DUSK TILL DAWN ━━ marvel

By yelenablove

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▌DUSK TILL DAWN ❝ELLOS ME ABANDONARON❞ ────── ( MARVEL FANFICTION ) ────── En donde la antigua protegi... More

i'll be with you from dusk till dawn
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𝟢𝟢. 𝗐𝗈𝗎𝗇𝖽𝗌 𝖿𝗋𝗈𝗆 𝗍𝗁𝖾 𝗉𝖺𝗌𝗍
act one: enemy
𝟢𝟣. 𝗇𝖾𝗐 𝗐𝗈𝗋𝗅𝖽, 𝗌𝖺𝗆𝖾 𝗉𝗋𝖾𝗃𝗎𝖽𝗂𝖼𝖾𝗌
𝟢𝟤. 𝗍𝗁𝖾 𝖼𝗁𝖺𝗈𝗍𝗂𝖼 𝗍𝗋𝗂𝗈
𝟢𝟥. 𝗍𝗁𝖾 𝗁𝖺𝗍𝖾 𝗒𝗈𝗎 𝗀𝗂𝗏𝖾
𝟢𝟦. 𝖺𝗇 𝗎𝗇𝖺𝗍𝗍𝖺𝗂𝗇𝖺𝖻𝗅𝖾 𝗆𝗂𝗋𝖺𝖼𝗅𝖾
𝟢𝟧. 𝗀𝗁𝗈𝗌𝗍𝗌 𝗈𝖿 𝗍𝗁𝖾 𝗉𝖺𝗌𝗍
𝟢𝟨. 𝗍𝗁𝖾 𝖽𝖾𝗌𝗍𝗋𝗈𝗒𝖾𝗋 𝗈𝖿 𝗐𝗈𝗋𝗅𝖽𝗌
𝟢𝟩. 𝖻𝗅𝗎𝖾 𝖺𝗇𝗀𝖾𝗅𝗌
𝟢𝟫. 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗉𝖾𝖼𝗍𝗂𝗏𝖾
𝟣𝟢. 𝗅𝗈𝗌𝗍 𝗀𝗂𝗋𝗅
𝟣𝟣. 𝗌𝗎𝗉𝖾𝗋𝗂𝗈𝗋 𝗋𝖺𝖼𝖾 𝗆𝗒 𝖺𝗌𝗌
𝟣𝟤. 𝗌𝗍𝗈𝗋𝗆 𝗂𝗇 𝗁𝖾𝗋 𝗂𝗇𝗌𝗂𝖽𝖾
𝟣𝟥. 𝗁𝖾𝗋 𝗉𝖾𝗈𝗉𝗅𝖾
𝟣𝟦. 𝗍𝗋𝖺𝗂𝗍𝗈𝗋
𝟣𝟧. 𝗐𝗁𝗒 𝗆𝖾?
𝟣𝟨. 𝗈𝗎𝗋 𝖽𝖺𝗋𝗄𝗇𝖾𝗌𝗌 𝗂𝗇𝗌𝗂𝖽𝖾
𝟣𝟩. 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋𝗂𝗍𝖾 𝖼𝗋𝗂𝗆𝖾
𝟣𝟪. 𝖻𝗋𝖾𝖺𝗄 𝗍𝗁𝖾 𝗌𝗂𝗅𝖾𝗇𝖼𝖾
𝟣𝟫. 𝗁𝖺𝗏𝖾 𝗂 𝖼𝗋𝗈𝗌𝗌𝖾𝖽 𝗍𝗁𝖾 𝗅𝗂𝗇𝖾?
𝟤𝟢. 𝗆𝗒 𝗌𝗍𝖺𝗋 𝗂𝗇 𝗍𝗁𝖾 𝗌𝗄𝗒
𝟤𝟣. 𝖽𝗈𝗂𝗇𝗀 𝗂𝗍 𝖺𝗅𝗅 𝖿𝗈𝗋 𝗅𝗈𝗏𝖾
𝟤𝟤. 𝗈𝗇𝗅𝗒 𝗅𝗈𝗏𝖾 𝖼𝖺𝗇 𝗁𝗎𝗋𝗍 𝗅𝗂𝗄𝖾 𝗍𝗁𝗂𝗌
𝟤𝟥. 𝗀𝗈 𝗅𝗂𝗍𝗍𝗅𝖾 𝗋𝗈𝖼𝗄𝗌𝗍𝖺𝗋
𝟤𝟦. 𝗂𝗇 𝖺𝗇𝗈𝗍𝗁𝖾𝗋 𝗅𝗂𝖿𝖾
𝟤𝟧. 𝗐𝗁𝖾𝗇 𝗂 𝗌𝖾𝖾 𝗒𝗈𝗎 𝖺𝗀𝖺𝗂𝗇

