bad boy โ”โ” [#1] jeon jungkook

Autorstwa thebidoom

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โ”โ”๐—•๐—”๐—— ๐—•๐—ข๐—ฌ โel chico malo no era tan maloโž Jeon JungKook quiere esconder sus problemas detrรกs de su fa... Wiฤ™cej

ใ€Œ BAD BOY ใ€
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Autorstwa thebidoom

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Jung HoSeok

—En serio, JiMin, no me imagino por qué la mujer no te hace ni caso. —el pelinegro le había dedicado una molesta mirada que le ordenaba a YoonGi a callarse— Sabes que es verdad.

Era expectante de otra de las tantas veces que YoonGi molestaba a JiMin con CJ, otra vez estaba con los nervios de que ella no le contestara el teléfono cuando habían quedado de encontrarse en el camino. JiMin estuvo a punto de ir hasta la casa de Cleo June de no ser porque SunKo se lo impidió diciendo que hoy volverían sus padres y que probablemente faltaría para recibirlos.

—¿Puedes cerrar la boca? —JiMin comenzaba a perder la paciencia con él.

—¿Quieres un consejo, Park?

—No.

—Sólo dile que te calienta más que tus tazas de té en la mañana, bésala, y llévatela a la cam...

—¡Por dios! —lo interrumpió desesperado— Ya te dije que mi intención no es acostarme con Cleo June.

—Ya lo sé; amas más tu virginidad que cualquier otra cosa.

—¡No soy...! No soy virgen. —bajó el volúmen de su voz al darse cuenta que estaba a punto de gritarlo.

Inevitablemente YoonGi y yo reímos de los altos nervios de JiMin y su cara que cada vez se enrojecía más. En cambio, él resolló molesto, especialmente con YoonGi, y dedicándole una mirada de muerte. Debía darle créditos, porque ver a JiMin cuando se cabreaba era algo que se disfrutaba bien, y por lo pequeño que es era como ver a una ardilla rabiosa.

—Besar a una chica en los labios no es lo mismo, Park. —dijo luego de reírse unos momentos— ¿Sabes para que tienes un...?

Okey, okey. —lo frené— Ya se entendió.

Quería evitar que el lenguaje de YoonGi se fuese demasiado de lugar.

—Pero no soy virgen. —murmuró el otro.

YoonGi me miró y mientras rodaba sus ojos agregaba con sus dedos comillas a las palabras de JiMin. Adoraba ver a estos dos discutir a pesar de lo vulgar que era el lenguaje de YoonGi.

—No estoy apoyando a YoonGi con la idea de... Bueno, ya sabes. Pero sí deberías decírselo de una vez.

Una fuerte risotada escapó de YoonGi.

—¿Enserio? ¿Enserio tú lo dices? —exajeró su carcajada con la cual se burlaba— No te hagas, HoSeok. Tu llevas tres años en jugar a la friendzone. Ambos son unos perdedores que no conseguirán nada hasta que se pongan los pantalones como un hombre de verdad. —sonrió fanfarrón, siempre orgulloso de su gran azaña de tener novia.

Para él es una gran azaña.

YoonGi era como ese niño malito que tras pasar el kinder presumía por haber besado a una niña.

—No me hables de pantalones luego de que te pusiste a llorar cuando te quedaste encerrado en tu auto. —interrupí sus alardes.

—Estaba todo cerrado, pude haber muerto asfixiado.

—Hubiera sido más inteligente buscar tranquilamente las llaves en el piso que ponerte a gritar como histérica.

—Sí, ajá. Como sea. Park, sólo usa tus encantos. —se dirigió al chico que había decidido pasar de la discusión para seguir marcando el celular de Cleo June. Estaba tan ensimismado en ello que ya las palabras de YoonGi no debían ni de llegar a sus oídos— Perdedor, no me ignor... Agh, olvídalo. Tú sí hazme caso, HoSeok, y salte de la friendzone.

—No estoy en la friendzone. —gruñí ya harto.

