anímicamente. Pero ¿cómo podía participar ahora en esas malditas carreras sin morirme del sueño? Uff, era algo en lo que no quería molestarme en pensar ahora.

Llegar a mi apartamento fue todo un logro. No sé a dónde tiré mis llaves, tampoco dónde coloqué mi casco, sólo fui directamente a mi habitación. No encendí la luz para no molestarla, en medio de la oscuridad quité mi ropa y me vestí con el primer pantalón deportivo que tomé.

Fue como sentirse en el cielo cuando al estar bajo las mantas sentí el calor corporal de ella. Abracé su cuerpo y, con cuidado, lo presioné contra el mío. Aún estando dormida, es lo que ella pareció haber estado esperando toda la noche, porque tan pronto me sintió, me abrazó como si fuese un peluche gigante. Y yo también había estado ansiando por esto.

...

—Kookie, el mundo te saluda. —oí al mismo tiempo que sentía a mi cuerpo sacudirse a todas partes— Vamos, Jeoni, debemos ir a clases.

Confundido y algo aturdido abrí los ojos, viendo como encima de mí estaba Cleo June mirándome fijamente. Pronto una gran sonrisa se apoderó de su rostro cuando vió que por fin me había despertado. Aparentemente ha estado un buen rato tratando de hacerlo.

—Hola, linda. —murmuré cansado. Cualquiera pensaría que estaba agonizando.

—Perdí quince minutos tratando de despertarte, tonto. —dejó un casto beso en mis labios— Levántate antes de que se nos haga tarde.

Dejé ir una buena cantidad de aire al escuchar aquello. No quería ir a clases, no creía que fuera a poder sobrevivirlas. Aun así, con la poca voluntad que me quedaba, logré sentarme en la cama y nuevamente suspiré abatido.

Al menos haré algo para ella. —me alenté a mí mismo.

—Vistete. —fue lo único que dije cuando abandoné la cama y salí de la habitación.

No. Definitivamente no había forma de que vaya a clases hoy. Tenía un maldito dolor de espalda y cabeza que me estaba matando.

Fui en dirección a la cocina, donde mientras esperaba a que Junie se colocara su uniforme, preparaba algo para que comiera antes de irse a clases.

Café, porque le gusta el café. Sandwich con mucho jamón, porque le gusta el jamón. Es caprichosa, pero complacerla no es difícil.

—Oye, ¿no deberías vestirte tú también? —dijo entrando por la cocina al mismo tiempo que abotonaba los últimos botones de su saco. Supongo que se me notaba mucho la cara de zombie, porque rápidamente su expresión animada cambió a una preocupada y se me acercó mirándome con mayor atención— Te ves... cansado. ¿Dormiste bien anoche?

—Estoy cansado. —aclaré— Anoche... tenía carreras.

—¿Sigues yendo a ese lugar?

—El dinero no me cae del cielo.

Ella tomó mi rostro entre sus manos y se sintió muy cómodo, podría dormirme así.

—Deberías conseguir un trabajo seguro.

—Estoy bien así. —le resté importancia, pero ella seguía sin verse feliz. Quise evadir el tema para no hacerla molestar, así que la tomé de sus muñecas y con mis pulgares dibujé imaginarios círculos en el dorso de sus manos— Te preparé el desayuno.

Despegó sus ojos de mí y miró a mis espaldas donde sobre la encimera estaba el pobre desayuno que había podido prepararle. Pobre pero hecho con cariño.

—Eres tan lindo. —apretujó mis mejillas y fue directo a la comida. Cuando la oí soltar un fuerte grito me giré a verla alarmado— Estoy bien. Está caliente. —dijo ella con su lengua afuera. Me imagino que se la había quemado.

—Ten cuidado. —quité la taza de sus manos y rápidamente le ofrecí un vaso con agua.

—Descuida, siempre me pasa lo mismo.

Guardo silencio unos momentos mientras la observo disfrutar de su amado sandwich de únicamente jamón. Mucho jamón. Ama el jamón. Lo gozaba con una sonrisa satisfactoria. Aparentemente también su café ya se había enfriado porque lo bebía con normalidad.

—Escucha, linda, —interrumpí su glorioso momento— estoy muy cansado y siento que no me puedo mantener en pie. Lo siento, no te podré llevar a clases.

—¿No vas a ir? —yo lentamente negué con mi cabeza— Cariño...

—Pero te puedo pagar un taxi.

—No, Jeoni, no es necesario. Llamaré a alguna de las chicas y les preguntaré si pueden venir a buscarme.

—¿Estás segura?

—El dinero no te cae del cielo. Descuida, cariño. —se acercó a besarme rápidamente y luego sonreírme— Y gracias por el café.

Ya era la hora. Afortunadamente una de las amigas de June podía venir a buscarla, cosa que agradecía, porque no me tranquiliza saber que dejo a alguien tan problemática como Cleo June ir sola al instituto. Bajé junto a ella hasta afuera del edificio cuando un mensaje de su amiga le decía ya haber llegado. Ahí estaba el lujoso auto en el que Song acostumbra ir a todas partes, una SUV Mercedes Benz.

—Amm... Me da vergüenza besarte frente a mi amiga. —susurró apenada.

Reí enternecido. Adoro verla así de tímida y avergonzada.

No quise torturarla, así que sólo dejé un beso en su frente.

—Ten un lindo día. —dije al separarme de ella, recibiendo una sonrisa de su parte.

—Tú descansa, tonto.

Y trás esa despedida, ella dio media vuelta para irse.

—Hey. —la detuve— Para cuando terminen las clases iré a buscarte, ¿de acuerdo? —llevó su mano con sus dedos juntos hacia su sien, un gesto con el que quiso decirme «entendido», y nuevamente retomó su camino.

La observé en todo momento hasta que me aseguré de que subiera a ese vehículo, y cuando por fin lo hizo me sentí listo para descansar de jna vez.

Kim Cleo June

—¿Ese es Jeon JungKook? —habló SeoHyun estupefacta cuando entré al vehículo junto a ella.

—Sí, ¿por qué?

—Lo tienes aquí, nena. —señaló su palma— Y cómo te miraba cuando estabas viniendo. Esa era la mirada de un chico enamorado.