𝟢𝟪. 𝗎𝗇𝗍𝗂𝗅 𝗍𝗁𝖾 𝖽𝖺𝗒 𝗒𝗈𝗎 𝖽𝗂𝖾

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By yelenablove

𓏲 . CHAPTER E I G H T 𓂅
until the day you die

.·:*¨¨* ≈☆≈ *¨¨*:·.

Cassie no odiaba a Peggy Carter y jamas lo haria.

A lo largo de su vida había escuchado tantas historias de una de las fundadoras de SHIELD que le fue imposible sentir alguna clase de resentimiento hacia la mujer por la que Steve la dejo . En realidad Cassie quería ser como ella; una mujer fuerte y resistente, una mujer a quien no le importaba la opinión de los demás ya sea hombre o mujer.

Ella jamás se imaginó volver a ver la sobrina de esa mujer; Sharon Carter, o como ella la conocía; su tía Sharon, de sangre o no, ella era su tía.

Pero ahí estaba, frente a ellos luciendo su hermosa cabellera rubia cubierta por una capucha y un arma apuntando en dirección a Zemo.

—Tu arma, Zemo.

El sokoviano dejó el arma en el suelo, Cassie no recordaba haberlo visto tomar una y levantó las manos retrocediendo hasta quedar entre Sam y Bucky. La adolescente estaba detrás de ellos por lo que Sharon no logro verla.

—¿Sharon? —preguntó Bucky sorprendido.

—Por tu culpa lo perdí todo —murmuró la rubia avanzando hacia ellos.

—Sharon, espera... —pide Sam antes de ser interrumpido por Cassie.

—¡Culpa al viejo, él lo ayudó a salir de la cárcel! —exclamó ella ubicándose al lado de Bucky y señalando al hombre con un dedo. Los ojos de Sharon se posicionaron en ella y se abrieron exorbitados, no la había visto en años.

—Eso es traición, hobbit.

—¡Deja de llamarme hobbit!

—¿Cassie? —el tono melancólico de Sharon detuvo la pelea y ella miró a su tía—. ¿Eres tú?

En lugar de responder ella corrió hacia Sharon quien bajó el arma y luego de siete años la envolvió fuertemente con sus brazos y Cassie paso los suyos alrededor del cuello de su tía. No tenía idea que extrañaba tanto estar sus brazos hasta que volvió a estar a salvo en ellos. El último recuerdo que Cassie tenía sobre ellas dos juntas era de un dia en el apartamento de la mayor en donde vieron películas toda la tarde y revisaron álbumes de fotos viejos para luego agregar fotos que tomaron ese mismo día.

—Creí que estabas muerta —susurró Cassie sintiendo como lágrimas caían de sus ojos

—Y yo te creí más pequeña, ¿cuando creciste tanto? —preguntó Sharon entre pequeñas risas. Se separó de la menor para tomar su rostro entre sus manos y limpiar sus lágrimas. Frunció el ceño al ver la sangre seca—. ¿Qué te pasó en la cara?

—Es una larga historia...

—¡¿Qué le pasó en la cara?! —los tres hombres se sobresaltaron por el elevado tono furioso de la ex agente cuando esta les gritó volteando a verlos y volviendo a levantar el arma. La menor sonrió, Sharon siempre era sobreprotectora cuando se trataba de su sobrina.

—Alguien recreó el suero del super soldado y Zemo tenía una pista —explicó Sam intentando ocultar el nerviosismo en su voz.

—Eso explica su presencia y la muerte de Selby —declaró Sharon pasando uno de sus brazos por los hombros de Cassie—. Pero eso no explica la sangre en el rostro de mi sobrina.