—Uy, hoy viniste agresivo. —carraspeó en un murmuro— Y dime, si no estás en la friendzone, ¿Dónde estás? —sonrió ladino al ver que no emitía respuesta. Bajó la cabeza y negó denotando decepción— Pobre muchacho tímido.

—¡Deja de hablar como un viejo sabio sólo por tener novia!

—¡Por lo menos tengo! —contestó mostrando ambos dedos medios.

—¡Jiminiee! —el pequeño grito de EunRin se escuchó desde la entrada e iba cantando el nombre del pelinegro hasta llegar a su lado.

Era tan hermosa. Lo era cada vez más a medida que su imágen se acercaba a nosotros y se paraba junto al pelinegro con sus mejillas rosadas por haber corrido. ¿Qué clase de pacto satánico se supone que haga para finalmente encontrar correspondencia? Porque a estas alturas parece la única opción.

Un codazo por parte de YoonGi me hizo regresar del paraíso en el que Rin me dejaba. Volteé a verlo y levantaba sus cejas a la vez que movía su cabeza en dirección a la chica. «Haz algo» era lo que entendía. Pero, ¿Qué hago?

—Rin... —tembló JiMin al decir su nombre trás verla con esa sonrisa enorme.

Claro, ya lo había olvidado. JiMin debía cumplir con su apuesta.

—¡Vamos, caballito! —gritó ella al estar siendo cargada por él en su espalda.

La cara de JiMin expresaba sufrimiento, pues cargar a EunRin de esa forma no era lo más cómodo del mundo. Ella no paraba de sacudirse y abrazar con fuerza el cuello de JiMin, al punto de que él pobre parecía ahogarse en ocasiones. Por más mortificante que se viera, quiero estar en su lugar. Ojalá haber apostado yo a EunRin a que no podía comerse todas esas albóndigas.

—EunRin. —la llamé sin siquiera saber que iba a decirle. Miré a YoonGi preocupado esperando ayuda de su parte y solo me mostró otro dedo medio. Cuánto te odio, Min— Ah... Te ves bonita.

—¡En serio! —sus ojos y boca se abrieron sorprendidos— Yo yo que pensé que mis nuevas coletas verdes no combinaban con mi pelo. —sonrió tranquilizada por ese pensamiento que parecía molestarle— Gracias por notarlo, Hobi. ¡Mochi, vamos a clases! —palmeó su hombro como si fuese un caballo y el pelinegro se puso en marcha.

—Eso fue patético. —rió YoonGi al ver a ambos marcharse.

Lo miré mal y procedí a irme de ahí dejándolo a él solo.

...

Choi EunRin

Llegar al salón de clase fue la confirmación de que Cleo June estaba con JungKook, puesto a que la presencia de ninguno de ellos se me era detectable. HaNeul, sus amigas y TaeHyung eran los únicos del grupo que estaban ahí, e inevitablemente me fijé en aquel chico.

Lindo. —fue lo que pensé al verlo concentrado en escribir algo en su cuaderno.

Lo miré unos momentos hasta notar los oscuros ojos de HaNeul sobre mí, molesta específicamente por mí. O al menos eso parecía. Y claro, estaba mirándolos a ellos, a ninguno les gustaría que los mirara.

Corrí la mirada antes de que esa chica se enojara o me reclamara por estarlos mirando, y noté que este corto período de tiempo JiMin me estuvo hablando.

—¿Vas a bajar o no? —me di cuenta que la presión que ejercían mis brazos eran responsables de la ahogada y dificultosa voz de JiMin.

Asentí con una sonrisa y con cuidado él me dejó llegar al piso. Bajé dando un brinco ye paré delante de él.

¡Stray hood, Jiminie! di sus felicitaciones mientras apretaba sus gorditas mejillas entre mis manitos. Él parecía confundido— Significa «felicidades». Hiciste un buen trabajo.

—Claro... Tienes mucha fuerza en el brazo.

—Oh, es porque hago muchas sentadillas.

