bad boy โ”โ” [#1] jeon jungkook

De thebidoom

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โ”โ”๐—•๐—”๐—— ๐—•๐—ข๐—ฌ โel chico malo no era tan maloโž Jeon JungKook quiere esconder sus problemas detrรกs de su fa... Mai multe

ใ€Œ BAD BOY ใ€
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Kim Cleo June

El lunes de mañana aún me hallaba sola en casa, aparentemente el regreso de mis padres se atrasaría hasta el martes, por lo que aún puedo disfrutar de la casa sola, algo que me encantaría hacer con JungKook si no fuese porque siento que no podré volverlo a ver a la cara. Desde lo que pasó el sábado, no he vuelto a hablar con JungKook, ni lo he intentado. Por su parte, él sí intentó llamarme unas veces más, pero obviamente no respondí.

Mi mayor preocupación para el día de hoy es saber cómo hacer para evitarlo durante todo el día. No puedo evitar maldecirme por tener amistades tan raras como lo son EunRin como para mandar mensajes así.

Y hasta de ella, que es la más inocente, me tengo que cuidar a que haga alguna estupidez como esa.

—¡Con fuerza, Cleo June! —gritó EunRin.

Estábamos en educación física. Desde que habíamos entrado y visto a JungKook en el salón no lo había volteado a ver ni una sola vez, a pesar de que él buscara insistente mi atención. Y está vez sí lo sentí, sentí su pesada mirada clavada en mí. Lo sentía en todo momento mirándome, y en repetidas ocasiones.

HoSeok era ajeno a todo, pero EunRin estaba insoportable, pues me codeaba a cada rato y señalaba a JungKook mientras hacía corazones con sus manos. Esas típicas amiguitas de la escuela que te suelen molestar con el chico que te gusta.

Eramos HoSeok, EunRin y yo, los tres en un pequeño equipo practicando pases; EunRin se la lanzaba a HoSeok, HoSeok a mí, y yo a EunRin. Era mi turno y estaba lista para golpear la pelota, pero esta cayó de mis manos cuando algo golpeó con fuerza mi cabeza.

Otra pelota.

De pronto todos estaban pendientes a mí, algunos reían disimuladamente, pero me miraban con atención, como si esperarán algo. No sé qué mierda estaba pasando, pero cuando oí la voz de JungKook resaltar entre todos lo entendí.

—Lo siento, Kim. —detecté sarcasmo en su voz. Pero lejos de eso, oírlo dirigirse a mí sólo me recordó la vergüenza de los mensajes— Se me fue.

Todos esperaban una pelea nuevamente, ya que nuestra profesora de momento se había retirado y nos dejó haciendo estos estúpidos pases. Y es que todos aquí aún piensan que JungKook y yo nos odiamos a muerte.

Aún así, estaba confundida del actuar de JungKook, no creía que me haya golpeado con la pelota a propósito. Pero cuando chocó los cinco con HaNeul, podría jurar que lo quería matar. Toda vergüenza que sentí por él se había esfumado, ni siquiera tenía eso en mente cuando le clavé los ojos encima por primera vez en el día.

¿Se cree que tiene la confianza ahora para hacerme lo que quiera?

Dejé de lado las pelotas y caminé directo a él, quién me sonreía con superioridad. Sin titubear y con ambas manos golpeé con fuerza su pecho, empujándolo hacia atrás.

—¿Quién te crees, imbécil? —dije en acompañamiento. Aún así, traté de controlarme porque lastimarlo no era mi objetivo.

Lastimosamente ahora sentía una especie de debilidad por él que me impedía hacerle algo.

En respuesta él devolvió la misma acción, sólo que, a diferencia de mí, él sacó a relucir la fuerza de sus músculos y terminó por tirarme al piso.

Él no pareció contenerse.

Me quejé al sentir el fuerte impacto en mi espalda, y por suerte no llegó a golpearme la cabeza. Entreabrí mis ojos para ver una diferente expresión en su rostro, arrepentimiento tal vez.