—Selby lo hizo —responde Zemo escondiendose detras de Sam cuando la rubia volvió a apuntarle con el arma.

—¿Y tú qué haces aquí? —interrogó Bucky.

—Robe el escudo de Steve, ¿lo olvidaste? —responde con irritación—.  Y te di tus alas para que tu trasero —señaló a Sam con el arma y luego a Bucky—, salvará su trasero de su trasero —el arma retornó a Zemo—. Pero yo no tuve ningún Vengador que me respaldara, así que ahora me oculto en Madripoor.

—¿Qué? —cuestionó Cassie sorprendida. Ella no supo eso—. ¿Ayudaste a Steve y él solo te abandono?

Sharon asintió y Cassie miró al suelo apretando los puños. No había sido la única persona a la que Steve abandonó.

«Tony tenía razón. Eras un mentiroso».

—A mi no puedes culparme, también fui fugitivo —se defendió Sam.

—Ya no lo eres. Hay mucha diferencia —habló Sharon seriamente—. Ya no puedo hablar con mi familia. Nunca. Mi padre no sabe donde encontrarme.

—Sharon , necesitamos tu ayuda —pidió Bucky y ella se rió ante el pedido—. Por favor.

—¿En serio, Barnes? —espetó Cassie cruzándose de brazos—. Ella acaba de decirnos como hace siete años ustedes la abandonaron luego de que los ayudó, ¿y aun así tienes la osadía de pedirle ayuda?

—¿Tú de qué lado estás? —le preguntó Sam desconcertado.

—Del club de los abandonados por los Vengadores —contestó Cassie con una pequeña sonrisa y un fruncimiento de nariz.

Sam y Bucky la fulminaron con la mirada y ella les enseñó el dedo del medio para luego reírse abiertamente, la reacción de ambos hombres no tenía precio. Pero se volteo a ver a Sharon, si ella estuvo viviendo los últimos años en Madripoor entonces sabría donde encontrar al Dr. Nigel.

—Tía Sharon, yo jamas te pediria ayuda después de todo lo que sufriste si no fuera urgente —aseguró Cassie—. Por favor ayudanos. No lo hagas por ellos, hazlo por mi.

Sharon la miro por unos segundos y luego a los tres restantes antes de suspirar y asentir.

—Esto no ha acabado —dijo mirando a los hombres y después a Cassie a quien le sonrió tiernamente—. Estoy viviendo en High Town. Estarán a salvo por un tiempo.

—¡Pido adelante! —exclamó Cassie levantando la mano.

—Cassie... —nombró Sam y ella se giró hacia él—. Ve por mi zapato.

—No, Sam. Hay que dejarlo para que el príncipe te encuentre —se burló la adolescente tratando de no reírse.

Sharon se rió al igual que Zemo y Bucky miró hacia otro lado para no hacerlo. Sam con una mirada de poco amigos señaló el montón de motociclistas tirados en el suelo y al lado de ellos, se encontraba el tacón del moreno.

—Bien. Lo que digas, Cenicienta —canturreo ella dirigiéndose a la dirección señalada.

—¿Como me llamaste?

—¡Lo que oíste, Cenicienta!

—Pequeña mie...

—¡Tía Sharon!

—¡No te atrevas a tocar a mi sobrina, Wilson!

—Bucky, Sam —anunció Cassie mientras los cinco caminaban por el museo de la casa de Sharon—. ¿Puedo ser estafadora?

—No —respondieron al mismo tiempo.

—Bien. Seré mercenaria, mi amigo Wade me dijo que tengo madera para serlo.

Cassie siguió a Sharon hacia su habitación para poder cambiarse por algo más cómodo. La mujer revisaba algunas cosas en su teléfono mientras Cassie buscaba en su armario algo que pudiera quedarle. Ella sacaba un conjunto y se lo probaba para volver a guardarlo sin estar segura sobre cuál estilo le favorecía.

O quizás la ropa no era el problema.

Se miró al espejo pero no importaba todas las veces que se viera en él, ella jamás se sentiría segura utilizando el disfraz que utilizaba todos los días para encajar en la sociedad. El cabello rubio, los ojos celestes y la piel pálida no eran más que una mascara que usaba para ser aceptada, o eso creía. Pero no importaba la apariencia ni la personalidad que tuviera, la humanidad nunca iba a aceptarla.