Reí un poco avergonzada de que nos haya visto juntos. JungKook y yo solemos ponernos muy melosos, pero yo debo ser cool.

Cuando llegamos al instituto ahí estaban todos, todos menos JiMin. Aun así quisieron animarme diciéndome que no debía preocuparme por eso ahora. No dejaba de parecerme sorprendente que incluso YoonGi me entendiera.

—Jeon y tú. —avergonzada le desvié la mirada a HoSeok— Wow... Es... Jeon y tú. No me lo vi venir. ¿Está mal que quiera saber cómo pasó?

—Es que... empezó odiandonos y... ahora... Bueno...

—Ni ellos se lo vieron venir. —comentó SunKo, y sí, le daba toda la razón.ñ

—¿Y ustedes tres lo sabían? —señaló a las chicas, las cuales asintieron. Ofendido ahora miraba a SunKo— ¿Por qué p lo dijiste?

—Era un secreto entre amigas, tonto. —lo codeó.

—¿JiMin no vendrá? —hablé antes de que la parejita del amor comenzaran a discutir otra vez. Además, sí me interesaba saber de él.

—No tengo idea, pero espero que se deje de hacer este maldito drama y hable contigo de una vez.

Entonces dejé ir un suspiro, preocupada de que las cosas siguieran mal. Ya que no estuviese aquí temprano me daba un mal presentimiento, porque, obviando los momentos en los que ha ido a buscarme, JiMin nunca llega tarde al instituto.

Carajo. Estar mal con el ñoño del grupo me hace saber que la cagué a lo grande.

—No quiero arruinar el grupo.

—No te estreses por ese idiota. —palmeó mi hombro para relajarme. Luego sacó algo de su bolsillo y me lo tendió— Por cierto, feliz cumpleaños.

Tomé aquél paquete colorido y sonreí enternecida por el regalo. E inevitablemente, también pensé en JungKook.

—¿Ligas? Cleo June ni siquiera se hace peinados.

—Fue lo primero que encontré, deja de criticar todo, mujer.

Entonces recibió otro codazo de su novia.

—De hecho, me van a servir bastante. —sonreí pensando en los miles de peinados que podía hacerle a Kookie con ellas.

—¿Has hablado con JiMin? —me preguntó HoSeok y con una mirada triste negué.

—Ni siquiera creo que vaya a querer verme hoy.

—Tal vez ya se le pasó. —yo no tenía tantas esperanzas como él, y eso lo reflejaba mi mirada— Ven. —dijo abriendo sus brazos y sin dudarlo quise recibir su abrazo. Esto me servía de mucho sabiendo que durante el resto del día JungKook no estaría para dármelos.

—Me siento como una idiota. Sólo quiero que las cosas estén bien. —chillé en el pecho de HoSeok, provocándole una pequeña risa.

Pero debo admitir que su abrazo me estaba dando buenas energías.

—Escucha, de seguro el día de ayer le dió tiempo a JiMin para pensar y relajarse, y hoy vendrá a aclarar las cosas. —YoonGi intentaba alentarme.

—¿Tu crees? —lo miré.

—En realidad no tengo idea, pero esperemos que así sea. —rió despreocupado.

Claro, porque no es a él a quien le pasa estos dramas.

—Hablando del rey de Roma...

—JiMin. Ahí viene. —dijo SunKo, y fue su nombre lo que llamó mi atención.

Curiosa de saber si ya hoy su estado de ánimo había cambiado, quise mirar. Sobre el hombro de HoSeok lo vi, vi a JiMin ingresar desde la entrada con un andar lento y su cabeza abajo, metido en su mundo. Su mirada todavía era la misma de ayer, y me lastimaba saber que estaba tan molesto por mi culpa, molesto conmigo. Nada había cambiado.

Esto me estaba matando. A pesar de todo lo que me había dicho ayer, yo sabía que era la ira hablando, pero comienzo a perder las esperanzas. Aquello que tanto temía estaba sucediendo. Tal vez no fueron todos, pero estaba perdiendo la amistad de una persona importante, nuevamente por el simple hecho de querer a alguien. Y sé que está mal que JungKook tenga novia, es totalmente cuestionable, entiendo que JiMin esté en contra de ello, ¿pero en vez de hablar conmigo es más fácil gritarme y odiarme?

Sabía que sería en vano intentarlo, pero cuando estaba llegando a nosotros, actué involuntariamente, no pensé en lo que iba a hacer. Me separé de HoSeok y quise hacerle frente. Aún afectada y con ganas de llorar, supongo que estoy demasiado negada a que las cosas con él quedaran tan mal.

JiMin es un buen amigo y siempre me demostró estar dispuesto a estar para mí en lo que sea. Él vale la pena.

Aún recuerdo como, a pesar de estar molesta con ellos, lloraba por lo indiferentes y fríos que fueron mis amigos de toda la vida cuando quise quedarme con la persona que amaba. Recuerdo las risas de algunos cuando Liam me dió esa paliza. En ese momento me di cuenta de los monstruo con los que estaba conviviendo, pero de todas formas les lloré en silencio.

Pero JiMin no era un monstruo. JiMin tiene verdaderas razones para no quererme con JungKook, porque él quiere protegerme y piensa que es peligroso. JiMin no quiere que sufra. Por eso vale la pena pararme frente a él, con esta apariencia tan débil y lamentable, y por tercera vez intentarlo. Sé que muy probablemente no obtenga nuevos resultados, pero mientras pueda, haré todo lo posible por recuperar a mi JiMin.

Su expresión no cambió cuando sus ojos cayeron sobre mí. Me sentía pequeña e intimidada con aquella mirada, mientras yo le rogaba que me escuchara aunque sea un minuto.

—JiMin...

Pero al tenerme frente a su paso, con rapidez y evitandome la mirada, me esquivó. Corrió los ojos de mí y movió bruscamente su hombro, como si cualquier tipo de contacto conmigo le fuese desagradable. Entonces sentí mi pecho doler por tan cruel rechazo. No dijo ninguna palabra, ni siquiera me toco con alguna intención de empujarme; me evitó totalmente.

Mis hombros de desplomaron mientras veía su espalda alejarse y perderse entre los estudiantes del pasillo, sin siquiera detenerse o voltear a verme.