—¡Golpeala, JungKook! —gritó HaNeul.

No parecía querer obedecer la orden impuesta por su novia, pero me importó muy poco. Me levanté antes de que hiciera algo y fui contra él. Intentó alejarme con otro empujón, algo que no le funcionó; antes jalé uno de sus brazos, lo empujé con mi cuerpo hacia atrás y estando a un costado de él barrí con mi pierna la suya haciéndolo caer de espaldas.

No di oportunidad a que se levante y me coloqué sobre él. Pero antes de golpearlo, el fuerte pitido de un silbato atrajo la atención de todos. Ni siquiera me había dado cuenta que todos nuestros compañeros nos rodeaban.

—¡Kim y Jeon! —la profesora se acercaba furiosa a nosotros. Rápidamente me levanté de encima del estúpido— ¡Todos vuelvan a lo suyo! Y ustedes a las bancas. —nos señaló.

...

—Ya han tenido problemas, ustedes dos, ¿Acaso aún no aprenden la lección? —regañó la mujer de cabellera oscura.

JungKook y yo estábamos sentados en las gradas oyendo a la profesora luego de que la clase ya había terminado y todos se habían ido.

¿Por qué justo hoy no podía estar baboseando por el profesor de los de primero?

Lo único que me preocupaba era que si se lo hacía saber al director, me llevaría una suspensión. O sea, Cassidy enojada.

Hora de los negocios.

—Por favor, no le diga al director o me suspenderán. —rogué juntando mis manos— Fue sólo... Una pequeña discusión entre nuestras manos, nada del otro mundo.

Ella bufó.

—Si tienen la cara para crear problemas en mi clase de esa forma, también la tienen para asumir consecuencias.

—¡Pero...! —me calló al golpear con fuerza su pie en el piso.

—¿Y si llegamos a un acuerdo? —intervino por primera vez JungKook.

Aunque le esté guardando la rabia del momento anterior, hago silencio y decido dejarlo hacer cuál sea la táctica que tenga planeada. Mientras salga inmune de aquí, no me importa seguir escuchándolo.

—¿Encima quieren sobornar a su profesora? —ella no parecía muy convencida ni dispuesta a ceder.

Entonces pensé (algo raro en mí), y recordé, ¿Qué es lo que más le importa a esta señora de aparentemente más de 30 años?

—Estoy segura de que hay algo que a usted le gustaría saber... Sobre el profesor Yong.

Oh, sí, por primera vez la chismosa de EunRin me ha servido de algo. Recordé el momento en el que EunRin me platicó del profesor Yong, por quien esta mujer babea, algo que no es secreto en vista de nadie, y hasta se supone que están saliendo.

—¿Y ustedes qué pueden saber de él? —se cruzó de brazos tratando de no parecer interesada, pero sé que en el fondo quiere saber lo que sea que tenga para decir.

—Pues... Él sale con alguien más. ¿Quiere saber? —entrecerró sus ojos dudosa— Sólo si no habla con el director.

—Habla de una vez.

—La profesora de danza Lee YunHee. La ha ido a buscar después de clases varias veces.

Así es, Rin es un ojos y oídos para mí en cualquier situación que ocurra a su alrededor.

EunRin, tu naturaleza curiosa y chismosa por fin ha dado frutos.

—Lee... Pero claro, esa maldita... —susurró con rabia— No le diré al director y sólo ordenen las cosas. —dijo para luego irse.

Pobre señora, la reemplazaron por una joven de 25.

La seguí con mi vista hasta que abandonó definitivamente el lugar y luego miré el gimnasio, todo lo que se usó hoy para las clases estaba regado por el luegar porque así lo ordenó la profesora. Supongo que ya tenía planeado dejarnos este trabajo a JungKook y a mí.

Y hablando de JungKook, estoy enojada con JungKook. Sí, seguía molesta, por lo que sólo me limitaría a terminar con esta estupidez e irme antes de que el tarado colme mi paciencia.