Di un beso en su mejilla como agradecimiento, a lo que JiMin me devolvió una caricia en la cabeza. Pero un cuerpo se atravesó entre ambos y con un fuerte choque contra mi hombro me alejó e hizo irme a un costado y golpear mi pierna contra una de las mesas.

—¿Qué te pasa, HaNeul? —JiMin estaba enojado.

La nombrada no dijo absolutamente nada, continuó caminando a los pasillos y sólo se fue.

JiMin volteó a verme preocupado.

—¿Estás bien?

—Descuida. ¡Diez de diez! —sonreí mostrando mis pulgares.

Jung HoSeok

Sonreí viendo la fotografía pegada dentro de mi casillero, aquella que me había tomado con EunRin cuando apenas comenzábamos a ser amigos.

Es lindo recordar los tiempos en Gwangju.

—¿Estás bien? —oí a mi lado— No te ves bien.

No fue necesario decir nada, supongo que mi rostro me delataba. Sólo le fue necesario asomarse un poco para ver la fotografía y darse cuenta de lo que posiblemente ocurría.

Ella me miró.

—Siento que EunRin nunca me verá como algo más que un amigo.

—¿En serio ella te sigue gustando? —dijo sin apartar su mirada de la foto.

—Dudo que algún día deje de hacerlo. —sonreí. Porque aunque no fuese correspondido, estar con ella es hermoso— Pero también dudo de algún día hacer algo al respecto.

—Me parece cruel de su parte ignorar tus indirectas. —murmuró.

—Bueno, no es su culpa, es mía. —nervioso sacudí mis cabellos— Cleo June y YoonGi tienen razón, debería decirlo de una vez.

—Pero... ¿Estás seguro? A ella le gusta Kim TaeHyung.

—Por lo menos no me quedaré con el remordimiento de no haberlo intentado. —me encogí de hombros.

Tampoco perdía nada haciéndolo, ¿No? EunRin no es el tipo de persona que cortaría una amistad por algo como eso.

—Sinceramente yo no sé que pensar de EunRin en estos momentos. —su rostro se había tornado a uno más serio, lo que me extrañó.

—¿Por qué lo dices?

—Ella... —desvió su mirada y corrió su cabello detrás de su oreja— Me mira mal cuando estoy contigo.

¿EunRin mirar mal a alguien? ¿Alguna vez la he visto hacerlo?

JungYul mordía su labio inferior, supongo que nerviosa.

—No lo creo. Es decir, podrías estarlo malinterpretando.

Tal vez no sea una mala mirada, a veces Rin se queda mirando un punto fijo mientras piensa en algo.

—¿Estará molesta? Es decir, tú y yo hemos estado pasando más tiempo juntos, tal vez eso le moleste.

Ahora lo iba entendiendo. Probablemente JungYul sienta que estorba o se interpone. No debe ser una chica que le guste los problemas o enfrentamientos y trata de evitarlos a toda costa, por ello debió confundir algún transe de Rin con una «mala mirada».

—Claro que no. EunRin no es celosa o posesiva. De hecho le encanta las personas nuevas. —sonreí para tranquilizarla— Así que descuida, ella no está molesta contigo.

—Yo creo que... No lo sé... La veo como una actitud algo egoísta. No le interesas, pero no te deja superarla y estar con alguien más. —de pronto pareció alterarse— Q-quiero decir, no es como si tú y yo fuéramos algo... Pero en caso... O sea, solo somos amigos.

—¿Egoísta? —reí. Aquella suposición me parecía disparatada— Para nada. EunRin no es así. Créeme, la conozco desde hace años.

—Si son tan amigos como tú dices, ella debería conocerte y saber lo que sientes.

—¿A qué te refieres?

—Digo que, a lo mejor, EunRin sabe lo que te pasa con ella, pero te evita. Rechaza tus indirectas para no decirte directamente que no le gustas, e ilusionarte.

Por unos segundos permanecí en silencio, pero finalmente no pude evitar soltar una carcajada.

JungYul es una chica tan tímida y correcta que ve peligro donde no lo hay. Supongo que la entiendo, aún no ha tomado la suficiente confianza, no es problemática y es muy tranquila, lo menos que querría es tener problemas con alguien. Pero de verdad le falta conocer de verdad a EunRin, no asesina ni a una mosca, literalmente.