Me pareció irónico, porque el silencio de un chico que conocí este mismo año, me dolió más que los golpes de quien fue mi mejor amigo de toda la vida.

—Agh... Iré a hablar con él. —refunfuñó YoonGi yendo detrás de él.

—Me odia... —susurré.

...

Durante el día me sentí incómoda, incluso en mi salón, lugar que ni siquiera comparto con JiMin. HoSeok y EunRin lo notaron, notaron que yo no me sentía bien e intentaban distraerme de él, lo único que rondaba en mi mente, preguntándome una y otra vez cuándo terminaría esta tortura. Hasta el profesor de historia había notado mi mal estado anímico cuando no interrumpí en ningún momento su clase para decir alguna tontería.

Entonces HoSeok hizo su más grande intento y me dijo que a cambio de que dejara de estar tan deprimida, me compraría lo que yo quisiera en la cafetería. Y bueno, supongo que me pude permitir ser feliz y estar despreocupada unos momentos.

Cuando sonó el timbre de receso fuimos por SeoHyun y ya juntos nos dirigimos a la cafetería. En un principio no teníamos idea de dónde estaban YoonGi y SunKo, pero para nuestra sorpresa los vimos hablando con JiMin en la mesa que típicamente usamos nosotros.

—¿Deberíamos ir? —preguntó Rin preocupada.

—¿Prefieres primero ir a comprar algo para comer? —HoSeok se dirigió a mí— Vamos, te compraré lo que quieras.

—Sólo quiero un jugo. —dije sin apartar la vista de JiMin, aunque él no había notado mi presencia.

—Hey, recuerda, nada de caras largas. —me señaló— Hicimos un trato.

Sonreí débilmente y asentí dispuesta a intentarlo. Después de todo no quería arruinar aún más el ambiente.

Esperé con toda la paciencia del mundo a que ellos compraran lo que quisieran comer. Iríamos a esa mesa, pero la verdad es que yo no estaba ansiosa por ir. Entendía que JiMin no quisiera hablarme, supongo que es mejor a que me grite, así que por lo menos iba a tratar de actuar normal, uno ignorando al otro.

HoSeok me dio un jugo de naranja, justo mi sabor favorito, y le sonreí agradecida. En ese momento los cuatro nos encaminamos a esa mesa, ellos saludaron a todos al llegar y yo me mantuve callada sonriendo falsamente. Lo intenté, pero me era difícil disimular y terminé mirando a JiMin, el cual me correspondió con una mirada severa y molesta. Me fulminó con ella algunos segundos, mientras yo trataba de demostrarle con la tristeza en mis ojos que no venía con intenciones de pelear o discutir. Pero estando a punto de sentarme, JiMin no se vio contento con tenerme en su misma mesa, y tomó sus cosas, decidido a irse.

Inevitablemente presioné mis dientes y tensé mi mandíbula. Yo estaba intentando no hacer las cosas más incómodas para el resto, pero JiMin no estaba colanorando. Okey, entiendo que esté molesto, ¿pero es necesario actuar de esta forma? Es tan fácil como ignorarme.

—Descuida. —lo interrpí en medio de su acción— No necesitas irte.

Debía disculparme con HoSeok por no poder hacerlo, pero lo único que hice fue dejarle la botella de jugo sobre la mesa y dar media vuelta para irme.

No pretendía soportar que me tratase como si fuese algún tipo de plaga del que tenga que escapar.

—¡Cleo June! —la voz de HoSeok resaltó entre los variados llamados de los chicos.

Apenas atravesé la puerta de la cafetería aumenté mi velocidad, las lágrimas estaban a punto de caer. Otra vez me sentía destrozada, y justo hoy JungKook no había venido, así que no podía esperar consuelo de su parte. Tampoco pretendía llamarlo cuando se supone que está descansando.

Caminaba a una alta velocidad, casi a punto de estar corriendo. Me era bastante fácil ir tan rápido cuando los pasillos estaban tan vacíos. Quería llegar lo antes posible al baño, me negaba a llorar frente a todos en el pasillo, aunque cualquiera que me viese la cara se daría cuenta de lo mal que estaba, y por eso trataba de arreglar constantemente mi cabello para disimular un poco.

Doblando en un pasillo choco con el inesperado cuerpo de un chico, y al levantar la cabeza lo confirmo. Pero no era cualquier chico, era Kim TaeHyung quien frente a mí.

Este chico me cae bien.

TaeHyung me miraba con completa indiferencia, sin emoción alguna. Pero creo que lo desconcertaba verme en este estado, porque lo veía alzar una ceja.

—Lo siento. —fue lo único que dije en un tono muy bajo y lo esquivé para seguir avanzando.

—Hey, —su llamado me había tomado desprevenida, pero de todas formas me detuve a mirarlo— se te cayó. —en su mano sostenía mi pendiente, uno de los que JungKook me había regalado.

Mi primera reacción fue tocar mis orejas, confirmando así que efectivamente se me había caído a mí. Pero claro, no cualquiera tiene un diseño tan peculiar como esos, hasta a Kim parecía llamarle la atención debido a la forma en que lo miraba.

Mierda, no puedo perder esos pendientes así.

Me volví a él y tendí mi palma. Un pequeño miedo se había apoderado de mí, porque se supone que estoy en guerra con JungKook, eso implica no simpatizarle mucho a su mejor amigo. Por un momento me preocupó que él no quisiera devolverlo, pero sorprendentemente, sin intenciones de pelearme, TaeHyung dejó el pendiente en mi mano.

—Gracias.

Apenas le agradecí quise desaparecer de su vista. Eso había sido raro, pero no me quitaba las ganas de llorar.

Cuando llegué al baño maldije que estuviese lleno de chicas, por lo que tuve que darme media vuelta he ir a otro lado. Sin embargo, ya no podía aguantarlo, sólo quería llorar de una vez y en paz. Caminé tan sólo un poco más, hasta que me dejé caer sentada en el pasillo, justo a un lado de una maquina expendedora que por lo menos me ocultaba un poco. Ahí sentada abracé mis rodillas y oculté mi rostro en ellas, totalmente derrotada.

Soy tan estúpida. —dije a mis adentros y apenas lo pensé las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos.