Comencé a juntar las pelotas regadas por toda la cancha, apenas agaché a recoger una, ya tenía el cuerpo de JungKook frente a mí y en cuclillas para estar a mi altura. Fruncí el ceño y dejé de mirarlo, me levantaría para irme a ordenar por otro lado, pero él lo impidió tomando mi antebrazo.

—Lo siento. —dijo cuando me colocó frente a él nuevamente— No era mi intención empujarte tan fuerte, no medí la fuerza.

¿Y cree que eso es lo que más me importa?

—¿Y crees que me importa, idiota? Ve a festejarle a HaNeul el haberme tirado al piso.

Por supuesto que eso era lo que más me molestaba. Podía aceptar si el golpe y el empujón fueron accidentales, pero ya que le choque los cinco a HaNeul por eso como si fuese una gran azaña me hace ver el idiota que es.

—Kim...

—Eres un idiota. Todo para darle el gusto a tu novia, ¿Verdad? —reí sin gracia— Haz lo que quieras.

Quise irme de su cercanía, pero otro jalón en mi brazo me hizo caer esta vez de rodillas.

—¿Qué querías que hiciera? Me estuviste ignorando todo el día. Sólo quería un momento a solas contigo para que dejes de escapar.

¿Y es su excusa? ¿Y este es su método?

—¿Y no era más fácil ir a mi casa?

—Sé que no me habrías abierto la puerta.

Es verdad.

—Pues... Hay otros métodos. —dije pensando en algo que no implicara meterme en estos problemas y hacerme enojar— Podrías haber esperado a...

—No quiero esperar por ti.

Idiota, estoy enojada contigo, no me ablandaras.

Dios. Que chico tan... ¿En serio me está diciendo que armó todo este lío únicamente para estar a solas conmigo y yo no pudiese escapar? ¿Y si me hubieran suspendido?

—E-eso no compensa nada. —genial, titubee otra vez— Me tiraste al piso.

—Lo sé, y lo siento. —volvió a disculparse, pero yo estaba negada ceder. Di vuelta mi cara para evitar verlo— Kim.

—Sigues siendo un idiota.

Se arrodilló quedando aún más cerca de mí y yo entre sus piernas. Entonces con sus brazos rodeó mi cintura. Intenté apartarlo poniendo mis manos en sus hombros, aunque tampoco ejercía mucha fuerza porque me gustaba el momento. Y aunque sí quisiera separarme, él sigue siendo más fuerte que yo.

—Cleo June. —susurró acariciando mi frente con la suya. Yo aún intentaba hacerme la difícil— Cleo, perdóname.

Dejó un pequeño beso en mi mejilla que al instante me ruborizó. Apreté mis labios tratando de reprimir una risa nerviosa porque... Era muy lindo, ¿Okey? Él lo notó y en seguida dió otro beso, y otro, y otro, los repartía por toda mi mejilla descendiendo a mi cuello. Comenzé a soltar risas debido a las costillas consecuencia del lugar en el que dejaba sus besos.

—Está bien, está bien. —dije entre risas por lo que él se detuvo— Te perdono. Pero vuelve a provocarme de esa forma y te quedas sin manos para chocar los cinco. —sonrió y dejó un último beso en mi mejilla.— Dios, eres un cursi.

Jalé sus mejillas al ser consciente del método tan tierno que había usado, y que para peor funcionó.

Él se levantó antes que yo y me ayudó con sus manos a pararme. Sólo acepté su ayuda porque era él.

Es increíble como paso de odiarlo a quererlo en cuestión de minutos. Mis emociones con JungKook suben y bajan peor que cualquier otra montaña rusa en este mundo.

Quedamos uno frente a otro. Por mi parte, yo me sentía en una película de romance donde ya sólo faltaba que él me besara, y creí que sería así.

—Y... Ya que estamos a solas... —relamí mis labios nerviosa— Los mensajes.

Los mensajes...

El tema que se supone no quería tocar.

—Sí, mejor vamos a ordenar. —me alejé inmediatamente de él y comencé a levantar las pelotas evadiendo el tema.