—Vamos, Yul. Estás especulando mucho. —apoyé una de mis manos en su hombro— No le des vueltas a unas miradas que posiblemente malinterpretaste. No te sientas amenazada por ella, porque EunRin no es así.

Ella sonrió tímida.

—Supongo que tienes razón; es un poco exagerado. —rió suavemente— Aún así... uno nunca termina de conocer a alguien. Las verdaderas caras se dejan ver en pocas ocasiones.

Tras decir eso, simplemente se fue, dejándome confundido.

Kim Cleo June

Hoy no quería ir al instituto, como todos los días, porque me quería quedar durmiendo con JungKook, como todos los días. Pero Cleo June es una chica responsable, una chica que cumple con sus quehaceres.

Entonces miré el reloj que estaba a mi lado, justo sobre la pequeña mesa a un costado de la cama. Y, wow, Cleo June es tan responsable que se despertó incluso antes de que ña alarma sonara al menos una vez.

Ja, son apenas... apenas las diez...

Aún tengo tiempo.

No. Espera, ¿Las diez?

—¡Las diez! —grité alterada al ver la hora en mi celular. Oí a JungKook gruñir levemente molesto y volverse a dormir— ¡Mira la hora que es, Jeon! —reventé una de mis almohadas en su cara, lo cual lo despertó al instante.

—¿Qué...? —balbuceó soñoliento.

—¡Se nos fue la hora, tarado!

—Lo sé. Yo apagué las alarmas. —una vez más mi almohada terminó violentamente contra su cara— ¡Deja de hacer eso, fastidiosa!

Ow, parecemos casados a punto del divorcio.

—¿¡Por qué hiciste eso!?

—Tenía sueño. —dijo como si nada— ¿Puedo volver a dormir?

¡Pero este chico...!

—¡Escucha, idi...! —me interrumpí al ver lo poco que le importaba lo que estaba punto de decir porque me había dado la espalda y se arropaba— ¡De eso nada!

Jeon JungKook

Tratando de volver a retomar mi sueño me vi nuevamente interrumpido por la jaloneadas de Kim, quien luego de ver sus escasas posibilidades recurrió al juego sucio.

—¡Mierda, Kim, eso duele! —grité al sentirla morder mi bíceps— ¡Sueltame, maldita sea!

—¡Levántate! —ordenó al separar sus dientes de mí— Y por cierto, —se arrimó a besar mi mejilla— buenos días.

La sentí removerse para despojarse de sus mantas y un quejido de ella al estirarse. Seguidamente se levantó y tomó camino al baño, dejándome a mi con una gran molestia combinada con el latir desenfrenado que provocó su beso. Era lindo recibir algo como eso en una mañana, obviando el hecho de que me despertó a golpes de su almohada e intentó arrancar mi brazo con sus dientes.

Está loca.

No entendía por qué debía levantarme si de todas formas no llegaríamos a clases. Yo quería seguir durmiendo cómodo.

Levantándome de la cama mi pie se topó con la caja que contenía las fotografías de la familia de Cleo June, estando sobre todas aquellas, la fotografía en la que era cargada por sus padres. Me imagino que estas sonrisas no se comparaban a la hora de su nacimiento, se nota el amor y cariño que sus padres le tienen.

Desde que tengo uso de razón, mi padre nunca había sido bueno con mamá. Y pese a las cosas que ella me ha dicho, o más bien, me ha echado en cara sobre mi nacimiento y previamente a él, me pregunto como habrá sido. ¿Realmente a mamá le había disgustado tanto? ¿No sintió ni una pizca de alegría? ¿A mi padre le importé? ¿Estuvo presente en el momento? ¿Sonrieron aunque fuera un poco?

Quería creer que sí, sí fueron felices, sonrieron y les importé. Otro había sido el factor deteriorante de mi familia. Tal vez mentirme e ilusionarme un poco me haría sentir mejor, me haría sentir que no provengo de tanto odio, tristeza y maldad; que yo no estoy condenado por todo ello.