¿Qué sucedería si saliera al mundo siendo ella misma con su cabello grisáceo y su piel azulada? ¿La humanidad al ver a través de sus ojos neón notaría a una chica asustada por ser abandonada de nuevo o solo se engañaría por el aspecto monstruoso de su verdadera apariencia?

—¿Problemas de atuendo? —la voz de Sharon la sacó de su trance.

Cassie dejo el sexto conjunto en la cama para acercarse a su tía quien guardó su teléfono y se acercó a envolverla nuevamente en sus brazos apoyando su barbilla en la cabeza de la menor. Sharon dejó escapar un largo suspiro acompañado de un sonrisa y luego besó suavemente la frente de Cassie al separarse.

—Lamento que te hayan abandonado —susurro Cassie débilmente—. Sacrificaste todo por ellos y al final...

—No —interrumpió Sharon sonriendo suavemente—. No lo hice por ellos. Lo hice por ti, lo hice para salvar a mi hermosa sobrina.

—Jamás lo mencionaron —Cassie se sentó en el borde de la cama antes de alzar la mirada—, ninguno de ellos. Pero eso explica el dia que fui a tu apartamento y tú no estabas.

—¿Qué? —preguntó Sharon sentándose a su lado—. ¿A qué te refieres con que fuiste a mi apartamento? Creí que eran fugitivos.

—Si, Steve y los demás —corrigió Cassie y al ver la mirada confundida de su tía comenzó a explicar—. Cuando me libere del control mental, vi a Tony y a Steve peleando como si uno intentara matar al otro. Me asuste porque... ellos no eran los hombres a los que solía llamar papá Steve y tío Tony, ellos no eran mi familia así que huí. Luego tuve razón, ninguno de ellos era la familia con la que crecí porque ninguno fue detrás de mí. Solo se fueron y me dejaron.

—¿Todos?

Cassie asintió reprimiendo los sollozos que luchaban por desgarrarse a través de su garganta.

—Todos y cada uno de ellos.

De un momento a otro Cassie se encontraba llorando sobre el hombro de Sharon y la rubia acariciaba su cabello al mismo tiempo que trataba de calmarla. La adolescente no recordaba cuándo fue la última vez que lloro en los brazos de alguien más, quizás fueron en los de Daisy o en los de su madre luego de la muerte de Tony, pero si recordaba las veces donde tuvo que contener sus emociones para demostrarles a los demás que estaba bien para no preocuparlos por el hecho que toda su familia la abandonó más de una vez.

—Intente buscarte pero no te encontré y creí que... —otro llanto aún más fuerte interrumpió su hablar— Creí que estabas muerta.

—No lo estoy, nena. Estoy aquí.

—¿No me dejaras como Steve?

—Nunca.

Cassie se separó de ella y se esforzó en regalarle la sonrisa más deslumbrante que sus labios podían formar y eso logró convencer a Sharon a cambiar de tema y ayudarla a elegir un atuendo.

—¿Por qué estás aquí, Cassie? Me gustaria saberlo por ti y no por los tres cavernícolas con los que llegaste —expresó Sharon haciéndola reír.

—Hay inhumanos involucrados en esto. Quiero detenerlos antes de que el gobierno los mate.

—O mejor dicho, quieres salvarlos —rectificó Sharon dejando sobre las sábanas un vestido salmón floreado de mangas largas que llegaba hasta los codos.

—Creo que soy la única que lo hace, tía Sharon —manifestó ella quitándose las botas—. Nadie más protegerá a los inhumanos y mutantes. Al menos nadie que no sea humano.

—Oye, nena. Se que quieres pelear por ellos pero elegiste el peor lugar para hacerlo.

—Lo se. Madripoor nos odia —Cassie se dejó caer sobre el colchón bufando—. El "Mediador de Poder nos odia".

—En realidad al Mediador de Poder no le interesa quien entra a Madripoor —explicó Sharon recostandose a su lado—. Son los habitantes quienes discriminan por la genética, les temen a todos ustedes.