No paraba de responsabilizarme por todo, y es que sí era mi culpa. Esa noche no debí beber, no debí abrir la boca. Todo era culpa de mi cumpleaños. Ahí tenía otra razón para odiarlo.

¿Por qué no puedo estar en paz y ser normal? Yo sólo quiero estar con JungKook, pero todo parecía estar empeorando. Ahora JiMin me odia, no puede verme ni en pintura. Y después estaban todas las inseguridades y conflictos internos que reprimo con respecto a JungKook. Lo quiero, estoy enamorada de él y... quiero muchas cosas con él. Pero él no termina con HaNuel ni me dice nada al respecto de ella, entonces me siento frustrada y confundida.

Genial, algo más por lo qué llorar; HaNeul.

Todo sería mucho más fácil si terminaran de una vez. ¿Qué estaba esperando JungKook? ¿Qué estoy esperando yo para decirle? Pero ¿y si se lo digo y no quiere terminar con ella? Y si no se lo digo... ¿él mismo tomará la iniciativa?

Comienzo a frustrarme cada vez más. Detesto que las cosas sean tan difíciles. Comienzan a hartarme tantos problemas.

Sólo quiero un abrazo.

—Hey. —la irreconocible voz de alguien frente a mí me hizo levantar la cabeza. Ni siquiera había oído cuando esta persona se me había acercado.

—¿KiHyun? ¿Qué haces aquí?

—Te vi llorando como alma en pena y dije «hey, quiero burlarme de ella». —sonrío burlón, pero esta vez yo no me sentía de humor para pelearlo o enojarme. Supongo que notando mi patético estado él se apiadó de mi y se agachó para estar a mi altura— Hace tiempo no hablamos.

—Sí... Desde el campamento. —bajé ligeramente mi rostro avergonzada de estar así frente a él.

—¿Estás así por Jeon? La última vez que te vi tan triste era por él. —no contesté porque sinceramente no sabía si decir «sí» o «no». Podría decirse que todo esto sí es por JungKook, pero no porque el haya hecho algo malo. Bueno, ignorando el hecho de que está con HaNeul. Entonces oigo suspirar pesadamente a KiHyun, porque claro, las chicas chillonas y en general lo fastidian— En realidad... Jeon hoy no vino y tus amigos se estaban preguntando dónde estabas. Tal vez no te diste cuenta, pero el receso terminó hace como quince minutos.

Levanté la mirada para encontrarme con la suya que, sonará loco, pero parecía que sentía lástima y algo de preocupación por mí.

—¿Viniste a buscarme?

Una pequeña sonrisa agradecida surcó mis labios, habiéndome parecido tierno su gesto, pero aquello pareció crisparle los nervios.

—Te dije que vine a burlarme, mocosa de mierda. Una cosa no quita la otra. —contestó en su ya usual tono agresivo, provocándome una risa interna. Él bufó y se sentó a mi lado sin quitarme la mirada de encima— ¿Entonces, Jeon y tú?

—Es raro.

—Pero explicate, imbécil.

Ay, este idiota...

—Somos... algo, pero no sé qué. Bueno, sí. Somos amigos, pero nos tratamos como novios. Me... —resoplé tratando de disimular la vergüenza— Él me dice muchas cosas lindas que me encantan. Él dice que me quiere. Pero... al mismo tiempo... él sigue siendo novio de HaNeul. No entiendo por qué no ha terminado con ella si me quiere tanto.

—¿Y tú qué crees?

—No tengo idea. —resoplé frustrada volviendo a esconderme entre mis brazos— Quiero creer que me quiere.

—En realidad no los conozco, así que no tengo forma de darte una respuesta. Lo que considero seguro es que JungKook no está jugando contigo. Él no es un tipo con fama por andar con muchas chicas y siempre ha sido hostil con quienes no pertenecen a su círculo. Dudo que esté contigo y joda su relación sólo porque quiera divertirse.

Eso era tranquilizante de oír, pero a la vez confuso. ¿Entonces qué estaba pasando?

—De hecho, discutí con JiMin por eso. Se enteró de... Bueno, JungKook y yo. Y dijo que JungKook no me tomaría en serio.

—¿Y cómo se enteró? ¿Eres tan idiotamente descuidada?

Retiro lo dicho, incluso en esta situación KiHyun era hartante y molesto. Se supone que estoy triste, pero el tipo llega al punto de provocarme un tic en mi ojo derecho.

—¡Basta, KiHyun! —levanté la cabeza para dedicarle una de mis miradas fulminantes— Eso no importa, ¿okey? El punto es que JiMin me odia.

—¿Y por eso estabas llorando?

Tímidamente asentí, ya que el brusco cambio de emociones me provocaba má vergüenza.

Suspiré recordando todo lo que había pasado desde mi cumpleaños con él y cada palabra que me había dedicado con tanto odio y decepción. Gracias al cielo, luego de tanto llorar, me sentía más relajada, así que podía pensar en ello tranquilamente. Claro que eso no me quitaba del todo los nervios y comencé a jugar con mis dedos.

—Me gritó y me dijo... cosas que en serio me hicieron sentir mal. Dijo que lo decepcioné por no valorarme a mí misma y andar con un idiota. Y ahora ya ni me dirige la palabra. —mordí mi labio inferior al recordar tal indiferencia cuando hace unos días eramos los mejores amigos— Me siento tan...

—Mira, —interrumpió— si yo tuviera una amiga que está con un chico... que ya de por sí es problemático y que para peor tiene novia... Tal vez es entendible que Park se moleste un poco. Pero yo tampoco pretendería controlar su vida. Así que, creo que quien está mal es él.

—Pero... Tal vez... Tal vez yo no controlé correctamente la situación.

—¿Acaso alguno de tus otros amigos se enojó contigo? —inmediatamente negué con la cabeza— Entonces, ¿por qué te te empeñas en creer que Park puede estarlo?

Vaya... eso sí me hacía pensar.

—Es distinto. Él estuvo en ese grupo y...

—Y sus problemas son suyos, idiota. —dio un golpe en mi cabeza— Tu no tienes nada que ver en el pasado de Park, así que puedes hacer lo que mierda quieras. No afectas la vida de nadie.