—¿Estás bien? —la dulce y angelical voz de ella se sintió tan bien en este justo momento.

Kim Cleo June

Me iba acercando dando pequeños pasos hasta llegar frente a él, en todo ese proceso no dijo palabra alguna y permitió que me acercara para contemplar la fotografía que sostenía en sus manos; era la foto familiar a la cual el día anterior le habíamos roto el marco.

—¿Qué pasa? —murmuré elevando mi vista a él.

Noté que la pálida piel de su rostro se ruborizaba levemente, y al apretar él nervioso sus labios desviando al mismo tiempo sus ojos, supe que se sentía avergonzado. Rodeé su brazo derecho con los míos, lo abracé y sonreí con la intención de alentarlo a hablar.

—Yo... —su voz ronca y grave estremecía mi piel— Nunca he tenido un álbum familiar... ni siquiera una foto.

Ya me imaginaba que no. La familia de JungKook es tan horrible que él ni siquiera ha podido disfrutar de algún momento bueno. No es de esas familias donde todo está bien y de repente comienza a ir mal; todo iba directamente mal y JungKook nació en medio de todo eso.

Odiaba pensar en todo el tiempo, los años, en los que JungKook debió haber estado sufriendo, y hasta el día de hoy lo hace. Un niño que probablemente quería un abrazo, jugar, reír acompañado del acojedor cariño de sus padres, algo tan simple que muchos disfrutan. JungKook no debió haber tenido nada de eso nunca.

Tratando de consolar y acompañar su tristeza, apoyé mi cabeza sobre su hombro y con una de mis manos acariciaba su espalda.

—La verdad es que esos álbumes familiares son un fiasco. —dije atrayendo su mirada— En la mayoría de esas foto ni siquiera estoy realmente feliz, detrás de ellas hay alguna discusión con mis padres y algún llanto que me provocaron.

—Noté que no te veías feliz en tus cumpleaños.

—Eran las peores fechas. —reí amargamente ante tantos recuerdos— Creo que los dos deseamos un verdadero álbum familiar.

Me separé de él y bajo su curiosa mirada me levanté y rebusqué entre mis cajones una cámara super cute, aquella que utilicé en el campamento para tomarle una foto a JungKook. Esta cámara en general la utilizo cuando hago desfiles de moda con Cereales, a veces hace poses muy graciosas. Volví a sentarme junto a JungKook, quien con una ceja arqueada no entendía qué estaba haciendo.

—¿Para qué es eso? —cuestionó por fin.

—Creemos recuerdos bonitos ahora. —sonreí cerrando ligeramente mis ojos.

Él aún no parecía entenderlo del todo, por lo que sin esperar más acerqué mi rostro al suyo hasta unir nuestras mejillas y abrazando sus hombros, nos tomé una fotografía.

—¿Qué tal? —dije mostrándole el resultado cuando ya estuvo lista. La foto no era muy grande, casi la mitad de mi palma.

Era bonita, a mí me había gustado mucho. Yo guiñaba mi ojo izquierdo, creo, el cual estaba junto a la cara desconcertada de JungKook. A él no le había dado el tiempo suficiente de siquiera posar su rostro. Sin decir nada sólo miró fijamente la fotografía, pero la leve presión de sus labios me hacía saber que reprimía algo.

—¿No te gustó? Sé que no es tu mejor plano, peor no te ves tan mal.

—Es bonita... —murmuró bajando la cabeza y tratando de ocultar un leve sonrojo. Sonreí enternecida y acerqué la foto hasta él.

—Ten, quedatela. —él la tomó con lentitud, y ya estando en su mano, la miró más de cerca— Sé que no es una foto familiar, pero de ahora en adelante tú y yo podemos tener nuestro propio álbum, ¿Qué dices?

Rió girando su cara al otro lado mientras que con su mano cubría su cara.

»¿Jeon? —me extrañé al no tener respuesta de su parte. Oírlo sorbir su nariz me hizo entender— Jeon, ¿Estás llorando?