—¿Ellos ponen esos carteles? —Sharon asintió—. No lo entiendo, ¿por qué? No hay mucha diferencia entre un humano con poderes que otro con un arma.

—Los humanos somos así, Cassie. Le tememos a lo que no entendemos.

—Nadie le tuvo miedo a un genio millonario con traje ni a un super soldado vestido con estrellas y barras.

El teléfono de Sharon sonó deteniendo las palabras que iban a salir por la boca de la mujer, esta le hizo una seña a Cassie pidiéndole que se cambiara mientras que ella atendía asuntos abajo. Cassie suspiro por quinta vez en el dia y se puso de pie luego que Sharon abandonara la habitación dejándola sola.

Se cambio rápidamente y se admiró en el espejo; el vestido era suelto y el largo terminaba por encima de la rodilla. Aunque estaba acostumbrada a usar jeans y chaquetas de cuero la mayoría del tiempo, le agradaba lo que estaba viendo.

De repente recibió la notificación de un mensaje, Daisy. Abrió rápidamente el chat y su boca se abrió ligeramente exhalando un suspiro sorpresivo.

El número de Karli Morgenthau estaba escrito al final del mensaje.

Tiró el teléfono a la cama como si fuera un reflejo y se insultó a si misma preguntándose el por qué de su comportamiento en cuanto el teléfono rebotó en la almohada y cayó al suelo. Recogió el teléfono sintiendo un peso en su pecho y luego marcó el número.

—¡Mierda! ¡No! —gritó Cassie y presionó el botón de colgar un segundo después de escuchar un bip.

¡¿Qué carajos iba a decirle?! Algo como: "Hola, soy Cassie. Me preguntaba si podrías detenerte en lo que estás haciendo para que ningún inhumano salga herido, ¿lo harás? ¡Gracias! ¡Seamos mejores amigas por siempre!"

Una parte de ella sabía que era innecesario hacer lo que estaba haciendo pero otra parte deseaba saber con quien estaba luchando o si se encontraba luchando y no deteniendo a alguien que trataba de ayudar a inhumanos, mutantes y humanos por igual. Pero sabía con certeza que quería descubrir quién era Karli Morgenthau en realidad.

—Bien, tú puedes —se animó a sí misma mirándose frente al espejo—. No me mires así, perra. Va a funcionar.

Marco de nuevo el número y se llevó el teléfono a la oreja controlando su temor para no colgar. La espera parecía volverse eterna hasta que alguien en la otra línea respondió al mismo tiempo que el corazón de la kree latía con tanta fuerza que creyó que iba a salirse de su pecho.

—¿Por qué tardaste tanto en llamar? —la voz de Karli sonó al otro lado de la línea.

—¿Cómo sabías que era yo? —inquirió ella sintiendo su ritmo cardiaco normalizarse.

—No eres la única que sentía curiosidad por su enemigo.

—¿Enemigo? —se rió burlándose de la forma por como la llamó. Las palabras brotaban de su boca fluidamente como si jamás hubiera estado nerviosa en toda su vida—. Hasta donde sé los enemigos no se ayudan a subir del borde de un camión.

—Entonces creo que elegí mal mis palabras.

—¿Por qué me salvaste, Karli? —interrogó Cassie tomando asiento en la cama.

—Siendo sincera, no lo sé. Solo se que una parte de mi me decía que no podía dejarte morir —confesó Karli con un tono amigable que hacía desear a Cassie seguir hablando, y creo que sentiste lo mismo. Por eso no me detuviste esa noche en Alemania.

—Tú me lanzaste una antena —Cassie le recordó.

—Y tú pudiste haberla detenido pero no lo hiciste. Sé lo que puedes hacer, Cassie.

—Entonces sabes que tenerme como enemiga sería muy malo para ti y para tu... movimiento.

—Tienes razón. No te quiero como enemiga —comentó la pelirroja tomándola por sorpresa—. Quiero que entiendas que lo que estoy haciendo es algo bueno para todos; inhumanos, mutantes y humanos. Incluso para ti.

—Creeme. Pelear por mi es una causa perdida.

—No creo en las causas perdidas.