—Por eso me estuviste evitando. —intenté ignorarlo— Kim, dime qué fueron esos mensajes.

—No sé de qué hablas. —dije sin mirarlo.

—¿Ah, no? ¿Quieres que te los recuerde?

—¿Recuerdas que me empujaste? —contraataqué tratando de desviar el flujo de la conversación.

Y victimizarme, como siempre.

—¿Recuerdas que me llamaste «Daddy»? ¿Acaso son tus fetiches ocultos? ¿Parte de tus problemas sexuales? —tras esta última pregunta golpeó en mi dirección una pelota que perfectamente cayó en mi cabeza.

¿En serio seguirá jodiendo por ese libro?

—¡Basta! ¡No fui yo! —grite golpeando otra pelota para devolvérsela con toda la fuerza que la rabia me hacía acumular.

JungKook rápidamente se movió y en consecuencia la pelota golpeó algún lugar dentro del depósito donde se guardaban las cosas. Todo fue como un efecto dominó, porque partiendo de una cosa se iban cayendo otras hasta resultar en un desorden aún peor del que teníamos.

—Mira lo que hiciste, Kim.

—¡Yo no fui! ¡Tú te moviste! —me defendí acercándome a ver el lugar.

¿¡Por qué todo me sale tan mal!?

Es increíble que él me moleste y la culpable de todo sea yo.

—Todo porque no reconoces tus problemas sexuales.

—¡Que yo no envié esos mensajes! Es que... —no se me venía ninguna mentira creíble a la mente— Fue el... Autocorrector...

Que estúpido, Cleo June. Cállate.

—¿Tu autocorrector le dice a todo el mundo insinuaciones sexuales? —sonrió incrédulo.

—¿Quién dijo que eran insinuaciones sexuales? Que tú tengas la mente podrida no es mi culpa.

—¿O sea que le dices «daddy» a muchas personas?

Okey, no planeo seguir pasando vergüenza por esto.

—Escucha, no fui yo quien mandó los mensajes, ¿Okey? Mis amigas vieron tu contacto en mi celular y... Y, pues, les dije que tú y yo... No nos... llevamos tan mal.

Pasó así más o menos. Es la última vez que dejo conocer mis sentimientos a personas tan inmaduras.

¿Qué esperabas, Cleo June? Reza porque a ninguna se le escape.

—No nos llevamos tan mal. —rió luego de repetir mis palabras con ironía mientras caminaba hasta estar frente a mí.

No retrocedí porque... Dios, amaba tenerlo tan cerca.

—Sí... Bueno... ¿Qué? ¿De qué te ríes? —su risa me desconcertaba, además de que no parecía estarse burlando de mí.

—Eres muy linda.

El dorso de su dedo índice acariciaba con ternura mi mejilla sonrojada.

—Como sea... —dije sin apartar su mano de mi rostro, encantada por el tierno mimo que recibía de él— Sólo que te quede claro que yo no mandé los estúpidos mensajes y tampoco lo haría.

—Ya sabía que no fuiste tú la de los mensajes. Sólo quería molestarte.

Idiota.

—¿E-enserio?

—Cleo June, si te dieran la opción de perder la dignidad de esa forma o dejar que un auto te atropelle, con gusto te tiras de un barranco.

Es cierto, porque yo hago mis propias opciones.

Es tan tierno.

—Aww, me conoces tan bien. —junté mis manos en mi pecho y me removí de un lado a otro, parecida a esas chicas raritas cuando se enamoran. Soy una rarita enamorada— ¿O sea que no tendré que mudarme a Suecia?

—No sé por qué lo harías... Pero supongo que no. —reímos a la par. La risa de Jungkook cesó en una sonrisa din dientes con sus ojos examinando atentamente mi rostro. Su simple mirada alimentaba mis nervios, y de seguro que mi rubor también— Te ves demasiado bonita. —dijo luego de unos segundos mientras corría un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

Podría decir lo mismo de él. JungKook con ropa deportiva es lo mejor del mundo.