—No... —negó junto a un movimiento de cabeza.

Sí estaba llorando.

—Hey, mírame. —sujetándolo desde sus mejillas lo obligué a mirarme. Sus párpados estaban manchados ligeramente de lágrimas, pero aún así me sonría ligeramente. Inevitablemente yo también sentí que lloraría— Todo va a mejorar, ¿Sí?

Sonreí en medio de todo ese caos interno, lo que provocó que la sonrisa de él también aumentara.

Sorpresivamente JungKook abrazó mi cintura y me levantó, haciéndome caer a horcajadas encima de él. Me abracé de sus hombros con el miedo a caerme mientras él no deshizo su abrazo de mi cintura y ocultando su rostro en mi cuello ejerció más fuerza.

Reí al verlo como bebé aferrado a su mamá y metí mis dedos entre sus cabellos, porque sé que le encanta los mimos en la cabeza.

—Gracias por todo, Cleo June. —dijo una vez se separó de mí y lo vi con una radiante sonrisa.

JungKook estaba llorando de felicidad.

Conmovida, yo también sonreí. Acuné sus mejillas en mis manos y con mis pulgares iba limpiando toda lágrima.

Ya cuando el llanto había cesado y únicamente quedo su hermosa sonrisa, hablé.

—Ahora, campeón, hay que ir a la escuela. —soltó un gemido como queja— Estamos llegando tarde, Jeon.

Miren nada más esos cambios de humor.

—Ya es tarde, Kim. Quedemonos.

—No podemos seguir perdiendo clases.

Creanme que soy la primera persona en buscar una excusa para faltar a clases, pero exámenes, tareas, Cleo June necesitando aprobar. A veces necesito ser responsable.

—Claro que sí, yo te ayudaré en lo que sea.

Mmm, se está esforzando.

—¿Y qué pretendes hacer? —arqueé una ceja.

—Quedarme aquí, contigo, y dormir un poco más. —respondió con simpleza y una sonrisa de lado.

—Waw, ¿Ese es tu gran plan?

—Tengo sueño, Kim. Ayer me hiciste trabajar como burro.

Sus mano, que tomaban mi cintura, volvieron a enroscarse junto a sus brazos al rededor de ella. Acercó así más nuestros cuerpos y aspiró el aroma de mi cuello, provocándome un pequeño cosquilleo.

—Ayer me tiraste al piso. —contraatqué y lo oí resoplar.

—Otra vez...

—Sí, otra vez. —reí.

—Preciosa, si nos quedamos te pasaré todas las tareas que se han mandado hasta hoy.

Que me dijera «preciosa» mientras me miraba tan fijamente a los ojos me volvía loca.

—Sabes hacer negocios, Jeon.

Sí, lo admito; fue muy astuto.

—¿Y bien? —sonreía esperanzado como niño pequeño.

Tierno.

—Nos quedamos. —me avalancé a abrazarlo, provocando que el cayera acostado en la cama y hundiendo esta vez yo mi rostro en su piel expuesta— Jeon, ¿Estás usando mi crema corporal?

—No... —demoró unos segundos para hablar.

Mentiroso.

—Tonto. —reí separándome y sosteniéndome con mis brazos encima de él— ¿Vamos a comer?

—¿Cereales con jugo?

—Lo siento, pero no tengo nada más para ofrecerte, guapo.

—Nunca en la vida... jamás, una jirafa me había dicho que soy guapo. —al unísono ambos comenzamos a reír— Consigues logros únicos, Kim.

—Pues ahora una jirafa te hará de desayunar. —dije y me levanté de encima de él— Vamos, grandote.

Bajamos las escaleras entre risas generadas por estupideces que decíamos alguno de nosotros. Pero nuestro camino a la cocina fue interrumpido en el justo momento en el que la puerta principal era abierta por Cassidy y Heon.

Me olvidé que ambos volvían hoy.

—¿¡Qué haces aquí, inmundicia!? —gritó exaltada cuando me vió— ¡Deberías estar estudiando!