Waw, KiHyun por fin estaba abriendo la boca para decir algo útil que me hiciera sentir mejor.

—Bueno... en realidad me estoy entrometiendo en una relación.

—No, claro que no. Tu no te estás entrometiendo, JungKook dejó que todo esto pasara, y si lo hizo es porque es lo que quiere.

—Pero él...

—No olvides algo, Kim, —me miró seriamente— y es que HaNeul es una maldita victimista manipuladora. Que no te sorprenda si resulta que al darse cuenta que su relación con Jeon pende de un hilo haga lo que sea para retenerlo con ella.

Aquello me había hecho recordar y regresar al campamento, cuando, según KiHyun, HaNeul había llegado llorando con JungKook. Y aunque no me imagino a esa loca llorandole a alguien, tal vez es más dependiente de JungKook de lo que parece.

¿Eso debería tranquilizarme? ¿JungKook no ha terminado con ella por sentir alguna especie de culpa o lastima?

Da igual si él la ama o no... ¿sería capaz de dejarme sólo por un llanto de ella?

Mierda... Esto me estaba enloqueciendo aún más.

...

La compañía de KiHyun me había sido de gran ayuda y agradecía que él se hubiese salteado clases por estar conmigo dando apoyo moral. O bueno, al menos daba su mejor esfuerzo. La mayor parte fueron agresiones verbales a mi persona.

Había estado ignorando los mensajes de mis amigos porque simplemente no quería tratar con nadie ahora mismo. Por ello, estando al borde de un colapso mental, llamé a mi madre porque quería irme lo antes posible de aquí. Sólo fue necesario chantajear y rogar por haber sido mi cumpleaños con algunos métodos de mi excelente actuación tratando de dar lástima. Entonces ella se encargaría de llamar al director y tras tener su aprobación ya podía marcharme felizmente.

Sentí un gran alivio cuando me alejé de ese lugar. Les juro que sentía la mala vibra de JiMin en todo el edificio, como si su mirada juzgante estuviese por todas partes mirándome constantemente a través de las paredes.

Espero que al menos esté feliz el resto del día porque le di lo que tanto quería, no verme la cara por ningún motivo.

Como sea, no quiero pensar en él ahora. En cambio, prefiero centrar mis pensamientos en JungKook. A pesar de haber llorando también por él y el aumento de mis inseguridades, quería sus abrazos. Quería volver a ignorar todo lo malo, como normalmente suelo hacer, y quedarme sólo con los buenos momentos que paso con él a mi lado. Y es que un simple abrazo de ese chico me recompone de todo.

Me pregunto si seguirá dormido.

Ahora que lo pienso, él dijo que vendría a buscarme. Debería avisarle que...

El inesperado ruido de un motor que disminuía la velocidad al pasar junto a mí llamó mi atención, y lo reconocí de inmediato cuando se estacionó a un lado de la vereda. Inevitablemente reí a lo bajo cuando retiró su casco y dejó ver su cabello despeinado por este mismo.

En serio, muchos lo creen tan rudo, ¿pero nunca vieron como le queda el cabello y la carita cuando se quita ese casco?

Entonces él volteó con una pequeña sonrisa que se hizo más grande con sólo verme.

—¡Jeoni! —exclamé con adoración a su presencia, esa que estuve necesitando todo mi día.

No demoré en ir de prisa hacia él y besarlo en medio de un abrazo.

Me había hecho tanta falta.

—Kimi. —dijo apenas nos separamos— ¿Cómo te fue hoy?

—Mejor de lo que creí. —traté de dar una sonrisa convincente para evitar preocuparlo, pero cuando se trata de mí parece que engañar a JungKook es más complicado.

Tomó una de mis mejillas obligándome a levantar la cabezas, así podría verme fijamente a los ojos al igual que yo, inevitablemente, miraba los suyos. Parecía estarme analizando y sólo diez segundos le bastaron para darse cuenta. Sus dedos pulgares pasaron delicadamente por mis parados inferiores como si quisiera limpiar las lágrimas que en todo este día derramé.

—¿Lloraste? Aún tienes los ojos hinchados. —se explicó al notar mi silencio y dándome a entender que no podría mentirle.

Amaba que fuese tan atento, pero justo en este momento no tanto. Sentía que hacerle saber lo mal que pasé este día por JiMin sería tirar a la basura todo su esfuerzo de ayer.

—No fue nada.

—¿Fue por Park? —nuevamente dio en el clavo, y yo guardé silencio— Tu madre me llamó para pedirme que viniera a buscarte ahora, por eso llegué tarde. Cuando llamó al instituto le dijeron que te saltaste clases. ¿Por qué? —rompí el contacto visual y bajé la vista apenada. Lo que él suponía era correcto. Pensé que me cuestionaría por no haberlo llamada, en cambio, nuevamente me abrazó y cubrió mi lamentado rostro en el espacio de su cuello—  Lamento no haber estado contigo cuando me necesitabas.

—Descuida. —me separé con una sonrisa, esta vez más genuina, ya que iba dedicada a él— Ya me siento bien. ¿Nos vamos?

—Sube. —indicó con un movimiento de cabeza mientras colocaba su casco.

...

—¡Llegué! —grité como comúnmente suelo hacer siendo seguida por JungKook detrás de mí, y rápidamente fui recibida por un abrazo de mi padre.

—Cariño. —se separó— Espero que la hayas pasado bien.

Forcé una de mis mejores sonrisas sin atreverme a pronunciar palabra alguna de la catástrofe que resultó ser mi cumpleaños. Pero, okey, ya basta, Cleo June. Pasado pisado. Sólo debo pensar en mi cena de cumpleaños que es cuando Cassidy levanta el trasero y cocina lo que a mí más me gusta. Así que, no es momento de pensar negativo.

Adivina quiénes están aquí. —oí a mi madre que desde la puerta de la sala hacía una señal con sus dedos para que la siguiera.

Sorprendida la miré, porque nunca recibimos visitas. No se me venía a la mente quiénes podrían ser.

¿La novia de Cereales? Siempre supe que ese loquillo le maulla en las ventanas a su amor prohibido.

No, Cleo June.