—Y tú demasiado estúpido. —nuevamente volví a oír su melodiosa risa.

—¿Lo ves? Así coqueteas tú.

—¡No te estoy coqueteando!

De acuerdo, da miedo que me conozca tan bien. Pero no es coqueteo... Sólo... Así me expreso yo. Con Dean me pasaba lo mismo, incluso cuando eramos novios, pero él nunca se quejó porque decía que era «parte de mi encanto».

—Supongamos.

Él asomó sus labios a los míos, pero por vergüenza e instintivamente quise apartarlos. JungKook rió al serle obvio por mi cara cómo me sentía, e insistió entre risas hasta dar con mis labios. Y ya teniendo los suyos sobre los míos, negarme no era una opción.

Cada vez reafirmo aún más que adoro besar a JungKook.

Era un movimiento dulce y suave; tierno, a diferencia de otras veces. Una de sus manos aún sujetaba mi mejilla, mientras que con su pulgar acariciaba mi pómulo con movimientos delicados. Hasta podría decir que era uno de esos besos cursis de película.

Hoy JungKook estaba muy cariñoso y tierno, lo que me provocaba una cálida sensación en el pecho. JungKook suele tener una expresión más amarga que la de un limón, y verlos ser tan dulce, especialmente comigo...

Me siento en el paraíso.

—¿Se están divirtiendo? —la voz de la profesora nos interrumpió. Asustados nos separamos a verla y con una mala expresión se acercaba a nosotros— ¿¡Pero qué hicieron!? ¡Les dije ordenar, no que tiraran todo!

Maldita señora. No es mi culpa un hombre no la quiera, déjeme disfrutar de JungKook.

—Fue un accidente...

—Fue por culpa de Kim. —me señaló.

Codee con fuerza las costillas de JungKook y este se quejó.

—Jodete. —le susurré.

—Y ahora se llevan muy bien, ¿No es así? —nos miró enojada a ambos, obviamente por la escena que se encontró al entrar— Lo que sea que quieran hacer, lo hacen fuera de aquí. Larguense, ya tengo otra clase.

Cool, esta vez no tuve que limpiar nada.

No había gente en los pasillos, por lo que tranquilamente podía ir caminando junto a JungKook explicando un poquito más la idiotez de mis amigas y riéndonos de ello.

...

—¡Atención! Entrega de exámenes. —gritó en alto la profesora de matemáticas al entrar— Estoy feliz de que la mayoría de la clase haya hecho un buen trabajo.

Quiero ser de esa mayoría.

La profesora comenzó a repartir los papeles, colocandome nerviosa al verla dejar las hojas una por una en las mesas de algunos estudiantes agregandoles algún comentario. Ahora se confirmaría si toda la aventura que tuve hace como una semana valió la pena.

Vi a Rin ansiosa con sus dedos cruzados y mordiendo su labio inferior, pero aún así con una sonrisa. Parece que ya se viene venir una buena nota.

HoSeok estaba tranquilo, porque él sí estudió.

—Sorprendente, señorita Kim. Espero que demuestre este nivel en clases. —dijo entregándome el exámen que con un marcador rojo plantaba un nueve en el papel.

Creo que ella y yo ya comenzamos a llevarnos mejor.

Miré mi nota de exámen y casi muero al ver ese número ahí.

No... Puedo... Creerlo... ¡Nunca he tenido un nueve en toda mi vida!

—¡Arreglaste el archivo! —comentó EunRin feliz al no ver mi exámen en blanco.

—¿Qué mierda...? —oí murmurar a HoSeok, para luego él quitarme el exámen— ¿Cómo es que lo hiciste?

—Pues... Mi habilidades de hacker nunca fallan. —presumí mirando mis uñas sin dar detalles del método.

Volteé a ver a Jeon con una sonrisa, quien ya tenía la vista sobre mí y feliz mostré el resultado de mí examen con mis dedos. Él también sonrió y me guiñó un ojo, algo que me resultó de lo más atractivo. Entonces es cuando siento esa descarga eléctrica que sólo él me provoca con la más mínima acción.