—Ah... Es que...

—Fue mi culpa. —Jeon saltó en mi defensa rápidamente— Tuve unos problemas y le pedí a Cleo June dejarme quedar aquí anoche.

—Que alegría tenerte aquí, Jeon.

Claro, cuando se trata de JungKook es todo paz y amor.

—Oh, pero a Cleo June la recibes a gritos. —me había ofendido.

—Cierra la boca y ten. —me tendió una bolsa con una caja grande— Las vi y creí que te gustarían.

¡Oh, dios! ¡Botas nuevas!

Chillé emocionada al ver lo hermosas que eran. Cassidy entiende bien mi estilo.

—¡Te amo, mamá! —rápidamente la abracé y dejé un beso en su mejilla. Ella contestó con una sonrisa tierna. Okey, ya la endulcé— Y ya que estamos cariñosas... —arqueó una ceja porque ya debe tener una idea de que se viene una noticia probablemente mala— Rompí un cuadro.

Cassidy suspiró.

—¿Qué cuadro?

Subí las escaleras mientras JungKook se quedaba ahí abajo porque se ofreció a ayudar a mi padre a bajar las cosas del auto. Tan tierno.

Yo fuí a buscar en mi habitación la caja llena de fotos y al bajar la llevé a la cocina, lugar en el que estaba Cassidy a punto de preparar algo. Normalmente no lo haría, pero supongo que sintió pena porque se enteró de que estuve viviendo a base de Cereales.

—Este es el cuadro. —le mostré la fotografía con el marco sin cristal— De paso encontré todas estas porquerías.

—Esto es...

—Sí, las benditas fotos familiares. —dije sin mucho interés.

Mamá tomó la foto rota entre sus manos y la miró. Noté como curvaba sus labios ligeramente en una mueca, me imagino que triste por la fotografía.

»Lo siento... —me disculpé al sentirme culpable.

Ella me miró y yo bajé levemente la cabeza. Pero con su mano en mi mejilla y una sonrisa la levantó.

—No importa, hija. Se puede comprar otro.

—¿Qué es eso? —llegaba Heon junto a JungKook a la cocina y sonrió al ver las fotos— Oh... Mira lo pequeñita que eras.

Parecía conmovido y en cualquier momento lloraría.

—Tu está más viejo. —reí.

—Esperen aquí. —dijo yéndose escaleras arriba.

—¿Qué haces, Heon? —pregunté una vez bajó con su cámara en las manos.

—Tu bendita cámara de fotos. —mamá ponía sus manos en la cintura porque sabía que cuando papá le agarra manía a esa cámara se pone insoportable.

Fue un regalo de cumpleaños que a día de hoy Cassidy se arrepiente de comprarle.

—Hace tiempo que no la uso. —sonrió— Ponte junto a tu madre, Cleo June. Quiero una foto de mis dos hermosas princesas.

Reí y fui junto a mamá, porque él no dejaría de insistir hasta tener la bendita foto. A su lado estaba JungKook mirándome con una sonrisa y yo sólo le enseñé la lengua.

Mamá y yo somos casi del mismo tamaño, pero en este caso yo estaba descalza y ella con botas de tacón, por lo que quedaba un poco más alta. Apenas me le acerqué ella me abrazó fuertemente, y yo en respuesta rodeé su cintura con mis brazos y pequé mi mejilla a la de ella.

—Hermosas. —dijo papá mirando la pantalla de la cámara.

Tanto mamá y yo nos acercamos a verla. Lo único que puedo decir es que soy extremadamente adorable con ese pijama.

—Quiero una foto con JungKook. —dije tomando la mano de él.

Si ahora voy a tener fotógrafo personal al menos voy a aprovecharlo.

—Ve con mi hija, Jeon. —alentó Heon, a lo que él caminó conmigo.

—Será un día divertido. —le susurré al abrazar uno de sus brazos. Él sonrió y ambos míramos hacia la cámara.

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Después de mucho tiempo, por fin retomamos dónde lo dejé u,w,u

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