Los minutos pasaron y Cassie siguió hablando con la chica a la que el gobierno llamaba criminal, otra cosa que ambas tenían en común. Pero la rubia ya no estaba segura si criminal era un adjetivo para describir a la pelirroja que luchaba por los derechos de los seres a los que el mundo le dio la espalda. No era tonta, investigó sobre los Flag Smasher y sobre todo lo que hicieron por los refugiados del blip, vió los videos en donde defendían a mutantes y inhumanos de la brutalidad policial.

—Déjame enseñarte lo que logramos —pidió Karli—, y lo que podemos lograr.

—¿Cómo? —preguntó Cassie intrigada. Necesitaba saber de qué lado estaba.

—Un encuentro, solo uno. Lo prometo.

—Bien —asintió no muy segura de lo que hacía—. ¿Donde?

—Tú solo espera. Te enviaré el lugar y la hora.

Karli colgó y Cassie apretó el teléfono contra su pecho. Esperaba estar haciendo lo correcto.

—¡No vi nada!

Cassie cubrió sus ojos con sus manos apenas al darse cuenta que Sam no traía camisa.

—Cassie, está bi...

—¡No! ¡Tú tranquilo, yo nerviosa!

Tanteando con una mano muebles que se cruzaban en su camino y cubriendo con la otra sus ojos logró llegar al sofá donde se encontraba Bucky acompañado de un vaso de licor. Cassie arrugó la nariz ante el fuerte aroma de alcohol que la bebida emanaba.

—¿Puedo probar? —pidió ella sin darse cuenta que la persona a su lado era Bucky.

—Claro —dijo él y Cassie lo miró a través de sus dedos—. En unos seis años.

Ella bufó pero no dijo nada más. De todas formas el alcohol y las drogas eran incapaces de hacerle efecto, lo descubrió hace unos años al beber por accidente una de las cervezas de Wade.

—¿Qué sucede, Sharon? —preguntó Sam a la rubia en cuanto esta entró a la habitación—. ¿Nunca quieres volver a casa?

—Me encerraran si pisó de nuevo los Estados Unidos —respondió ella—. Madripoor no permite la extradición.

Luego de escuchar esas palabras Cassie se descubrió los ojos y miro sorprendida a su tía. Ahora entendía el por qué de su estadia en Madripoor, el estado de la nación no permitía enviarla al país donde cometió el delito. Así que si hipotéticamente Cassie quisiera quedarse en Madripoor, no tendría que preocuparse más por los gobiernos que querían encerrarla. Podría quitarse los brazaletes y ser libre sin tener la necesidad de abandonar la tierra.

Lo mejor de todo es que podría estar con su tía Sharon.

Ignoró la conversación de los demás y pensó una y otra vez en el inesperado plan que surgió en su mente. El único contra era que los alienígenas, inhumanos y mutantes tenían la entrada prohibida en la isla pero en realidad eso no era diferente a otros países.  Podía vivir con eso, lo hizo toda su vida.

—Karli Morgenthau y otros siete, al menos, tomaron el suero —Sam dijo ese nombre y la sacó de sus pensamientos moviéndose incómoda en su lugar.

Mentiría al decir que no estaba ansiosa por recibir otro mensaje por parte de la pelirroja y las miradas ávidas que le lanzaba a su teléfono la delataban.

—Sin mencionar a los dos inhumanos con poderes.

—Deberían alejarse de todo esto por su propia seguridad —aconsejó Sharon preocupada más por el bienestar de su sobrina que los demás.

—Esto es arriesgado, pero no nos iremos hasta hallar a la persona que logro recrearlo —recalcó Sam.

—Tenemos un nombre: Wilfred Nagel —comentó Bucky.

Sharon los observo antes de ponerse de pie y dirigirse hacia la mesa en donde se encontraba todas las botellas de alcohol, Zemo se encontraba allí.

—Nagel trabaja para el Mediador de Poder —expresó la mujer.

—Sharon, ayúdanos. Puedo limpiar tu nombre —ofreció Sam y Cassie se llevo una mano a la frente por la mala elección de palabras.

—¿Ahora negocias con mi vida? —alegó Sharon.

—No en ese sentido.

—Estas mintiendo —dijo ella sirviéndose un trago—. Solo finges que puedes limpiar mi nombre.