El chico me derrite.

—Es que... Esto no tiene sentido. —continuaba intentando entender lo sucedido.

—No seas envidioso, HoSeok. —regañó su amiga— Está feliz porque CJ aprobó.

—No seas envidioso. —repetí con burla a él y con desconfianza devolvió la hoja.

Mis métodos son infalibles.

—Excelente como siempre, joven Jeon. —escuché a la lejanía.

Había recibido la nota máxima, estoy segura de ello, y por parte de Jeon no es ninguna sorpresa, su cara lo expresaba.

HaNeul se asomó a hablarle e inmediatamente borré mi sonrisa, sobretodo al ver que él reía y le respondía, lo cual dio pie a una pequeña charla entre ellos que lo hizo ignorar mi mirada por completo.

Y aunque me moleste, lo dejo pasar, porque después de todo JungKook ha estado evadiendo a HaNeul desde hace días. Puedo incluso decir que si antes se daban algún beso, ya ni siquiera a la hora de saludarse lo hacen. Y HaNeul tampoco parece pensar nada raro.

Y hablando de esos dos, pese a que me deje con una desagradable sensación, me pregunto si JungKook tendrá planeado terminar con ella. Después de todo, ¿De qué le sirve seguir en pareja si ya ni siquiera parece quererla de esa forma?

JungKook dejando a HaNeul por mí. Reí ligeramente ante la idea, porque suena bien, me gusta. Me gusta pensar en que JungKook me quiere tanto como para llegar a ese extremo.

Hora de usar esta hora inútil de matemáticas en fantasear una vida con JungKook.

Así es como me ven reprobando.

...

—¡Cleo June aprobó su exámen de matemáticas! —festejó EunRin cuando ya todos estábamos en el pasillo.

—Creí que habías dicho que lo entregaste en blanco. —JiMin me miró confundí.

Sonreí sintiéndome en la cima de la montaña al haber hecho trampa y no haber sido descubierta. Y claro que no siento remordimientos, sólo de haber golpeado a ese profesor.

—¡Y es que lo entregó en blanco! ¡No entiendo cómo lo hizo!

—Hobi está celoso porque él sacó un 8. Absolutely be hard white. O sea que eres un envidioso. —le mostró su lengua y HoSeok la empujó— Fue todo gracias a mis consejos de archivos dañados.

Creo que ni ella recuerda qué fue lo que me aconsejó, porque no tenía nada que ver con completar mi exámen.

—¿Entonces qué hiciste? —preguntó YoonGi.

Encogí mis hombros para dejarlo en duda.

EunRin volvió a gritar— ¡Esto amerita festejarse!

—No sé si lo amerite, pero yo quiero comer fuera de casa. —dijo SunKo.

—Oh, ¿No te gusta lo que yo cocino? ¿Soy muy flojo para eso también? —cruzó sus brazos ofendido.

Aquí empiezan.

—Ni siquiera vivimos juntos, YoonGi. Ni siquiera cocinas.

—Claro que sí. —replicó.

—La última vez que lo intentaste lloraste con la cebolla y me rogaste que lo terminara yo.

—Me gusta la idea. —los interrumpió JiMin— ¿Dónde vamos a comer?

—¿Les parece comida callejera? A EunRin encanta. —propuso HoSeok.

—¡Albóndigas! —gritó eufórica la nombrada— ¡Yeah! ¡Yeah! ¡Yeah!

Sí quiero comer albóndigas.

—Yo primero paso por mi casa a bañarme. —comuniqué, pues ellos parecían tener intenciones de ir ahora mismo.

—Avisanos y pasaremos a buscarte en el auto.

—Sí, sí. Lo que sea.

Supongo que tendré que esperar a mañana para agradecerle a JungKook por ese 9. Lo digo y aún no lo creo. De todas formas él no dijo que iría a mi casa.

••••
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FAMPS-Luls 
     <3

Continuฤƒ lectura

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