¿Y por qué hablamos en inglés? —pregunté apenas entré a la sala, y en respuesta a mi pregunta ella señaló a mi izquierda. Me llevé un susto al verla ahí con su característica sonrisa de oreja a oreja para luego dar paso a un pequeño estado de shock— ¿Tía?

¡Junii! —gritó ella emocionada y sin borrar su gran sonrisa vino a abrazarme. Yo, estando aún sorprendida por su inesperada visita, no me moví— Cariño, feliz cumpleaños. —se separó y tomándome ahora desde mis mejillas me miró de arriba hacia abajo con sus ojos bien abiertos de la felicidad— Estás tan grande y hermosa. Ya diecinueve años.

Yo también la veía sintiendo como sutiles lágrimas hacían picar mis ojos, pero sin llegar a llorar. Hacía tanto tiempo que no la veía. Entonces miré a mamá, quien se veía conmovida por la escena.

Sorpresa. —cantó agitando sus manos.

Yo... ¿Cuándo...?

Llegamos justo hoy. —respondió sin siquiera tener yo que formular la pregunta— Queríamos sorprenderte cuando regresaras de clases.

¿Llegaron? —ladeé la cabeza.

Cuando la tía Clarity se apartó y vi quién más estaba frente a mí, esa pregunta había sido respondida. Mis ojos se abrieron de par en par, sorprendidos de verla después de tanto tiempo y... de esa forma.

Hola, Cleo June. —saludó ella con una sonrisa, sacudiendo su mano de un lado a otro— Feliz cumpleaños.

No puedo creer que me sonría después de todo lo que he hecho.

Gracias. —contesté en un tono más bajo, sabiendo que las felicitaciones de su parte no me las merecía.

Aileen ya tiene vacaciones de verano en Estados Unidos, y ya que es tu cumpleaños quisimos venir a verte.

Volví mi vista a la tía Clarity, que me sonreía de la misma forma que de pequeña siempre lo hizo, con cariño y adoración, como todas esas veces en las que ella me decía que yo era su sobrina favorita, cuando en realidad soy la única. La tía Clarity siempre me quiso tanto...

La culpa que por tanto tiempo había sentido, hoy y en este mismo momento se intensificaba más que nunca.

»¿Y el muchacho tímido que se esconde detrás de ti?

Por un segundo me había olvidado de que JungKook estaba aquí. Salí de mis pensamientos al voltear a verlo y recibir su cálida sonrisa.

Me aparté y estaba a punto de presentarlo, pero él se me adelantó.

Soy Jeon JungKook. —tendió su mano en modo de saludo.

Uh lala. Ese inglés es muy avanzado, Jeoni.

Un gusto, JungKook. Soy tía de Cleo, mi nombre es Clarity Charter y ella es mi hija Aileen. 

Un gusto conocerte. —saludó ella de la misma forma y JungKook se acercó para corresponderle.

Igualmente es un gusto conocerlas a ambas.

Mírenlo nada mas. Educado y sonriente.

¿Entonces tú eres el novio de mi sobrina?

Mis nervios se alteraron con esa pregunta y hasta sentí un brinco de mi corazón. Era vergonzoso que preguntara eso, para peor en frente de mis padres.

Pero sobretodo no podía evitar pensar cuándo me pediría él algo como eso. Claro que primero debe terminar con HaNeul pero... ¡Agh! Qué estrés.

Así es. —afirmó alegre y sonriente él.

Cómo me encantaría que fuese cierto.

Tu madre me contó que había un chico especial en tu vida. Es muy apuesto. Qué feliz estoy por ti. —nuevamente recibía uno de sus asfixiantes abrazos de felicitaciones.

¿Le contaste a la tía Clarity? —la miré molesta.

Ella me pregunta por ti y yo le respondo.

No seas tímida, Juni. Sabes que con tu tía hay confianza. —dijo dejándome respirar por fin y guiñandome un ojo.

Siento que voy a estallar en cualquier momento, mi cara debe estar roja.

Afortunadamente mi madre vino al rescate y apartó a la tía Clarity de mí.

Ya, déjala respirar un poco. —tomándola de sus muñecas comezón a llevarla en dirección a la cocina.

¡Es mi sobrina, Cassidy! —luchaba ella contra la superior fuerza de mamá, ya que prácticamente la arrastraba. Extrañaba sus peleas de hermanas— ¡Cassidy!

—Ve a cambiarte, Cleo, y luego baja al patio. —dijo antes de irse junto a mi tía.

Mi sonrisa entretenida se borró al darme cuenta que aún tenía a Aileen justo en frente, quién también había dejado de mirar la pelea de esas dos y levantó su vista a mí.

Había cambiado bastante, aunque aún conservaba esa apariencia tan delicada. Pero esos ojos marrones que me veían desde más abajo me seguían llenando de culpa, porque recordaba que las últimas y mayoría de veces que los vi estaban llorando. Yo la hacía llorar. Y aun así se muestra igual de sonriente y gentil que siempre ha sido conmigo.

¿No me iba a decir nada? ¿Ni siquiera un insulto? Mírame mal, por lo menos. Me lo merezco.

Pero no, lanzó una de sus pequeñas sonrisas tímidas. Inevitablemente correspondí algo incómoda el gesto.

—Vamos, Kookie. —quise alejarme de una vez, así que tomé su mano y tan rápido como pude fui a las escaleras junto a él.

Apenas entré a mi habitación dejé ir un nervioso suspiro. Había pasado un mal momento de tensión ahí. No pensé que volver a verlas me iba a costar tanto. Pero claro. ¿Cómo no me iba a carcomer la culpa viendo a Aileen en ese estado? ¿Cómo no iba a sentirme una basura al abrazar y sonreír a la tía Clarity?

Llevé mis manos a la cabeza sintiendo como ese mal sentimiento y los horribles recuerdos se intensificaban, jalando mis raíces en un inútil intento de que desaparezcan.

—¿Estás bien? —escuché a JungKook a mis espaldas.

Otra vez esos miles de pensamientos me nublaban tanto que me hacían olvidar su presencia.

Entonces bajé mis manos, queriendo ocultar mis nerviosos dedos detrás de mí.

—De maravilla. —sonreí, deseando que JungKook no volviera a detectar la falsedad en mi cara— Sólo... me emociona mucho verlas.