Cassie la observo con tristeza. Ella entendía perfectamente su situación y hasta creía que es algo similar ala suya; claro que Cassie no estaba tras las rejas pero el gobierno tenia un ojo sobre ella esperando que cometiera un error para encerrarla para siempre.

—Incluso al zombie biónico lo perdonaron, y mato gente hasta cansarse —comentó Sam señalando a Bucky.

—Oí eso —se quejo Bucky.

La kree queria reirse del comentario pero no lo hizo. Bucky fue perdonado y Sharon quizás también lo sea pero Cassie no se sorprendía. Eran humanos; cometieron errores, se equivocaron. Ella no lo era; sus equivocaciones y errores la convertían en un monstruo.

Luego de un intercambio de palabras, Sharon hizo un trato con Sam en el cual ella los ayudaba y él limpiaba su nombre.

No tenía idea de cómo pasó de estar sentada en un comodo sofa a estar parada en una esquina viendo a una gran multitud bailar en el centro de la fiesta. Había seguido a Bucky y Sam porque no quería quedarse sola pero los perdió de vista entre toda la gente.

Las fiestas tenían ciertos riesgos que Cassie quería evitar, tales como secuestros, pisoteos o manoseos. Cada vez que daba un paso para salir de su zona de conforte, las posibles situaciones regresaban a su mente paralizando a la chica en su lugar. Una gran carcajada broto de sus labios al ver el baile de cierto sokoviano en la pista de baile. No tenia idea que un criminal como él podría divertirse así.

—El barón sacó los pasos prohibidos —se burló Cassie entre risas.

Decidió abandonar la fiesta al ver que esta comenzaba a ponerse cada ves más ruidosa y refugiarse en el museo donde se encontraban las obras de arte, las cuales Sam dudo si eran reales o no. Se apoyó en una pared esperando a que el pitido, provocado por la música, en sus oídos desapareciera junto con la adrenalina producida al caminar entre la multitud de personas con vasos llenos de alcohol y cigarrillos en las manos.

En el museo se encontraban dos personas aparte de ella, dos chicos que parecían ser mayores que ella por unos años. Ambos se encontraban con un cigarro en sus respectivas manos y Cassie los miro curiosa, ¿por qué a los humanos les gustaba tanto aspirar el humo que emanaba ese pequeño rollo? Le preguntó una vez al Wade sobre el tema, él solo respondió que eso era malo para la salud y le hizo prometer que jamas tocaria uno.

Los humanos eran raros. No querían a individuos como ella por miedo a ser destruidos pero ellos se destruían a si mismos con cosas tan pequeñas pero letales como las drogas o el alcohol.

De repente los chicos abandonaron la habitación dejando sobre sus asientos una cajita de cigarrillos junto con un encendedor. Los minutos pasaron y ellos no volvieron así que Cassie se acerco para agarrarlos. Probar uno no le haría daño, y quizás no sentiría el efecto del tabaco, solo quería sentirse como una adolescente irresponsable solo por una noche. Saco un rollo de la caja, se lo llevo a la boca con una mano y con la otra lo encendió con el encendedor, justo como lo había visto en las películas. 

—Lo siento, Wade. La vida se vive solo una vez.

Aspiró el humo del tabaco como si se tratara de un suspiro, lo mantuvo en sus pulmones unos momentos y luego lo soltó pero al parecer lo hizo mal porque comenzó a toser y maldecir. Se recuperó y repitió la acción con más calma, salió mejor que la anterior. Notó un pequeño mareo pero que se desvanecio con cada calada. Lo hizo un par de veces más y sintió cómo su cuerpo se relajaba por unos momentos, todos los pensamientos negativos se esfumaron y fueron reemplazados por un limbo en donde solo existía paz y armonía.

Fueron exactamente diez minutos, diez minutos fue el tiempo que duraba el efecto del cigarro en su sistema alien antes de que este lo combatiera hasta eliminarlo por completo. Y tomó otra calada apoyándose en una pared y deslizándose por ella hasta quedar sentada en el suelo. Sabía que eso fue suficiente para su primera vez pero esa sensación de serenidad era algo que ningún abrazo podía ofrecerle. Quería olvidarse de todo y anestesiar su dolor.

No quería sentir nada.

—¡¿Qué carajos crees que estás haciendo?!

De pronto alguien la tomó del brazo y la levantó del suelo bruscamente. Los ojos de Cassie se abrieron ligeramente despavoridos al ver a Bucky mirándola enojado, sus ojos solo gritaban decepción y tristeza. Ella se sobresaltó cuando él le arrebató el cigarro de la manos y ella se llevó la mano al pecho por reacción. Bucky lanzó el rollo al suelo y lo apagó pisandolo con el pie.

—¡Oye! ¡¿Cual es tu problema?! —exigió Cassie intentando liberarse del agarre en su brazo pero Bucky no respondió y solo la arrastró hacia la habitación donde estuvieron anteriormente—. ¡Suéltame, Bucky! ¡Barnes, hablo en serio!

—¡¿Qué hacías con esa mierda en la boca?!

—¡Eso a ti no te incumbe!

—¡Eres una niña!

Cassie se soltó de su agarre y lo miró furiosa. Él no tenia ningun derecho a reclamarle nada, no era amigos, no eran familia. No eran nada.

—¡Steve no hubiera querido esto! ¡Él te crió mejor! —gritó Bucky.

¿Hablaba en serio?

—¡Ay, por dios, Barnes! —exclamó ella llevándose las manos a la frente—. ¡¿Qué mierda tiene que ver Steve en esto?! ¡Él dejó de ser mi padre el día que me abandonó!

—¡Eso no significa que tengas que arruinar tu vida!

Él no lo entendía. Nadie lo hacía y nadie jamas lo harán.

—¡Arruinare mi vida si me da la gana! ¡Steve no es mi padre y tú tampoco! —recriminó Cassie apuntandoló con un dedo—. ¡No somos nada, Barnes! ¡No somos familia ni somos amigos!

Se dio la vuelta dispuesta a abandonar la habitación pero Barnes le siguió gritando y ella le respondió con el mismo tono. Algunas personas que transitaban por allí los miraban sorprendidos.

—¡Creo que ahora comienzo a entender por qué te arrestaban! ¡El problema jamas fueron los policías, eres tú! —gritó Bucky y el grito de Cassie quedó atascado en su garganta.

La ira en los ojos de Cassie fueron reemplazados por sorpresa y luego por tristeza. Abrió la boca para responder pero no salio nada, las palabras de Bucky golpearon fuertemente su pecho y por unos instantes olvido como respirar. En ese momento solo deseaba no sentir nada.

El castaño pareció darse cuenta de su error y el arrepentimiento invadió su rostro. Había dejado que la ira dominara su juicio cuando lo único que deseaba decirle a la chica fue lo preocupado y asustado que se sintió al verla sentada en el piso como si estuviera muerta, un cuerpo sin alma. La chica con el cigarrillo en la mano no era la niña con ojos brillos que adoraba molestarlo, no era la niña que agarraba su mano con fuerza cuando tenía miedo. Por un instante Bucky sintió que perdía a Steve de nuevo, pero el dolor era mil veces peor.

—Para ti es fácil juzgar a monstruosidades como yo —respondió Cassie con un hilo de voz—. Tienes tus privilegios que yo nunca tendré. Privilegios humanos.

—Cassie, no quise decir eso... Te juro que no era mi intención...

—Tú no podrás entenderme —lo interrumpió ella remarcando cada palabra. Las lágrimas manchando sus mejillas—... hasta el dia en que mueras.

Entonces se dió la vuelta saliendo de la habitación y Bucky no la siguió.


































¡Hola a todos!

Quiero disculparme por no traerles un capítulo la semana pasada. Tuve un bloqueo que no me dejaba terminarlo pero estoy saliendo de eso y creo que los compense con uno de los mejores capítulos que he escrito

Espero que les guste, no olviden votar, comentar y compartir si les gusto

Ya tuvimos ese pequeño momento que les prometí entre cassie y karli pero también tuvimos una discusión muy fea entre ella y bucky.
bucky te amo pero no entiendes a mi niña ):

¿Qué creen que pasará en el próximo capítulo?

Nos vemos la próxima semana y recuerden que los amo mucho <3

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