Rápidamente le di la espalda y fui directo a mi armario a buscar algo de ropa. Mientras menos me viera la cara, menos notaría mi inquietud.

—Tal vez sea algo desubicada la pregunta, pero... ¿qué le pasó a la chica en silla de ruedas?

¿Por qué justo esa maldita pregunta?

Mi estómago se revolvía al ya saber la respuesta y me hacía sentir ligeras náuseas.

No quería hablar de eso ahora y esa pregunta sólo generaba un molesto nudo en la garganta. No sentía que este fuese el momento para explicarle las estupideces que hice a JungKook, no podía revivir en palabras aquel momento cuando estaba apunto de cenar junto a ellas.

—Tuvo un accidente. Y ya no puede caminar permanente. —fue lo único que dije sin siquiera mirarlo y esperé no sonar nerviosa.

—No parecías muy feliz de verla.

Concretamente en esta situación maldigo que cualquier detalle de mi parte fuese captado por JungKook. Es decir, el tipo estaba a mis espaldas y se dió cuenta de todo.

Queriendo evitar a toda costa que siguiera indagando, solté una risa que lamentablemente sonó algo nerviosa.

—Por supuesto que estoy feliz. —hablé en un tono más animado— Ya te dije, me emociona mucho y... la visita fue muy inesperada. Hacía tiempo no las veía. Sólo eso.

Sin vergüenza y con toda la confianza del mundo bajé la falda del uniforme para seguidamente desabrochar los botones de la camisa, sin esperar a que la virgen histérica de JungKook entrara en pánico.

—¿¡Qué estás haciendo!?

Cuando volteo a verlo veo que mira hacia otro lado y a sus orejas comenzar a teñirse de rojas.

—¿Qué? Deja de hacerte el inocente cuando me metes la mano debajo de la ropa todo el tiempo. Estamos en confianza.

Me parecía ridículo que reaccionara así cuando duerme conmigo estando prácticamente en ropa interior. Pero luego de decirle aquello lo veo tragar duro y titubear en su intento de mirarme.

Mierda, ¿A cuantos grados está su cara como para verse tan roja?

No lo entiendo, a veces es un virgen y otras veces un alzado.

Suspiré sin querer seguir perdiendo mi tiempo en esperar a que se diera cuenta que no se iba a morir por ver a una mujer en ropa interior. Estaba a punto de comenzar a vestirme cuando habló

—La ropa interior rosa te queda bien.

Inmediatamente se ganó una mirada asesina. Lo había sentido una burla, porque él sabe perfectamente que esto no me gusta.

—Vete a la mierda.

—Pero... de verdad te ves hermosa... ¿Esa sudadera es mía?

—Corrección, —dije terminando de colocarme esa prenda que hacía tiempo olvidó aquí— era tuya.

Sólo tuve que ponerme unos pantalones y calzarme con mis botas... ¡Taran! Estoy lista.

Él se hace el tímido, pero estoy segura de que lo disfrutó.

—¿No te vas a cambiar tu...?

Dios... Hasta le da vergüenza decir "ropa interior".

—A esta altura me da flojera. Además, tus ojos de virgen no aguantarían algo tan explícito. —le sonreí con burla y su cara ya era un completo chiste para mí— Vamos, guapo. —dije luego de tomar su mano y llevarlo conmigo.

Jeon JungKook

Algo no anda bien con Cleo June. Podrá ser una mentirosa compulsiva y salirse con las suya tantas veces como quiera, pero hay cosas que ella no puede ocultar, sobretodo a mí. Es evidente cuando la sonrisa de Cleo es o no es real.

Y mierda, otra vez no. Sólo quiero que la pase bien en su cumpleaños.

Me senté a su lado en la mesa donde yacía su familia. Su madre incluso había preparado de sus comidas favoritas: pura carne. Al observarla de reojo vi una pequeña sonrisita de su parte, y eso en parte me alegraba, pero también me daba cuenta que no se atrevía a levantar la cabeza.

Entonces comencé a prestar atención a mi alrededor, a las recientes visitas exactamente. Su tía es algo habladora, alegre y bromista, muy opuesta a su hermana que de vez en cuando debía decirle que deje de ser tan escandalosa. Me daba unos aires a Cleo June. Incluso si tuviera que adivinar pensaría que ella es su madre. Y por otro lado estaba su prima, más silenciosa y tímida, pero participaba en la conversación.

Ninguna de las dos parecían malas personas, incluso su tía parecía querer demasiado a Cleo.

Aun así, había algo que estaba incomodando a Cleo y debía estar relacionado con la visita de sus familiares, estoy seguro. Bajo la mesa sus dedos no paraban de moverse y de vez en cuando elevaba la mano para retorcer o jalarse mechones de cabello, pero ella trataba de lucir natural.

Yo ya había tratado de hablar con ella y está bien si no se sentía bien para decírmelo, debía haber alguna razón. No iba a mentir, la curiosidad me mataba al igual que mi incapacidad para ayudarla. Pero algo debo hacer, aunque sea algo tan simple como tomar su mano.

Ella se sorprende y mira a su pierna, dónde descansaba su mano que ahora era cubierta por la mía, y luego a mí. Le sonrío dulcemente con toda la intención de tranquilizarla, de decirle que todo estaría bien, sea lo que sea que la perturbara tanto.

¿Y cómo se conocieron tú y tu novio? ¿Mmh?

¿Cómo nos conocimos? Pues...

«Si yo salí de un circo, tú de un zoológico, animal»

«No me da miedo golpear a una mujer»

«¡Idiota!»

«No dejo que nadie me llame perro ni rata y siga como si nada»

«Me pides a gritos un golpe, ¿verdad?»

«Juro que romperé tu moto en pedazos»

«Toca mi moto y lo que quedará hecho pedazos serás tú»

Eh... Pues, verás... —Cleo June estaba en blanco igual que yo, sin encontrar la forma correcta de explicarlo.

Ella me miró buscando ayuda de mi parte, entonces intervine.

Fue un... primer encuentro algo intenso. —traté de no hacerlo sonar mal. Porque ¿cómo se supone que diga que...?

Se agarraron a golpes en medio de un pasillo.

Bueno... Eso.

¡Mamá!

Su tía soltó una fuerte carcajada y dio un golpe sobre la mesa.

Eso es tan tú. —señaló a la señora Kim— ¿Recuerdas que le hacías la vida un infierno a Heon? ¿O cuándo llamaron a mamá porque le rompiste el brazo a Jordan?

También golpeó a Sindy. —añadió el señor Kim.

No estamos hablando de mí.

Y así es como se amaron por el resto de sus días. —rió mirando a la pareja para luego dirigirse a Cleo— Se nota que eres una Charter, nosotras no podemos iniciar relaciones de formas normales.

Sí... Bueno... —me miró algo avergonzada, y admito que yo también lo estaba. Ambos nos dedicamos una pequeña sonrisa tímida mientras por debajo de la mesa entrelazamos nuestras manos.

Supongo que no soy el único que viene de una familia rara. ¿Les parece normal la forma en la que nos conocimos, a golpes?

Bueno... yo no soy normal, y Cleo June tampoco. Supongo que en parte por eso me encanta tanto.

Y por lo que me contaste Aileen no se queda atrás. —comentó su madre.

Oh, sí. El novio de mi niña es un chico tan amable y correcto. Lo conoció porque casi lo tira accidentalmente de unas escaleras cuando no lograba controlar bien su silla.

Mamá... —rechistó avergonzada.

Bajé la mirada al notar como Cleo June apretaba con más fuerza mi mano, y vi que también estaba temblando. Ella nuevamente agachó la cabeza ocultando su rostro com su cabello. Estaba nerviosa e incómoda otra vez, pero no entendí por qué.

...

—Cleo, ¿me dirás lo que sucede? —pregunté luego de entrar ambos a su habitación y me aseguré de cerrar la puerta. Pero ella permanecía en silencio mientras de espaldas a mí y sentada sobre su cama se desvestía— Cleo June.

—Sólo quiero dormir, Jeon. —arrojó sus botas, sus preciadas botas a un costado como si no le interesaran y notandose algo molesta.

Luego de quitarse sus pantalones, quedando únicamente con mi sudadera como siempre suele hacer, sólo se levantó y mientras llevaba sus manos a su rostro dejó ir um fuerte suspiro.

—Cleo...

Cuando comencé a acercarme a ella noté como sus hombros temblaban ligeramente. Antes de poder llegar a abrazarla ella ya había volteado, mirándome con sus tristes y llorosos ojos.

Lo estaba necesitando, ella necesitaba ese abrazo. Me necesita.

No pregunté, no quise seguir presionandola únicamente para hacerla sentir peor. Sólo la abracé. La protegí entre mis brazos con todas mis fuerzas y la dejé llorar en mi hombro, ahogando sus fuertes jadeos para que nadie los escuchara.

—Yo le hice eso, JungKook... Yo le hice eso. —dijo con dificultad en medio de su llanto.

Quedé en silencio tratando de entender por qué me decía ello y qué significaba.

—¿Cleo...?

—Yo la dejé en esa silla... Fui yo. Fue mi culpa.

¿Su prima? ¿Hablaba de su prima?

Ya era entendible su comportamiento durante toda la noche, sus nervios y su incomodidad. No sé exactamente nada, pero creo que puedo entender por lo que pasa, y puedo suponer que nadie en su familia lo sabe. No son nervios, es arrepentimiento. No es incomodidad, es culpa.

Maldita sea. ¿Justo en su cumpleaños debía pasar algo como esto? Otra vez se estaba culpando de cosas horribles, primero con Park y ahora con... esto.

—Está bien. Está bien, linda. —susurré acariciando su cabello.

—JungKook...

No... No. No quiero. Estoy harto. Detesto que ella sufra.

La cargué entre mis brazos como si fuese una princesa y la llevé conmigo hasta la cama, donde me senté dejándola a ella junto a mí, pegada a mi pecho. La rodeé con uno de mis brazos con tal de hacerla sentir protegida en todo momento, mientras que con el otro sostenía su mejilla para dejarle caricias y limpiar las lágrimas que seguían cayendo.

—Hermosa, mírame. —levanté su cabeza sin apartarla de mí— Entiendo que te sientas... así. Sabes yo lo entiendo perfectamente.

—JungKook... JungKook, hice cosas horribles. —jadeó con leves sollozos.

—Está bien. Yo también las hice, y tu me quieres a pesar de ello. Yo también te quiero. —le sonreí para tranquilizarla y besé delicadamente su frente— Descuida, eso ya pasó. Eres maravillosa, Cleo June, y eso no va a cambiar para mí.

Y es que era cierto. Era imposible para mí ver a Cleo June de otra manera que no fuese fascinado y totalmente enamorado de... de... No lo sé. ¿Su ser? ¿su personalidad? ¿su belleza? ¿Había algo de esta chica que no me haya enamorado? Porque hasta sus mentiras y formas de fastidiarme me encantaban.

—Pero... Es que...

—Sé cómo te sientes. Sé que es horrible. —la interrumpí— Este no ha sido el mejor cumpleaños, ¿verdad?

—Sólo tú lo has hecho maravilloso. —sollozó en mi pecho, y me hacía tan feliz al ver que su llanto estaba cesando.

—Siento tanto que la estés pasando tan mal.

—No es tan malo si estás conmigo. —bajé mi mirada y noté el hermoso brillo en sus ojos al verme, ocasionado en realidad por las lágrimas, pero era un lindo detalle en su mirada— ¿En serio merezco estar con un chico como tú?

Qué curioso, yo siento que es al revés. ¿Acaso yo me merezco a una chica como ella? Porque para mí sigue siendo un hermoso ángel.

—Yo tampoco soy la mejor persona del mundo. Y tampoco me interesa serlo. —me encogí de hombros desinteresado— Sólo quiero ser bueno para ti —sus mejillas sonrojadas me hicieron sonreír. Y es que es tan hermosa— Cause nothing can ever, ever replace you. —canté suavemente para ella.

—¿Eso es Justin Bieber? —sonrió.

Nothing can make me feel like you do. —dejó ir una pequeña risita y se acurrucó sobre mi para escucharme atentamente— There’s nothing like us, there’s nothing like you and me. Together through the storm.

••••
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Estas no son las vacaciones chidas que me imaginé 💀

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